jueves, 29 de mayo de 2014

LA COMPETITIVIDAD SUBE, LOS SALARIOS BAJAN

Para que una economía sea competitiva ha de producir bienes que a igualdad de calidad, tengan un coste de producción menor que los de otras economías. Los componentes más importantes del coste de producción son: mano de obra, materiales y procesamiento. Este último componente es función de la tecnología aplicada. Y ésta generalmente está ligada al desarrollo del país y a sus inversiones en I+D+i. Cuanto más avanzada es la tecnología aplicada lo normal es que menor sea el coste de procesamiento del bien.

En España, desafortunadamente, la política de recortes ha afectado seriamente a las actividades de investigación e innovación, de modo que la introducción de nuevas mejoras tecnológicas que lleven a la producción de nuevos bienes de consumo o a la reducción de los costes de procesamiento, se encuentra estancada cuando no en regresión. Un elevado número de investigadores jóvenes y menos jóvenes han abandonado España ante la falta de horizontes nacionales claros. Y esta pérdida de talento se traducirá en un retroceso tecnológico de nuestro país. Que pagaremos muy caro.

Dejando a un lado el coste de los materiales, que es el más estable entre economías, el otro componente más importante en la composición del coste de producción es el de la mano de obra.

Cuando observamos la evolución del coste laboral en España, nos damos cuenta de que durante la crisis, la competitividad se está consiguiendo casi exclusivamente por la vía de la reducción salarial dado el estancamiento tecnológico que se ha producido. Veamos algunos datos.

Durante 2013 el coste medio laboral en España (se incluyen en él salarios como principal componente, más seguridad social y otros costes como la formación) se situó en 20,90 €/h, cuando el año anterior estaba en 22,5 €/h. En un año el coste laboral en España ha sufrido una disminución del 7,11 %. En el mismo período el coste laboral medio en la UE era de 23,7 €/h habiendo sufrido una reducción de solamente el 1,25 %. Es decir, en porcentaje, la disminución del coste laboral en España ha sido de 5,68 veces la que ha habido en Europa. Y esta baja ha afectado fundamentalmente a los salarios.

Como ven y a pesar de manifestaciones mendaces de algún ministro, los costes laborales españoles y por tanto los salarios van a la baja y con mucha más intensidad que los de la media europea.

En cuanto a nuestra posición en relación con el coste laboral ocupamos el lugar 13 de la UE – 27, el mismo lugar en la clasificación que ocupamos en el PIB per cápita. Lo que quiere decir en contra de lo que se vende, que España es una potencia mediana en el contexto europeo en cuanto a este último parámetro. Tenemos por delante países como: Luxemburgo, Holanda, Irlanda, Austria, Suecia, Dinamarca, Alemania, Inglaterra, Bélgica, Finlandia, Francia e Italia.

Una disminución del coste laboral tan drástica como la acontecida en España que afecta básicamente a las percepciones salariales, trae consigo tres consecuencias: disminución de la renta de los asalariados, paralela reducción de las cotizaciones a la seguridad social con su negativa influencia en las pensiones y por último una baja de la recaudación fiscal.

Si no aumenta el consumo por la pérdida de rentas, las pensiones están en la cuerda floja y se recauda menos por impuestos, ya me dirán cómo vamos a salir de esta.


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