“ACAVA CON
JAMÓN”
Tranquilos
que en el título de esta entrada no hay ninguna falta de ortografía. Si continúan
leyendo lo entenderán.
El
encabezamiento del post es un eslogan o mensaje que trata de difundir un
creativo empresario del vino y del cava extremeños: Marcelino Díaz, de
Almendralejo conocida hoy día como la ciudad del cava.
Ingeniero
agrónomo de profesión y empresario con importantes iniciativas, fue uno de los
primeros bodegueros en producir cava en Extremadura a principios de los años
ochenta del siglo pasado. Una revolución en la enología extremeña que por
entonces también ya daba a luz buenos caldos tintos. Los vinos blancos venían
de tiempo atrás procedentes de la uva Pardina, la variedad que durante muchos
años constituyó la base de la viticultura en la Tierra de Barros.
Hace
unos días el grupo de trabajo sobre el sector agrario constituido en el seno
del Club Senior de Extremadura, celebró una reunión en la industriosa ciudad de
Almendralejo para poner en común su análisis del sector primario regional con
vistas a presentarlo en el cónclave anual del club que se celebrará en Jerez de
los Caballeros el próximo y ya cercano mes de mayo.
Todos
los miembros del grupo nos mostramos partidarios de que sería muy conveniente
para los intereses regionales que los productos autóctonos de Extremadura se
transformaran en la región, para retener en casa el valor añadido que generan,
apostando además por la innovación continua en la presentación y consumo de los
mismos.
Marcelino
además de ofrecernos en su bodega una cata de su cava Puerta Palma y de sus
vinos Puerta Palma y Theodosius, durante el almuerzo nos trasmitió varias ideas
fuerza sobre el cava, producto con el que está especialmente entusiasmado dado el
futuro halagüeño que se vislumbra para él.
Nos
apuntó la idea de que el cava no ha de ser un vino de postre sino un caldo que
ha de acompañar a las comidas. Esto no es nuevo, en Cataluña, por ejemplo, el
cava se toma a lo largo del yantar y no a los postres mezclado con sabores
dulces o después del café.
La
suavidad de paladar y bajo grado alcohólico del cava lo hace un excelente
compañero de nuestros platos principales y es en este ámbito en el que ha de
ser consumido preferentemente y no relegado a lo condición de postre o brindis
de final de una celebración.
Como
es natural durante la reunión hablamos de los productos de nuestra tierra y
entre ellos destacamos nuestros magníficos jamones ibéricos de bellota muchos
de ellos acogidos a una denominación de origen muy prestigiosa como es Dehesa
de Extremadura. Marcelino nos expuso el eslogan que había ideado para
promocionar el cava y el jamón conjuntamente. Lema que deberíamos empezar a
aplicar y difundir en primer lugar en nuestra comunidad autónoma.
El
lema es “Acava con jamón”. Es decir
maridar el cava con el jamón ibérico de nuestra tierra. Y esto puede hacerse tanto
al final como al comienzo de una buena comida o cena. Un buen jamón y un buen
cava constituyen una mezcla ideal para el paladar. Ambos productos los tenemos
en Extremadura de una calidad contrastada. Se puede comprobar. Pruébenlo y verán. Es una magnífica combinación.
Una
vez que lo hayan degustado y experimentado que la mezcla de sabores es una
delicia para los sentidos, los extremeños hemos de constituirnos en un altavoz
de difusión múltiple para dar a conocer primero en Extremadura y luego fuera de
ella, esta maravilla que es la combinación de un excelente cava con un sabroso
jamón, ambos criados y producidos aquí.
Pero
también hemos de llegar al convencimiento de que es un acierto consumir el cava
durante las comidas principales. Los componentes del grupo de trabajo lo
hicimos en un almuerzo acompañando a dos degustaciones de arroz: con liebre y
con zorzales. La combinación es muy agradable. La suavidad del cava contrasta
con la fuerza y el especiado del arroz. Pero puede acompañar con éxito a muchos
otros platos tanto de vegetales como de carne o de pescado. Y además de al
jamón ibérico a otros productos extremeños tan destacados como el lomo
embuchado o una buena torta del Casar o de la Serena con los que casa a la
perfección.
Por
eso confío en que la idea y el eslogan de Marcelino Díaz triunfen primero en
Extremadura y fuera de ella después. Sería un éxito de todos los extremeños y
una inyección de fortaleza para muchos empresarios de nuestro sector agrario y
alimentario.
La
Junta de Extremadura debería apoyar campañas de difusión de este lema tan
sugerente para favorecer el consumo de cava y de jamón de nuestra tierra. Será
un gran beneficio para Extremadura.