viernes, 27 de octubre de 2023

 

ISRAEL Y PALESTINA: CONFLICTO PERMANENTE

La Resolución 181 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) del 29 de noviembre de 1947, permitió la creación del estado de Israel, objetivo largamente acariciado, durante siglos, por el pueblo de la diáspora, cuyo episodio final comenzara en el año 70 d.C. con la destrucción del templo por Tito y se remataría en el año 135 tras la rebelión de Bar Kojba. Aunque este anhelo se haría mucho más patente cuando Theodor Herzl, fundara el sionismo a finales del siglo XIX, para alcanzar un nuevo estado hebreo en Eretz Yisra’el.

Después de siglos de penurias y persecuciones de todo tipo, la más reciente un holocausto nazi con unos seis millones de muertos, los judíos podían tener al fin un territorio propio en que poder asentarse y, erigir el nuevo estado de Israel en la tierra prometida a la que les condujera Moisés, tras la travesía del desierto durante 40 años.

Pero el problema que no tuvo en cuenta la ONU en su resolución, es que los árabes que vivían en Palestina y los países árabes que les apoyaban, no estaban por la labor de reconocer el nuevo estado judío, que nacía en territorios que habían sido suyos dos mil años antes y del que fueron expulsados a la diáspora por los romanos.

El territorio asignado a Israel para su nuevo estado, era más bien pobre en fertilidad y parte de él era un desierto: el de Neguev.

Desde la creación de Israel como estado moderno que tomó cuerpo el 14 de mayo de 1948 con la salida de Palestina de los administradores británicos, el nuevo estado judío hizo de la disponibilidad de agua uno de sus objetivos principales. La regla aplicada era: sin agua no hay vida. Por otra parte, eran conscientes de que no podría colonizarse el área asignada en el reparto, en gran parte un desierto, sin una agricultura de regadío que fijara la población al territorio.

En 1953 una vez terminada la primera guerra árabe – israelí de 1948, los judíos con David Ben Gurion al frente, comenzaron su proyecto de Conducto Nacional del Agua. Una obra extraordinaria que captando agua del río Jordán y del lago Tiberíades la lleva en una sucesión de canales, tuberías e impulsiones hasta las tierras del desierto del Neguev, permitiendo su riego. Con una longitud de unos 130 km transporta y distribuye agua (alrededor de 1.700 Hm3/año) tanto para abastecimiento urbano e industrial como para regadíos en las áridas tierras del centro y sur del país.

Hoy día Israel cultiva unas 435.000 ha de tierra de las cuales más de 200.000 ha son de riego. En el 95 % de las tierras regadas en Israel se utiliza el goteo o el riego localizado (variantes del goteo) como método para irrigar sus tierras con una alta eficiencia. Cada gota de agua para ellos es un tesoro. Son pioneros en tecnologías de riego y en otras tecnologías que les hacen ser un país científica y tecnológicamente muy avanzado.

 La zona ha sido un foco permanente de conflictos entre palestinos e israelíes con algunos momentos de calma, en los que parecía arreglarse la contienda. Un espejismo.

Una sucesión de enfrentamientos armados que comenzara en 1948 con la primera guerra árabe – israelí, al no aceptar los árabes la resolución de la ONU, ha continuado en el tiempo.

La guerra de los Seis Días en 1967, supuso un duro golpe de los hebreos a los palestinos y árabes pues los judíos conquistaron: Gaza, Cisjordania, Jerusalén este, la península del Sinaí y los altos del Golan en Siria.

En 1973 tuvo lugar la guerra del Yom Kippur, a la que siguieron escaramuzas en el Líbano en 1982 y 2006, aderezadas con varias intifadas en 1987 – 1993 y 2000 – 2005.

Entretanto en el año 1980, Israel declaró a Jerusalén como capital de su estado, siendo desautorizada por la ONU esta pretensión.

Hace unos cuantos días un ataque terrorista indiscriminado e injustificado contra Israel, desde la franja de Gaza, por parte de la organización palestina Hamás que gobierna a los palestinos, ha causado entre la población judía 1.400 muertos, miles de heridos, vejaciones y violaciones, así como la toma de más de 200 rehenes. Ha sido un ataque sorpresivo que ha cogido desprevenido a los servicios de inteligencia judíos, que normalmente muestran una gran eficacia.

La respuesta de Israel ha sido inmediata y, a causa de los rehenes que mantiene Hamás, no todo lo contundente que se esperaba. Aunque también puede haber influido la presión de países amigos de Israel, que están pidiendo moderación en la respuesta para no causar daños a palestinos inocentes, que nada tienen que ver con la organización terrorista que los dirige.

Esta vez quien ha desencadenado las hostilidades ha sido Hamás. Esto es un hecho indiscutible. Y por lo tanto Israel tiene perfecto derecho a defenderse de esta terrorista agresión, iniciada por una organización financiada por regímenes totalitarios que llevan en si el antisemitismo y pretenden destruir y borrar del mapa el estado de Israel y sus habitantes y reconfigurar geo políticamente el Oriente Próximo.

Una buena parte de la izquierda cuya ideología conlleva un antisemitismo permanente, pasa por alto la agresión de Hamás y la toma de rehenes, y toma partido condenando a Israel que esta vez ha sido víctima y no verdugo y se ha limitado a responder a una agresión premeditada e intolerable. El espectáculo de algunos miembros del gobierno español, calificando de genocida al estado de Israel y a su presidente, es injusto y revela un sectarismo ideológico incorregible.

Por cierto, al secretario general de las Naciones Unidas, habría que exigirle algo más de diplomacia en sus manifestaciones, pues casi ha justificado el ataque de Hamás del 7 de octubre, diciendo que el mismo “no surge de la nada y habla de 56 años de presión asfixiante al pueblo palestino”. Israel ha pedido su dimisión. Es lo menos.

Hay que volver al camino de la negociación en el marco de la ONU, para tratar de encontrar nuevas fórmulas que después de un alto el fuego y liberación de rehenes, conduzca a la paz para esta desgraciada región.

Y poner punto y final, de una vez por todas, a los 75 años de guerra y muerte que asolan este territorio.

 

viernes, 20 de octubre de 2023

 UN VIAJE A LA TOSCANA Y ROMA

Hace unos días he regresado de un maravilloso viaje a la Toscana y a la Ciudad Eterna: Roma.

La Toscana es una bellísima región italiana en la zona centro – norte de la península itálica, que además de unos paisajes de ensueño, cuenta con un patrimonio artístico de primer nivel.

Hemos disfrutado de un tiempo veraniego, lo que nos ha permitido contemplar un paisaje en el que la luz de un cielo despejado ha contribuido a aumentar su belleza. Alternancias de un relieve de colinas en donde destacan los cipreses como especie forestal típica, con valles muy fértiles, conforman una región con una extensión de 22.994 km2, un poco más que la provincia de Badajoz, pero que alberga una población de casi cuatro veces la de Extremadura.

Ciudades de singular belleza e historia como Florencia, con su imponente catedral (duomo) de Santa María del Fiore, coronada por la cúpula de Giotto y lugares bellísimos como la Piazza della Signoria, el Palacio Vecchio, la galería Ufizzi y las riberas del río Arno con su enjoyado Ponte Vecchio, han generado nuestro éxtasis ante tanta hermosura constructiva e histórica. Los Médicis artífices en gran parte de esta maravilla, siempre presentes en escudos y fachadas.

Miles de turistas pululando por la ciudad, llegando a extremos de encontrar dificultades para caminar, ante la presencia de una muchedumbre ansiosa de contemplar tan destacado patrimonio histórico y cultural.

Pisa, la cuna de Galileo Galilei, cuenta en su recinto histórico intramuros con edificios de gran monumentalidad como son su catedral, su baptisterio y el camposanto, así como la Torre de casi 54 metros de altura, campanario del duomo pisano, retenida en inclinada (4º) erección por adecuadas actuaciones ingenieriles, para que se mantenga erguida y no termine de hundirse en sus débiles cimientos pantanosos.

Lucca la ciudad de Giacomo Puccini autor de óperas tan destacadas como Tosca, que contiene arias tan bellas como “E lucevan le stelle”, nos recibe con su singular belleza y su original plaza del Anfiteatro, el centro neurálgico de su casco antiguo. Su catedral de San Martín y la iglesia de San Miguel son obras de una gran monumentalidad.

Siena deslumbra desde su atalaya que alberga la Plaza del Campo y su Palazzo Pubblico y es sede de su carrera del Palio, que dura menos de minuto y medio y que marca el triunfo y la gloria para alguna de las “contradas” o barrios en que se divide la ciudad. Saborear un spritz de Alperol o Campari en las terrazas de esta hermosa e inclinada plaza en forma de abanico, es un placer indescriptible para el turista.

Y su extraordinaria catedral dedicada a la Asunción de la Virgen, construida con una mezcla de mármol de Carrara y de serpentina, de estructura románica que iniciara su construcción a finales de 1355, es una edificación majestuosa que merece una detallada visita para contemplar toda la belleza arquitectónica y de obras de arte que alberga.

Y pueblos bellísimos dispersos por su geografía como San Gimignano con sus torres esbeltas, que alcanzó notoriedad al encontrase en el trayecto de la Vía Francígena que unía Italia con el resto de Europa, y que conserva su embrujo en sus calles estrechas, llenas de comercios y de turistas buscando sus recuerdos y una botella de Chianti, el vino típico de la Toscana italiana que nace del “coupage” de cuatro variedades de uva, dos negras: sangiovese y canaiolo y dos blancas: malvasía y trebbiano.

Pienza, un pueblo pequeño de menos de 2.000 habitantes, recuerda al papa Pío II, que edificó una bella catedral con algunos problemas constructivos, por asientos diferenciales de sus cimientos y Montepulciano un pueblo con escarpado acceso hasta alcanzar la plaza del ayuntamiento y de su inacabada catedral, que presenta una industria vitivinícola muy importante y es sede de una carrera de toneles de vino por sus empinadas cuestas. Una cata de buenos caldos locales completó nuestra visita a este bellísimo enclave.

Y al fin Roma, la Ciudad Eterna que atesora un impresionante patrimonio arquitectónico y cultural consecuencia de ser la capital del Imperio Romano y centro neurálgico de la Iglesia Católica en el Vaticano, un estado dentro de otro estado, pequeño en extensión, pero de gran importancia social al ser el referente del catolicismo mundial.

Los guías nos hablaron de que ya andan por unos 40.000 los visitantes diarios del Vaticano, la basílica de San Pedro y sus museos, lo que explica el lleno de los pasillos, que hacía casi imposible el deambular de los visitantes y el poder apreciar con calma todas sus bellezas.

Me ha decepcionado Roma en esta visita. Mantiene incólume su patrimonio arquitectónico, pero se revela como una ciudad sucia, llena de turistas pululando por todos sus rincones y con un tráfico que roza el caos. El barrio del Trastévere conserva un ambiente desbordante de gente, pero está lleno de grafitis y de basura. Nada comparable a lo que conocí hace unos 20 años.

En cuanto a hostelería he podido comprobar que estamos muy por encima de los italianos.

Lo mejor del viaje el grupo de amigos que nos hemos movido juntos y que hemos gozado de unos días de verdadera camaradería. Y también los vuelos de Iberia de Madrid a Florencia y especialmente el de Roma a Madrid en un Airbus 320 nuevo, que salió con media hora de retraso y recuperó el horario de llegada con un aterrizaje impecable. Al menos algo de la Marca España, tan deteriorada en otros aspectos, funciona

viernes, 13 de octubre de 2023

 

UNA BABEL INNECESARIA Y CARA

La existencia de una multiplicidad de idiomas en España: catalán, euskera, galego, valenciano o mallorquín y otros de menor difusión como el bable, el aranés o el castúo y “a fala” extremeños, además del oficial de nuestro país que es el castellano, al que denominaré idioma español por ser el de todos los españoles, constituye una riqueza cultural para España que tal y como manda la Constitución ha de protegerse y fomentarse.

Hasta ahí creo que todos los españoles deberíamos estar de acuerdo. La existencia de más de un idioma y la posibilidad de dominar algún otro de estos idiomas, además del español, es algo enriquecedor para el ciudadano y bueno para España.

Nuestra Carta Magna, a varios de ellos les concede la cooficialidad en sus territorios. En ellos muchos habitantes de algunas de las comunidades autónomas son bilingües al utilizar indistintamente uno u otro idioma.

Lo que parece absurdo y roza la ridiculez además de ser innecesario, es que, en el Congreso, en donde todos los diputados hablan y entienden el idioma español, se autorice el uso de los idiomas cooficiales, lo que lleva consigo un complejo sistema de traducción simultánea con el encarecimiento que esto supone para unas arcas públicas, ya maltrechas por la elevadísima deuda que España soporta: más de 1,558 billones de euros. No lo traduzco a pesetas porque no hay ceros bastantes.

En el colmo de la estulticia que adorna a estos padres de la patria que propugnan la Babel, no hay traducción directa entre los tres idiomas cooficiales. Tienen que traducir al español primero y de ahí al idioma de que se trate. Como puede verse son unas lumbreras.

Y la segunda parte de este vodevil absurdo, serán las matizaciones y rectificaciones que hayan de surgir sobre el contenido final de las traducciones de uno a otro idioma. Que esa es otra.

Lo más triste del caso es que el uso de estos idiomas cooficiales no se hace con el fin de fomentarlos o protegerlos, porque esto ya se hace en los territorios respectivos, sino como agresión al español por parte de partidos independentistas que quieren dividir España en trozos y debilitar este idioma que es el nexo de unión más importante entre todos los españoles.

Pero lo que es aún peor, el PSOE que el año pasado votaba en contra de proposiciones para modificar el Reglamento de la Cámara con el fin de utilizar los idiomas cooficiales en el Congreso, ahora ante la necesidad de votos de los partidos separatistas para conseguir la investidura de Sánchez, consiente, votando a favor, un esperpento ridículo, en el que una cuestión tan simple como es el entendimiento de todos los diputados en español, como se ha hecho siempre, se convierte en un guirigay absurdo, en una Babel innecesaria y costosa. Un auténtico despropósito.

Si la intención fuera el proteger el acervo de idiomas existente en España, no ocurriría la persecución que del idioma español se lleva a cabo en algunos territorios, especialmente en Cataluña y Euskadi.

Supongo que a partir de ahora y en justa reciprocidad, el español podrá hablarse en los parlamentos autonómicos con sus pinganillos y traducción simultánea. De igual modo se dejará absoluta libertad para que el español pueda usarse en el País Vasco y especialmente en Cataluña en donde existe una persecución al idioma español, impidiéndole que sea lengua vehicular en la que, el que lo desee, pueda llevar a cabo su educación.

Yo creo, que por Europa y también en todas las naciones de habla española, se deben estar haciendo cruces de los despropósitos lingüísticos que se están produciendo en España y no deben de salir de su asombro. Pensarán que es inconcebible que los propios españoles ataquen su idioma nacional, que además es hablado por casi 600 millones de personas en todo el mundo. Cuando debieran protegerlo, fomentarlo, defenderlo y extenderlo aún más.

La última ocurrencia para satisfacer los deseos de los separatistas catalanes y obtener su voto en la investidura, ha sido tratar de que el catalán, el euskera y el galego sean considerados lenguas oficiales en la UE.

Con mucha diplomacia y a pesar de los esfuerzos desesperados del ministro Albares, que hasta ofrecía pagar el coste del “guateque” (como somos ricos, eso sí endeudados hasta las cejas, podemos permitirnos estos lujos), las autoridades europeas han optado por meter el asunto en un cajón sin considerar la petición española dando una patada a seguir y sin tomar decisión favorable alguna. Es normal, dada la insignificancia de estos idiomas en el contexto europeo y la gran cantidad de idiomas oficiales que tiene la UE y a los que hay que traducir toda la documentación que se genera en las instituciones europeas y que tiene un coste excesivo. Se habla de 1.000 millones de euros al año.

Como se ve este frente Frankestein (similar al desgraciado Frente Popular de antaño) que se califica a sí mismo como “progresista”, lo que pretende es debilitar el idioma español al mezclarlo en la actividad parlamentaria con otros idiomas, que según la Constitución son cooficiales en sus territorios, pero no a nivel nacional. En la cámara territorial que es el Senado, ya se utilizan.

Pero para poder continuar en el machito del poder, hay que pagar estos nuevos peajes. Y otros peores que ya iremos viendo.

 

martes, 3 de octubre de 2023

 

PLASENCIA YA NO ES PLASENCIA, QUE ES UNA GRAN POBLACIÓN

Cuando yo era adolescente, en mi ciudad natal que es Plasencia, se cantaba una coplilla que rezaba así: “Plasencia ya no es Plasencia, que es una gran población, tiene obispo y toda la h…… y hasta coche a la estación”.

En aquellos tiempos de mi mocedad estudiantil, la estación de ferrocarril de Plasencia presentaba bastante más actividad que ahora, ya que estaba en funcionamiento la vía férrea Ruta de la Plata, que unía todo el oeste de España, desde Sevilla a Gijón. En mi época de estudiante el tren correo, movido por máquinas de vapor, salía de Plasencia a las 15,20 horas y llegaba a Salamanca a las 21 horas, después de detenerse en las 22 estaciones del recorrido. Posteriormente entró en funcionamiento un TER mucho más rápido y cómodo, que te ahorraba las manchas de carbonilla porque era diésel.

Hoy instituciones civiles encabezadas por las cámaras de Comercio e Industria de las provincias por las que transcurre la Ruta de la Plata, insisten en la reapertura de esa importante vía férrea fundamental para la circulación de mercancías y viajeros por el oeste de España, sin tener que pasar obligatoriamente por Madrid.

También, aunque ahora en fondo de saco, Plasencia está comunicada por la línea en proceso de transformación a alta velocidad Madrid – Cáceres - Badajoz.

En carreteras, Plasencia ocupa una posición privilegiada, pues por ella discurren la conocida como Vía de la Plata, hoy día autovía A 66, que pasa cercana a la calzada romana que unía Mérida (Emérita Augusta) y Astorga (Astúrica Augusta), y la vía de comunicación con Portugal por el norte de la provincia de Cáceres, actualmente convertida en la autovía autonómica EX A1.

Plasencia es el centro de un “hinterland” del que forman parte las comarcas situadas al norte del curso del río Tajo: Hurdes, Sierra de Gata, los valles del Árrago, del Alagón, del Ambroz, del Jerte, La Vera, y el valle del Tiétar con el Campo Arañuelo. Estas comarcas poseen importantes recursos naturales especialmente agrarios y también hídricos, paisajísticos e históricos que le dan una alta potencialidad.

Plasencia vio frustrada su conversión en capital de una provincia extremeña en la distribución provincial de Javier de Burgos de 1833. Maniobras caciquiles parece que lo impidieron y desde entonces Plasencia pugna por ser el centro y la capital del norte de Cáceres. El profesor de la Universidad de Extremadura, Marcelo Sánchez – Oro, así lo acredita en una reciente entrevista en la que asegura que Plasencia es una ciudad que sabe lo que quiere ser: la capital del norte de Cáceres.

Una nueva comarcalización de Extremadura con cinco unidades territoriales en Badajoz, Mérida, Don Benito – Villanueva, Cáceres y Plasencia podía ser un modelo eficiente para mejor utilización de los recursos públicos y privados.

En general Plasencia, apoyada en sus comarcas, siempre ha sido una ciudad potente constituyéndose en sede de entidades financieras muy importantes como la Caja de Ahorros de Plasencia, que se fusionara con la de Cáceres para formar Caja Extremadura, hoy desaparecida.

También fue un centro militar de prestigio, con un magnífico cuartel, sede del Regimiento de Órdenes Militares nº 37, que tuvo un gran arraigo en la ciudad y que fue eliminado en una reestructuración militar que no le dio nada a cambio a la ciudad, dejándola huérfana de una importante institución. Podía haberse ubicado en Plasencia, en justa compensación, la Academia de la Guardia Civil de Tráfico, que se llevó a Mérida, ciudad muy favorecida ya por su capitalidad autonómica. Desequilibrios patentes.

La ciudad ha llegado a tener 41.000 habitantes y está perdiendo algo de población en los últimos años, tiene ahora 39.800 habitantes, habiendo sido muy afectada por la crisis que comenzara en 2008 y que se llevó por delante algunas empresas muy importantes con sede en la ciudad.

Plasencia está muy lejos de los poderes de decisión extremeños, que la ayudan poco o nada para que se convierta en el referente del norte cacereño, dadas sus condiciones geográficas de centralidad en la zona y de cercanía a los núcleos más importantes de población del área como pueden ser: Navalmoral de la Mata, Coria, Moraleja, Jaraíz de la Vera o Hervás, contando con buenas comunicaciones.

Por no ayudarla, ni siquiera han situado allí las oficinas del Personero del Común, que estatutariamente han de estar en Plasencia. Esta figura todavía no se ha creado por parte de la Junta de Extremadura. Plasencia, se ve que queda muy lejos de Mérida.

Su ayuntamiento ha cometido un error, ya en vías de enmienda, de renunciar inicialmente a una estación nueva sobre la línea de alta velocidad que habría de convertirse junto a una plataforma logística con suelo industrial anexo, en un referente para todo el norte de Cáceres. Esperemos que estas dos actuaciones se lleven a cabo a la mayor brevedad.

Y en materia sanitaria, la situación de su hospital, centrado en el área y con buenas comunicaciones, ha de mejorar hasta convertirse en el de referencia de todo el norte cacereño, otorgándole el grado universitario y de formación.

Mantiene un Centro Universitario, muy activo que imparte cuatro disciplinas: ADE, Enfermería, Podología e Ingeniería Técnica Forestal y que se creó en su origen, gracias a la Caja de Ahorros de Plasencia. Y una delegación de la UNED que doy fe de que funciona estupendamente.

También su monumentalidad, su acervo histórico y su situación, en el centro de unas comarcas bellísimas, la han convertido en un centro turístico de primer nivel en la región y cuenta con un magnífico Parador Nacional de Turismo muy bien valorado por los clientes.

Pero Plasencia necesita un empuje en materia de industrialización. Nuevas industrias relacionadas con las nuevas tecnologías, la agroalimentación o la energía podían ser la solución, para que la ciudad progrese y siga siendo una gran población. El obispo continúa y el coche a la estación creo que también.

Un viaje me obliga a adelantar esta publicación, que va dedicada a mi buen amigo el placentino Moncho Estévez, un enamorado de Plasencia, ciudad para la que siempre desea lo mejor.