sábado, 10 de mayo de 2014

DOLOR EN MONTERRUBIO

Tuve ocasión de conocer el pujante pueblo de Monterrubio de la Serena, ubicado en un bello paraje de la campiña y sede desde hace varios años de un Foro Oleícola de gran prestigio, con motivo de mi actuación profesional desde la Junta de Extremadura en el diseño de un proyecto de riego por goteo para su olivar, productor de uno de los mejores aceites de Extremadura.

Apellidos como Balsera o Tena estaban entre las excelentes personas que conocí durante mi dilatado contacto con las gentes de este pueblo y con sus autoridades locales.

Hoy con tristeza he visto estos mismos apellidos entre los de los cinco jóvenes deportistas fallecidos en un trágico accidente de tráfico ocurrido en la carretera BA – 051, de la red local de la Diputación de Badajoz, que aparentemente según las imágenes que he podido ver, con un trazado rectilíneo en el tramo del accidente, estaba en buen estado, tanto de firme como de señalización horizontal y vertical. Estas adecuadas condiciones de la vía han sido corroboradas por los informes técnicos.

De pronto, en un accidente desgraciado, cinco vidas jóvenes son segadas en una fracción de segundo y todo un pueblo se ve sumido en la tristeza y en el dolor. Es incomprensible que ocurran estas cosas, pero desgraciadamente pasan. Y hay que asumirlo con entereza, aunque sea a regañadientes. Pero la vida es así de triste a veces. Jóvenes con toda una vida por delante han visto rotos sus sueños e ilusiones parece que por un absurdo error de conducción, aunque habrá de confirmarse en los informes técnicos, de uno de los vehículos participantes, que además era un vehículo especial.

Es fundamental que todos atendamos a la seguridad vial en nuestras carreteras para impedir o al menos reducir al mínimo estos accidentes. Empezando por las vías que han de estar debidamente conservadas para que su firme y señalización se mantengan en las mejores condiciones, continuando por los vehículos, muchos de ellos con la crisis eluden las preceptivas ITVs y por último con los conductores a los que debe exigirse que lo hagan en las mejores condiciones sin estar bajo los efectos de sustancias extrañas, como parece ser, y lo digo con las debidas cautelas hasta que todo quede demostrado, ha ocurrido en el caso que nos ocupa.

Conozco a mucha gente en Monterrubio como he dicho y hay que animar a las familias de las víctimas y a la población. Es difícil hacer comprender a los familiares lo irreversible de la situación, pero estoy seguro que los primeros en animarlos serían los jóvenes fallecidos. A ellos desde su espíritu juvenil y generoso no les gustaría ver a estas familias hundidas y a sus gentes derrotadas. Ellos con el deporte defendieron el nombre de su pueblo y consiguieron la victoria.


Monterrubio ha de seguir su ejemplo, levantarse y continuar luchando para obtener un  lugar mejor para sus habitantes. Siguiendo el maravilloso ejemplo de estos cinco jóvenes deportistas. Que triunfaron y vieron cercenadas sus vidas. Pero que serán un ejemplo permanente para su pueblo. ¡Ánimo Monterrubio¡

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