DOLOR EN
MONTERRUBIO
Tuve
ocasión de conocer el pujante pueblo de Monterrubio de la Serena, ubicado en un
bello paraje de la campiña y sede desde hace varios años de un Foro Oleícola de
gran prestigio, con motivo de mi actuación profesional desde la Junta de
Extremadura en el diseño de un proyecto de riego por goteo para su olivar,
productor de uno de los mejores aceites de Extremadura.
Apellidos
como Balsera o Tena estaban entre las excelentes personas que conocí durante mi
dilatado contacto con las gentes de este pueblo y con sus autoridades locales.
Hoy
con tristeza he visto estos mismos apellidos entre los de los cinco jóvenes
deportistas fallecidos en un trágico accidente de tráfico ocurrido en la carretera
BA – 051, de la red local de la Diputación de Badajoz, que aparentemente según
las imágenes que he podido ver, con un trazado rectilíneo en el tramo del
accidente, estaba en buen estado, tanto de firme como de señalización
horizontal y vertical. Estas adecuadas condiciones de la vía han sido
corroboradas por los informes técnicos.
De
pronto, en un accidente desgraciado, cinco vidas jóvenes son segadas en una
fracción de segundo y todo un pueblo se ve sumido en la tristeza y en el dolor.
Es incomprensible que ocurran estas cosas, pero desgraciadamente pasan. Y hay
que asumirlo con entereza, aunque sea a regañadientes. Pero la vida es así de
triste a veces. Jóvenes con toda una vida por delante han visto rotos sus
sueños e ilusiones parece que por un absurdo error de conducción, aunque habrá
de confirmarse en los informes técnicos, de uno de los vehículos participantes,
que además era un vehículo especial.
Es
fundamental que todos atendamos a la seguridad vial en nuestras carreteras para
impedir o al menos reducir al mínimo estos accidentes. Empezando por las vías
que han de estar debidamente conservadas para que su firme y señalización se
mantengan en las mejores condiciones, continuando por los vehículos, muchos de
ellos con la crisis eluden las preceptivas ITVs y por último con los
conductores a los que debe exigirse que lo hagan en las mejores condiciones sin
estar bajo los efectos de sustancias extrañas, como parece ser, y lo digo con
las debidas cautelas hasta que todo quede demostrado, ha ocurrido en el caso
que nos ocupa.
Conozco
a mucha gente en Monterrubio como he dicho y hay que animar a las familias de
las víctimas y a la población. Es difícil hacer comprender a los familiares lo
irreversible de la situación, pero estoy seguro que los primeros en animarlos
serían los jóvenes fallecidos. A ellos desde su espíritu juvenil y generoso no
les gustaría ver a estas familias hundidas y a sus gentes derrotadas. Ellos con
el deporte defendieron el nombre de su pueblo y consiguieron la victoria.
Monterrubio
ha de seguir su ejemplo, levantarse y continuar luchando para obtener un lugar mejor para sus habitantes. Siguiendo el
maravilloso ejemplo de estos cinco jóvenes deportistas. Que triunfaron y vieron
cercenadas sus vidas. Pero que serán un ejemplo permanente para su pueblo.
¡Ánimo Monterrubio¡
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