LA COMPETITIVIDAD
SUBE, LOS SALARIOS BAJAN
Para
que una economía sea competitiva ha de producir bienes que a igualdad de
calidad, tengan un coste de producción menor que los de otras economías. Los
componentes más importantes del coste de producción son: mano de obra,
materiales y procesamiento. Este último componente es función de la tecnología
aplicada. Y ésta generalmente está ligada al desarrollo del país y a sus
inversiones en I+D+i. Cuanto más avanzada es la tecnología aplicada lo normal
es que menor sea el coste de procesamiento del bien.
En
España, desafortunadamente, la política de recortes ha afectado seriamente a
las actividades de investigación e innovación, de modo que la introducción de
nuevas mejoras tecnológicas que lleven a la producción de nuevos bienes de
consumo o a la reducción de los costes de procesamiento, se encuentra estancada
cuando no en regresión. Un elevado número de investigadores jóvenes y menos
jóvenes han abandonado España ante la falta de horizontes nacionales
claros. Y esta pérdida de talento se traducirá en un retroceso tecnológico de
nuestro país. Que pagaremos muy caro.
Dejando
a un lado el coste de los materiales, que es el más estable entre economías, el
otro componente más importante en la composición del coste de producción es el
de la mano de obra.
Cuando
observamos la evolución del coste laboral en España, nos damos cuenta de que
durante la crisis, la competitividad se está consiguiendo casi exclusivamente
por la vía de la reducción salarial dado el estancamiento tecnológico que se ha
producido. Veamos algunos datos.
Durante
2013 el coste medio laboral en España (se incluyen en él salarios como
principal componente, más seguridad social y otros costes como la formación) se situó en 20,90
€/h, cuando el año anterior estaba en 22,5 €/h. En un año el coste laboral en
España ha sufrido una disminución del 7,11 %. En el mismo período el coste
laboral medio en la UE era de 23,7 €/h habiendo sufrido una reducción de
solamente el 1,25 %. Es decir, en porcentaje, la disminución del coste laboral
en España ha sido de 5,68 veces la que ha habido en Europa. Y esta baja ha
afectado fundamentalmente a los salarios.
Como
ven y a pesar de manifestaciones mendaces de algún ministro, los costes
laborales españoles y por tanto los salarios van a la baja y con mucha más
intensidad que los de la media europea.
En
cuanto a nuestra posición en relación con el coste laboral ocupamos el lugar 13
de la UE – 27, el mismo lugar en la clasificación que ocupamos en el PIB per
cápita. Lo que quiere decir en contra de lo que se vende, que España es una
potencia mediana en el contexto europeo en cuanto a este último parámetro.
Tenemos por delante países como: Luxemburgo, Holanda, Irlanda, Austria, Suecia,
Dinamarca, Alemania, Inglaterra, Bélgica, Finlandia, Francia e Italia.
Una
disminución del coste laboral tan drástica como la acontecida en España que
afecta básicamente a las percepciones salariales, trae consigo tres
consecuencias: disminución de la renta de los asalariados, paralela reducción
de las cotizaciones a la seguridad social con su negativa influencia en las
pensiones y por último una baja de la recaudación fiscal.
Si
no aumenta el consumo por la pérdida de rentas, las pensiones están en la
cuerda floja y se recauda menos por impuestos, ya me dirán cómo vamos a salir
de esta.