viernes, 28 de septiembre de 2018


ANTICLERICALISMO

Creo que fue Cicerón quien lo advirtió hace ya un montón de años: “Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”.

Las generaciones sucesivas de los pueblos suelen mantener memoria activa solamente de aquellos acontecimientos que han vivido directamente o que les quedan muy próximos en el tiempo. El transcurso de éste trae consigo una tendencia al olvido  de acontecimientos históricos que contribuyeron a marcar el devenir de un pueblo.

Por eso es imprescindible que los ciudadanos conozcan a fondo la historia. Para que mantengan viva la memoria de aquellos hechos que condicionaron su desarrollo, de modo que no se vuelva a incidir en los errores que influyeron negativamente en su acontecer. Y para que no se dejen engañar por los falsos profetas que de cuando en cuando surgen, los cuales, tergiversando la historia, tratan de que se repitan hechos que resultaron ser muy dañinos para la colectividad.

La Constitución Española en su artículo 16.3 establece que ninguna confesión tendrá carácter estatal. Pero también matiza que los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.

Nuestra Carta Magna da una especial relevancia a la Iglesia Católica. La razón es muy simple: España tiene una tradición católica que se remonta a muchos siglos atrás. Como prueba de ello están sus numerosos edificios sacros (catedrales, iglesias, ermitas), los oficios religiosos que a diario se celebran y diversas manifestaciones de fe: procesiones, romerías, festejos de santos que se extienden a lo largo y ancho de la geografía hispana.

Es evidente que cualquier español puede optar por la confesión religiosa que quiera, o no tener ninguna, pudiendo ser ateo, agnóstico o nihilista. Pero ha de respetar las creencias que los demás tengan. Y no tratar de imponer al prójimo sus ideas por muy clarividentes que le parezcan utilizando las cuotas de poder que ostente. Y mucho menos denostando o agrediendo de palabra u obra a otra confesión religiosa. Que dados sus principios, como en el caso del catolicismo, a veces no responde como parecería adecuado. Ya saben, lo de poner la otra mejilla.

En la transición y hasta ahora los partidos gobernantes tanto de izquierdas (PSOE) como de derechas (PP) o de centro (UCD) han mantenido un riguroso respeto a las tradiciones y creencias religiosas del pueblo español, manteniendo la aconfesionalidad del Estado como tal.

En los últimos tiempos y desde la llegada de Podemos, junto a la radicalización del nuevo PSOE que parece caminar por el mismo sendero que los podemitas, se está iniciando una ola de anticlericalismo que estimo no es lo que nuestra nación necesita en estos momentos.

La Constitución define a España como un estado aconfesional, pero no anticlerical. Pide respeto y cooperación no sólo con la Iglesia Católica sino con el resto de confesiones religiosas que son dignas de la máxima consideración.

Desde hace un tiempo, en aras de la libertad de expresión se están justificando burlas y agresiones continuadas a símbolos como la Cruz o a jerarquías de la Iglesia Católica, que conculcan el respeto que nuestra Carta Magna exige para las diversas religiones. Resulta sorprendente que el catolicismo sea la víctima casi exclusiva de estos desmanes.

En el World Pride de Madrid han podido contemplarse agresiones al crucifijo símbolo del cristianismo al que siguen millones de personas en España, sin que los medios de comunicación, salvo excepciones muy concretas, hayan levantado la voz contra estos  atropellos generadores de odio.  

De igual modo tratan de quitar a la Iglesia edificios que viene poseyendo desde hace siglos como la Mezquita – Catedral de Córdoba. Aunque yo no soy jurista existe una figura denominada usucapión o prescripción adquisitiva que creo podría aplicarse.

Desde esos reductos radicales de izquierda se están generando movimientos de opinión contrarios a las celebraciones y manifestaciones procesionales católicas de la Semana Santa y a su retransmisión por los medios de comunicación públicos o a la participación de determinados cuerpos militares en los actos, cosa que vienen haciendo tradicionalmente.

Están fracasando en sus intentos, ya que millones de personas, estoy seguro que bastantes de ellas no creyentes, acuden a presenciar estas procesiones porque son una tradición española muy antigua. Son una manifestación artística y cultural a la par que religiosa. Mal que les pese a estos radicales nadie obliga, ni pone una pistola en el pecho a los asistentes para que acudan a presenciar los desfiles procesionales o se agarren a un clavo ardiendo ante el interrogante de lo que habrá después de la muerte.

Ya tuvimos en nuestro país experiencias muy amargas con el anticlericalismo que empezó a tomar carta de naturaleza en la II República. Un gobierno legítimo, pero débil, permitió que entre febrero y junio de 1936 se quemaran 165 edificios católicos en España y se agrediera y vejara a sacerdotes y religiosos.

Es por ello que los españoles deberíamos reavivar nuestra memoria colectiva histórica para no volver a incidir en errores cometidos con anterioridad y que causaron un gran daño a nuestra patria. Para no volver a tropezar en la misma piedra, el respeto a las creencias de los demás es condición indispensable para no avivar odios pretéritos.


viernes, 21 de septiembre de 2018


Y YO SIN TESIS DOCTORAL

Cuando uno contempla atónito los episodios que estamos viviendo en relación con los másteres y tesis doctorales obtenidos con grandes facilidades y trampas por algunos, bastantes, de nuestros políticos, no tiene más remedio que evocar los tiempos en que obtuvo su título de Ingeniero Agrónomo en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid y las condiciones que le pusieron para poder desarrollar su tesis doctoral y posteriormente defenderla ante el correspondiente tribunal.

Estas condiciones eran tan exigentes que al final y dada su incompatibilidad con el desempeño de mi trabajo como ingeniero, primero en la empresa privada y después en la administración, me obligaron a desistir de mi sueño de llegar a ser doctor.

Lo sustituí con la realización de numerosos cursos en distintas materias: suelos, hidráulica, riegos y una diplomatura en economía de la empresa, cuestiones que pude compatibilizar con mi trabajo. Pero me quedé sin tesis doctoral. Entonces no había estos chollos de hoy día.

 En los planes de estudios vigentes entonces me tocó el de recorrido más largo y complejo. Ingreso en bachillerato, dos reválidas en cuarto y sexto cursos del mismo, el curso preuniversitario, un curso selectivo para escuelas técnicas, el curso de iniciación en la Escuela Superior de Ingenieros Agrónomos y cinco cursos en la misma, más la realización del proyecto final, todo ello por el plan de estudios de 1957. Los ingenieros de este plan sólo teníamos una ventaja, después de siete años de carrera no necesitábamos realizar los cursos de doctorado y podíamos entrar directamente en la realización de la tesis.

Tras obtener mi titulación tuve suerte y en breve plazo obtuve un puesto de trabajo en Alicante y Tenerife, en la empresa Bonny, S.A. pionera en la producción de tomate de invierno para exportación y otros productos hortícolas y también de uva de mesa.

No obstante mantenía la intención y la ilusión de poder realizar mi tesis doctoral. Para ello me dirigí al correspondiente catedrático para consensuar con él el tema de la misma. Ésta tenía que ser un proceso de investigación inédito que pudiese aportar novedades. En ningún caso esa tesis podía consistir en llevar a cabo unos “fusilamientos” o refritos de trabajos de otros.

Fijamos el tema en determinar las Funciones de Producción en Tabaco, un cultivo típicamente extremeño y que yo conocía bastante bien. El experimento consistía en determinar las funciones que ligaban la producción de tabaco Virginia con diferentes variables que intervienen en su proceso de cultivo: nivel de fertilización, dotación de agua, tratamientos fitosanitarios, densidad de plantación. La conclusión serían unas ecuaciones originales y experimentales que relacionarían la producción con esas variables.

El panorama que se me ofrecía era apasionante pero exigía una dedicación y un tiempo, entre tres y cuatro años, del que yo no podía disponer si quería mantener mi puesto de trabajo. Y tuve que renunciar con gran sentimiento a ser doctor.

Así que ahora cuando contemplo los episodios que ven la luz en los que se validan y califican “cum laude” tesis doctorales a las que se reconoce, sin que se les caiga la cara de vergüenza, un 13 % de contenido plagiado en el caso más favorable y hasta el 26 % en otras apreciaciones, me echo las manos a la cabeza.

Tribunales amañados para calificar estas tesis de políticos, que permiten a muchos de ellos engordar sus “currícula vitarum” desde la más absoluta falsedad y con un proceso mendaz y falsario en todo su desarrollo.

El grado de degeneración al que han llegado algunas universidades, cuando los políticos han metido sus manos decidiendo su financiación y aumentando su número innecesariamente al tiempo que rebajaban su calidad, es notable y denigra a esta institución que debería ser ejemplo de rigor y seriedad en sus actuaciones.

Sé que no se debe generalizar, pues me consta que hay tesis doctorales trabajadas con gran esfuerzo y de gran altura científica y técnica, pero lo que está apareciendo es vergonzoso y un síntoma de que estamos en un país podrido en una gran parte de sus personas y estamentos. La corrupción aflora por doquier y es difícil no encontrarla en cualquier rincón de la sociedad española.

Mires por donde mires percibes corrupción y mentira. Se obtienen másteres sin acudir a las clases, sólo por la cara bonita del personaje que los cursa que recibe su título de una manera tramposa.

Afortunadamente no todo es miseria moral. Durante más de 20 años he impartido clase en dos másteres de ingeniería de regadíos que daban el CENTER (Ministerio de Agricultura) y el CEDEX (Ministerio de Fomento) y que duraban desde octubre a mayo. Los postgraduados que se matriculaban en ellos, debían asistir presencialmente a un mínimo del 80 % de las clases y en cada área realizaban un ejercicio de evaluación y un trabajo final. Salían casi todos colocados porque en el master se jugaban su futuro. Y estudiaban a fondo.

Por eso debemos distinguir entre alumnos honrados que se esfuerzan y obtienen sus titulaciones y doctorados gracias a su tesón y esta cuadrilla de politicastros corruptos que aprovechan sus cargos para obtener ventajas y privilegios sobre el resto de los ciudadanos que cumple las normas. Una vergüenza.

martes, 18 de septiembre de 2018


UN VIAJE POR LA VÍA ROMANA DOMITIA

Acabo de regresar de un viaje que me ha llevado a recorrer la vía romana denominada Domitia a lo largo de las modernas carreteras que la han sustituido, así como a visitar ciudades que estaban en su trazado o en sus cercanías, ubicadas en territorio francés.

La excursión la hemos llevado a cabo un grupo de buenos amigos, y amigas claro está, que anualmente nos desplazamos en un viaje por Francia para practicar el idioma galo que aprendemos durante el curso académico. Somos cuatro matrimonios que intentamos aproximarnos al conocimiento de la historia y de las gentes de algunas regiones francesas destacadas.

El año pasado anduvimos por tierras de cátaros y este año hemos viajado siguiendo las nuevas autovías que han sustituido a la vía romana denominada Domitia, visitando las ciudades por las que la calzada romana pasaba y otras ciudades próximas. Esta vía unía los Alpes con los Pirineos y con Hispania y fue iniciada su construcción en el año 118 a.C.

Comenzamos nuestro periplo en la ciudad de Avignon que no está exactamente en la vía Domitia pero sí próxima a ella, y luego hemos recalado en Nimes, Montpellier, Béziers y Narbonne. De paso nos hemos desviado para contemplar la belleza de ciudades como  Aix en Provence y  Arlés.

Núcleos de gran monumentalidad e historia como Avignon nos han mostrado la fortaleza y el poderío del papado durante los siglos XIV y XV. Siete de las cabezas de la Iglesia, dada la inseguridad existente para ellos en la Roma de la época, residieron en Avignon entre 1309 y 1378. Levantaron, en diferentes fases, una monumental construcción denominada Palais des Papes que se ubica en un promontorio rocoso situado sobre el río Ródano: Rocher des Droms.

Entre 1378 y 1417 en que terminó el Cisma de Occidente,  también residieron allí dos antipapas: Clemente VII y Benedicto XIII, este hasta su huida a Peñíscola.

Antes de abandonar Avignon, hemos dado un paseo en barco por el caudaloso río Ródano lo que nos ha permitido contemplar la consistencia de la ciudad y de sus murallas así como su puente inacabado inspirador de la canción “Sur le Pont d’Avignon”.

Dejada atrás la ciudad papal hemos tomado la vía Domitia propiamente dicha, hoy día sigue aproximadamente su trazado una moderna autopista, para dirigirnos a Nimes. Una ciudad de rancio sabor a Roma con un coliseo muy bien conservado en el que se celebran en la actualidad varias corridas de toros a lo largo de la temporada.

Me sorprendió la gran afición por la tauromaquia que hay en esta bella urbe y en su entorno. Coincidimos en los días en que se celebraban sus Ferias y daban dos corridas de toros al día. Una por la mañana y otra vespertina. Destacados diestros como Enrique Ponce, El Juli, Sebastián Castella, Juan Bautista o el extremeño Emilio de Justo tomaban parte en ella. Y ganaderías de bravo tan destacadas como la de Victorino Martín también.

La Maison Carrée de Nimes es otro monumento de la Roma imperial digno de visitarse. Y no nos perdimos el darnos una vuelta por la Place du Marché en la que reina un gran ambiente en sus terrazas y cafés.

Arlés es otra ciudad muy bella de antecedentes romanos. Se levantan allí un anfiteatro y otro coliseo muy bien conservado en el que también se dan espectáculos taurinos con asiduidad. Ha sido restaurado con gran acierto y dispone de un aforo de 14.000 espectadores. La portada de su catedral románica y el claustro son de una gran belleza.

Aix en Provence, la ciudad de Paul Cezanne, es una urbe de la Provenza que inspirara al autor sus pinturas. El Café des Deux Garçons situado en el Cours Mirabeau trae recuerdos de las tertulias que el pintor mantenía allí. La catedral de San Salvador es otro monumento a visitar en la ciudad. En ella en 1906 se celebraron los funerales por el insigne pintor.

En nuestro recorrido también recalamos en otras tres ciudades por las que pasaba la vía Domitia.

Montpellier, pujante ciudad que posee un acueducto que desemboca en la cisterna que abastecía de agua a la ciudad. Una maravillosa y compacta catedral junto a la Facultad de Medicina, la Place de la Comedie núcleo central de la vida de la ciudad y el barrio más moderno y comercial denominado Antigone obra del arquitecto español Ricardo Bofill.

Béziers nos deparó una majestuosa vista de la ciudad y de su catedral de Saint Nazaire, desde los puentes sobre el río Orb. También disfrutamos de una obra de ingeniería viva y en uso: las 9 exclusas del canal du Midi, obra faraónica que une el Atlántico con el Mediterráneo atravesando Francia.

Por último hicimos escala en Narbona una regia ciudad capital de la Narbonensis que está cruzada por el canal de la Robine y atravesada por la vía Domitia de la que se conservan restos en muy buen estado. Su antiguo ayuntamiento cercano al palacio del arzobispo y su grandiosa catedral son destacables monumentos de la ciudad.

En resumen un periplo cultural y de placer que me ha permitido pasar unos días de ocio con unos excelentes amigos. Habrá que seguir con la tradición de estos viajes en próximos años. Uno conoce personas y sitios. Y eso es muy formativo. Aunque uno ya  tenga su edad y haya visto muchas cosas, sitios y personas. Siempre se aprende.

viernes, 7 de septiembre de 2018


LOS MANTEROS DE ISLANTILLA

Islantilla es un precioso enclave veraniego situado en la costa de Huelva, formado por urbanizaciones muy bien diseñadas, con alturas limitadas y un campo de golf de 28 hoyos al que acude un importante número de extranjeros, especialmente en invierno, traídos por avión a Faro y a Sevilla desde las frías tierras del norte y centro de Europa.

Es un lugar de veraneo al que acuden mayoritariamente familias españolas pero también es frecuentado por nuestros vecinos portugueses. Familias de clase media con niños y también jubilados, entre los que me encuentro, constituyen el núcleo principal de veraneantes, ya que se trata de un enclave dotado de un clima muy suave, sin vientos fuertes, excelentes playas y que además proporciona una gran tranquilidad y seguridad a las familias.

Aproximadamente la mitad del territorio de Islantilla pertenece al término municipal de Lepe, la parte este y la otra mitad al de Isla Cristina, la zona oeste. Una Mancomunidad formada por ambos consistorios se encarga del mantenimiento y conservación de este enclave.

Islantilla dispone de un bello paseo marítimo que discurre paralelo al océano Atlántico y es el lugar de esparcimiento, paseo y cita de los numerosos veraneantes y turistas que pueblan Islantilla. En la parte central de este paseo se ubica un centro comercial en el que están instalados un buen número de comercios y restaurantes siendo el sitio al que acuden con preferencia los veraneantes para sus compras o asueto.

Desde hace unos años este paseo marítimo es ocupado por “top mantas”. Al principio sólo se instalaban en una parte del mismo, la más próxima al mar, pero desde hace un par de años, al incrementarse su número, ocupan ambos lados del paseo, lo que supone un serio obstáculo para la circulación de las personas y especialmente de los cochecitos ocupados por niños pequeños o de las sillas de ruedas de personas inválidas.

Se forman unos atascos increíbles, de los que doy fe como paseante frecuente del lugar, sin que ni la policía local de Lepe, ni la de Isla Cristina tomen medida alguna para solucionar este problema. El cual empieza tomar el cariz de ser de orden público al impedir estos puestos ambulantes una circulación fluida de personas por un espacio público que es de los ciudadanos y que nadie debería estar autorizado a ocupar en detrimento de la población de turistas y veraneantes.

Por otra parte los comerciantes instalados legalmente que apoquinan a la hacienda pública sus tasas e impuestos, se quejan de que la presencia de estos manteros está perjudicando seriamente sus negocios. Representantes de los mismos evalúan en un 25 % las caídas de ventas consecuencia de la presencia de estos puestos “top manta” en el paseo, en las inmediaciones de sus propios locales. Exigen a los responsables municipales de los dos ayuntamientos la adopción de medidas de control de estos vendedores que campan a sus anchas en un número creciente día a día.

El asunto ya ha tomado dimensiones nacionales en los medios de comunicación que han dado cuenta del problema generado en sus informativos. La Cuatro lo ha tratado en profundidad, exhibiendo diversos reportajes sobre esta situación que nadie parece querer o ser capaz de solucionar. Los dos ayuntamientos concernidos, están haciendo dejación de sus funciones de aplicar las leyes y ordenanzas vigentes que exigen la imposibilidad de ocupar la vía pública salvo que se obtengan los oportunos permisos de la autoridad.

No tengo nada en absoluto contra los manteros. Creo que son víctimas de las mafias que los traen a España sacándoles los cuartos y los explotan con la venta de estos productos del manta, la mayoría de ellos de procedencia ilegal y fabricación clandestina fuera del control técnico y fiscal. Son economía sumergida pura y dura.

Alguien debiera poner coto a estos desmanes que no sólo existen en Islantilla sino que ciudades de la importancia de Madrid y Barcelona también los consienten.

Y es que las dos alcaldesas de las dos ciudades más importantes de España, confunden la velocidad con el tocino y el culo con las témporas y se dedican a  salvaguardar a estos manteros aplicando principios de falsa solidaridad y protegiendo precisamente a aquellos que infringen las normas y ordenanzas de sus propios ayuntamientos y a las mafias que los explotan.

Estas dos alcaldesas actúan mirando para otro lado mientras las mafias que dirigen a estos manteros se forran a costa de ellos y están causando un grave perjuicio a los comerciantes y negocios que cumplen la ley y pagan sus impuestos.

De momento no he observado incidentes en Islantilla, pero sí los he visto a través de la televisión en Barcelona en donde un grupo de manteros agredió con saña a un turista por el hecho de defender a una señora que trataba de pasar con su carrito a través del bosque de mantas. Aunque en Barcelona en lugar del slogan independentista de “Barcelona ciudad de paz”, que es falso de toda falsedad, examinen la historia y verán, deberían haber puesto “Barcelona, ciudad sin ley”. Es mucho más adecuado a la situación que se vive allí.

Confiemos en que de una vez por todas se tomen medidas contra esta invasión de los espacios públicos, que son de todos y no de unos cuantos que además se mueven en la más absoluta ilegalidad.