viernes, 23 de febrero de 2024

 

¿ES NECESARIO UN TRASVASE TAJO – GUADIANA EN EXTREMADURA?

Adelanto que soy partidario de los trasvases de agua entre cuencas hidrográficas siempre que estos estén justificados, porque existan excedentes de recursos hídricos en la cuenca cedente y exista un déficit estructural de recursos de agua en la cuenca cesionaria. Con la condición de que los usos actuales y futuros de la cuenca cedente queden garantizados. Es decir, sólo pueden trasvasarse cantidades excedentarias de agua y no puede peligrar la garantía de los usos en la cuenca cedente.

En épocas de sequía como la que vivimos, suele recurrirse a la figura de los trasvases como si fueran el bálsamo de Fierabrás, para solucionar los problemas hídricos que causa la ausencia temporal de lluvias. Pero llevar a cabo un trasvase es una cuestión muy seria, que exige estudios concienzudos de la situación en las cuencas cedente y cesionaria en un largo período temporal de análisis. Aparte de que los trasvases suelen conllevar importantes inversiones de ejecución y elevados gastos de explotación (energía) y mantenimiento y ha de comprobarse su viabilidad técnica, económica y ambiental.

Como consecuencia de la situación actual de sequía en Extremadura, en donde los embalses de la cuenca del Tajo se encuentran en una situación bastante mejor que los de la cuenca del Guadiana, se levantan algunas voces pidiendo la ejecución de un trasvase de agua entre el Tajo (embalse de Valdecañas) y el Guadiana (embalse de Cijara).

La Junta de Extremadura en el año 2007, llevó a cabo un estudio para analizar un posible trasvase Valdecañas – Segura que se demandaba desde el Levante español y otro interno en Extremadura entre el Tajo y el Guadiana. El estudio concluye que no es aconsejable el desarrollo de un trasvase de posibles excedentes en Valdecañas, ni al Levante español para enlazar en La Roda con el actual trasvase Tajo – Segura, ni un trasvase interno Tajo – Guadiana en Extremadura.

El máximo excedente existente en Valdecañas, sería de unos 200 Hm3/año.

Respecto al trasvase interno Tajo en Valdecañas - Guadiana en Cíjara, el estudio concluye que la regulación del Guadiana extremeño resulta suficiente y no justifica una inversión tan importante en unas obras que sólo servirían para trasvases puntuales de como máximo 200 Hm3.

Y porque la mayoría de las veces los períodos secos también afectarían al embalse de Valdecañas. Ya que las sequías suelen producirse simultáneamente en ambas cuencas.

Esto sin tener en cuenta la deficiente calidad del agua del Tajo en Valdecañas, posibles aportes de especies invasoras desde la cuenca del Tajo al Guadiana al realizar el trasvase, y compensaciones por lucros cesantes de aprovechamientos hidroeléctricos existentes en Valdecañas y otros embalses del Tajo que son de titularidad de privada.

La cuenca del Guadiana en Extremadura dispone de una alta capacidad de regulación, una de las mayores de España, que se culmina con una conducción reversible entre el embalse de Orellana (cuenca del Guadiana) y el embalse del Zújar (cuenca del Zújar) que permite la interconexión de las dos cuencas y con la nueva unión en marcha entre los embalses de Alcollarín y Sierra Brava.

En momentos de sequía como el actual pueden existir vías de solución para asegurar el riego en la cuenca extremeña del Guadiana sin afectar notablemente a otros usos y sin necesidad de recurrir a trasvases internos entre el Tajo y el Guadiana extremeños.

Examinemos alguna.

1 – Reducción de los caudales ecológicos en época de sequía. Esta reducción podría graduarse en función de los estados de Prealerta, Alerta o Emergencia que se vayan declarando durante la sequía. Los caudales ecológicos en el Guadiana extremeño ascienden a 800 Hm3 (el 65 % de los recursos necesarios para los regadíos). Una reducción del 30 % de aquellos supondría disponer de 240 Hm3 adicionales que solucionarían el problema del riego y es una cantidad superior al posible trasvase desde Valdecañas. Daría lugar a un posible deterioro parcial del estado de algunas masas de agua, pero en todo caso éste tendría carácter temporal y podría ser asumible por las mismas.

2 – Revisión del Convenio de Albufeira con Portugal, ya que en épocas de sequía parece que no funciona adecuadamente.

Cuando llueve y hay agua en abundancia en las cuencas internacionales hispano - lusas, no suele haber problemas en ninguno de los dos países. Los inconvenientes surgen en las épocas de sequía como la que estamos viviendo, cuando el agua escasea y se producen los problemas.

Vamos a analizar unos datos sobre la situación en la cuenca del Guadiana durante el año 2022 que, a mi juicio, revelan que algo no funciona correctamente en las disposiciones actuales de este Convenio de Albufeira, ya que la parte española de la cuenca se encuentra perjudicada. Y, por tanto, parece conveniente una revisión urgente del mismo.

 A fecha 26 de septiembre de 2022, Alqueva se encontraba en la cota 145,1 (estimación de 3.100 Hm3 acumulados) lo que representa un 74,7 % del total y los embalses de la zona occidental del Guadiana estaban al 22,3 % acumulando 1.815,4 Hm3.

En un período de sequía como el que vivimos, con una climatología muy similar en ambas partes de la cuenca, resulta que Alqueva acumulaba, él sólo, más recursos hídricos que la totalidad de los embalses del Guadiana Occidental. Esto es indicador de que algo en la actual redacción del convenio de Albufeira, no funciona adecuadamente y España se está viendo perjudicada.  

Hay que llegar a una solución equitativa y justa para los dos países. La situación descrita en la cuenca hidrográfica del Guadiana, indica que algo no funciona bien en la aplicación de los índices actuales.

Afortunadamente, con las últimas lluvias habidas se ha solucionado el problema en la cuenca del Guadiana extremeño, y se podrán atender todos los usos la próxima campaña. Parece que dejaremos de hablar de este, en mi opinión, innecesario trasvase.

 

 

viernes, 16 de febrero de 2024

 

EL REGADÍO DE TIERRA DE BARROS

Durante mi desempeño de la jefatura del Servicio de Ordenación de Regadíos de la Junta de Extremadura, tuve la oportunidad de iniciar los estudios para poner en riego unas 15.000 ha en Tierra de Barros. Era a comienzos de este siglo. Hace más de 20 años.

Desde el principio estos nuevos regadíos se diseñaron mediante la utilización de métodos de riego localizado de alta eficiencia, como es el riego por goteo. Se trata de riegos de apoyo a cultivos leñosos, como el olivar y viñedo muy presentes en la zona y otros como almendro, pistacho o nogal de nueva introducción.

La característica principal de estos riegos es su sostenibilidad. Con una concesión de agua, aprobada por la Confederación Hidrográfica del Guadiana de 43,38 Hm3/año, se van a regar 15.170 ha. Esto nos da una dotación unitaria de unos 2.860 m3/ha.año. Como puede deducirse son regadíos de reducido consumo de agua, si se compara con otros de la cuenca cuya dotación media puede estar entre 5.500 – 6.000 m3/ha.

El suministro del agua para riego se efectuará desde los embalses de Alange (36,63 Hm3) y Villalba (6,75 Hm3).

En la planificación hidrológica de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, existe una reserva de recursos para estos regadíos. Por tanto, el organismo de cuenca garantiza que existe agua para estos riegos, en las condiciones medias que se dan en esta cuenca hidrográfica.

Hasta aquí todo lógico y normal.

Y ahora empieza el baile.

A los burócratas de la UE no les gustan nada los regadíos. Como a los ecologistas. Y van a poner todas las pegas que puedan a estos riegos de Barros. Y qué decir de la administración española, que se le llena la boca de que tenemos que hacer regadíos sostenibles. Y estos lo son. Pues debieran apoyarlos sin fisuras ante Bruselas. Y no lo hacen.

Hay más. El acuífero subterráneo de Tierra de Barros está prácticamente sobreexplotado y con algún problema de nitratos. Pues bien, estos regadíos que utilizan agua superficial serían un modo de descargar la presión sobre los recursos hídricos del acuífero. Y además se reducirían las pérdidas de nitratos por lixiviación y consiguiente contaminación de las aguas subterráneas, al poder aplicar en el riego por goteo técnicas de fertirrigación que conllevan un mejor uso de la fertilización nitrogenada.

Pues bien, y a pesar de existir agua disponible en la planificación de la cuenca del Guadiana y contar el proyecto con DIA (declaración de impacto ambiental) positiva, desde Bruselas, a 2.000 km, se permiten poner en duda tanto la planificación de la CHG como la DIA. Es decir, dudan de las actuaciones de la administración española y autonómica en normas que han sido promulgadas por las mismas. Hay que ver hasta dónde puede llegar la prepotencia de la administración europea, manejando los fondos del FEADER a su antojo y su ideología ecologista.

Pero no todo son luces en los regadíos de Barros. En mi opinión tienen una pega. Son regadíos de una elevada inversión por hectárea. La situación topográfica con elevaciones desde los embalses de Alange y Villalba, la necesidad de construir balsas de regulación y presurización del riego, cierta discontinuidad en la distribución parcelaria y el propio riego por goteo y su telecontrol los hacen ser unos regadíos caros.

Y es que los regadíos modernos y sostenibles, resultan caros. Y además los riegos de Barros en su inversión han resultado muy afectados por la desmesurada subida de costes que han experimentado los materiales de construcción en los últimos años.

Antes de la revisión al alza de los precios, el coste del proyecto estaba en el entorno de los 250 Millones de euros. De esta cifra 65 M de euros los aportarían los regantes y el resto 185 Millones de euros las administraciones, supongo que con fondos del FEADER dentro del programa operativo.

La revisión de precios ha elevado el coste en 100 millones de euros, resultando una cifra final de 350 millones de euros. Y el problema supongo radica en que hay que buscar financiación para el incremento de inversión que se ha producido.

Con la inversión final revisada, el coste por hectárea ascendería a unos 23.000 €, cifra elevada, pero que podría ser asumible dado los incrementos de producción previsibles, sobre la situación de secano. Supongo que se habrán hecho los cálculos de viabilidad correspondientes. En los estudios previos, llevados a cabo en mi época, con las condiciones de entonces, salían las cuentas.

Los regantes aportarían alrededor de 4.300 €/ha, casi el 20 % del total, cifra importante pero asumible por ellos ya que han aceptado el convenio. Y también asumirían los costes anuales de explotación y mantenimiento de la zona regable.

Creo que el elevado coste de inversión es el único inconveniente que podría ponerse a los riegos de Barros. Que precisamente es el único del que nadie habla.

Por lo demás este nuevo regadío sería un modelo de regadío sostenible por la alta eficiencia en el uso de agua que conlleva, la disminución de la presión sobre los recursos hídricos del acuífero, la reducción de lixiviación de nitratos y el intento de reducir costes energéticos durante la explotación, mediante la construcción, incluida en el mismo, de una planta solar fotovoltaica.

Veremos en qué terminan estos regadíos. Pero sería importante para Extremadura continuar con su transformación.

De no hacerlo sería una burla para 1.200 regantes que han puesto su ilusión en ellos y una decepción para varios  municipios de la Tierra de Barros, que llevan años esperando que este proyecto se haga realidad.

 

 

viernes, 9 de febrero de 2024

 

LA IDEOLOGÍA ESTÁ MATANDO AL SECTOR AGRARIO

El sector agrario está en pie de guerra en Europa y también en España. Una serie de decisiones políticas y normas tomadas desde Bruselas, secundadas por los países miembros de la UE, está desmantelando el sector y llevándolo a la ruina y a perder su condición de sector estratégico imprescindible para garantizar la seguridad alimentaria de Europa en adecuadas condiciones de cantidad, calidad, sanidad y trazabilidad de las producciones, consiguiendo precios asequibles para el consumidor europeo.

Una serie de normas como la PAC, el Pacto Verde Europeo, la desdichada Agenda 2030, leyes de bienestar animal que rozan el ridículo o futura ley de recuperación de ecosistemas, que tienen como base ideológica un ecologismo infantilizado, asumido por las formaciones de izquierda, está llevando al sector agrario europeo a su desaparición paulatina e irreversible si no se toman medidas de manera inmediata.

Estos burócratas que deciden las normas de aplicación obligatoria lo hacen sin valorar las consecuencias de sus decisiones, desde un punto de vista económico, social o ambiental. Está por ver que haya un estudio donde se analice y valore las consecuencias de las decisiones que toman. Actúan con la más absoluta irresponsabilidad e impunidad, ya que nadie les pide cuentas de sus despropósitos.

La situación ha llegado al límite, llevando a agricultores y ganaderos contra las cuerdas, al poner en peligro el medio de vida de muchos de ellos. Por eso han explotado. En el caso español de manera espontánea, sin seguir siquiera las directrices de las organizaciones agrarias a las que han cogido con el pie cambiado. Que por cierto se lo deberían hacer mirar. Yo no sé para qué sirven el COPA o la COGECA en Bruselas, que están permitiendo todos estos desatinos sin mover un dedo. Y qué hacen en su presión ante el Ministerio de Agricultura de España las organizaciones agrarias. Les han colado la nueva PAC, sin decir ni pío. O si lo han dicho, no les han hecho el menor caso.

Las numerosas tractoradas que están teniendo lugar en cientos de puntos de España, con cortes de carreteras e invasión de ciudades, son reflejo de la desesperación en la que se encuentra el sector agrario. Y estos cortes en las vías de comunicación, están causando perjuicios a otros españoles que nadan tienen que ver en las decisiones que se toman en Bruselas y en Madrid. Y en este sentido y poniendo por delante mi solidaridad con las peticiones de agricultores y ganaderos, les invito a que modulen esos cortes, para causar los mínimos perjuicios a los usuarios de las vías. Si así lo hacen ganarán la comprensión y apoyo del resto de los ciudadanos para su causa.

Los burócratas europeos están desmantelando el sector agrario al exigir una serie de condiciones ambientales, agronómicas, de utilización de fertilizantes y fitosanitarios o de bienestar animal, que sin embargo no se exigen a productos importados de otros países, en un flagrante episodio de competencia desleal. La globalización no es eso. Cargarse un sector como el agrario de Europa, aplicando unas normas que luego no se exigen a los productos importados, es un disparate inconmensurable. Para evitarlo están los aranceles y las inspecciones fitosanitarias.

Y para más inri, Europa o España, ayudan a esos países terceros, subvencionando las inversiones en sus sectores agrarios. El caso de Marruecos es absolutamente paradigmático a fuer de vergonzante. Ayudamos a un país para que compita con nuestros agricultores, que tienen que luchar en desigualdad de condiciones de normas, precios, salarios, costes de producción y controles. Alguien debería explicar estas incongruencias.

Y se deberían exigir responsabilidades a quienes propugnan y toleran eso. La globalización consiste en competir en unas condiciones lo más parecidas posible. Lo otro es favorecer la explotación de los trabajadores de determinados países para que produzcan lo más barato posible, y además eludiendo la utilización de productos y controles, que sí rigen en los países más desarrollados.

Los burócratas de Bruselas, con su presidenta Úrsula von der Leyen al frente, ante la presión campesina y la proximidad de elecciones europeas, empiezan a dar marcha atrás en algunas cuestiones. Y cómo lo hacen, da a entender que no tienen ni idea de los problemas que afectan al sector agrario. Que no son precisamente el reducir fitosanitarios, que algo influye. Parece que ante la presión revisarán el convenio con Mercosur. Pero no modifican la filosofía ambientalista de sus decisiones, que es donde está la madre del cordero.

Es un problema de ideología. Los lobbies ecologistas y catastrofistas del cambio climático, han ido imponiendo su presión en Bruselas, para que Europa opte por una política verde que te quiero verde, con el campo tapizado de panales solares o aerogeneradores. Y no ven más allá de sus narices. Para ellos lo único que existe es el medio ambiente. Y en lugar de cohonestar y poner de acuerdo desarrollo y medio ambiente han apostado a ciegas por el último sin tener en cuenta ni valorar las consecuencias de sus actos.

Y luego está el tema de orden público. A los agricultores se les trata como a delincuentes. Cuando lo único que hacen es reivindicar sus derechos. Ya he comentado que deben hacerlo intentando causar las menores molestias y perjuicios al resto de ciudadanos. Pero los agricultores y ganaderos están defendiendo su” modus vivendi”. Y tienen todo el derecho a hacerlo. Y a que el trato y represión por parte de las fuerzas de orden público sea equitativo. Falta diálogo para llegar a puntos de equilibrio en este aspecto.

 

 

 

viernes, 2 de febrero de 2024

 

EXTREMADURA RESIGNADA: LO PAGAREMOS CARO.

El pasado día 21 de enero, diversas agrupaciones de la sociedad civil convocaron concentraciones a lo largo de la Ruta de la Plata, para pedir al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible y al gobierno de España, que soliciten de la Unión Europea la inclusión en la Red Básica Ampliada de la Red Transeuropea de Transportes, la reapertura de la vía férrea del Corredor Oeste Ruta de la Plata, entre Plasencia y Astorga que fue cerrada al tráfico de viajeros en 1985 y diez años después al de mercancías.

La inclusión en la Red Básica Ampliada permitiría adelantar los tiempos de ejecución al año 2040 y, poder solicitar la financiación con fondos europeos para la construcción de las obras.

El caso de esta línea férrea es especial, ya que se trata de una restitución del servicio, aunque sea en nuevas condiciones, que fue suprimido con razones poco claras de rentabilidad y antes de nuestra entrada en la Comunidad Económica Europea, sin tener en cuenta esta nueva perspectiva en el transporte tanto de viajeros como de mercancías.

Se llevaron a cabo concentraciones masivas a lo largo de toda la Ruta de la Plata. En 12 ciudades en las comunidades autónomas de Asturias, Castilla y León, Extremadura y Andalucía.

En determinados puntos como Astorga o Salamanca, se ha conseguido una asistencia masiva. Pero en Extremadura la movilización ha sido mucho menor. Como casi siempre ocurre. Movilizar un par de cientos de personas en Cáceres, Plasencia o Mérida cuesta un esfuerzo ímprobo.

La mayoría de los extremeños pasa del problema y no se moviliza. Llevamos siglos resignados a nuestra suerte, sin ninguna capacidad reivindicativa, sólo pendiente de las migajas o de la sopa boba que nos asignen los poderes públicos. Y aguantando estoicamente la falta de desarrollo al que está sometida la región.

Extremadura ocupa los últimos lugares de la clasificación en relación con las comunidades autónomas españolas, en los indicadores macroeconómicos como el PIB per cápita, o la Renta disponible. Tiene altas tasas de desempleo y en 2022 ha sido la única autonomía de España que ha perdido población.

Pues bien, una reivindicación tan estratégica para la región como es la reapertura de la vía férrea del Corredor Oeste - Ruta de la Plata, no suscita el menor interés para la generalidad de la población que pasa olímpicamente del asunto. Les da igual. No quieren molestarse en ver los beneficios que para la Extremadura supondría la restauración de este servicio.

Aquí estamos a vivir lo mejor que se pueda, cosa que a mí no me parece mal. Pero con estos niveles de desarrollo en la región, los jóvenes no encuentran su sitio en ella y tienen que irse fuera. Una emigración de talento que es una sangría para Extremadura y una gran pérdida de profesionales de gran nivel que, si existiera un mínimo de industrialización y perspectivas de desarrollo, permanecerían en Extremadura y contribuirían con su trabajo a mejorar los niveles de bienestar regionales.

Hace poco hice un conteo entre los hijos de amigos y conocidos míos. El 70 % de ellos trabaja fuera de Extremadura. En mi caso mis dos hijas, lo hacen en Madrid.

Pue bien, los extremeños con nuestra resignación y nuestra falta tradicional para ser capaces de reivindicar mejoras para Extremadura, lo pagaremos caro y estamos contribuyendo con nuestra actitud, a que los políticos que deciden las inversiones den de lado a Extremadura.

Y esto es un círculo vicioso, a menos reivindicación, vaciado de población y cada vez Extremadura tendrá menos importancia para los políticos, que lo que buscan son los votos.

La reapertura del Corredor Oeste Ruta de la Plata, convertido en un eje ferroviario de transporte de viajeros y mercancías, y en un corredor energético y de comunicaciones telemáticas, contribuiría en gran medida al desarrollo de todo el oeste de España, ahora sumido en un grave proceso de vaciamiento de población. Y a equilibrar el país con el corredor mediterráneo al que van destinadas la mayoría de las inversiones.

En muchas ciudades de la Ruta de la Plata, se ha comprendido esta situación y la gente ha salido masivamente a las calles. En Extremadura, no. Los extremeños, en su mayoría, se ha quedado cómodamente en casa, esperando que los problemas se resuelvan solos. Cosa que no sucederá. Como ha venido ocurriendo hasta el momento.

Hay una gran falta de concienciación social en el pueblo extremeño sobre la importancia estratégica del tren Ruta de la Plata para Extremadura. Por el contrario, sí que hay instituciones como las Cámaras de Comercio e Industria que han abanderado la idea desde el comienzo, Diputaciones, Ayuntamientos, partidos políticos con más o menos entusiasmo, empresas y asociaciones de empresarios, colegios profesionales y un buen número de ciudadanos a título personal apoyan la reapertura de este eje vital para las comunicaciones entre el norte y el sur de España a través del oeste de la península.

Este apoyo de la sociedad civil debería tenerlo en cuenta el gobierno en aras a que exista un equilibrio entre las regiones de España. Aunque a la población extremeña, le cueste salir a la calle.