¿ES NECESARIO UN TRASVASE TAJO – GUADIANA EN
EXTREMADURA?
Adelanto
que soy partidario de los trasvases de agua entre cuencas hidrográficas siempre
que estos estén justificados, porque existan excedentes de recursos hídricos en
la cuenca cedente y exista un déficit estructural de recursos de agua en la
cuenca cesionaria. Con la condición de que los usos actuales y futuros de la
cuenca cedente queden garantizados. Es decir, sólo pueden trasvasarse
cantidades excedentarias de agua y no puede peligrar la garantía de los usos en
la cuenca cedente.
En
épocas de sequía como la que vivimos, suele recurrirse a la figura de los
trasvases como si fueran el bálsamo de Fierabrás, para solucionar los problemas
hídricos que causa la ausencia temporal de lluvias. Pero llevar a cabo un
trasvase es una cuestión muy seria, que exige estudios concienzudos de la
situación en las cuencas cedente y cesionaria en un largo período temporal de
análisis. Aparte de que los trasvases suelen conllevar importantes inversiones
de ejecución y elevados gastos de explotación (energía) y mantenimiento y ha de
comprobarse su viabilidad técnica, económica y ambiental.
Como
consecuencia de la situación actual de sequía en Extremadura, en donde los
embalses de la cuenca del Tajo se encuentran en una situación bastante mejor
que los de la cuenca del Guadiana, se levantan algunas voces pidiendo la
ejecución de un trasvase de agua entre el Tajo (embalse de Valdecañas) y el
Guadiana (embalse de Cijara).
La
Junta de Extremadura en el año 2007, llevó a cabo un estudio para analizar un
posible trasvase Valdecañas – Segura que se demandaba desde el Levante español
y otro interno en Extremadura entre el Tajo y el Guadiana. El estudio concluye
que no es aconsejable el desarrollo de un trasvase de posibles excedentes en
Valdecañas, ni al Levante español para enlazar en La Roda con el actual
trasvase Tajo – Segura, ni un trasvase interno Tajo – Guadiana en Extremadura.
El
máximo excedente existente en Valdecañas, sería de unos 200 Hm3/año.
Respecto
al trasvase interno Tajo en Valdecañas - Guadiana en Cíjara, el estudio
concluye que la regulación del Guadiana extremeño resulta suficiente y no
justifica una inversión tan importante en unas obras que sólo servirían para
trasvases puntuales de como máximo 200 Hm3.
Y
porque la mayoría de las veces los períodos secos también afectarían al embalse
de Valdecañas. Ya que las sequías suelen producirse simultáneamente en ambas
cuencas.
Esto
sin tener en cuenta la deficiente calidad del agua del Tajo en Valdecañas,
posibles aportes de especies invasoras desde la cuenca del Tajo al Guadiana al
realizar el trasvase, y compensaciones por lucros cesantes de aprovechamientos
hidroeléctricos existentes en Valdecañas y otros embalses del Tajo que son de
titularidad de privada.
La
cuenca del Guadiana en Extremadura dispone de una alta capacidad de regulación,
una de las mayores de España, que se culmina con una conducción reversible
entre el embalse de Orellana (cuenca del Guadiana) y el embalse del Zújar
(cuenca del Zújar) que permite la interconexión de las dos cuencas y con la
nueva unión en marcha entre los embalses de Alcollarín y Sierra Brava.
En
momentos de sequía como el actual pueden existir vías de solución para asegurar
el riego en la cuenca extremeña del Guadiana sin afectar notablemente a otros
usos y sin necesidad de recurrir a trasvases internos entre el Tajo y el
Guadiana extremeños.
Examinemos
alguna.
1
– Reducción de los caudales ecológicos en época de sequía. Esta reducción
podría graduarse en función de los estados de Prealerta, Alerta o Emergencia que
se vayan declarando durante la sequía. Los caudales ecológicos en el Guadiana
extremeño ascienden a 800 Hm3 (el 65 % de los recursos necesarios para los
regadíos). Una reducción del 30 % de aquellos supondría disponer de 240 Hm3
adicionales que solucionarían el problema del riego y es una cantidad superior
al posible trasvase desde Valdecañas. Daría lugar a un posible deterioro
parcial del estado de algunas masas de agua, pero en todo caso éste tendría
carácter temporal y podría ser asumible por las mismas.
2
– Revisión del Convenio de Albufeira con Portugal, ya que en épocas de sequía
parece que no funciona adecuadamente.
Cuando
llueve y hay agua en abundancia en las cuencas internacionales hispano - lusas,
no suele haber problemas en ninguno de los dos países. Los inconvenientes
surgen en las épocas de sequía como la que estamos viviendo, cuando el agua
escasea y se producen los problemas.
Vamos
a analizar unos datos sobre la situación en la cuenca del Guadiana durante el
año 2022 que, a mi juicio, revelan que algo no funciona correctamente en las
disposiciones actuales de este Convenio de Albufeira, ya que la parte española
de la cuenca se encuentra perjudicada. Y, por tanto, parece conveniente una
revisión urgente del mismo.
A fecha 26 de septiembre de 2022, Alqueva se
encontraba en la cota 145,1 (estimación de 3.100 Hm3 acumulados) lo que
representa un 74,7 % del total y los embalses de la zona occidental del
Guadiana estaban al 22,3 % acumulando 1.815,4 Hm3.
En
un período de sequía como el que vivimos, con una climatología muy similar en
ambas partes de la cuenca, resulta que Alqueva acumulaba, él sólo, más recursos
hídricos que la totalidad de los embalses del Guadiana Occidental. Esto es
indicador de que algo en la actual redacción del convenio de Albufeira, no
funciona adecuadamente y España se está viendo perjudicada.
Hay
que llegar a una solución equitativa y justa para los dos países. La situación
descrita en la cuenca hidrográfica del Guadiana, indica que algo no funciona
bien en la aplicación de los índices actuales.
Afortunadamente,
con las últimas lluvias habidas se ha solucionado el problema en la cuenca del
Guadiana extremeño, y se podrán atender todos los usos la próxima campaña.
Parece que dejaremos de hablar de este, en mi opinión, innecesario trasvase.