CAÑETE HA PERDIDO EL DEBATE Y EL
POST DEBATE
En
un debate de reducido interés para los telespectadores, el share no llegó al 10
%, el más bajo de los últimos tiempos, David venció a Goliat. La Sra.
Valenciano superó al Sr. Cañete porque fue mucho más directa y sincera que su
contrincante y porque tiene más telegenia que el Abogado del Estado.
El
Sr. Cañete, sin chispa y leyendo los datos, sin usar el histrionismo campechano
que le caracteriza, sin comerse ningún yogur caducado, ni trozo alguno de carne
de vaca loca o algún melocotón como es su costumbre, se aferró al mantra de la
herencia recibida. Se calló que una buena parte de la misma estaba generada por
las Comunidades Autónomas dirigidas por el PP desde muchos años atrás de
terminar el mandato socialista en el gobierno central, como Madrid, Valencia o
Murcia por poner algunos ejemplos. O sea era una herencia compartida. Y esto de
la herencia es un cuento que ya no cuela. Sobre todo si después de dos años y
medio la situación que hay es peor que la herencia recibida. Aunque la propaganda oficial y los medios de comunicación turiferarios del poder traten de hacernos ver lo contrario.
Pero
con ser malo el perder este debate, han sido mucho peores sus declaraciones
después de celebrarse el mismo. Ahí se le ha visto el plumero al Sr. Cañete.
Ha
declarado que su superioridad intelectual le impidió acorralar a una mujer
porque se le podría tildar de machista. Lo que es machismo y del bueno es pronunciar
esa frase. Es un pensamiento que revela prepotencia, soberbia y desprecio por
la Sra. Valenciano en particular y por las mujeres en general.
En
primer término había que determinar si el Sr. Cañete tiene una inteligencia
superior a la Sra. Valenciano. Si el argumento es que el susodicho es abogado
del estado y su contrincante solamente tiene estudios universitarios y es políglota, la diferencia intelectual
radicaría en aprenderse como un papagayo 500 temas y soltarlos ante un
tribunal. Y esto no asegura que el Sr, Cañete tenga una inteligencia superior a
la Sra. Valenciano. Ni mucho menos. Puede asegurar como mucho, que tiene más
desparpajo.
La
inteligencia hay que demostrarla. Ayer el Sr. Cañete no la demostró a lo largo
del debate, posiblemente porque creyó que había ganado con creces antes de
celebrarse. Y este exceso de confianza fruto de su prepotencia, facilitó su
clara derrota.
Y
como la prepotencia y la soberbia conducen a no reconocer la derrota y los
errores que puedan haberse cometido, pues después se tratan de justificar con
frases como la proferida por el ex ministro.
Y
ahí es donde ha demostrado que de inteligencia no está muy allá. Con lo que
parece poder llegarse a la conclusión de que aprenderse de memoria 500 temas y
soltarlos ante un tribunal no garantiza que se tenga una gran dosis de
inteligencia. Sí que se tiene mucha memoria. Pero eso, a veces, no es
suficiente.
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