LA DÉCIMA DE MONTORO
El inefable Montoro juega de maravilla
con la décima aritmética. Veamos: el tercer trimestre del 2013 España creció un
0,1 % en el PIB y el cuarto trimestre de ese mismo año el ministro aseguró que
había crecido un 0,3 %, aunque después
rectificó y la cosa se quedó en un 0,2 %. Montoro a esa reducción de una décima
no dijo ni pío.
Con este “impresionante crecimiento” y
agarrándose a la bajada en la prima de riesgo, hecho que ha ocurrido en todos
los países rescatados gracias a la actuación del BCE y de Draghi, él y el
Gobierno han montado el trampantojo de que España ya sale de la crisis, somos
la admiración de la UE y España será la Alemania del Sur.
Como se ve, para el facundo ministro
el crecer una décima es algo desmesurado y el rectificar un error en el
crecimiento de otra décima es una nadería sin importancia y cosa baladí. Se ve
que nuestro eximio político maneja la décima a su antojo. Esta misma tesis de
que una décima no tiene importancia, según interese, vuelve a aplicarla para
valorar la desviación del cumplimiento de déficit en 2013. 0,12 puntos más de
lo previsto. Otra fruslería de nada. Se calla que el 6,5 % del PIB como déficit
para dicho año era una ampliación que había concedido la UE al que realmente nos
correspondía que era del 4,5 %. De igual modo silenció que si se suma el
rescate bancario, el déficit real estaría por encima del 7% del PIB.
Como los españoles en general vamos
despabilándonos, razonamos cada vez más y tenemos ojos en la cara para ver la
realidad, salvo los acólitos seguidores acérrimos y los beneficiarios de la
crisis, no nos creímos el trampantojo.
A este descreimiento
colaboran estudios de ONGs tan poco sospechosas como Cáritas Europa que en un
reciente informe arroja datos que son preocupantes y al tiempo sonrojantes. El
29,9 % de nuestra población menor de 18 años se encuentra en situación de
pobreza. Más de 8 puntos por encima de la media europea. Somos el segundo país
de la UE con peor índice solo superado por Rumania. Nos siguen Bulgaria y
Grecia países que junto a Rumania ocupan los últimos lugares de la UE en
potencial económico.
A nuestro dilecto
Montoro no le ha gustado el informe y dice que los de Cáritas son unos
desagradecidos por debatir sobre el tema, ya que no se atiene a la realidad de
España. Eso sí, no da ni un dato para desmontar el informe de Cáritas. Exige
que hagamos un acto de fe y creamos en sus palabras.
El problema para él
es que otras ONGs como Cruz Roja, Intermón Oxfam, o la Asociación de Ciencias
Ambientales con la situación de la pobreza energética, apuntan en la misma
dirección que Cáritas.
Sería conveniente que
el señor ministro se decidiera a abandonar por unos días su despacho y darse un
garbeo por Madrid y otros lugares, para comprobar la proliferación de comedores
sociales en donde millones de familias subsisten gracias a la solidaridad de
entidades privadas y de los ciudadanos ¿Quizás la labor que hacen Cruz Roja,
Cáritas o el Banco de Alimentos como principales actores junto a un montón de
ONGs más, es para Montoro, como su décima de error en el déficit, cuestión poco
importante?
Tal vez después de lo
atisbado en ese paseo, él y sus adláteres se decidirían a trabajar con ahínco y
tomar medidas adecuadas para resolver, de una vez por todas, el gravísimo
problema social que arrasa España.