¡HASTA EL TREN NOS QUITAN¡
Extremadura
parece que está sentenciada. No sé quién, en no sé dónde, ha decidido que
nuestra región ha de ser una reserva natural que debe permanecer como reliquia
de lo que un día fue la naturaleza en su estado prístino. Y así andamos. Sin
industria, sin empresarios ni empresas, reduciendo población y aumentando el
paro, con débiles infraestructuras - sólo se han salvado, parcialmente, las
autovías - y en manos de unos políticos
que lo único que les preocupa es el “tótem” del medio ambiente al cual someten y
condicionan cualquier tipo de iniciativa por temor a posibles protestas
ecologistas.
La
culpa de este estado de cosas la tenemos única y exclusivamente los extremeños.
Somos un pueblo atemorizado, servil y resignado, con unos políticos de corto
alcance sin visión alguna del futuro regional, que se aprovechan de la falta de
respuesta de la población, la cual está representada casi exclusivamente por
unos grupos de visionarios ecologistas que son los únicos que protestan en
cuanto se promueve la más mínima iniciativa. Esta es la imagen visible de un
pueblo sumido en la resignación que nunca ha reivindicado nada, ni se ha
movilizado y que por eso ocupa el último lugar en casi todos los indicadores
económicos y sociales que analicemos.
Hay
ejemplos a porrillo de iniciativas yuguladas. La Marina de Valdecañas un
emporio de riqueza que se viene abajo para conservar un espacio sin valor
ambiental alguno pero que a base de lápiz sobre un mapa se había declarado como
ZEPA.
La
refinería que se cargaron entre unos y otros y que en el colmo de la
desvergüenza le dio la puntilla un ministro del PP con intereses en empresas
petrolíferas bajo cuyo mandato se firma la DIA (Declaración de Impacto
Ambiental) negativa, cuyo documento es un ejemplo de disparate técnico y
ambiental, después de haber estado dándole vueltas y más vueltas al tema los
socialistas de aquí de Extremadura y los de allí de Madrid durante seis o siete
años.
Instalaciones
de energías renovables languideciendo para beneficiar a un oligopolio eléctrico
que además tiene explotados los cursos de agua extremeños sin casi beneficio
para la región.
Infraestructuras
hidráulicas paradas años y años por temas ambientales: regulación del Tiétar,
presa del Golondrón, canal de Barros, sin que se dé solución alternativa alguna
y sin que los diferentes gobiernos
extremeños reivindiquen nada de nada ante Madrid.
Regadíos
congelados en Tierra de Barros, Monterrubio, la Serena (D.Benito – Villanueva-
La Haba), Ortiga - Guádamez y Alcollarin, en los que siguen mareando la perdiz
tanto los socialistas como los populares, porque a los ecologistas no les
gustan los regadíos. Sin valorar que la industria agroalimentaria derivada de
ellos puede ser una de las patas principales de un desarrollo sostenible de
Extremadura.
El
colmo de los despropósitos, y siento de verdad tener que señalarlo, se
encuentra en el reciente formado gabinete de Fernández Vara. La Consejería de
Agricultura, sector que, insisto, a través de la industria agroalimentaria
puede ser uno de los ejes de nuestro desarrollo, pasa a denominarse de Medio
Ambiente y Políticas Agrarias. Es el nuevo ecologismo de vía estrecha de
nuestros políticos. Ya me contarán el panorama que se avecina. Las primeras
reuniones serias del consejero han sido con ecologistas y no con agricultores o
industriales ¿Dónde están las organizaciones agrarias?
Líneas
férreas cerradas sin la menor contestación ciudadana. En 1984 suprimieron la
línea de la Ruta de la Plata, eje fundamental de unión del norte y sur de España
a través de Extremadura, sin que nadie elevara la más mínima protesta. Se hizo
una manifestación en Cáceres y no acudimos a ella ni 100 personas.
Y
ahora nos dejan sin AVE, la electrificación de la línea ni está ni se la
espera, para colocarnos unos trenes diésel desechados de otras regiones y así
callarnos la boca. Hace unos días una amiga mía tardó 8 horas en recorrer el
trayecto ferroviario Madrid – Cáceres.
Para
rematar la faena el tren Lusitania Madrid – Lisboa que ya lo eliminaron por
Valencia de Alcántara, que es el trayecto más corto entre ambas capitales, lo
llevan ahora por Salamanca - vean en un mapa la vuelta que hay que dar - en lugar de por Badajoz que es el segundo
trayecto más corto y por donde iría el futuro AVE, si es que se termina de construir
que en todo caso será “ad calendas graecas”.
En
fin que con estos políticos y la resignación de los extremeños el porvenir
regional no parece ser muy halagüeño. Esperemos que cambien las cosas. Pero sólo
lo harán si los extremeños protestamos, reivindicamos y nos movilizamos. Cosa
difícil.
Después de esta filípica
les dejaré por unos días, para respetar sus merecidas vacaciones. Y las mías. La
última semana de agosto volveré a abusar de su amabilidad. Muchas gracias por
el tiempo que me dedican.