viernes, 24 de febrero de 2023

 

TRENES: DIFERENTES VARAS DE MEDIR

Renfe, Adif y el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de quien dependen los dos primeros organismos, llevan años sin resolver el problema ferroviario que afecta a Extremadura. Pero en los últimos tiempos las actuaciones de estos organismos en Extremadura están alcanzando cotas que rozan el escarnio.

Los extremeños hemos sufrido y seguimos padeciendo en nuestras carnes, las vicisitudes de un servicio ferroviario propio del tercer mundo. Y así llevamos años y años. Primero prometieron un tren AVE que iba a llegar a Lisboa en 2010, luego otro AVE, pero con menos plumas, después una línea de alta velocidad, más tarde un tren de altas prestaciones y al final nos han colocado un Alvia de desecho de tienta de Galicia, convenientemente maquillado en los talleres de Talgo. Como el material rodante es tan viejo, se avería un día sí y otro también. Pues bien, a eso lo llaman ahora un tren digno. Como puede comprobarse el grado de degeneración ferroviario que soportamos en Extremadura, es notorio.

Este Alvia, sólo circula uno diario por sentido, es el tipo de convoy más moderno del que se dispone en Extremadura, las otras unidades que operan son los Intercitys, los Media Distancia y un Talgo del año de la polka, que llevan prestando servicio desde hace largo tiempo. Continuamente se producen incidentes y retrasos, que ni se sabe. Es raro el usuario del tren en Extremadura, que no haya padecido alguna peripecia relacionada con este deplorable servicio ferroviario.

La línea Badajoz – Madrid, que es la joya de la corona, está todavía inconclusa en su nuevo trazado, pues desde Plasencia a Madrid se siguen utilizando las antiguas infraestructuras y no se prevé su terminación hasta 2030 o “ainda mais” que diría un portugués.

Inauguraron con toda pompa y circunstancia el tramo Badajoz – Plasencia, a medias, con tramos antiguos incluidos y, por supuesto, sin electrificar, cuestión que todavía está pendiente de resolver en este primer trayecto. Hasta se trajeron al Rey para el evento. Todo por hacerse la foto y tratar de engañar una vez más a los sufridos extremeños, a los que toman por tontos.

Después de la pomposa inauguración, han seguido los incidentes, retrasos y toda clase de anomalías, día tras día sin que se haya hecho nada por parte de la Junta de Extremadura para exigir responsabilidades. Lo máximo que se logró fue que Madrid destituyera a dos mandos intermedios, a los que cambió de sitio. Y sanseacabó.

Ha tenido que producirse la “chapuza” de diseño ocurrida en los trenes de Cantabria y Asturias, para que la ministra, con el fin de salvar su cabeza, se haya visto obligada a promover la dimisión del presidente de Renfe y de la secretaria de Estado de Transportes, antigua presidenta de Adif. Ha bastado una ligera presión de los presidentes de estas dos comunidades autónomas, para que rodaran cabezas en el Ministerio. Tal vez ambos mandatarios hayan tenido suerte en su empeño por la proximidad de las elecciones. Pero el hecho es que han conseguido dos trofeos de caza mayor. Y, de paso, la gratuidad del servicio hasta el año 2026. De donde podemos deducir que se hace más caso a Asturias y a Cantabria que a Extremadura y las varas de medir son muy distintas.

De todo lo anterior, puede concluirse que los extremeños somos españoles de segunda categoría que tenemos que aguantar carros y carretas, sin que aquí nadie mueva un dedo para exigir las responsabilidades inherentes a la serie de estropicios ferroviarios que los extremeños venimos padeciendo “in illo témpore”.

Debe de ser que nuestro espíritu de resignación y sometimiento es bien conocido en Madrid y no nos hacen el más mínimo caso, porque no hay nadie en Extremadura, que reivindique su derecho a ser tratada como el resto de comunidades autónomas. Derecho que corresponde al hecho, de que los extremeños pagamos los mismos impuestos que el resto de españoles. Y, por consiguiente, merecemos un trato similar.

Visto lo visto con el tren de Madrid, la reapertura de la vía férrea del Corredor Oeste – Ruta de la Plata, se presenta como ardua tarea. Una vía férrea que fue cerrada con premeditación y alevosía y cuya reapertura sería una solución de primer nivel para rehabilitar al oeste de España y a Extremadura. No se enteran de que esta vía es el medio para conseguir un transporte más rápido y menos contaminante de mercancías y viajeros hacia el norte de España y Europa y hacia el Sur de España y desde allí a África y América, sin tener que pasar obligatoriamente por Madrid que se ha convertido en un cuello de botella para el tráfico ferroviario.

Nadie hace nada eficaz en Extremadura para exigir al Ministerio de Transporte que el tramo Plasencia - Salamanca, sea propuesto a la Comisión Europea para incluirlo en la Red Básica Transeuropea de Transporte y poder financiar con fondos de Europa las obras de este tramo (120 km y unos 900 Millones de euros de inversión) que resolvería en primera instancia la comunicación norte – sur de la península y sería un eje importantísimo para evitar el despoblamiento del oeste de España.

Mientras tanto el 40 % de las inversiones ferroviarias se van a Cataluña y Valencia y al Corredor Mediterráneo, provocando un grave desequilibrio entre comunidades autónomas y la plasmación de una España de dos velocidades, lo que afecta sobremanera a Extremadura que padece una estructura ferroviaria que deja mucho que desear, y que se convierte en un obstáculo insalvable para facilitar su desarrollo.

 

viernes, 17 de febrero de 2023

 

NUEVOS PLANES HIDROLÓGICOS: VIEJOS DEFECTOS

En el BOE de fecha 10 de febrero de 2023, se publica el Real Decreto 35/2023 de 24 de enero, por el que se aprueba la revisión de los planes hidrológicos de las demarcaciones hidrográficas intercomunitarias e internacionales españolas. Esta tercera revisión, los planes hidrológicos de acuerdo con la Directiva Marco del Agua (DMA) han de revisarse cada seis años, se extenderá al período 2022 – 2027.

En la mayoría de las cuencas y especialmente en la del Tajo, sobre la que centraré una buena parte de mis comentarios, ha habido discusiones y desacuerdos porque estos nuevos planes revisados, en general, mantienen los mismos defectos de la planificación anterior. Y se ha hecho nada o muy poco por eliminarlos o reconducirlos.

La madre del cordero, que diría un castizo, radica en que estos planes están basados en disposiciones de la DMA y ésta es una norma de corte ambientalista. Por otra parte, esta disposición básica en Europa para regular las políticas del agua, está confeccionada en base a las condiciones climáticas del centro y norte de Europa y no tiene para nada en cuenta las particularidades climáticas de la zona mediterránea europea, que afectan principalmente a Portugal. España, Italia y Grecia.

El primer defecto de importancia de los planes, es la aplicación de los caudales ecológicos. El concepto de caudal ecológico, que no está definido en la DMA, es introducido por la administración española en 1999, porque se entendía que su consideración como restricción previa a los sistemas de explotación - es decir los caudales ecológicos son prioritarios respecto de todos los usos, excepto el abastecimiento urbano y esto solo si no hay alternativa - serviría para alcanzar el buen estado de las masas de agua que propugna la DMA.

Sorprendentemente no se tuvo en cuenta al tomar esta decisión, la especial hidrología del clima mediterráneo que tiene la característica de que en época estival el caudal natural de muchos de nuestros cursos de agua tiende a cero. Por otra parte debido a la distribución irregular de las lluvias en el espacio y en el tiempo que se da en España, es necesario regular agua en embalses durante los períodos húmedos para usarla en los secos. Y todo esto no se tiene en cuenta en la determinación de los caudales ecológicos.

Por cierto, los métodos hidrológicos e hidrobiológicos que se aplican para su determinación, dan resultados muy dispares y no están homologados.

El paradigma de los caudales ecológicos se da en el curso principal del río Tajo. En el plan hidrológico anterior (2016 – 2021) se fijaron unos caudales mínimos de 6 m3/s (189,2 Hm3/año) en Aranjuez y 10 m3/s (315,3 Hm3/año) en Toledo y Talavera de la Reina.

En la nueva revisión del plan hidrológico, estos caudales ecológicos en el eje del río experimentan alzas desmesuradas. Se establece un período transitorio (siempre con valores de los caudales ecológicos nuevos superiores a los antiguos) y desde el 1 de enero de 2027, se fijan los definitivos que suponen fuertes aumentos sobre la situación actual.

Los valores nuevos a aplicar desde 2027 son 273 Hm3/año en Aranjuez, 544,1 Hm3/año en Toledo y 583,7 Hm3 / año en Talavera de la Reina.

Si se consolidan estos valores, el trasvase Tajo – Segura, que lleva funcionando 43 años, tendrá que reducir sensiblemente las cantidades a trasvasar, poniendo en peligro la economía agroalimentaria de miles de hectáreas del Levante español. Creo que pueden existir soluciones para evitar esta grave situación, las cuales ya expuse en este blog.

En la XX Jornada Técnica de FENACORE (Federación Nacional de Comunidades de Regantes), el catedrático de Hidráulica de la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid, Luis Garrote, presentó una comunicación de gran interés en la que se daba cuenta de la repercusión de mantener los caudales ecológicos en general, sobre la disponibilidad de agua para otros usos.

Veamos los casos de las cuencas del Tajo y Guadiana que son las que más afectan a Extremadura, desde donde escribo.

CUENCA

DISPONIBLE

NATURAL %

DISPONIBLE

REGULADO %

DISPONIBLE

PERC. 5 % (%)

DISPONIBLE

PERC. 10 % (%)

DISPONIBLE

PERC. 15 % (%)

GUADIANA

1

46

43

41

40

TAJO

6

66

50

41

38

 

Como se deduce de la tabla anterior, mantener caudales ecológicos disminuye la disponibilidad para otros usos, siendo más acusada la disminución en la cuenca del Tajo que en la del Guadiana, y mayor cuanto más lo sea el percentil utilizado para determinar los caudales ecológicos mínimos mediante métodos hidrológicos.

Y los caudales ecológicos al tener que abastecerlos desde la red de embalses y no prever nuevas obras de regulación para suministrarlos, lo que traen consigo es una reducción de la garantía de los usos socioeconómicos y especialmente la de los regadíos que es el uso que más agua utiliza.

Otra cuestión que no resuelve la nueva planificación es la situación de los sistemas deficitarios de riego que existen en la cuenca del Tajo: Henares, Alberche, Tiétar y Árrago, pues en lugar de buscar soluciones, se reducen las dotaciones de riego sin que se haya llevado a cabo la modernización de las zonas regables u otras soluciones al problema, lo que es un método muy original para que no existan zonas deficitarias: rebajar las dotaciones.

La última cuestión a considerar es la obsesión de estos planes por la recuperación de los costes del agua. Actualmente se recuperan los costes del servicio, mediante el pago de los cánones de regulación o las tarifas de utilización del agua. Pero quieren introducir los costes ambientales y los del recurso, de definición ambigua y aplicación difícil. El resultado será que, si se aumentan los costes del agua, a todos los usuarios les resultará más cara y en particular bastantes explotaciones de riego disminuirán su capacidad de pago y desaparecerán.

En conclusión: nuevos planes hidrológicos, viejos defectos.

viernes, 10 de febrero de 2023

 

DESEMBALSES E INUNDACIONES EN PLASENCIA.

Con las abundantes lluvias acontecidas en diciembre del pasado año y primeros de enero del presente, la presa del Jerte (59 Hm3 de capacidad) que abastece a Plasencia, ha alcanzado casi un 88 % de su volumen máximo de almacenamiento y se ha visto obligada a desembalsar agua, cosa que no se hacía desde hace bastante tiempo.

Se alivia agua por razones de seguridad, para mantener un resguardo que permita laminar posibles futuras avenidas, en una cuenca que tiene elevada pluviometría en cabecera y que presenta un tiempo de concentración bastante reducido. El tiempo de concentración es el tiempo que una gota de agua que cae en el extremo más alejado de la cuenca, tarda en llegar al punto de salida (en este caso a la presa).

Hasta aquí todo normal, salvo lo sorprendente de una noticia en los medios de comunicación adicional al desembalse: “Plasencia se ve obligada a cerrar el acceso a parques y zonas cercanas al cauce del río Jerte, debido a que se han inundado cuando se ha efectuado el desembalse último desde la presa”. La información se ilustra en los medios, con fotografías del río Jerte desbordado, e invadiendo los parques situados en sus proximidades.

Y uno se pregunta ¿siempre que se ha aliviado agua de la presa han ocurrido estas inundaciones? ¿se ha tenido que desembalsar con el máximo que permite el aliviadero de labio fijo y los desagües de fondo? ¿se podía haber regulado el desembalse, de modo que no hubiese inundaciones de los parques aledaños al río en Plasencia? ¿existe algún modo de evitar estas inundaciones?

Y la pregunta del millón y donde creo que radica la clave del problema ¿el álveo o cauce del río Jerte entre la presa y Plasencia y a lo largo del tramo urbano del río que afecta a la ciudad, ha reducido con el tiempo su sección hidráulica por invasión de sedimentos, maleza, árboles y arbustos, de modo que es incapaz de evacuar la avenida que produce el desembalse?

Supongo que cuando se diseñó la presa en cuestión, la capacidad de desembalse máximo estaría acorde con la capacidad de evacuación máxima del cauce del río Jerte aguas abajo de la presa, especialmente para evitar las inundaciones en Plasencia. No resulta lógico que cuando la presa alivia agua, una ciudad de 40.000 habitantes pueda verse afectada. Eso no es razonable, ni técnicamente admisible.

Yo creo que el problema radica en que el Ministerio de Transición Ecológica, abducido por las tesis de ecologistas radicales, ha optado por no actuar sobre los cauces de los cursos de agua mediante su limpieza y acondicionamiento. Y estas son las consecuencias de esta desacertada política.

Pregunta ¿cuánto tiempo hace que no se actúa en el cauce del río Jerte entre la presa y el final del tramo urbano del río en Plasencia? Me temo que hace mucho tiempo. Ya que si se hubiera actuado estas inundaciones de los paseos placentinos cercanos al río no se hubieran producido.

Siguiendo las tesis ecologistas de dejar los ríos a su funcionamiento natural, sin intervenir sobre ellos, en Plasencia ya pueden irse preparando pues con el transcurso del tiempo y la falta de actuaciones sobre el cauce del Jerte, la sección hidráulica irá disminuyendo, la capacidad de evacuación de agua del río será cada vez menor y el área inundada aumentará.

Luego basta con echar la culpa a la proximidad de las construcciones a los cauces, que desde luego hay que regular y evitar, y ya nos quedamos tranquilos y todos felices y contentos. Y así hasta la próxima inundación.

Este problema no es exclusivo de Plasencia. Hay muchas otras ciudades donde ocurre. Un ejemplo es Zaragoza en donde el río Ebro llega a invadir zonas urbanas en cuanto la avenida es un poco mayor de lo normal. Creo que llega hasta el recinto de la Expo del Agua. Por no hablar de los miles de hectáreas de uso agrícola y ganadero que se inundan. En los últimos tiempos la presión social ha llevado a la Confederación Hidrográfica a tener que realizar labores de acondicionamiento del río, para tratar de evitar estos problemas.

A mí me parece acertado que se busque el mantenimiento de la biodiversidad en los cauces de los cursos de agua, pero esto tiene que ser compatible con que no se produzcan inundaciones que afecten a personas, ni a bienes públicos o privados. Y especialmente esto hay que tenerlo en cuenta en los tramos urbanos de los ríos y arroyos, que son los que pueden ocasionar afecciones con daños más graves y alto riesgo de que los mismos puedan afectar a personas. Recuerden los casos extremeños de inundaciones en Badajoz y Valverde de Leganés en noviembre de 1997, que se cerró con más de 20 muertes.

Creo que el Ministerio competente en el agua habría de llevar a cabo un programa de acondicionamiento de cauces a nivel nacional, de modo que problemas como el de Plasencia o Zaragoza se eliminen de una vez por todas. Aunque el medio ambiente sufra un poquito. Porque si no lo hacen sufrirán los ciudadanos.

Pero con este Ministerio todo es posible porque su grado de ideologización ecológica es de tal calibre, que parece que para este departamento el medio ambiente ha de predominar sobre los intereses de los ciudadanos.

 

 

viernes, 3 de febrero de 2023

 

VÍA VERDE, VERSUS VÍA FÉRREA

En ciertos estamentos oficiales de Extremadura, andan de albórbola, alegría y algazara con la inauguración del tramo de vía verde o camino natural en que han convertido lo que fuera otrora vía férrea de la Ruta de la Plata, entre Plasencia y algo más allá de Béjar.

Como es sabido esta nueva vía verde está situada sobre lo que fue vía férrea Ruta de la Plata, de la que el tramo entre Plasencia y Astorga fue desactivado para el servicio de viajeros en 1985 y diez años más tarde para el de mercancías, con la falaz justificación de que no era rentable. Y posteriormente ha sido desmantelada la infraestructura viaria y convertida en vía verde ahora. Como si en Extremadura no existiesen cientos de rutas verdes senderistas para practicar deporte en contacto con la naturaleza.

La Junta de Extremadura consintió hace ya 38 años, esta desactivación de la vía férrea, totalmente contraria a los intereses del transporte en Extremadura, sin mover un músculo. Pero no sólo eso, la mayor parte de la población extremeña pasó del tema. Como ejemplo a una manifestación que tuvo lugar en Cáceres por aquellas ya lejanas fechas creo que no acudiríamos más de 100 personas. Así que como en tantas ocasiones los extremeños tenemos lo que nos merecemos.

El eje de la Ruta de la Plata es de orígenes muy antiguos y se remonta a la época del dominio romano en España. Los ingenieros romanos con la clarividencia que les caracterizaba diseñaron un eje de comunicación muy importante entre Emérita Augusta (Mérida) y Astúrica Augusta (Astorga). La Ruta de la Plata se continuaba entre Mérida y Sevilla y entre Astorga y Gijón. Y constituiría un eje norte – sur de España de comunicación directa sin tener que pasar por el centro de la península, como ahora.

En 1896 se inauguró la vía férrea Ruta de la Plata que se mantuvo activa hasta 1985 para viajeros y hasta 1995 para mercancías, casi un siglo de actividad. El cierre de la línea entre Plasencia y Astorga, dejó a la ciudad placentina en un fondo de saco y a núcleos tan importantes como la industriosa ciudad de Béjar o Benavente sin servicio ferroviario.

Las consecuencias han sido que la eliminación del tramo Plasencia – Astorga y especialmente el tramo estratégico Plasencia - Salamanca ha dejado rota la comunicación norte – sur de España por el Corredor Oeste y todas las mercancías y viajeros han de circular por Madrid, lo que supone no sólo más distancia en kilómetros, sino más tiempo en la logística del transporte, ya que Madrid es un cuello de botella por la gran densidad de tráfico ferroviario que soporta.

La rotura del Corredor Oeste – Ruta de la Plata hace que España esté desequilibrada, pues mientras se promociona el Corredor Mediterráneo que favorece al este de España, al Oeste se le deja inerme sin equilibrar el modelo de transporte y hacer un modelo circular y equilibrado en lugar de uno radial que favorece a Madrid y al Mediterráneo español.

Un movimiento ciudadano con las Cámaras de Comercio e Industria de las localidades y provincias que forman la Ruta de la Plata al frente , está solicitando del Ministerio de Transporte de España la inclusión del tramo ferroviario Plasencia – Salamanca en la Red Básica Transeuropea de Transporte y los tramos Salamanca – Astorga y Mérida – Sevilla en la Red Ampliada, de modo que en el más brevo tiempo posible se reconstruya el tramo ferroviario Plasencia – Salamanca (unos 120 km de recorrido e inversión estimada de 900 Millones de Euros, financiables con Fondos Europeos) y seguidamente los otros dos tramos para dejar operativa otra vez, una línea que nunca debió desaparecer.

En el oeste español se está produciendo un vaciamiento de población en su territorio. Precisamente por no contar con un corredor de transporte ferroviario como es el Corredor Oeste – Ruta de la Plata, que facilitaría la llegada de industrias a un área que languidece día tras día. Y además el Corredor Oeste – Ruta de la Plata se convertiría en un corredor multifuncional que no sólo estaría formado por una línea de transporte de viajeros y mercancías, sino que se convertiría en un corredor de transporte de energía (hidrógeno verde), y también de conectividad digital de todo el oeste español.

En una jornada celebrada hace unos meses en Plasencia se demostró el alto interés que para muchas empresas radicadas en el oeste de España le supone la reapertura de la vía férrea Ruta de la Plata. Representantes de industrias automovilísticas, de logística ferroviaria y agroalimentarias entre otras manifestaron la necesidad y urgencia de reactivar cuanto antes este corredor, que además del ahorro en distancia y tiempos para viajeros y mercancías supondrá un ahorro de emisiones de CO2 en el proceso de descarbonización de la sociedad en el que estamos inmersos.

El Ministerio de Transporte parece hacer oídos sordos a la petición del Oeste español y no ha pedido incluir el tramo Plasencia – Salamanca en la Red Básica y los otros dos tramos en la Ampliada.

Pero se va a seguir luchando e insistiendo ante el Parlamento Europeo sobre la necesidad de reabrir este Corredor Oeste – Ruta de la Plata e incluirlo en la Red Básica, porque favorece los intereses de España, pero también los de Europa al facilitar las comunicaciones con ella, y también beneficiaria a Portugal. Especialmente todo el oeste español resultaría favorecido al mejorar la comunicación con los mercados europeos, y con los puertos del norte y sur de España, y desde aquí con América y el Norte de África.

Esperemos que se imponga la racionalidad y se consiga la inclusión del Corredor Oeste – Ruta de la Plata en la Red Básica de Transporte Transeuropea y la reapertura de este eje vital para el desarrollo del oeste español.