miércoles, 7 de mayo de 2014

MOCIÓN DE CENSURA EN EXTREMADURA

La moción de censura es una acción política totalmente legal y el partido que reúna las condiciones para hacerlo, si concurren causas justificadas como es el caso de Extremadura, está en su perfecto derecho de presentarla. Aunque la pierda como va a ocurrir con la que ha interpuesto el PSOE en el Parlamento Extremeño.

El Gobierno del PP, apoyado en la abstención de IU, legítima pero incomprensible en un partido que se dice de izquierdas, lleva gobernando Extremadura desde julio de 2011, va para casi tres años y los resultados obtenidos han dejado a la región en peores condiciones de las que había cuando abandonaron el poder los socialistas.

Más desempleo, más deuda total y per cápita, emigración de jóvenes y pérdida de población, y recortes muy importantes en inversión pública con práctica inactividad de las Consejerías inversoras, en educación con despido de profesores y aumento de las ratios por aula, cierre de urgencias de varios PAC rurales y listas de espera “in crescendo” en sanidad, lentitud desesperante en la tramitación de las ayudas a la dependencia y en la renta básica, determinan que el  principal partido de la oposición haya encontrado razones justificadas para poner en marcha este mecanismo parlamentario.

Eso sí el Gobierno de Extremadura ha utilizado con profusión la propaganda y el marketing para vender su actuación a los extremeños, dirigido el tinglado por un tal Iván, fichado por Monago para la campaña electoral que le dio la victoria en julio de 2011 y elevado a la dignidad de Consejero valido. Todo ello con la complacencia de IU y con la deserción de última hora del PREX-CREX que obtuvo sus diputados en las listas del PSOE y con el programa electoral de este partido. Sin esas premisas los dos diputados tránsfugas del PREX-CREX jamás hubieran resultado elegidos.

El último episodio protagonizado por el PP ha sido la negociación con el Gobierno de Rajoy de la deuda histórica de Extremadura. Esta deuda ha de ser entendida como la compensación por la dejadez histórica que, por razones varias, el Estado ha tenido con la región, originada por  acontecimientos diversos: predominio de la nobleza, de las órdenes militares y de los terratenientes, que dejaron a Extremadura sin burguesía, lo que trajo consigo la pérdida del tren del desarrollo acontecido en el siglo XX y además padecer una importante emigración y consecuente pérdida de población.

Consecuencia de esta falta de atención es que Extremadura dispone hoy de un peor nivel de servicios que la media nacional; el ferrocarril y las comunicaciones aéreas son un ejemplo paradigmático, pero la falta de industrias, porque la región no disfrutó de ningún polo de desarrollo industrial, y el menor grado de servicio asistencial en nuestras instalaciones sanitarias que no alcanzan la cota de la media nacional, también lo serían. La nivelación de estos y otros servicios son los que habrían de corregirse con la deuda histórica que un equipo de docentes de la Universidad de Extremadura evaluó en 14.000 Millones de Euros. Monago la cerrará con Rajoy en 430 Millones de Euros. ¡Ya me dirán¡


El intento de evitar tamaño perjuicio para Extremadura justificaría por sí mismo la moción de censura. Pero como se ha visto antes existen suficientes razones además de esta para presentarla. Cuando además el partido gobernante apoyado en dos extrañas fuerzas políticas se niega al pacto y al diálogo. Aunque la moción se pierda que va a ser el caso del PSOE en Extremadura. Pero había que hacerlo. Es un inesperado golpe político que el partido gobernante ha acusado de inmediato. Dentro de un año los extremeños, en las urnas, decidirán a quien le asistió la razón. Esa es la democracia.

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