jueves, 25 de mayo de 2017

EL CLUB SENIOR DE EXTREMADURA

Desde hace aproximadamente un año formo parte del Club Senior de Extremadura. Un amigo mío sugirió mi nombre como posible futuro miembro a algunos socios del club y estos se dirigieron a mí para pedirme que me integrara en el mismo. Y acepté.

El Club Senior de Extremadura es un foro de opinión y de debate sobre la situación de nuestra tierra. Está constituido por un grupo de jubilados o de personas próximas a la jubilación. Su fin primordial es colaborar a que Extremadura mejore sus perspectivas de futuro mediante la aportación de una serie de análisis de la situación y búsqueda de posibles soluciones para progresar en nuestro desarrollo y conseguir unas mejores condiciones de vida para los extremeños.

Lo forman alrededor de 150 socios entre los cuales hay profesionales de muy diversas titulaciones que han ocupado un amplio espectro de puestos de trabajo en la empresa, en la universidad, en la política o en la administración.

La amplitud del arco profesional de los socios permite que los análisis regionales que se llevan a cabo tengan la posibilidad de dar una visión bastante completa de la problemática de Extremadura contemplada desde muy distintos puntos de vista. El Club sería como una consultora formada por numerosos profesionales de distintas áreas que debaten sobre la situación y propugnan soluciones que lleven a mejorar nuestro futuro. Podíamos definirlo como una especie de “think tank” de reflexión y análisis de nuestro devenir aportando vías de salida para mejorar Extremadura.

Anualmente el Club organiza un Foro, este año ha tenido lugar el cuarto en Jerez de los Caballeros hace unos pocos días, en donde se han presentado distintos análisis por sectores realizados por grupos de trabajo a cuyo frente se encuentra un coordinador.

En esta reunión se debaten estos informes sectoriales presentados por los distintos equipos: macroeconomía, infraestructuras, sector agrario, energía, turismo, industria y políticas sociales. Después de analizar la situación se apuntan soluciones para tratar de mejorar las circunstancias negativas que afectan a Extremadura.

Un manifiesto final transmite a la sociedad extremeña la opinión del Club sobre los aspectos analizados.

Creo que los jubilados una vez abandonado el servicio activo podemos seguir aportando ideas y soluciones a la sociedad y colaborar en su mejora. Nuestra experiencia y conocimientos pueden servir de ayuda a los que nos gobiernan y a la sociedad civil en la toma de decisiones.

A nivel personal me resulta muy gratificante poder seguir colaborando en buscar soluciones a la grave problemática que afecta a Extremadura y a los extremeños. La situación de la región no es especialmente brillante al mantenerse los problemas clásicos que nos afectan desde hace muchos años.

Un elevado paro estructural consecuencia de la reducida industrialización de nuestra región, pérdida de población y envejecimiento de la misma, falta de infraestructuras sobre todo ferroviarias y aéreas, ausencia casi total de emprendedores y una universidad mal orientada en sus objetivos, dan como resultado que ocupemos el último puesto en PIB y renta “per cápita”  en el concierto español.

Es más fácil llevar a cabo un análisis de cómo se encuentra Extremadura, que buscar soluciones para resolver los problemas que tenemos. Y más complicado todavía es implementar estas soluciones para que den el resultado apetecido.

Así que estamos ante una perspectiva difícil. Sobre todo porque no hay recetas mágicas que puedan aplicarse en 24 horas. El cambiar un modelo productivo y económico lleva su tiempo y el esfuerzo coordinado de mucha gente. No va a ser fácil hacerlo. Pero hay que intentarlo.

En este camino habría de acompañarnos la administración general del Estado. No se trata de ser pedigüeños sino de recordar que Extremadura ha sido una región secularmente abandonada del poder central. Aquí durante muchos siglos camparon a sus anchas los nobles, las órdenes militares y los terratenientes con sus caciques. Y Extremadura se quedó atrás. No hubo burguesía que la industrializara.

Tampoco el régimen franquista hizo nada extraordinario por Extremadura. Su mayor aportación fue la importante regulación de agua conseguida y los regadíos que se pusieron en marcha. Presumieron del Plan Badajoz. La inversión de este Plan (1952 – 1975) se elevó a algo más de 5.000 Millones de pesetas. Unos 30 Millones de Euros. Lo que cuesta construir hoy día un tramo de autovía de 10 kilómetros en orografía de tipo medio.

El Club Senior de Extremadura puede ser una palanca para reivindicar la situación de Extremadura ante los poderes públicos. Presentando propuestas imparciales y bien documentadas, al margen de la lucha política.

Por mi parte me gustaría seguir perteneciendo muchos años a este club. Por la cuenta que me tiene. Será un signo inequívoco de que sigo vivo.

viernes, 19 de mayo de 2017

EL NUEVO HOSPITAL DE CÁCERES

Nunca había escrito en este blog sobre un tema de tanta relevancia para los cacereños y para los pacientes de su área de influencia sanitaria como es la construcción del nuevo hospital de Cáceres. Dado que el tema está de gran actualidad y como posible afectado, me propongo reflexionar sobre la situación en la que se encuentra el proceso de terminación del mismo, intentando contribuir a que se culmine la actuación con racionalidad y éxito.

Advierto que soy lego en materia sanitaria y en temas de medicina en general. Sólo soy portador de algunas ideas básicas que me transmitió mi padre, que era médico y ejerció su profesión durante más de 40 años. Así que para analizar situaciones que se producen en el ámbito de la sanidad suelo aplicar las únicas armas de las que dispongo: el sentido común y la consulta a los que saben.

Reúno, eso sí, la condición de paciente. Uno ya tiene una cierta edad y empieza a padecer diferentes goteras que exigen revisiones periódicas por parte del personal sanitario: médicos y enfermeros principalmente, para tratar de paliar el menoscabo que el tiempo va causando en el organismo. Y en esa condición expreso mi opinión.

Hace unos años que se tomó la decisión por parte de las autoridades competentes de dotar a Cáceres de un nuevo hospital. Las dos principales instalaciones de la sanidad pública de la ciudad: los hospitales de la Virgen de la Montaña y de San Pedro de Alcántara son bastante antiguas y la solución de construir un nuevo hospital en el que se fundieran todas las especialidades ahora divididas entre los centros, me pareció muy acertada.

También su ubicación en la finca El Cuartillo, próximo al Centro de Cirugía de Mínima Invasión y cercano a vías de comunicación como la autovía A 58 y la nueva Ronda Sureste de Cáceres (de próxima ejecución) fue en mi opinión un acierto.

Mi sorpresa fue que las autoridades competentes acordaran que el nuevo hospital se hiciera por fases, lo que me pareció una decisión poco meditada. Pregunté para asegurarme de que mi opinión era correcta a diversos amigos médicos y a gentes de la sanidad, los cuáles al igual que yo estaban perplejos ante una resolución que ellos consideraban errónea. Un hospital por fases también les parecía una solución poco racional.

El análisis pormenorizado de lo que significa para los pacientes y familiares, para el personal sanitario e incluso para los profesionales que se formarán en él construir un hospital por fases, lleva a la conclusión de que hacerlo así es un error mayúsculo. Enfermos y recursos partidos en dos. Transportes continuos de enfermos entre la primera fase del nuevo hospital en el extrarradio de la ciudad y el San Pedro de Alcántara que permanecería activo que está ubicado en una zona bastante céntrica. En fin algo pocas veces visto, reñido con la lógica y que repugna al buen sentido y a una consideración inteligente del problema.

 Durante el proceso de gestación del nuevo hospital se han producido una serie de vicisitudes en su adjudicación y construcción que hacen que la primera fase todavía no esté concluida, llevando un retraso de varios años. Muchos. Falta todavía por rematar los edificios e instalar todo el equipamiento de esta fase inicial.  

A consecuencia de todo lo anterior la sanidad cacereña lleva unos cuantos años con sus problemas sin resolver y además se avizoran nuevas situaciones no deseadas si se continúa en la idea de hacer el nuevo hospital partido.

La opinión más común entre los cacereños, expresada con gran claridad por el grupo de Facebook creado por el Dr. Corchero, propugna que con la mayor urgencia posible se termine el proceso constructivo del hospital en sus dos fases, equiparlo entero, formar el personal en las nuevas técnicas y aparataje y comenzar un complejo proceso de traslado desde los dos hospitales actuales. De modo que todo comenzase a funcionar como una unidad. Posiblemente el hospital San Pedro de Alcántara permanecería activo para ciertas consultas externas y algunas intervenciones de menor cuantía.

Los actuales dirigentes de la sanidad extremeña parece que persisten en su idea del hospital por fases. Pero no han explicado las razones en las que sustentan esta posición. Me malicio que puedan ser de tipo presupuestario. Pues bien, esto no justificaría en modo alguno su postura. La sanidad ha de ser prioritaria a cualquier otra partida del presupuesto. Incluso a la de festejos varios. O a la de viajecitos y cosas de esas que tanto les gustan a nuestros políticos. O tal vez a la contratación de asesores sin tasa ni medida.

Decía con gran sabiduría mi recordado tío Antonio Hernández que fue médico traumatólogo en Plasencia, con el gracejo que tenía en sus manifestaciones, que lo malo de meter la pata no es introducirla, que nadie está libre de hacerlo, sino menearla, decía él, cuando la has metido y no sacarla de inmediato.

Así que nuestras autoridades sanitarias todavía están a tiempo de rectificar y reconducir la construcción del nuevo hospital por los caminos de la racionalidad y del buen sentido.

No debieran olvidar que rectificar es de sabios. “Sostenella y no enmendalla” suele ser cosa de torpes y además prepotentes.



viernes, 12 de mayo de 2017

CHALANEOS Y CHANTAJES POLÍTICOS

La política española es un auténtico despropósito. Desde el inicio de la transición  los partidos nacionalistas, favorecidos por la ley electoral, han venido chantajeando con sus votos tanto a populares como a socialistas cuando estos han gobernado sin mayoría absoluta en el gobierno central. Mediante esta estrategia han obtenido suculentas ventajas y beneficios en relación con las otras comunidades autónomas españolas.
 
En las últimas elecciones generales de junio de 2016, Ciudadanos ha necesitado 97.617 votos por cada escaño del Congreso de los diputados obtenido. El PNV con 57.243 votos, un 58,6 % de los que necesitó el partido naranja, ya obtiene un escaño de representación en el parlamento de España. Esta es la maquiavélica situación a la que conduce la ley electoral.

Aprovechando esta circunstancia los nacionalistas catalanes y vascos llevan toda la transición desviando recursos del resto de España a su bolsillo. La consecuencia es que se ha configurado una España de tres velocidades: Cataluña y País Vasco junto a Madrid favorecido por ser la capital de la nación por un lado, Navarra también foral y algunas comunidades con recursos naturales importantes como Islas Baleares y Comunidad Valenciana en segunda velocidad y el resto en el furgón de cola. Y en el último lugar del último vagón, Extremadura la comunidad autónoma en la que resido.

El más reciente episodio de toda esta gran desfachatez política se está produciendo en el transcurso de la aprobación en el Congreso de los presupuestos nacionales para 2017. La composición de la cámara hace que el PP con Rajoy al frente tenga que mendigar voto a voto por el resto de partidos para obtener los 175/176 imprescindibles para poder disponer de los presupuestos.

El PNV con cinco escaños era decisivo para alcanzar la meta. Y se los ha prestado al PP pero estrujando a Rajoy hasta sacarle todo el jugo habido y por haber. Y éste claro, se ha dejado chantajear. Los presupuestos son la ley más importante que anualmente ha de aprobarse en el parlamento y la que permite ejercer el poder al partido en el gobierno. Y en consecuencia hay que sacarla adelante a toda costa.

Los vascos que junto con los navarros tienen el privilegio del cupo fiscal y de los fueros, todavía quieren más ventajas y aprovechando la coyuntura política han puesto a Rajoy contra las cuerdas. Le han sacado lo que no está en los escritos. Esto en lo que toca a aquello que se sabe, que estoy seguro habrá más concesiones nefandas que no las conoceremos dada la falta de transparencia del pacto firmado.

En primer lugar el PNV obtiene 500 millones de euros de rebaja del cupo fiscal que corresponde abonar al País Vasco. A este paso el cupo en cuestión lo van a dejar a cero y es posible que en futuros acuerdos el resto de España además de prestarles los servicios tenga que pagar a los vascos. Del chantaje a Rajoy obtienen otros 1.400 millones de euros que estaban en discusión de etapas anteriores y que se le ceden graciosamente a los peneuvistas para buscar su voto favorable.

No terminan aquí las concesiones. Los vascos se aseguran la terminación del AVE en la región con la conclusión de la Y vasca por importe superior a los 3.300 Millones de Euros. Como ven han vendido caros sus votos.

Como dijo el portavoz del PNV en el Congreso: si me quieres Mariano da menos leña y más grano. Pues Mariano les ha dejado el tractor como ya ofreció y les ha dado el granero entero.

Pero aquí no acabará el esperpento. Seguro que en un breve plazo de tiempo los presos de ETA ocuparán cárceles vascas en un nuevo trato de favor, para escarnio de las víctimas de la banda terrorista que además del dolor por la muerte, heridas, extorsión o secuestro de sus seres queridos o de ellos mismos tienen que aguantar nuevas y continuadas afrentas.

Y es que la política en España se caracteriza por una ausencia total de valores y de principios éticos. El fin justifica los medios. Tal y como aseguran que sentenció Maquiavelo, aunque otros atribuyan la frase a Napoleón. En todo caso dos buenas piezas.

Pero para la aprobación definitiva de los presupuestos se necesita el voto 176. Este lo va a prestar el único diputado de Nueva Canarias que se presentó junto con el PSOE. Precio: entre 450 y 500 Millones de euros. Rajoy cederá y los canarios se llevarán una sustanciosa pedrea.

Como es sabido y dado el corsé del cumplimiento con el nivel de déficit que nos exige la UE, estas graciosas cesiones saldrán de recortes a las cantidades que les corresponderían a otras comunidades autónomas que se quedarán sin las necesarias prestaciones. Una vez más los nacionalistas se llevan el gato al agua.

Así que los extremeños, entre los que me encuentro, seguiremos suspirando por un ferrocarril del siglo XXI, ya que disfrutamos de uno del siglo XIX. Entretanto nos seguirán engañando con milongas y promesas incumplidas como viene siendo habitual.

Tal vez los diputados extremeños en el congreso deberían replantearse su papel y pedir también grano al inefable Don Mariano.

Y Ciudadanos con qué objetivo cede los votos de sus diputados para la aprobación de las cuentas ¿para seguir aumentando la desigualdad entre los españoles?




viernes, 5 de mayo de 2017

UT PLACEAT DEO ET HOMINIBUS

En un paraje deleitoso, rodeado por el río Xerete (Jerte), cerca de un antiguo asentamiento romano denominado Ambracia o Ambrosía, Alfonso VIII fundó en el año 1186 una ciudad para que agradase a Dios y a los hombres (Ut placeat Deo et hominibus) tal y como reza el lema que luce la filacteria de su escudo. Se trata de la ciudad de Plasencia. La historia de su nacimiento como urbe ha sido narrada de un modo muy brillante por el escritor Jesús Sánchez Adalid en su novela El Alma de la Ciudad.

Nací allí pero hace muchos años que no resido en esta hermosa población, ya que por razones profesionales hube de trabajar en otros lugares. Pero no pierdo ocasión de visitarla pues sigue ejerciendo sobre mí un fuerte atractivo.

No en vano mi adolescencia y juventud transcurrieron en ella y eso deja huella indeleble en uno. Descubrí la ciudad cuando yo era aún niño de la sabia mano de mi abuelo Ignacio. Él me mostró por primera vez los diversos barrios, rincones y monumentos que atesora esta espléndida urbe asentada en las riberas de un río casi siempre caudaloso: el río Jerte que tiene su nacimiento en las montañas que forman la divisoria entre Extremadura y Castilla y León.

Este puente del primero de mayo he vuelto a recalar en la ciudad acompañando a mi mujer y a unos excelentes amigos: Mari Carmen y Pedro. Coincidí con él en el colegio marista de Plasencia y después de casi 50 años sin contacto he vuelto a reencontrarme con ellos en Cáceres. Y hemos retomado aquella antigua amistad juvenil.

Preparamos el viaje a la perla del Valle para recorrer los rincones placentinos que un buen amigo nuestro, Francisco Javier López Lorente compañero del colegio, ha reflejado con gran maestría en su libro de acuarelas titulado, Plasencia: trazos y colores.

Pedro aunque no ha nacido allí sino en Cañaveral, es un enamorado de la ciudad placentina puesto que en ella pasó varios años de su adolescencia como alumno interno del colegio marista. En donde.por cierto, obtenía unas brillantes calificaciones.

Tuvimos suerte con el tiempo. Aunque llovió algo al principio, poco después el cielo se fue despejando e incluso lució el sol. Lo cual nos permitió dar un amplio paseo por toda la ciudad pudiendo admirar la muralla y las puertas abiertas en ella, los palacios y casas solariegas, las iglesias y conventos y en general un casco histórico bastante bien conservado con alguna excepción como la Casa de las Dos Torres o palacio de los Monroy, monumento sobre el que la autoridad competente debería tomar decisiones que impidan que continúe su deterioro.

Admiramos varias de las siete puertas sitas en la muralla de la ciudad: Sol, Trujillo y Berrozana y algunos lienzos de la misma restaurados que nos revelan el modo en que la ciudad se defendía en el medievo de posibles ataques.

En el año 1189 el papa Clemente III fundó la diócesis de Plasencia, nombrando como primer obispo a Don Bricio, que reunía la condición de mitad monje, mitad soldado y que ayudó al rey fundador Alfonso VIII con las mesnadas placentinas en diferentes episodios bélicos de la época.

La sede de la diócesis que se extiende por tres provincias españolas: Salamanca, Cáceres y Badajoz, radica en sus dos hermosas catedrales. La vieja de estilo románico cuyo arquitecto fue Juan Francés, junto a la nueva gótica y plateresca que quedó inconclusa ya que sólo llegó a edificarse una mitad paredaña con la catedral antigua. En la construcción de la nueva seo intervinieron los más destacados arquitectos de la época: Juan de Álava, Francisco de Colonia, Alonso de Covarrubias, Diego de Siloe y Rodrigo Gil Ontañón.

El monumento se mantiene esplendoroso tras su reciente restauración siendo uno de los monumentos religiosos más notables de Extremadura y el edificio catedralicio de mayor importancia arquitectónica de la región.

Contemplamos la antigua judería, la más importante de las ubicadas en el territorio de la diócesis y sobre cuyos restos se levantaron edificios tan notables como el palacio del Marqués de Mirabel y la Iglesia de Santo Domingo con su convento anexo que ha sido restaurado con gran acierto y convertido en Parador de Turismo el cual mantiene un excelente nivel de servicios. Se encuentra entre los cinco paradores de turismo españoles mejor calificados por los huéspedes que los visitan.

Con sus casi 41.000 habitantes Plasencia une hoy día tradición y modernidad. Su casco histórico coexiste y se integra con una ciudad moderna y pujante, capital de la alta Extremadura y centro neurálgico de comarcas de una gran belleza y potentes recursos naturales como La Vera, los Valles del Jerte, del Ambroz y del Alagón, la Sierra de Gata y Las Hurdes o el cercano Parque Nacional de Monfragüe.

No faltaron unas “cañas” en la plaza Mayor, costumbre típicamente placentina, ante la mirada del abuelo Mayorga. Un excelente almuerzo en Casa Tomás restaurante que es un emblema de la gastronomía local y que se encuentra cerca del acueducto del siglo XVI que antaño abasteciera de agua a Plasencia, puso punto y final a una visita durante la que pudimos disfrutar una vez más de la belleza de la ciudad en la que vi la luz. Volveremos. Merece la pena el viaje.