jueves, 30 de agosto de 2018


GRACIAS AL MAGISTRADO LLARENA

Merced a la división de poderes que instaurara Montesquieu, España está salvando su dignidad en el episodio separatista de Cataluña. La existencia de un poder judicial independiente, al margen de las veleidades políticas del poder ejecutivo de turno, ha logrado que la ley se cumpla y ha procesado a los culpables del golpe de estado perpetrado en tierras catalanas.

El Partido Popular con cierta sordina cuando gobernaba, de ahí su blandenguería en la aplicación del artículo 155, y sobre todo Ciudadanos siempre han tenido clara la gravedad de lo ocurrido en Cataluña y en este sentido han apoyado las resoluciones judiciales contra los rebeldes. Los socialistas con mucha más tibieza, también. Hasta que Pedro Sánchez ha logrado ser presidente del Gobierno.

A lo largo del proceso todo el arco de la izquierda radical, los separatistas catalanes sin distinción, el PNV y el PSC a veces, se han puesto del lado de los golpistas. Como si lo ocurrido hubiera sido una broma. Y para justificarlo apelan al derecho de autodeterminación que no existe en ninguna Constitución de un país civilizado.

Contra los fugados y en especial en el caso de Puigdemont pillado en Alemania, el magistrado del Tribunal Supremo Llarena emitió una Euroorden para solicitar la extradición a España del cabecilla de los golpistas con vistas a ser juzgado por los delitos de rebelión, sedición y malversación.

Un Tribunal alemán del lander Schleswig – Holstein en cuyo territorio fue detenido Puigdemont, en una extralimitación incomprensible e intolerable de sus funciones y en contra de la opinión de su propia fiscalía, ha determinado que la extradición puede producirse pero sólo para que el prófugo sea juzgado en España por el delito de malversación, un delito menor, sin poder serlo por los de rebelión o sedición tal y como solicitaba el magistrado Llarena del Tribunal Supremo de España.

En resumen un tribunal de segundo o tercer nivel alemán, incompetente a todas luces para juzgar el caso y sin pajolera idea de lo ocurrido ni instruir sumario alguno del caso, se erige en tribunal de instancia superior al Tribunal Supremo español que es el que ha emitido la Euroorden y el único competente para determinar por qué tipo de delitos ha de ser juzgado el huido de la justicia española.

Como paradoja digna de consideración y reflexión, hace bien poco el Tribunal Supremo de Alemania ha tirado por tierra la posibilidad de un referéndum de autodeterminación para Baviera. ¿Curioso todo esto, no?

De inmediato los soberanistas y sus medios de comunicación corifeos tanto de Barcelona como de Madrid, dan como buena la tesis del incompetente tribunal alemán, y ponen a Llarena a caer de un burro, considerándolo poco menos que un incompetente jurídico.

Pues bien el ejecutivo actual en lugar de apoyar sin fisuras las resoluciones del magistrado Llarena para defender al Estado, consiente que se le denuncie por los golpistas ante tribunales belgas sin tomar una decisión inmediata para defenderlo de unas insidias y denuncias que son fraude de ley como así han aclarado diversos expertos jurídicos españoles. Además existe una falsificación palmaria de las manifestaciones del magistrado por las que se le denuncia ante el tribunal belga.

Los medios de comunicación que apoyan al soberanismo catalán y los poderes que los financian machacan día tras día a los ciudadanos extendiendo la idea de que los golpistas son seres ingenuos y pacíficos a la par que democráticos y que por ello no merecen estar en prisión preventiva. Parecen ignorar que Puigdemont y seis más están fugados de la justicia española y además se dedican a denigrar al Estado español y a sus niveles de democracia en cuanto tienen ocasión.

En cuanto ha llegado al poder y posiblemente en pago a los votos independentistas que lo elevaron al Gobierno, el nuevo presidente ha ordenado el trasladado de los presos a cárceles catalanas que están bajo la competencia de los mismos que auspiciaron el golpe: los independentistas del Govern de la Generalitat.

Es un signo de debilidad absoluta del Estado frente al soberanismo. Se completa con la iniciación de un diálogo unilateral que se está convirtiendo en un diálogo para besugos. Es un alarde de ingenuidad que sólo puede entenderse como el pago a favores políticos recibidos. Algunos barones socialistas empiezan a estar hasta el gorro de tanta contemplación del Gobierno con Cataluña porque esta manera de actuar les quitará votos en sus comunidades autónomas. Al tiempo.

Y es que estas cosas sólo pueden ocurrir en España. Somos diferentes hasta para consentir que unos partidos políticos independentistas, que serían ilegales en cualquier país democrático maduro como en Francia o Alemania, se introduzcan en las instituciones para, aprovechando la coyuntura, romper la unidad de España. Un estado con más de 5 siglos de existencia.

Gracias al juez Llarena el Estado ha salvado su dignidad a pesar de los corifeos y turiferarios del “procés catalán” que no sólo están en Cataluña. Pululan por diversos medios de comunicación y por el gobierno.

La historia nos enseña que estos desmanes como el producido en Cataluña hay que cortarlos de raíz. En la II República española no se hizo y la cosa terminaría de mala manera. Alguien debería reflexionar sobre este asunto. Para evitar males mayores.



viernes, 24 de agosto de 2018


AGUA SIN CAUCE

En La Vida Sigue Igual, la canción que le lanzó a la fama hace ya muchos años cuando triunfó en el Festival de Benidorm, Julio Iglesias ya hablaba metafóricamente de agua sin cauce y río sin mar.

Hoy, mucho tiempo después, con Julio ya peinando canas aunque se las tiña, podemos afirmar que hay aguas que siguen sin cauce. Al menos en algunos puntos. Y mira que han pasado años. Más o menos medio siglo.

La referencia a las aguas sin cauce viene a cuento de que cada vez son más frecuentes en España los episodios de inundaciones tanto en zonas urbanas como rústicas. Las consecuencias de ellas son cuantiosas pérdidas y daños materiales y en algunos casos, afortunadamente hasta hoy no son demasiados, también se pierden vidas humanas.

Cuando se analiza el problema de las inundaciones uno se sume en una cierta perplejidad al encontrarse que se formulan unos principios para defenderse de ellas que son entre sí incongruentes, contradictorios y antagónicos, los cuales condicionan las actuaciones que se llevan a cabo.

Me explico. Cuando se acepta el cambio climático por la mayor parte de la comunidad científica mundial, una de las conclusiones de sus efectos es que que se incrementarán los episodios extremos en lo que se refiere a inundaciones. Si se admite esta aseveración de inmediato tendríamos que diseñar las medidas que habría que tomar para mitigar los efectos de estos episodios extremos de inundaciones que se anuncian a bombo y platillo.

Entre esas medidas una muy importante sería que los cursos de agua: ríos, afluentes y arroyos principales y secundarios que evacuan las avenidas o drenan las áreas de terreno debieran tener sus secciones hidráulicas limpias y expeditas para que pudieran evacuar el máximo de caudal de agua posible según sus dimensiones geométricas y su gradiente de pendiente. Este modo de actuar es totalmente lógico si se quiere asegurar que las avenidas se evacuan al menos en lo calculado para un determinado período de retorno (probabilidad) dado.

Hoy día si usted pregunta a las gentes del medio rural, una gran parte de ellas les asegurará que las inundaciones cada vez más frecuentes son debidas, además de a las precipitaciones torrenciales que se dan, al estado de suciedad de los cauces de los cursos de agua. Y su experiencia les ha enseñado que la limpieza de los mismos es fundamental para anular o paliar los efectos de las avenidas.

Por otra parte las presas de embalses construidas en España también ayudan y mucho a la resolución del problema de las avenidas al poder laminar estas y evitar sus efectos perniciosos. Pero este auxilio de las presas no es suficiente. La sección hidráulica de los cursos de agua ha de estar expedita y limpia.

Frente a este modo de actuación existe otra teoría defendida principalmente por los ecologistas que sostiene que los cauces no deben ser limpiados ni acondicionados y que deben funcionar en su forma natural. Las consecuencias de este proceder son que a medida que pasa el tiempo las secciones hidráulicas de los cursos de agua empiezan a reducirse debido a la presencia de árboles, arbustos y sedimentos en los mismos. Esta reducción continuada de la sección hidráulica origina una disminución de los caudales punta que pueden evacuar y en definitiva se favorece el desbordamiento de las aguas y la inundación de las áreas adyacentes, con los consiguientes perjuicios.

Si se dejan los cauces de los cursos de agua a su evolución natural sin acondicionarlos, la consecuencia será que cada vez será mayor el área inundable de los mismos y en consecuencia la invasión por las aguas de zonas urbanas y rústicas será cada vez más grande.

La política seguida en los últimos años por los organismos de cuenca ha sido la disminución drástica de inversiones destinadas a la limpieza y acondicionamiento de cauces. Parece que siguiendo las tesis ecologistas. Probablemente porque son las únicas organizaciones que se mueven y protestan y además mueven sus poderosos lobbies en Bruselas.

En resumen y como ejemplo parece  insólito que el río Ebro en Zaragoza, en cuanto viene una riada de cierta importancia llegue a inundar el recinto en el que se celebró hace unos años la Expo del Agua. Antes claro ya ha destrozado miles de hectáreas de cultivos en sus riberas con el consiguiente perjuicio para los agricultores afectados.

Y ustedes conocerán otros muchos ejemplos parecidos al que antecede. La teoría de dejar a los ríos y cursos de agua campar por sus respetos me parece cuando menos peregrina. Pero ahora parece que es políticamente correcto lo que Julio Iglesias ya denunciaba hace años: las aguas sin cauce.

Pero nadie olvide que el agua discurre siempre por sus atanores. Si estos están limpios y funcionan bien mucho mejor. Si no lo están se producirán cada vez mayores daños. 


viernes, 17 de agosto de 2018


CARRETERAS DEGRADADAS

La red de carreteras españolas presenta un lamentable estado en muchos de sus tramos. Esta situación es consecuencia de la drástica reducción de inversiones en conservación de estas infraestructuras que se ha venido produciendo en el marco de la crisis económica en la que estamos inmersos desde hace unos 10 años.

La resultante de las reducidas inversiones que en materia de conservación se están llevando a cabo en nuestras carreteras es la de que su estado vaya siendo cada día que pasa más lastimoso, rozando en algunos casos la peligrosidad.

La realidad a día de hoy es que cada vez con mayor frecuencia vemos tramos de nuestra red viaria en los que el estado del firme y la baja calidad de la señalización tanto horizontal como vertical ponen en peligro la seguridad vial de la misma. Nuestras carreteras y autovías se deterioran a ojos vistas día tras día, sin que se atisben visos de que las administraciones titulares de ellas tengan intención de tomar medidas serias que atenúen dicha degradación.

Suelo utilizar con cierta frecuencia dos autovías que son de relativamente reciente construcción. Se trata de la A 66 entre Cáceres y Sevilla y la A 49 entre Sevilla y la salida Lepe Oeste (km 117) de la misma.

Hay tramos en estas dos importantes infraestructuras, las cuales soportan una alta densidad de tráfico, que se encuentran en un estado de auténtico peligro para la circulación. En alguno de ellos como en la autovía A 66 la única medida adoptada ha sido limitar la velocidad a 100 km/h poniendo indicadores de Firme en mal estado o Pavimento ondulado. La situación en estos tramos es sencillamente desastrosa e impresentable en un país desarrollado.

En otros casos en los que existe una degradación del firme evidente: baches, fisuras, pavimento cuarteado, ni siquiera se limita la velocidad, cuando hay un riesgo meridiano de que puedan producirse accidentes por causa del estado del firme. En la autovía A 49 hay varias partes de la misma cuyo estado es simplemente indecoroso y peligroso al máximo. Se limitan a poner algunas señales de badén y sanseacabó.

Entre el desvío de la H 31 y la salida Lepe Oeste (km 117) el estado de la autovía A 49 es sencillamente lamentable.

Ante la situación existente estimo que si se producen accidentes va a haber reclamaciones de culpabilidad de los mismos a la administración titular de la vía, debido al estado de estas autovías cuyo firme se encuentre en un grado de deterioro muy importante.

Como es sabido la seguridad vial es la consecuencia de la interacción de tres factores fundamentales: la conducción, el estado de los vehículos y el nivel de calidad de la infraestructura viaria. Estos tres factores han de estar en las mejores condiciones para conseguir que la seguridad vial alcance límites aceptables y, en consecuencia, se reduzca el número de accidentes y como corolario el número de víctimas.

La malhadada crisis ha influido negativamente sobre estos tres factores. Los conductores mantienen cierto nivel de alteración en sus comportamientos que bien puede achacarse a la crisis y al nivel de intranquilidad que por diversas razones ha podido producir en ellos. Los positivos en alcohol y drogas crecen por momentos.

El parque de vehículos de España ha envejecido considerablemente, cada vez se observan más vehículos averiados en los arcenes, aunque ahora da la impresión de que comienza una cierta recuperación. El estado mecánico y el mantenimiento y conservación de los vehículos influye de un modo decisivo en el grado de siniestralidad.

Y el tercer factor es la calidad de la vía por la que circulan los vehículos. Un aceptable estado de la infraestructura favorece la reducción del número de accidentes. De ahí que sea decisiva la inversión en conservación. Supongo que en nuestras autovías los viaductos estarán sometidos a un proceso de conservación y mantenimiento que evite catástrofes como la acontecida en el viaducto Morandi de Génova.

Los expertos no dudan en que las inversiones en mantenimiento son de fundamental importancia para la vida de la infraestructura y para la reducción del número de accidentes.
Pero parece que ciertos partidos hacen oídos sordos a estos consejos de los que saben del tema. Prefieren destinar recursos a incrementar el número de políticos, de asesores y de altos cargos que perciben sueldos descompasados a las funciones que realmente realizan.

Entretanto la red de carreteras envejece y se deteriora por momentos sin que ningún político haga el más mínimo esfuerzo para resolver el tremendo problema de seguridad vial que se ha generado.

Es hora de tomar medidas. Si no se hace así, cuando la carretera o la autovía por falta de conservación y mantenimiento llegue a una situación irrecuperable habrá que construirla de nuevo. Y esto afectará mucho más a los presupuestos públicos. Y por tanto al bolsillo de los ciudadanos.

Pero, por desgracia nuestros políticos, en general bastante mediocres, trabajan pensando en las elecciones más próximas y no en el largo plazo y en el interés general de los ciudadanos. Los votantes habríamos de tomar nota para obrar en consecuencia.

domingo, 12 de agosto de 2018


DECLARACIONES IRRESPONSABLES

La flamante ministra del nuevo departamento para la Transición Ecológica  – hay que ver el arte que tienen estos políticos nuestros para cambiar de nombre los ministerios y dotarles de denominaciones rimbombantes que sigan la moda de lo políticamente correcto – Teresa Ribera, no ha empezado su mandato con muy buen pie que digamos.

Esta mujer de formación jurídica y profesora de derecho, llevando escasamente un mes en el cargo  - sin encomendarse a Dios, aunque yo creo que sí lo ha hecho al diablo - ha realizado unas explosivas declaraciones que han hecho temblar las estructuras del sector automovilístico español y han puesto de los nervios a millones de propietarios y usuarios de vehículos tipo diésel.

La susodicha ministra ha soltado en los medios de comunicación esta prenda: “el diésel tiene los días contados” y se ha quedado tan fresca. No se ha molestado en matizar sus declaraciones estableciendo plazos de transición ni nada que se le parezca. Lo ha soltado sin anestesia previa y el sector se ha quedado noqueado del mazazo recibido.

Yo me pregunto si estos nuevos ministros tienen tal afán de protagonismo que sueltan por sus bocas lo primero que se les ocurre, o es que lo hacen premeditadamente para defender intereses inconfesables de ciertos sectores de los que son simpatizantes o tal vez hooligans acérrimos.

Yo supongo que por su formación de jurista la ministra debe saber poco o nada de contaminaciones y cosa que se le parezca. Pero por la formación académica que posee no la supongo tan ignorante como para hacer unas declaraciones tan taxativas como las que ha hecho sin aportar prueba alguna sobre lo que, a ciencia cierta, asegura que ocurre con los vehículos tipo diésel.

Cuando un político de tan alto nivel como ella hace manifestaciones de este calibre debe tener en cuenta dos cuestiones básicas. La primera es que hay que demostrar lo que se dice. Para ello lo mínimo que se exige es la presentación de diferentes estudios de expertos en el tema, preferible que sean imparciales, independientes y de alcance internacional para demostrar que lo que asevera con tanta convicción y rotundidad es cierto. En ningún momento lo ha hecho. En su contra por ahí circulan estudios que demuestran que los modernos vehículos de tipo diésel contaminan menos que los de gasolina. Si es así sólo puede pensarse que la ministra está actuando por intereses ocultos para dañar al sector o tal vez por afanes recaudatorios.

Lo segundo que ha de hacer una ministra antes de manifestarse con tal firmeza como lo ha hecho Teresa Ribera, es considerar las posibles consecuencias y repercusiones que para nuestro país puedan tener unas declaraciones tan agresivas como las suyas.

Como decía un amigo mío, cuando se habla ha de examinarse antes como está el horizonte mirando en parábola. Vamos que nuestras palabras hay que pronunciarlas analizando antes las consecuencias que puedan tener en un amplio contexto mirando en todas direcciones y a largo plazo.

Pues bien la respuesta a las declaraciones tan intempestivas y fuera de tono de la ministra no se ha hecho esperar.

El sector automovilístico al completo ha reaccionado en contra de estas irresponsables manifestaciones. Desde los sindicatos hasta la patronal de las empresas fabricantes. Le han echado en cara el desconocimiento supino del sector que la ministra posee y su falta de responsabilidad al hacer tan contundentes afirmaciones.

Otros sectores usuarios del diésel como la agricultura o el transporte también han reaccionado en contra de este despropósito de la ministra. La dama a la vista del  “cacao” que ha formado empieza a matizar diciendo “a posteriori” que no afectará a los transportistas, ni a los autónomos. Pero el daño ya está hecho. El sector del diésel se ha desvalorizado, desde las empresas productoras del carburante, a los fabricantes y a los usuarios. Y todo por la inconsciencia de una persona. Mal elegida para su cargo.

El presidente del Gobierno debería haber destituido de inmediato a esta ministra. Su irresponsable manera de actuar va a causar un daño irreparable al sector fabricante de automóviles y a otros sectores afectados. Se traducirá en cuantiosas pérdidas económicas para las empresas y en incremento de desempleo. Justo lo que le hace falta a España que mantiene los niveles de paro más altos de la Unión Europea, sólo superada por Grecia.

Si la intención de la ministra es la defensa de intereses de tipo ecologista por ejemplo, debería ser de inmediato destituida de su puesto. No se puede estar causando daño de modo gratuito y sin pruebas contundentes de lo que se dice.

En España nos disponemos a desmantelar el sector del diésel mientras marcas extranjeras apuestan por un diésel moderno menos contaminante que permita adaptar las factorías existentes con un coste mínimo y mantener los puestos de trabajo. Nosotros haremos lo contrario y luego nos tendremos que echar las manos a la cabeza. Cuando no haya remedio. Como siempre nos pasa. Y todo por unas declaraciones irresponsables.

He adelantado la fecha para reanudar las publicaciones en el blog, debido a una serie de acontecimientos que están ocurriendo en España, que me preocupan sobremanera, pienso que al igual que a muchos de mis lectores.