¡QUÉ ENVIDIA¡
El desgraciado accidente/incidente del avión
de la compañía Germanwings acaecido en los Alpes franceses ha despertado un
inusitado interés en los medios de comunicación y también en los ciudadanos de
los diversos países concernidos.
Las
circunstancias que rodean una catástrofe aérea en la que se produce un elevado
número de fallecimientos suele concitar la atención general por la desgracia
que supone para unos familiares a los que coge desprevenidos y a los que golpea
sin misericordia.
Lo
que más ha llamado la atención de todo este triste episodio, ha sido la
perfecta organización pilotada por los políticos franceses para con los medios
materiales y personales disponibles, dar una respuesta rápida, eficiente y
mesurada a un accidente de la gravedad de éste.
Los
políticos galos con Hollande a la cabeza y Valls detrás, han estado presentes
en los momentos justos para que el operativo quedase perfectamente organizado.
Sin protagonismos para hacerse la foto oportunista, ni la utilización espuria
de los medios de comunicación, han dado una respuesta rápida y precisa al grave
incidente producido, poniendo en marcha, con gran presteza, una serie de medios
de todo tipo demostrando la perfecta organización que tienen. ¡ Chapeau ¡
Después
de la rápida creación de un gabinete de crisis en el que se adoptaron las
primeras decisiones para desplegar de manera inmediata los medios de búsqueda,
salvamento e identificación precisos y de una posterior fugaz visita a la zona
próxima al siniestro los políticos han abandonado la escena para dejar que
fueran los técnicos y expertos en las diferentes ramas, los que se ocuparan de
dar cumplida respuesta a la tragedia y velar porque los familiares de las
víctimas tuvieran una puntual información y recibieran atenciones de todo tipo.
Da
gusto ver el despliegue tan profesional y eficiente del que han hecho gala los
franceses en unas circunstancias muy difíciles dadas las características del
accidente y la compleja orografía de la zona en la que se ha producido, la cual
presenta un complicado acceso. Prácticamente las actuaciones sólo han podido
llevarse a cabo mediante el uso de helicópteros, utilizándose los precisos para
dar una ágil respuesta al problema. Con eficiencia y sin alharacas ni fuegos
artificiales. Lo justo para cumplir con eficacia la misión encomendada.
Francia
ha dado una lección a toda Europa de cómo se organizan y utilizan los servicios
de emergencia en una catástrofe como la de los Alpes franceses. Ha rozado la
perfección.
La
información facilitada por el fiscal de Marsella encargado del caso, un experto
independiente y no un político, ha sido un modelo de seriedad, precisión y transparencia.
Primero notificando a las familias la situación y después poniendo en
conocimiento de los medios de comunicación todo lo que se podía informar con
datos contrastados, y por último contestando con rotundidad y claridad a todas
sus preguntas.
El
comportamiento de los políticos opositores ha sido ejemplar cerrando filas para
que todo el dispositivo funcionase correctamente y sin poner palos en las
ruedas porque estaba en juego el prestigio de Francia. Y eso para los galos son
palabras mayores. Como debe ser. A esa postura en España la llamamos
“chauvinismo”. Podíamos tomar buena nota.
Así
que visto el panorama he sentido una sana envidia de la actuación francesa.
Aquí en España no hubiera ocurrido lo mismo. Salvando al personal técnico que
puede que esté a la altura del francés, se hubiera producido la injerencia de
los políticos en el proceso. Los tirios para hacerse la foto pensando en
arrancar unos cuantos votos usando una tragedia y los troyanos criticando lo
hecho por lo tirios para buscar otro puñado de votos.
Y
la cuestión principal que consiste en una correcta atención a los familiares de
las víctimas y un dispositivo eficaz para el rescate e identificación de las
mismas hubiera quedado en un segundo plano.
Por
eso el título de esta entrada: ¡Qué envidia sana me han producido los franceses¡
Feliz
Semana Santa. Hasta el próximo martes.