viernes, 25 de marzo de 2022

 

En el Día Mundial del Agua

REGADÍOS ILEGALES: UNA ASIGNATURA PENDIENTE.

Hay pocas cosas en las que estoy de acuerdo con los activistas del ecologismo. Una de ellas es su crítica al uso ilegal del agua que se hace en España en ciertos aprovechamientos casi todos de riego. Un problema que está ahí, pendiente de resolver, debido a la dejación de las administraciones hidráulicas que han mirado para otro lado durante mucho tiempo y también por el miedo de los políticos a perder votos de los numerosos regantes ilegales que proliferan por nuestra piel de toro y por las islas.

El uso ilegal del agua adquiere mayor trascendencia en épocas de sequía como la que se empieza a vivir en buena parte de nuestro país.

Hace unos años un estudio de organizaciones ecologistas calculaba que en España había unos 500.000 aprovechamientos ilegales. Aproximadamente uno por km2 (100 ha) de superficie. Una barbaridad. La administración no desmentía estas cifras. De estos aprovechamientos ilícitos la gran mayoría se destina a riegos.

En determinado momento de mi vida profesional (2004 – 2006) ocupé el cargo de presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana en cuyo territorio el uso ilegal del agua es muy acusado en los acuíferos de la parte alta de la cuenca, en Castilla la Mancha. Se estimaba por entonces que existían al menos 26.000 aprovechamientos ilegales en esa zona que operaban sobre unos acuíferos sobreexplotados. Las consecuencias eran: desaparición de los Ojos del Guadiana, turbas en ignición y el parque nacional de la Tablas de Daimiel bajo mínimos de superficie inundada: de más de 2.000 ha teóricamente inundables llegó a tener menos de 50 ha con agua.

Un animoso e ingenuo intento para arreglar aquella lamentable situación, trajo consigo mi destitución del cargo. A día de hoy y a pesar de las compras de derechos de agua realizadas, la situación en las Tablas de Daimiel es similar a la que había entonces. Han transcurrido 16 años.

Hemos de subrayar que los primeros perjudicados por los riegos ilegales, son los regantes legales, aunque estos últimos no parece que lo tengan en cuenta. Tal vez por una errónea interpretación de en qué consiste la solidaridad. Por ejemplo, en los acuíferos del Alto Guadiana, al igual que en otros muchos casos, las extracciones ilegales originan un descenso del nivel freático lo que trae consigo un mayor coste del bombeo para aquellos regantes que tienen sus papeles en orden y sus riegos autorizados con la oportuna concesión.  Pero, además, la extracción ilegal de agua reduce las garantías de suministro hídrico a los riegos legales.

Recientemente la organización ecologista WWF ha vuelto sobre lo que ellos denominan el “saqueo del agua” analizando cuatro enclaves en donde adquiere el problema una gran importancia. Se trata de las Tablas de Daimiel, el Mar Menor, Doñana y los Arenales en Castilla y León.

Han detectado en su estudio que se riegan en estos cuatro territorios más de 88.600 ha de regadíos ilegales que extraen un volumen de unos 220 Hm3. Aunque no son cifras muy importantes si se comparan con la totalidad de superficie regada en España (3,7 Millones de ha) y del consumo total de agua anual del regadío en nuestro país, sí son cifras significativas que deberían hacernos reflexionar sobre este problema que es de especial importancia en determinados territorios.

Claro que los ecologistas no dan puntada sin hilo y aprovechan para poner en duda, como hacen siempre, los regadíos en general. En sus manifestaciones en diversos ámbitos propugnan la reducción de los regadíos sin matices. Es una manera de presionar a los organismos de cuenca en el proceso de redacción final de los planes hidrológicos a aplicar en el período 2022 – 2027.

Son hábiles y como además tienen fácil acceso a los medios de comunicación y ejercen fuerte presión sobre el ministerio de Transición Ecológica en donde se ubican, además de la ministra, un buen número de funcionarios y asesores de tendencias claramente conservacionistas, tratan de llevar el agua a su molino y mezclan regadíos legales con ilegales para a río revuelto obtener ganancia de pescadores.

Existen razones legales, sociales y ambientales por las que los riegos ilegales han de ser sancionados y clausurados porque así se defiende el medio ambiente y el uso racional del agua que como todos sabemos es un recurso escaso.

Pero eso es una cosa y arremeter contra los regadíos en general otra muy distinta. Máxime cuando los regantes legales han realizado un esfuerzo extraordinario desde 1998 para modernizar sus regadíos y mejorar la eficiencia en el uso del agua. Y lo están consiguiendo. Se ha ahorrado alrededor del 16 % del agua que se consumía. Y además más de 2 millones de hectáreas se riegan en España por métodos de riego de alta eficiencia, como el goteo. Sólo Israel puede compararse con nuestro país en el uso eficiente del agua.

Así que es razonable que las administraciones competentes en el agua persigan y sancionen los regadíos ilegales. Deberían haberlo hecho hace mucho tiempo y ahora no estaríamos en la situación en la que nos encontramos, ni se habrían creado expectativas en los regantes ilegales que han visto como el tiempo transcurría y no se les sancionaba. Con lo cual han ido consolidando sus explotaciones agrarias que han pasado a constituir su medio de vida, debido a la pasividad de las administraciones. Y ahora las consecuencias de la sanción y cierre, si se llevan a efecto, serán mucho más duras para ellos y sus economías.

Los políticos como gestores de estas administraciones deberían pensar más en el interés general y en la protección de un recurso tan importante como el agua y menos en la obtención de un puñado de votos.

 

 

miércoles, 23 de marzo de 2022

 

UNA NUEVA TRAICIÓN AL PUEBLO SAHARAUI

Una vez más España abandona al pueblo saharaui. Un debilitado Sánchez con nocturnidad, alevosía y premeditación acaba de abrazar las tesis de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Incumpliendo una vez más lo que figura en su programa electoral.

No se ha informado de este giro radical al Congreso ni al Senado, ni a los partidos de la oposición, parece que tampoco a la facción podemita del gobierno, ni se han dado a los ciudadanos razones que expliquen este giro copernicano del sanchismo. El socialismo - el sanchismo es otra cosa - cuando gobernó en España, mantuvo su neutralidad apoyando el referéndum que estaba auspiciado por la ONU y que sigue sin llevarse a efecto.

Al parecer tampoco se ha informado previamente a Argelia que acoge en su territorio a los refugiados saharauis. No sé si este cambio de orientación puede traer consecuencias para España, pero no ha de olvidarse que dependemos en gran parte del gas argelino. Aunque el negocio sea el negocio. Pero…

La España oficial vuelva a dejar abandonados a su suerte a los saharauis y no cuenta en absoluto con su opinión. La España real nos muestra que hay muchos ciudadanos españoles que apoyan a este pueblo. Diversas asociaciones de Amigos del Pueblo Saharaui ubicadas a lo largo y ancho de España, defienden su causa, facilitando la llegada de niños desde el desierto a España a través del programa Vacaciones en Paz y proporcionando ayuda de manera continuada a los campos de refugiados saharauis. Allí alrededor de 200.000 personas llevan 47 años padeciendo toda clase de privaciones en la hamada argelina cercana a Tinduf. Javier Reverte ya sentenció en una de sus obras que “la hamada es un desierto en el que nada sobrevive, salvo la sed”.

España comenzó su cadena de errores en 1975, cuando siendo la potencia administradora del Sáhara Occidental, chantajeada por la Marcha Verde que dirigió el monarca alauita Hassan II, abandonó el territorio en una cobarde huida. Dejamos inermes e indefensos a los saharauis ante el abusivo poder militar del ejército marroquí que los persiguió por el desierto hasta terminar, transterrados, en la hamada pedregosa cercana a Tinduf acogidos como refugiados por el gobierno argelino.

47 años después allí sigue el pueblo saharaui padeciendo toda clase de penurias y estrecheces, haciendo frente a un clima durísimo con elevadas temperaturas, aridez extrema, viento siroco con sus tormentas de arena que reducen la visibilidad a unos cuantos metros y ausencia de cualquier tipo de comodidad de las que estamos sobrados en el primer mundo.

Tuve el honor de colaborar con este valiente y digno pueblo en la construcción entre los años 2001 y 2003 de un huerto para producción de hortalizas bajo riego en el campamento o wilaya de Dajla, el asentamiento más alejado de la capital administrativa, Rabuni. Fui coordinador de aquel proyecto que estaba apoyado técnica y económicamente por el gobierno socialista de Rodríguez Ibarra en la Junta de Extremadura.   

Un proyecto de muy difícil ejecución por las características de los factores del medio natural: clima desértico con altas temperaturas, aridez extrema y vientos muy violentos, y suelos y agua con elevada presencia de sales. Se obtuvieron resultados alentadores en diversos cultivos hortícolas.

Con este motivo tuve la oportunidad de conocer a varios dirigentes del pueblo saharaui. Todo ellos eran personas de una gran valía que luchaban denodadamente porque su pueblo obtuviera las mejores ayudas de países amigos (en el caso de España a través de las comunidades autónomas) - siempre el miedo a Marruecos – y que agradecieron en la medida de sus posibilidades y hospitalidad la ayuda que les prestó la Junta de Extremadura para la construcción de este huerto.

En tres viajes que hice a los campos de refugiados en Argelia, tuve la oportunidad de experimentar en mi propia persona las difíciles condiciones de subsistencia de los saharauis en pleno desierto y las carencias de todo tipo a las que tienen que hacer frente. Pero también pude apreciar la dignidad de un pueblo que lucha por su supervivencia esperando que le reintegren sus territorios arrebatados a tiros y muerte por las fuerzas marroquíes.

El pueblo saharaui es la parte más débil en todo este proceso. Ellos no son potencia con la que haya que negociar, ni tienen bienes que intercambiar, sólo tienen su dignidad y la razón, que es aplastada por Marruecos y por los países que le protegen como los Estados Unidos, de modo que es imposible hacer cumplir las resoluciones de la ONU. 47 años de incumplimientos y muy pocos países levantan la voz por este pueblo.

Y para rematar la faena, España chantajeada por Marruecos en Ceuta y Melilla y también con los envíos masivos de pateras a Canarias, claudica de modo vergonzante ante las presiones alauitas. Sostienen los medios afectos a la causa sanchista y turiferarios del gobierno, y hasta otros que no lo son como Carlos Herrera – qué oscuros intereses no habrá detrás de esta larga cambiada - que la nueva posición adoptada por España es la más pragmática y realista y que es un éxito al ponernos del lado de Estados Unidos, Francia y Alemania.

Yo añado que también es la postura más cobarde e indigna. Nuestro papel en el Sáhara como potencia administradora no es comparable al de esos países. Los saharauis eran en 1975 ciudadanos españoles con carnés de identidad y cartillas de la Seguridad Social que así lo acreditaban. He visto estos documentos pues los saharauis los mostraban con orgullo. A pesar de que los dejamos abandonados.

Para justificar este desafuero el ministro de Asuntos Exteriores mezcla la invasión de Ucrania por parte de Putin con este radical cambio de postura injustificable salvo por el miedo que se le tiene a Marruecos. ¿Qué tendrá que ver el culo con las témporas? España sigue deslizándose por la pendiente de la indignidad y el deshonor.

Esta entrada tiene carácter extraordinario dada la nueva traición que España hace al pueblo saharaui. El viernes volveremos al ritmo ordinario.

 

viernes, 18 de marzo de 2022

 

SECTORES ESTRATÉGICOS: LOS EXPERIMENTOS CON GASEOSA

Los países más desarrollados suelen mantener pujantes y poderosos, una serie de sectores de su economía que se consideran estratégicos e imprescindibles para asegurar las condiciones de vida de sus habitantes.

Las naciones más prósperas a pesar de la globalización que ha liberado de aranceles gran parte del comercio mundial, no han dejado de reforzar una serie de sectores de la economía que, por su importancia estratégica, es recomendable que se evite, en lo posible, la dependencia de países terceros. La aparición repentina de acontecimientos geopolíticos que se producen en el mundo es casi siempre imprevisible y escapa al control de los distintos países e instituciones, y sus consecuencias demuestran que la globalización no ha sido la panacea universal precisamente.

Algunas naciones han tomado decisiones muy a la ligera, que afectan a determinadas áreas vitales y la génesis de acontecimientos posteriores les han hecho quedar dependientes de países terceros que han de suministrarles bienes básicos.

En una Europa inmersa en el estado del bienestar y abducida por un ecologismo pueril que animado desde la burocracia de Bruselas ha calado profundamente en la sociedad, se han tomado algunas medidas apresuradas, basadas en la ideología ecologista, las cuales están siendo muy perjudiciales para la vieja Europa sumida en un ambientalismo ingenuo, infantil e irreal.

Países como Alemania, error clamoroso de Merkel, o España, optaron por cerrar centrales nucleares o poner en marcha programas de cierre, de una producción energética que no afecta al cambio climático - recientemente la UE ha declarado como verde a la energía nuclear - sin valorar las consecuencias ni tener soluciones alternativas a su clausura. Porque las energías renovables sustitutivas son además de caras, problemáticas, al no estar bien resuelta la acumulación de energía. Por lo que se hace necesario mantener un “mix” energético en el que la energía nuclear es hoy por hoy imprescindible. Al menos durante un tiempo.

En Francia, muy al contrario, mantienen e incluso aumentan el número de sus centrales nucleares de mayor o menor potencia y energéticamente son prácticamente autosuficientes. Y además venden energía procedente de estas centrales. A España entre otros países.

Alemanes y españoles en lugar de apostar por la energía nuclear hemos pasado a depender del gas ruso en un caso y del argelino en el otro. Dos acontecimientos geopolíticos, como el conflicto entre Argelia y Marruecos que ha anulado los envíos por el gasoducto marroquí, el de mayor capacidad, o la invasión de Rusia a Ucrania ha puesto en gravísimo peligro el abastecimiento de gas a españoles y alemanes, elevando los costes hasta límites inimaginables para asegurar el suministro.

No hace falta ser ecologista para comprender que las nucleares también tienen sus riesgos. Los residuos radiactivos pueden ser un problema por su persistencia, pero hay soluciones tecnológicas para evitar el peligro. La energía nuclear es bastante segura puesto que exceptuando los accidentes de Chernóbil (chapuza de los rusos) y Fukushima (tsunami imprevisto) prácticamente no se han producido problemas.

Otro sector con el que se debiera andar con pies de plomo en la dependencia con países terceros es el sector agrario y agroalimentario. Es un sector estratégico porque asegura la alimentación de la población. En España la de 47 millones de habitantes y de los más de 80 millones de turistas que en las épocas de bonanza nos visitan. Y ese sector es decisivo para nuestro país, como se ha demostrado en la pandemia.

Los países importantes como Estados Unidos, Alemania o Francia mantienen sectores agrarios muy potentes por la razón anterior. Y en España aplicando un ecologismo radical desde algunos ministerios se está atacando al sector agrario, un día sí y otro también. Y debían andarse con tiento. Tenemos un sector agrario poderoso que nos permite exportar y no podemos atacarlo y debilitarlo. Por el contrario, hay que reforzarlo y ayudarlo.

Una serie de disposiciones principalmente de los Ministerios de Transición Ecológica y de Consumo – es asombroso que los ministros titulares sigan en sus puestos - así como la nueva PAC y el Pacto Verde Europeo, han optado por una deriva ambientalista y animalista absurda que perjudica al sector agrario que pasa por momentos complicados por la estabilidad de precios percibidos frente a escandalosos incrementos de los costes de los insumos. Y este tipo de políticas conservacionistas puede llevar al desabastecimiento de alimentos en Europa y en España.

Se trata de equilibrar desarrollo y sostenibilidad. Aunque sean muy bucólicos, los sistemas extensivos o ecológicos son de baja producción y necesitan superficies de tierras de las que ya no hay o la disponibilidad es muy reducida. Además, dan lugar a precios de los productos más elevados para los consumidores, por lo que han de coexistir con sistemas intensivos de producción para asegurar alimentos a buen precio. Hay muchas capas de la sociedad que no van a poder resistir los incrementos de la cesta de la compra si continúa la deriva alcista que ya existía, agravada por la invasión de Rusia a Ucrania, que traerá consigo una previsible escasez de determinadas materias primas agrarias.

Los países desarrollados han de mantener unas reservas estratégicas de alimentación, energía, combustibles, minerales vitales, productos sanitarios o farmacéuticos, componentes electrónicos -recuerden los parones de producción de la industria automovilística española por falta de microchips - para poder hacer frente a situaciones imprevistas e incontrolables. De ahí el titular de esta entrada: en los sectores estratégicos los experimentos hay que hacerlos con gaseosa. Y la ideología y el ecologismo radical reservarlos para los mítines. Y aplicar el sabio principio de ¡Primum vivere, deinde philosophari¡ (Primero vivir, luego filosofar)

jueves, 10 de marzo de 2022

 

LA SEQUÍA QUE NOS AMENAZA.

En Extremadura y especialmente en la cuenca del Guadiana parece que comienza un ciclo de sequía. Los períodos secos no son ajenos a nuestra región y recordamos episodios muy duros como el acontecido entre los años 1992 a 1995.

La sequía afecta negativamente al sector agrícola en general tanto a los cultivos de secano, al olivar o al viñedo, como a los cultivos de regadío. De igual modo, perjudica al sector ganadero que ve disminuida la producción de pastos naturales, con el consiguiente encarecimiento de la alimentación del ganado, y también se reduce la capacidad de abrevadero, siendo necesario el aporte exterior de agua.

Analizaremos con más profundidad la afección de la sequía al regadío en la cuenca del Guadiana extremeño por la proximidad del comienzo de la campaña de riegos de este año.

Desde el comienzo del actual año hidrológico el 1 de octubre de 2021, en la estación agrometeorológica de la finca La Orden de la red REDAREX situada en las Vegas Bajas del Guadiana, y hasta el 28 de febrero de 2022 sólo han llovido 121 mm y desde el 1 de enero hasta esa fecha nada más que 6 mm. Como se ve un régimen de precipitaciones muy reducido.

Utilizando grandes números, una campaña de riegos en el Guadiana extremeño necesita 2.330 Hm3 de agua, de los cuales: 1.150 Hm3 son para riego de cultivos no permanentes, 800 Hm3 para atender caudales ecológicos, 120 Hm3 para asegurar abastecimiento urbano durante dos años, 80 Hm3 para el riego de cultivos permanentes y 180 Hm3 correspondientes a la evaporación de los embalses.

A fecha 28 de febrero de este año los embalses principales de riego acumulaban 1.975 Hm3, 722 Hm3 menos que el año anterior.

Por tanto, nos encontramos ante un déficit de 355 Hm3 que en realidad es mayor si consideramos que un 10% de lo embalsado actualmente no es aprovechable. El déficit real sería de 553 Hm3. Esto supone que se podrían regar los cultivos permanentes y solamente el 52 % de los no permanentes. Una sensible reducción de superficies que afectaría a cultivos muy importantes como el arroz (gran consumidor de agua si no se cultiva en seco), maíz o tomate para transformación.

Destacan los 800 Hm3 para atender los caudales ecológicos que son considerados por la normativa como una restricción previa a los sistemas de explotación. Es decir, tienen carácter prioritario sobre cualquier uso excepto los abastecimientos urbanos si no hay alternativas a ellos.

El volumen destinado a atender estos caudales ecológicos representa el 65 % del volumen destinado a riegos, lo cual es una desmesura, si se considera que los ríos extremeños en régimen natural no cubrirían esta cantidad especialmente en estiaje. Por esta razón dichos caudales ecológicos tienen que ser suministrados desde los embalses de riego restándole garantía a estos últimos y también a otros usos.

La Instrucción de Planificación Hidrológica permitiría una reducción de los caudales ecológicos en época de sequía, excepto en las superficies que pertenezcan a la red Natura 2000 o los humedales del convenio de Ramsar.  

Lo que a nuestro juicio habría que hacer para disminuir los efectos de la sequía sobre el regadío, es reducir esos caudales ecológicos el máximo posible esta campaña, aunque se deteriore algo el estado de las masas de agua afectadas. En todo caso este perjuicio a las masas de agua tendría carácter temporal. La reducción del volumen para caudales ecológicos se destinaría a riegos para mejorar algo el escenario existente.

Ante los acontecimientos que se avecinan se hace necesario aumentar la capacidad de regulación mediante la construcción de nuevos embalses, con vistas a defendernos mejor de las situaciones de sequía que según los expertos en cambio climático serán más frecuentes, al igual que los episodios de lluvias torrenciales que también aumentarán según estos especialistas.

Al mejorar la capacidad de regulación aseguraremos el suministro de caudales ecológicos sin que se vean disminuidas las garantías de agua para los regadíos y se laminarían avenidas en los momentos de lluvias torrenciales y, de paso, se acumularían más recursos hídricos en estos periodos húmedos para usarlos en los períodos secos.

La realidad es que nos encontramos ante una difícil situación y deberían ya preverse por parte de las administraciones ayudas directas, usando las posibilidades que se abren en Europa, adaptar las cortapisas ambientales de la nueva PAC a la situación de sequía, exenciones de pago a los organismos de cuenca de los cánones de regulación y tarifas de utilización del agua, así como moratorias fiscales para aquellos regantes que vean disminuir sus disponibilidades de agua y no puedan regar la totalidad de sus superficies.  

El día 4 de marzo se reunió la Mesa de la Sequía, pero al parecer no se han adoptado soluciones definitivas esperando la evolución de las precipitaciones.

Si llueve con abundancia en corto plazo se podría resolver el problema. Pero me temo que empieza a ser tarde. En la agricultura de regadío no se puede improvisar y hay que saber con antelación el agua utilizable. Hay que preparar las tierras y abonarlas y los precios de los insumos a aplicar no están como para andar tirando el dinero si posteriormente no se puede regar.

Aunque estoy seguro de que los regantes harán todo lo posible para usar el agua de la que dispongan de la mejor manera. Y se adaptarán a esta difícil situación una vez más. Pero hay que dar solución a los problemas que, si no llueve mucho y pronto, se presentarán esta campaña de riegos.

En el secano se podrían salvar los muebles si llueve pronto y se producen pastos naturales de primavera, llenándose las charcas de abrevadero y asimismo mejoraría la situación de los cultivos herbáceos, del viñedo y del olivar.

En todo caso se necesita la lluvia ya.

viernes, 4 de marzo de 2022

 

UTILIZACIÓN DE LOS FONDOS EUROPEOS NEXT GENERATION

Da la impresión de que existe bastante opacidad con los fondos Next Generation que por importe de 140.000 Millones de euros han sido adjudicados a España por la Unión Europea.  La mitad de ellos vendrán en forma de subvención a fondo perdido y el resto será un préstamo a devolver en cómodos plazos.

No se sabe a ciencia cierta, ni qué cantidades de esos fondos han llegado hasta ahora a España, ni su distribución real, ni qué tipos de proyectos se financian con ellos, ni el ritmo de ejecución de las inversiones. Da la impresión de que la ingente cantidad de dinero concedida nos está superando. Y que tendremos dificultades para invertir los fondos a tiempo y en proyectos racionales.

Esta enorme cantidad de dinero que ha puesto a nuestra disposición la UE, es una especie de Plan Marshall  - que se aplicó en Europa una vez finalizada la II Guerra Mundial, no participando España en sus beneficios por su aislamiento internacional tras nuestra Guerra Civil - que han de servir para recuperarnos de esta pandemia que ha degradado fuertemente nuestra economía -  España en 2020 perdió un 10,8 % del PIB y ha recuperado solamente el 5 % en 2021 – así como para modernizar nuestro modelo productivo adaptándolo a las nuevas tecnologías y a la digitalización.

En varios países se ha optado, con acierto en mi opinión, porque los fondos sean distribuidos por un órgano independiente creado al efecto y del que forman parte expertos que aseguran que, por lo menos, habrá imparcialidad en el reparto y en la selección de las inversiones a financiar por los mismos.

En España no ha sido así y se ha dejado en manos del gobierno la selección y distribución de estos cuantiosos fondos. Esto tiene el alto riesgo de que se politice el reparto, buscando los votos para próximas elecciones en lugar de que sea el interés general el que guíe las actuaciones.

Estos fondos deberían destinarse, además de a reforzar nuestro sistema de salud y modernizarlo, a cuestiones vitales para nuestro desarrollo como pueden ser la modernización de infraestructuras de transporte especialmente los ferrocarriles que es el tipo de locomoción menos contaminante; las de telecomunicación que faciliten la digitalización de nuestras actividades y la introducción de las nuevas tecnologías y, paralelamente la formación de especialistas en inteligencia artificial o uso de big data y de aplicación de las nuevas tecnologías en general.

De igual modo aspectos como las energías renovables han de ser abordados con estas inversiones, buscando mejorar los procesos de descarbonización de la sociedad, apostando por nuevos tipos de energía como el hidrógeno verde o la utilización de biocombustibles para reducir las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero.

El buen uso de estos fondos es una oportunidad única para España con vistas a modernizar y digitalizar nuestra agricultura y mejorar la eficiencia y tecnología de nuestros regadíos, remozar y renovar nuestra industria introduciendo nuevos tipos como los vehículos eléctricos y sus componentes, el hidrógeno verde y la biotecnología o la nanotecnología, que den un vuelco a la misma y la sitúen en vanguardia.

Nuestro turismo también se beneficiaría de estas inversiones para mejorar y modernizar sus infraestructuras hoteleras, de restauración y las de ocio de modo que se aumente la calidad de la oferta a los usuarios para hacerla más atractiva.

Sería un gran fracaso el volver a utilizar mal estos cuantiosos fondos en inversiones absurdas (rotondas, carriles bici y estupideces similares) que ni generarán empleo estable ni servirán para poner nuestra economía en línea con las otras de Europa, mejorando nuestra productividad para poder competir en condiciones de igualdad con el resto de países de la Unión Europea.

Puede ser que haya razones de política al medio, pero hay partidos que están denunciando un reparto sectario de los fondos. Y contra esta denuncia sólo hay un camino: transparencia absoluta para que los ciudadanos podamos conocer exactamente en qué tipos de proyectos y a qué comunidades autónomas y en qué cuantías se destinan estos fondos.

En su distribución habría de tenerse en cuenta la situación de las distintas comunidades autónomas, impulsando inversiones de los fondos en aquellas que están en peor situación relativa, que en general se corresponde con la España vaciada, para impulsar su desarrollo mejorando en todo lo posible sus infraestructuras de todo tipo de modo que las industrias puedan instalarse en ellas y aprovechar para industrializar sus recursos naturales de modo que el valor añadido se quede en el territorio.

Hemos de organizarnos para ser capaces de invertir esos fondos en el tiempo marcado y no tener que devolver parte de ellos por incapacidad para gastarlos. Pero hay que gastarlos bien y no en acciones no productivas o marcadas por el sectarismo político.

España tiene una oportunidad única, si se utilizan racionalmente estos fondos, de actualizar su modelo productivo, y no podemos permitirnos el lujo de desaprovechar esta circunstancia que tenemos al alcance de la mano. Es muy difícil que se vuelva a presentar otra ocasión tan propicia como la actual. España se juega mucho en la aplicación de estos fondos. No sólo ante los españoles sino ante la UE.