VIALIDAD
INVERNAL EN LAS CARRETERAS
Como
en un próximo futuro existe una elevada probabilidad de que el frío y la nieve
vuelvan por nuestros lares, me permito reflexionar en esta entrada sobre la
necesidad de estar preparados para cuando dichos fenómenos meteorológicos
adversos se presenten.
Los
antecedentes históricos demuestran que en época invernal en las mesetas sur y
norte de España y en los sistemas montañosos de nuestro país la probabilidad de
que se produzcan nevadas de mayor o menor intensidad o episodios de
temperaturas por debajo de 0 ºC es muy alta.
Por
eso con antelación suficiente las administraciones con competencia en
carreteras preparan sus programas de vialidad invernal. Se coordinan en órganos
en los que están presentes por parte de la administración general del Estado
las delegaciones del gobierno, AEMET, demarcaciones de carreteras, las
jefaturas provinciales de tráfico y agrupaciones de tráfico de la Guardia Civil,
así como las consejerías autonómicas competentes en carreteras y emergencias
(112), y las diputaciones provinciales con sus servicios de vías y obras. Esta
coordinación y la comunicación fluida entre estos organismos entre sí y con los
ciudadanos son claves para asegurar el éxito de la campaña invernal.
En
el desarrollo del programa de vialidad invernal la unión de fuerzas es
imprescindible para poder dar un mejor servicio al ciudadano y evitarle los
inconvenientes que las nevadas u otros factores relacionados con el frío pueden
ocasionarle cuando circule por la red de carreteras.
Pero
en el proceso de vialidad invernal es fundamental adelantarse a los
acontecimientos. No puedes ir arrastrado por ellos. Hay que anticiparse. Si no
se hace así no está asegurado el éxito de las operaciones. Por muchos medios
que se tengan.
Por
tanto los protocolos de actuación en cada caso han de estar meridianamente
claros y los equipos humanos y mecánicos
así como los medios auxiliares han de permanecer dispuestos y prácticamente en
estado de alerta en cuanto el invierno se adueñe de nuestro país.
Es
importante conocer lo más aproximadamente posible cómo será la nevada o
episodio de baja térmica en cuanto a intensidad de la precipitación y
distribución espacial y temporal. Aquí las previsiones de la AEMET, cada vez
más afinadas, resultan imprescindibles. Y tener en cuenta que hay episodios
excepcionales a los que es muy difícil hacer frente. Sobre todo si se producen
nevadas en zonas en las que lo hace excepcionalmente o la nevada es de una gran
intensidad por muy acostumbrado que se está a ella.
Hay
que poner en conocimiento de los ciudadanos el riesgo que tienen si salen a la
carretera en condiciones de nevada o de placas de hielo. He contemplado
estupefacto como en episodios de nevadas familias con niños salen en sus
vehículos “para ver la nieve” resultando posteriormente atrapados, con los
problemas subsiguientes.
Hay
que concienciar a la población de los riesgos que asume si circula
innecesariamente en días de peligro. Y si lo hace por obligación ineludible los
medios que ha de llevar en su vehículo por si vienen mal dadas: cadenas o
neumáticos de invierno, combustible, teléfonos móviles, agua y alimentos o
ropas de abrigo.
Y
a partir de aquí hay que poner en acción el plan de vialidad invernal con todos
los dispositivos bajo la coordinación más eficaz posible.
Cuando
la conservación y la vialidad invernal estén contratadas con una empresa
privada, lo que ocurre en determinados casos, los supervisores del contrato por
parte de la administración han de exigir a las empresas lo prescrito en el
pliego de condiciones que reguló la adjudicación del servicio. Y esto ha de
hacerse a rajatabla. Si se duda o se es negligente en esta exigencia las
empresas procurarán utilizar el menor número posible de medios humanos y
mecánicos para ahorrar costes.
Cuando
se produzcan los problemas las reclamaciones irán directamente a la
administración responsable de la infraestructura y no a la empresa
adjudicataria.
Si
los medios son públicos mi experiencia me dice que suelen aplicarse al máximo
tanto en personal como en equipos mecánicos y medios auxiliares. El personal de
los parques de maquinaria suele conocer muy bien su oficio y se aplica a él con
entusiasmo y dedicación a veces muy por encima de lo exigible.
El
año pasado algún episodio cogió desprevenidos a alguna administración o a las
empresas que tienen a su cargo el servicio. Y eso que la AEMET lo avisó con
anterioridad y con reiteración. No parece lógico que una autovía como la A3 que
discurre por lugares de alto riesgo de nevadas, que se conocen de siempre, se
llegue a cortar atrapando en la nieve a miles de personas en sus vehículos.
Aunque la nevada fuera importante da la impresión de que se actuó con poca
diligencia.
¿Pueden
haber tenido algo que ver los recortes en conservación y vialidad habidos en
las administraciones públicas? Si es así habrá que tomar nota para evitar
futuros episodios como el habido.
Concluyo
que a los planes de vialidad invernal de nuestra red de carreteras hay que
darles la máxima importancia y sus actuaciones han de adelantarse en lo posible
a los acontecimientos para evitar perjuicios a los ciudadanos.