UN FERROCARRIL
DIGNO (Y EFICIENTE)
Por
segunda vez en Extremadura parece que empieza a gestarse la realización de una
manifestación ciudadana en demanda de un ferrocarril digno para la región
.
La
primera protesta en relación a la situación del ferrocarril en Extremadura tuvo
lugar en Cáceres en 1985 y a ella asistimos poco más de 100 personas. Su
objetivo era manifestar la repulsa por el cierre parcial de la línea Ruta de la
Plata que unía (y debería seguir uniendo) Plasencia con Salamanca y Gijón. En
realidad esta vía unía (y debería seguir uniendo) Sevilla con Gijón.
31
años han pasado sin que los extremeños hayamos dicho esta boca es mía en
relación al ferrocarril indigno del siglo XXI que sufrimos en esta región
periférica abandonada de la mano de Dios y de los políticos. Convoyes con más
kilómetros “que el baúl de la Piquer” desechados de otras líneas, velocidades
tipo carreta en muchos tramos, línea única sin electrificar y, en consecuencia,
frecuentes averías y retrasos que hacen de los viajes auténticas aventuras.
Hace
unos años nos deslumbraron con la línea del AVE, Madrid – Lisboa que se ha ido
al garete porque los lusos han desistido de su construcción dado su elevado
coste. Por lo que en la actualidad continuamos igual, solo que peor. Porque ha
desaparecido el tren Lusitania Madrid – Lisboa que circulaba por Extremadura,
para hacerlo ahora vía Salamanca. En fin un desastre.
Dado
que la línea del AVE sólo tiene sentido si une Madrid con Lisboa, parece
sensato olvidarse, aunque sea por unos cuantos años, de él.
Las
distancias de las principales ciudades extremeñas con Madrid y otros destinos
aconsejarían la construcción de líneas electrificadas dobles, servidas por
convoyes tipo Alvia (velocidad del orden de 200 km/h). Podría aprovecharse la
infraestructura del AVE ya construida. Por estas líneas habrían de circular
tanto trenes de viajeros como de mercancías. Este último aspecto es de
fundamental importancia para la región. Habría que buscar además de dignidad,
eficiencia.
Hay
tres trayectos fundamentales que hay que conseguir transformar con las
condiciones anteriormente descritas para que Extremadura quede suficientemente
servida en materia de ferrocarriles.
Primero
la línea Badajoz – Mérida – Cáceres – Plasencia – Madrid. Vertebra Extremadura
y es la salida hacia la capital de España. Sería además el trayecto del futuro
AVE Madrid – Lisboa si es que alguna vez se construye.
Segundo
la línea Ruta de la Plata entre Plasencia y Salamanca. Debe restablecerse con
urgencia este tramo para enlazar en la capital salmantina con el eje Atlántico transeuropeo
(camino más corto para alcanzar Europa). También hay que reconstruirlo entre
Mérida y Sevilla (salidas a Huelva y Algeciras) que son puertos fundamentales
para exportación de bienes y equipos extremeños.
Tercero
la línea Mérida – Brazatortas que permitiría la conexión con el Levante español
y con el eje Mediterráneo de carácter transeuropeo.
Este
sería el esquema que, en mi opinión, tendrían que defender los extremeños con la Junta de
Extremadura al frente. Es evidente que comporta elevadas inversiones pero muy
inferiores a las del AVE.
Además
la solución que se propone abarataría el precio de los billetes que serían
mucho más caros en la alternativa de construirse el AVE.
La
realidad es que Extremadura lleva desde siempre soportando un ferrocarril
tercermundista y es de justicia solucionarle el problema ya. Los Fondos
Estructurales Europeos como el FEDER, de los que Extremadura será la única región
beneficiaria en España dado su nivel de renta, podrían emplearse para conseguir
estos objetivos. Sería una inversión rentable para la región y para el país.
La
chapuza que ha ofrecido Madrid y aceptado Extremadura en la anterior
legislatura, de un denominado “tren de altas prestaciones” tipo diesel con
línea única, es pan para hoy y hambre para mañana. Seguirá condenando a
Extremadura a tener un ferrocarril limitado y no de altas sino de bajas
prestaciones “per saecula saeculorum”.
Hay
que exigir un ferrocarril moderno, digno y eficiente con proyección de futuro y
esto sólo se consigue con línea doble electrificada y con convoyes modernos
tipo Alvia que permitan el trayecto Cáceres – Madrid en algo menos de dos horas
y situar a los viajeros de Badajoz en Madrid en algo menos de tres. Lo demás
son componendas que perpetuarán en el tiempo un mal servicio férreo en
Extremadura condenándola a permanecer en el subdesarrollo. La Junta de
Extremadura apoyada por todos los extremeños no debiera consentirlo.
Si
en Extremadura se pagan los mismos impuestos que se abonan en otras regiones
españolas deberíamos disponer de un ferrocarril de similares características al
que estas disfrutan ¿o hay que seguir aguantando?