AMANCIO Y PABLO
Amancio
es Amancio Ortega. Un hombre de edad provecta pues ya tiene 82 años.
Multimillonario. Leonés de nacimiento, empezó de la nada en Galicia
confeccionando batas y albornoces. Hoy día es el dueño de un vasto imperio
empresarial que se extiende por diferentes países del mundo. Zara e Inditex son
sus empresas punteras.
Viste
a un sinnúmero de mujeres y también de hombres. Su estrategia: dar calidad y
diseño a buen precio y rodearse de buenos profesionales. Hombre discreto y poco
dado a aparecer en los medios de comunicación, ha trabajado infatigablemente
toda su vida para emprender y gestionar con sus directivos los múltiples
negocios de los que ahora es titular.
Sus
empresas dan ocupación a unos 175.000 trabajadores en todo el mundo. En países
desarrollados, emergentes y en vías de desarrollo.
Estoy
seguro de que paga religiosamente sus impuestos. De lo contrario Hacienda
habría caído implacablemente sobre él y sus empresas. No se le conoce
expediente fiscal alguno ni delito relacionado con la hacienda pública. En
principio es un ciudadano ejemplar en este sentido.
Como
tiene dinero de sobra - que no ha de olvidarse ha obtenido con su infatigable
trabajo durante muchos años, arriesgando su capital y expuesto a posibles
quiebras, que afortunadamente para él no han tenido lugar – ha decidido
contribuir con la aportación de una elevada suma de dinero (unos 320 Millones
de Euros) a mejorar la sanidad pública española dotándola de instrumentos de
última generación para la lucha contra el cáncer. Ignoro si estos donativos
altruistas tendrán deducciones fiscales. Si existen serán legales. Y, por
cierto, pueden acogerse a ellas todos los españoles que se decidan a hacer las
donaciones que ha hecho Amancio.
Pablo
es Pablo Iglesias Turrión. Joven aunque ya maduro. Político de nuevo cuño,
salido de las aulas universitarias españolas. Comunista y marxista. De Carlos
Marx no de Groucho, aunque también parece que sigue los consejos de éste, por
aquello de cambiar de principios según convenga.
Su
ocupación principal es la de haber sido profesor titular en la Facultad de
Ciencias Políticas de la Complutense, en donde contribuía junto a otros
profesores a generar un caldo de cultivo de extrema izquierda, adoctrinando a
los alumnos en las bondades y éxitos del comunismo ¡Pobre Universidad¡
Él
y su equipo han asesorado a Chaves y Maduro. Con sus brillantes consejos han
convertido Venezuela en un desastre político y social patente.
Cuando
estalló la crisis de 2008 en España, Pablo tuvo la habilidad de - aprovechando
el descontento de muchas capas de la población con la situación de desigualdad
y desempleo existentes - apropiarse del movimiento 15 M del que surgió Podemos.
Este partido era el que iba a salvar a la clase trabajadora española aplicando
la dosis de demagogia y populismo, correspondientes. El líder moraba en un piso
de 60 m2 situado en Vallecas. Un ejemplo para el personal.
Algunos
millones de ingenuos electores picaron en el anzuelo y le otorgaron 71 escaños
en el Congreso, cosa que ni él ni sus adláteres habrían soñado en el mejor de
sus sueños.
Y
cuando se vio sentado en la poltrona se dio cuenta de los beneficios tan
sustanciosos que iba a recibir. Que los sumaría a la oscura financiación de su
partido que todavía no sabemos cómo salió de la nada, aunque nos lo maliciamos.
Pero
Pablo es un comunista dictadorzuelo, y una vez tomado el poder en su partido,
comenzó a tratar de imponer sus ideas, aplicando el conocido principio: o estás
conmigo o estás contra mí. Esto ha producido una desbandada general de muchos
de los fundadores de Podemos: Errejón, Bescansa y otros más que dejaron la formación.
El
resultado es que en las últimas elecciones generales tan sólo ha conseguido 42
diputados. A pesar de este estrepitoso fracaso quizá toque pelo, como los
toreros, ya que el PSOE lo necesita. En las europeas, municipales y autonómicas
ha sufrido un desastre mayúsculo.
Antes
se había ha comprado un casoplón en Galapagar que le ha costado un pastón, y
que será el tipo de vivienda que utilizará a partir de ahora la clase obrera a
la que él va a redimir. Ha comenzado la redención por sí mismo y por su pareja
que son los que hoy mandan en Podemos. De los principios en este partido y del
15 M, sólo queda la coleta de Pablo.
Y
ahora ha ido predicando por ahí que no puede consentirse que Amancio Ortega dé
limosnas a la sanidad pública española. Ignora que el mecenazgo y las
donaciones existen en todos los países democráticos del mundo. Como es natural
no da soluciones alternativas. Yo le brindo una: bajarse el sueldo de
parlamentario él y sus conmilitones al SMI y renunciar a todas las canonjías y
sinecuras del cargo y del partido. Y dedicar esos fondos a la sanidad pública.
Esperen sentados.
Así
que entre Amancio y Pablo yo me quedo con Amancio. Este ha sido un trabajador
infatigable a lo largo de toda su vida y creado miles de puestos de trabajo y
el otro no ha dado un palo al agua en la suya ni creado empleo alguno. Así que
desde aquí animo al empresario a que siga haciendo aportaciones para mejorar
nuestra sanidad pública. Por la parte que pueda tocarme. Y también darle las
gracias. Porque el agradecimiento es de bien nacidos.