viernes, 29 de marzo de 2019


LA GOBERNANZA DEL AGUA

El ministerio para la Transición Ecológica ha iniciado el procedimiento y las consultas previas a los “stakeholders” (interesados) para proceder a la redacción de un Libro Verde de la Gobernanza del Agua en España.

Hace unos pocos días fui invitado a participar en un taller o “workshop” como se dice ahora, celebrado en Mérida y organizado por el Ministerio junto con la Dirección General de Infraestructuras de la Junta de Extremadura.

Agradecí la invitación a participar en el evento, ya que para un ingeniero jubilado como yo es un honor que todavía se acuerden de uno, quien procura seguir activo para intentar salvarse de la sentencia que acuñó Miguel Delibes en su magnífica obra: La Hoja Roja y que reza así: “la jubilación es la antesala de la muerte”.

Me pareció muy interesante la reunión en la que participaron diversos expertos en los temas de agua representando a intereses distintos y a veces contrapuestos respecto de su uso.

El agua se ha convertido en el oro blanco, yo diría incoloro, del siglo XXI. Un bien que es escaso e indispensable para la vida de la biosfera y para el desarrollo de los territorios, es lógico que deba tratarse con exquisito cuidado para preservarlo y que de este modo pueda contribuir a lo largo del tiempo a crear unas mejores condiciones de vida de los habitantes del planeta Tierra.

Pero en el uso del agua hay intereses contrapuestos que han de concertarse de modo que entre todos consigamos que el agua sea un elemento que coadyuve a un desarrollo sostenible de los territorios. Adelanto que el desarrollo sostenible no consiste en no desarrollarse, como algunos propugnan. Si se sigue la línea de un conservacionismo a ultranza territorios como Extremadura sufrirían graves perjuicios.

Si se utiliza racionalmente y se gestiona con eficiencia y eficacia el agua puede ser un factor de desarrollo al tiempo que se respetan las condiciones ambientales de las masas de agua. Hay que armonizar el desarrollo y el medio ambiente. Y ninguno de los dos ha de salir vencedor. Tiene que producirse un equilibrio de modo que los diferentes intereses en juego puedan ser atendidos.

Por eso encuentro excesivamente ambientalista la Directiva Marco del Agua (DMA) que se “olvida” de la atención a las demandas para dar prioridad casi absoluta a la consecución del buen estado ecológico y químico de las masas de agua.

Los usuarios del agua tanto de la urbana, como de la agraria fundamentalmente los de regadíos y de la industrial han de conseguir en la utilización de este bien la máxima eficiencia.

Los usuarios urbanos han de ser conscientes de que el agua es un bien escaso y no ha de malgastarse. Existen muchas prácticas en nuestros hogares y segundas residencias que permiten disminuir su consumo. De igual forma los gestores han de procurar la máxima estanqueidad de la red de distribución en evitación de pérdidas. Y los riegos de jardines públicos han de ser controlados y si es posible utilizar en ellos aguas recicladas.

Por otra parte ha de continuarse con la depuración de las aguas residuales urbanas de modo que a nuestros ríos se devuelva un agua de calidad compatible con el medio ambiente acuático.

En el regadío, que es el uso que mayor volumen de agua utiliza, alrededor del 70 % de los recursos hídricos, ya se han acometido importantes procesos de modernización de las zonas regables que están mejorando su eficiencia y productividad. Hay que seguir en esa línea. Por otra parte los agricultores han de llevar a cabo una fertilización racional de sus cultivos que evite los fenómenos de contaminación difusa debidos principalmente a la lixiviación hacia capas profundas de nitratos y fosfatos. Además un  abonado racional les supondrá sensibles ahorros.

No se debe olvidar que el regadío es un uso de gran trascendencia ya que asegura el abastecimiento alimentario de los ciudadanos, fija la población rural en el territorio y supone un importante sumidero de CO2, con lo cual coadyuva a mitigar los efectos del cambio climático.

El uso industrial del agua ha de ser llevado a cabo con la mayor eficiencia y aprovechamiento y devolver al medio ambiente el agua depurada compatible con la vida en los cursos de agua.

Tenemos un importante reto por delante como es el cambio climático. De acuerdo con los estudios del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) la tendencia más probable es que se producirá un incremento térmico, acompañado de una disminución de precipitaciones y de un aumento en la frecuencia de los fenómenos extremos: inundaciones y sequías.

Por lo tanto hay que reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEIs) y llevar a cabo las medidas de mitigación y adaptación a este cambio climático.

La gobernanza del agua ha de dar respuesta a una gestión de este recurso distinta, de modo que se adapte a la nueva situación y que armonice los objetivos ambientales con la atención a las demandas.

Quizás fuera conveniente para conseguirlo estudiar en detalle la ejecución de nuevas estructuras de regulación para aprovechar mejor los recursos hídricos que serán cada vez más escasos e implementar medidas novedosas de gestión para hacer frente a las nuevas condiciones que se presentan.

viernes, 22 de marzo de 2019


MARRUECOS: EL VECINO DEL SUR

Un grupo de buenos amigos acabamos de realizar un viaje por tierras de Marruecos: nuestro vecino del sur. El periplo ha sido maravilloso porque los 5 matrimonios que hemos viajado juntos, tenemos experiencia de viajes anteriores, nos conocemos todos y sabemos las virtudes y defectos de cada uno. Esto nos permite una convivencia muy positiva. 

El viaje nos ha llevado a conocer Casablanca la capital industrial y financiera del reino marroquí y sus cuatro ciudades imperiales: Rabat, Meknés, Fez y Marrakech. También hemos recalado en otros lugares muy interesantes como la ciudad romana de Volúbilis en la Mauritania Tingitana; Moulay Idris la ciudad santa del primer sultán idrisi; Ifrane villa de montaña denominada la suiza de Marruecos;  las cordilleras del Rif y del Atlas que constituyen la bomba que surte de agua al país y el valle del Ourika cuna de los bereberes.

Lo primero que ha sorprendido a los viajeros es el paisaje de la zona visitada: el área comprendida entre las cordillera del Atlas, del Rif y el océano Atlántico. Esperábamos más aridez y nos hemos encontrado un paisaje de verdor al inicio de la primavera, tanto en las tierras de secano como en las de regadío de las que existen superficies muy notables en las zonas llanas dominadas por las cordilleras. Las montañas son las suministradoras de las aguas de la lluvia y del deshielo de las abundantes nieves que orlan las altas cumbres, las cuales son retenidas en embalses de cabecera ubicados en los ríos (ueds). Otra parte de las aguas pasa a alimentar los acuíferos subterráneos.

Hemos podido comprobar que Marruecos es, al menos en el área visitada, un país que emerge con fuerza bajo la atenta mirada de su monarca alauita Mohamed VI, cuya efigie se encuentra presente por todas partes.

Visitamos la zona que fue, entre 1912 y 1956 cuando Mohamed V el abuelo del actual monarca consiguió la independencia para su país, protectorado francés. La influencia de Francia es notable en todos los órdenes de la vida marroquí, comenzando por el idioma que está presente en la región que fue antiguo protectorado galo.

Se nota una gran actividad de construcción de infraestructuras. Destacan aunque no lo visitáramos el estratégico puerto de Tánger – Med ya finalizado y operativo, ubicado entre Tánger y Ceuta, que será el principal puerto de entrada y salida de productos a un continente de amplias potencialidades de todo tipo como es África.

Autovías que unen la principales ciudades Tánger con Casablanca, vía Rabat y la continuación a Marrakech, la ciudad turística por excelencia que dispone de un moderno aeropuerto muy funcional que recibe y expide innumerables vuelos llenos de turistas de todos los rincones del orbe.

Está en construcción una línea ferroviaria de alta velocidad entre Tánger y Casablanca.

Pero el embrujo de las ciudades imperiales de Marruecos reside en sus construcciones clásicas: mezquitas con esbeltos minaretes, madrazas o escuelas coránicas, jardines y palacios reales o de altos dignatarios que son el reflejo de una sensibilidad artística muy notable. Podemos comprobarlo también en el legado que dejaron en España (Al Ándalus para ellos) en Sevilla, Córdoba y Granada, pero también en muchas otras ciudades que en algún momento fueron dominadas por los almorávides, almohades y benimerines en su periplo de casi ocho siglos por nuestro país.

Espectáculos como la medina de Fez son difíciles de contemplar en otras partes del mundo. 9.600 estrechas e intrincadas calles, llenas de recovecos, que albergan una población de 460.000 habitantes, la tercera parte de la total de la ciudad, todas ellas moviéndose al unísono por aquellos laberintos de callejuelas, tratando de vender su producto. Lo que consiguen después de un intenso proceso de regateo con el turista de turno que termina atrapado en la verborrea del vendedor y, al final de la compra, convencido de que ha sido engañado en el precio, pese a la rebaja obtenida. Todo ello bajo el sonido insistente y persuasivo de la llamada a la oración por parte de los almuédanos o muecines, que lo hacen cinco veces al día.

Hemos contemplado embelesados mezquitas de alta significación para los marroquíes, como la de Hasan II en Casablanca, de moderna construcción, en la que participaron con su óbolo ferviente un elevado número de ciudadanos y que es una imponente mole dotada de un minarete de 200 m de altura, el más grande jamás construido. Sólo pueden comparársele, aunque de lejos, la Giralda sevillana y la Koutobia de Marrakech.

Otro espectáculo para los sentidos es deambular en un plácido paseo por la plaza Jemaa el Fna de Marrakech, en la que se mueven cientos y cientos de personas de todas las nacionalidades para presenciar los espectáculos que los vendedores, cuentacuentos y amaestradores de animales ofrecen continuamente a lo largo de la jornada. Luego continúan las compras: cueros, cerámica, chilabas, túnicas, babuchas y toda clase de abalorios y adornos en la medina contigua a la plaza dotada de una vitalidad trepidante. Pero antes del regateo se ha de tomar un revitalizante té con menta en alguna de las terrazas elevadas de los cafés desde donde se domina el panorama.

En fin ha sido un viaje muy agradable que pasa a engrosar nuestros recorridos anuales por: China, India, Vietnam, Tierra Santa y Praga o Budapest y también el sur de Francia.

A mí personalmente Marruecos me ha encantado. Creo que a mis amigos también.

jueves, 7 de marzo de 2019


CORREDORES FERROVIARIOS PRIORITARIOS PARA EXTREMADURA

Vuelvo a tratar este tema ya que se están produciendo algunas reuniones y movimientos en relación con los corredores ferroviarios en España y Extremadura y es conveniente decidir aquellos corredores ferroviarios que son más interesantes para nuestra región.

Hay que establecer el principio de que los dos únicos corredores que tienen la calificación de transeuropeos, es decir que son auspiciados por la Unión Europea (UE) son el corredor Mediterráneo y el corredor Atlántico.

Luego están corredores interiores que pueden ser de mayor o menor interés pero que no son transeuropeos.

Por su situación geográfica el eje prioritario para Extremadura en su salida a Europa es el Eje Atlántico que en la zona más próxima a nuestra comunidad autónoma discurre por Salamanca. Aunque también podrían integrarse en este corredor Atlántico otros ejes como el trayecto: Badajoz – Mérida – Cáceres – Plasencia - Madrid y el tramo Mérida – Brazatortas. A estos dos últimos trayectos se les conoce como el Eje Sudoeste.

El tramo más avanzado de construcción es el Badajoz – Madrid vía Mérida, Cáceres y Plasencia que en su día ¿cuándo? será la línea de alta velocidad que mejor vertebre a Extremadura. Que no se olvide que tiene dos provincias: Cáceres y no sólo Badajoz.

Ya veremos si los portugueses aceptan que el AVE Madrid – Lisboa pase por Badajoz, pues tengo la impresión de que los lusos pretenden que dicho AVE discurra por Salamanca y desde allí a una Y que lleve a Lisboa y Oporto. 

Vistos los mapas editados por ADIF en su última presentación del Eje Atlántico llevada a cabo el pasado mes de febrero llego a las siguientes conclusiones:

1 – Hay que impulsar la línea de alta velocidad Madrid – Badajoz por Plasencia, Cáceres y Mérida. Sería bueno que pudieran circular pasajeros y mercancías. Habría que intentar convencer al gobierno portugués de que este trayecto tendría que formar parte de la línea del AVE Madrid – Lisboa y salida al puerto luso de Sines. Hoy día es la obra que tenemos más avanzada, dentro de una desesperante lentitud en su construcción. Hay que considerar que entre Plasencia y Madrid no hay prácticamente nada hecho. La conclusión es que todavía queda mucha tarea por delante.

2 – Es imprescindible la reconstrucción renovada de la Ruta de la Plata entre Plasencia y Salamanca para unirse allí con el Eje Atlántico principal. Esta actuación supone conseguir el camino más corto entre Extremadura y Europa para la salida de los productos extremeños y también el trayecto de menor distancia hacia los puertos del norte de España: Gijón, Santander, Bilbao entre otros. Para completarlo sería necesario acondicionar el tramo Don Benito – Villanueva hasta Mérida para unir a este eje norte - sur las Vegas Altas.

La Ruta de la Plata debería también completar su acondicionamiento en el tramo Mérida – Sevilla para conexión con los puertos del sur y con África.

No he visto iniciativa seria y exigente de la Junta de Extremadura sobre la reconstrucción de este eje fundamental para la región.

3 – En mi opinión el trayecto Mérida – Brazatortas sería el tercero en prioridad. No es el camino más corto para salir a Europa ni para llegar a Madrid, ni vertebra la región al dejar de lado la provincia de Cáceres. Sólo tiene la ventaja de que los puertos del Mediterráneo quedan más cerca.

Creo que la Junta de Extremadura debería pronunciarse claramente sobre estas prioridades ferroviarias en las que se basa el futuro de Extremadura, tanto para la llegada del turismo como para la salida y entrada de mercancías y productos de la región.

El problema radica en la desesperante lentitud con la que se llevan a efecto las inversiones y el consiguiente retraso de las obras y de la puesta en servicio de los tramos ferroviarios.

Parece poco equitativo que Extremadura no cuente en la actualidad con un solo kilómetro de línea duplicada ni electrificada, ni siquiera con un tren digno del siglo XXI. Excuso explicarles aquí el desastre ferroviario en que actualmente nos encontramos. Continuos problemas que no se detienen. El año pasado se produjeron 500 incidencias en los ferrocarriles extremeños. Un auténtico despropósito.

Por eso la presión de los extremeños ha de ser continuada para que el Estado nos dote de unos corredores ferroviarios que son imprescindibles para nuestro desarrollo. De lo contrario Extremadura seguirá hundida en los últimos lugares del ranking español y europeo.

Pero tengo poca fe en nuestros políticos porque no se mojan.


viernes, 1 de marzo de 2019


PRESIONES SOBRE LOS REGADÍOS

La Directiva 2000/60/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 23 de octubre de 2000 conocida como Directiva Marco del Agua (DMA) es la disposición comunitaria que regula el marco comunitario en materia de aguas dentro de la Unión Europea (UE).

Su orientación es eminentemente medio ambiental, de modo que el alcanzar el buen estado ecológico y químico en las masas de agua superficiales, subterráneas, de transición o costeras es su objetivo prioritario.  

Deja en un segundo plano aspectos muy importantes que han de alcanzarse con el uso del agua. Aunque protege especialmente los abastecimientos urbanos, cosa lógica por otra parte, deja casi al margen, la salvaguarda de otros usos del agua y especialmente de los regadíos.

En mi opinión el error de base de la DMA es que está redactada atendiendo a las condiciones climáticas e hidrológicas de los países del centro y norte de Europa, sin tener en consideración las especiales características climáticas de los países de la cuenca mediterránea (Portugal, España, Sur de Francia, Italia y Grecia). Las consecuencias de este importante error pueden ser muy negativas para los países aledaños al Mare Nostrum entre los que se encuentra España y especialmente para los regadíos, los cuáles no tienen presencia en una gran parte de Europa.

La Directiva, ya traspuesta al ordenamiento jurídico español, inspira el contenido de los planes hidrológicos de las diferentes demarcaciones hidrográficas, actualmente en revisión de cara a la redacción de los próximos planes 2021 – 2027.

 La DMA impone la necesidad de mantener caudales ecológicos en los cursos de agua. Y lo hace como una restricción previa a los sistemas de explotación. Es decir, los caudales ecológicos son prioritarios. En estos sistemas de explotación existen usos del agua, como las zonas regables, cuyo diseño, proyección, ejecución y autorización son muy anteriores a la promulgación de la DMA. Y se encuentran con una imposición retroactiva de la ley que puede perjudicar sus intereses, ya que puede afectar al nivel de garantía para satisfacer las demandas de riego.

Como ejemplo en la cuenca del Tajo hay en la actualidad cuatro sistemas de explotación deficitarios: Henares, Alberche, Tiétar y Árrago.

En climas mediterráneos como los que se dan en gran parte de España, la DMA pretende que se mantengan unos caudales ecológicos, que en una buena extensión de nuestro territorio sólo pueden suministrarse en determinadas épocas gracias a los embalses construidos en su día. En régimen natural en el estío muchos cursos de agua españoles presentan un caudal nulo. El mantener los caudales ecológicos en esa época sólo puede hacerse reduciendo las garantías del suministro a los regadíos. La DMA no propone explícitamente nuevas obras de regulación (embalses) para asegurar estos caudales ecológicos.

Para desincentivar el uso del agua, la DMA establece la figura de la recuperación de los costes del agua. Fija el principio de recuperación de los costes de los servicios relacionados con el agua incluidos los costes medioambientales y los relativos a los recursos asociados a los daños o a los efectos adversos sobre el medio acuático. Estos dos últimos costes son de nuevo cuño, pues antes de la DMA no se aplicaban.

La legislación española de aguas ya establecía la recuperación de los costes mucho antes de la promulgación de la DMA. En el caso del regadío se recuperan estos costes a través del pago por los usuarios del riego tanto del Canon de Regulación (CR), como de la Tarifa de Utilización del Agua (TUA). Estos dos conceptos recogen los costes de inversión, de explotación, conservación y mantenimiento y de administración relativa a los organismos de cuenca. Es decir, el regante está pagando todos los costes. El riego no es ni ha sido gratis para los regantes. Ni mucho menos.

El establecimiento por la DMA de nuevos costes del agua, incrementará sensiblemente el monto total de los de riego en perjuicio de los regantes.  No ha de olvidarse que a partir de julio de 2008 los precios de la energía para el riego han sufrido un aumento desmesurado lo que ha repercutido negativamente en las explotaciones con instalaciones de riego presurizadas.

Al unirse al incremento del coste energético, la imposición de costes adicionales establecidos en la DMA (ambientales y del recurso) traerá consigo una disminución todavía mayor de la capacidad de pago de las tierras regadas. Esto se traducirá en una baja en la rentabilidad y viabilidad económica de muchas explotaciones que previsiblemente tendrán que dar por terminada su actividad.

Si estas son las consecuencias de la aplicación de la DMA en España, alguien desde el gobierno habría de elevar a Bruselas las oportunas peticiones de rectificación en las disposiciones de la Directiva Marco del Agua para impedir este despropósito.

Parece que “ocultos” poderes tratan de que el medio rural se convierta en un desierto poblacional para convertirlo en un parque natural. Consideren las presiones que existen contra la caza, los toros y en no menor medida contra los regadíos en donde está el futuro de la agricultura.