ICONOCLASTAS DE NUEVO CUÑO
La
incomprensible e innecesaria muerte en Minnesota del afroamericano George Floyd
a manos de la policía estadounidense, que ha utilizado unos métodos de una
violencia extrema para reducir a un ciudadano de etnia negra, por la comisión
de una falta de reducida importancia, ha desatado una fiebre antirracista y
anticolonialista que presenta un nivel de violencia, parecido o aún peor al
usado por las fuerzas de seguridad americanas.
A
lo largo de la historia las sociedades han levantado monumentos, en forma de
estatuas principalmente, a una serie de personas que a lo largo de su vida
hicieron méritos en favor de aquéllas. Méritos que justificaban sobradamente el
homenaje recibido.
Personas
que dirigieron la ejecución de epopeyas que tuvieron importancia mundial y que han
sido decisivas para el desarrollo de las sociedades y de las naciones o bien
llevaron a cabo actuaciones heroicas en defensa de las mismas, han recibido el
reconocimiento de los hombres y mujeres que disfrutaron de estos beneficios.
Pero
se ha desatado a raíz del incidente racista acontecido en USA, una fiebre incontrolada
y arrolladora, gestada a través de las redes sociales como vehículo preferente
de comunicación de masas, que pretende llevarse por delante, destruyéndolas,
estas efigies de las personas que en su día produjeron grandes beneficios a las
sociedades de su tiempo. Sin valorar si realmente, con sus actuaciones,
llevaron a cabo actos de racismo.
Una
serie de gentes aborregadas, con nulos conocimientos históricos y con muy poca
o ninguna capacidad de reflexión, se ha enfurecido azuzada por élites de
activistas antisistema que están perfectamente organizados en movimientos tipo
Black Lives Matter (Las vidas negras importan). Estos movimientos manipulan las
redes sociales y a través de ellas las mentes de miles y miles de ciudadanos,
jóvenes principalmente que, a falta de una formación cultural e histórica, sólo
ven lo que las redes les dictan, sin calibrar si son justas o no las propuestas
que les hacen estas minorías de agitadores sociales.
La
nueva iconoclastia nacida hace unos días ya se ha cobrado diversas víctimas.
Efigies de personajes como Isabel la Católica, Colón, Fray Junípero Serra e
incluso Winston Churchill y hasta Mahatma Ghandi, han sido objeto de ataques
irracionales, llevados a cabo por gentes de poco cerebro que ignorando la
historia y manipulados, tratan de juzgar con criterios del siglo XXI,
acontecimientos ocurridos muchos siglos antes, cuando la situación socio
cultural era totalmente distinta de la actual.
Epopeyas
como la llevada a cabo por Colón con el apoyo y financiación de la corona de
España, han permitido el nacimiento y desarrollo de un buen número de naciones
que han asumido la cultura española que el descubridor fue el primero en
introducir. Es probable que se produjeran abusos especialmente en los momentos
iniciales, pero España dictó leyes de protección de las poblaciones indígenas.
Como ejemplo están las Leyes de Burgos de 1512 y las Leyes Nuevas de 1542,
dictadas en defensa de los derechos de los indios.
La
mejor prueba de cómo fue la actuación de los españoles, es la integración y
mestizaje habidos y la absorción de la cultura española por parte de esas
poblaciones de indígenas y mestizos. Cultura que mantienen hoy día y de la que
están orgullosos. Si no lo estuvieran habrían abjurado de ella y tomado otros
derroteros.
Isabel
la Católica, Colón y muchos descubridores propiciaron el nacimiento de un buen
número de naciones que hoy hablan nuestra lengua, disfrutan de los numerosos
monumentos y obras coloniales que les dejamos mientras duró nuestra estancia
allí y están bien integrados culturalmente con la nación que les descubrió para
el mundo: España.
Es
muy triste que sean algunos españoles, yo creo que no muchos, los que alimenten
la leyenda negra contra su propio país, cuando numerosos historiadores
sostienen que la acción de España en su descubrimiento no llegó ni con mucho a
lo que hicieron otras potencias coloniales. Y que hubo muchas más luces que
sombras en nuestra actuación descubridora y colonizadora.
Isabel
la Católica se preocupó por los derechos de los indígenas y en 1500 dictó un
decreto en el que se prohibía la esclavitud. No parece que fueran actitudes muy
racistas dados los tiempos que corrían.
Fray
Junípero Serra, franciscano hoy santo ya que fue canonizado en 2015, llevó a
cabo una importante labor de fundación de misiones en Méjico y California. En
ellas se acogía a los indios y además de evangelizarlos se les preparaba para
que pudieran gestionar las tierras de las que eran propietarios. Tampoco parece
que fuera muy racista el mallorquín. Los propios americanos reconocieron su
labor levantando su estatua en el Capitolio.
Qué
decir de Sir Winston Churchill, un político de talla mundial, cuya actuación
contribuyó decisivamente a salvar a su país y a la humanidad del dominio nazi, y
del que no creo que sea merecedora de escarnio su figura. Y de Mahamat Gandhi
un pacifista que liberó a la India de la colonización inglesa.
Lo
de Barcelona con la estatua de Colón raya en el esperpento. La alcaldesa
propone mantener la estatua que junto a la Sagrada Familia son los símbolos más
emblemáticos de la ciudad, pero eso sí, poner al pie de la columna que la
sustenta una inscripción dando cuenta de las maldades del descubridor de
América. De pena.