viernes, 26 de octubre de 2018


EL AGUA: UN RECURSO IMPRESCINDIBLE PARA EL DESARROLLO DE EXTREMADURA

Punto de Encuentro de la Sociedad Civil de Extremadura,  es una organización en la que están integrados, los colegios profesionales extremeños, el Club Senior de Extremadura, la Real Sociedad Económica de Amigos del País y otros colectivos sociales.

Sus directivos me invitaron a participar en un Foro sobre el Agua y sus aprovechamientos que se celebró en Mérida hace unos días. Y lo hice encantado porque el tema del agua siempre me ha apasionado. Desde que en 1978 comencé a trabajar en temas de regadíos en el IRYDA.

En mi presentación traté el agua desde la óptica de considerarla como un recurso imprescindible para el desarrollo territorial en general y de Extremadura en particular.

Además de ser un bien insustituible para mantener la vida en la biosfera, también lo es para garantizar la alimentación de las poblaciones y asegurar el desarrollo de los territorios.

El agua se genera en el ciclo hidrológico, pero es un bien ligado a la climatología. En el clima de España y en el de Extremadura la lluvia tiene una irregular distribución en el espacio y en el tiempo. Eso hace necesario almacenar el agua caída en los períodos húmedos para utilizarla en los períodos secos que con frecuencia se presentan. De ahí la necesidad de construir embalses de regulación para acumularla. En Extremadura la capacidad de almacenamiento de estos embalses asciende a 14.300,6 Hm3. En la cuenca del Tajo pueden acumularse 6.411,8 Hm3 y en la del Guadiana 7.888,8 Hm3

El agua es un recurso que atiende diferentes usos imprescindibles para el desarrollo territorial: el abastecimiento urbano, los regadíos, la industria, la producción hidroeléctrica, los usos recreativos y el aspecto ambiental de los ecosistemas fluviales. Los usos que más agua utilizan en la región son: abastecimiento urbano (133 Hm3/año), regadíos (1.400 Hm3/año) y usos industriales (155 Hm3 /año).

Los regadíos, principales suministradores de productos a la industria agroalimentaria, son el uso de mayor demanda (1.400 Hm3/año, el 83 % del total) y como en Extremadura se riegan unas 267.000 Ha supone un consumo medio anual de 5.240 m3/ha. Una cifra razonable que ha ido disminuyendo a lo largo del tiempo gracias a la introducción creciente del riego por goteo y a los procesos de modernización de las zonas regables acometidos por las Comunidades de Regantes.

La gestión del agua se lleva a cabo de modo unitario por cuencas hidrográficas, a través de las Confederaciones Hidrográficas en el caso de las cuencas intercomunitarias. Este modelo vigente en España desde 1926, ha sido adoptado por la Unión Europea a partir de la Directiva Marco del Agua del año 2000.

Al ser un recurso necesario para el desarrollo de un territorio no puede transferirse  el agua de unas cuencas hidrográficas a otras si no existen poderosas razones para hacerlo. Las aguas a trasvasar desde la cuenca cedente han de ser siempre excedentarias, consecuencia de un balance hídrico que abarque todos los tipos de agua: superficiales, subterráneas, reutilizadas y desaladas. Sólo cuando haya un excedente de agua en la cuenca cedente en una prospectiva de atención de sus demandas a largo plazo y un déficit estructural en la cuenca cesionaria, podría estudiarse un trasvase.

El trasvase Tajo – Segura es el paradigma de lo que no debe hacerse. Se hurtaron recursos a unas regiones en beneficio de otras, sin que se hiciera un balance hídrico completo puesto que las aguas subterráneas, de gran importancia en el Levante español, se dejaron de lado y además se exageraron las aportaciones en cabecera del Tajo que la realidad demostró que eran un 30 % inferiores a las previstas.

Las consecuencias han sido nefastas para la cuenca cedente: problemas para los municipios de la cabecera, el Tajo medio se ha convertido en una cloaca que llega a Extremadura y la aportación a Portugal establecida en el convenio de Albufeira  (2.750 Hm3/año) ha de hacerse de modo casi exclusivo desde los embalses extremeños. Y para colmo existen actualmente cuatro sistemas de explotación deficitarios en la cuenca del Tajo: Henares, Alberche, Tiétar y Árrago. Inconcebible.

Por último abordé la conveniencia de diseñar nuevas obras de regulación como consecuencia de dos nuevas circunstancias sobrevenidas: la introducción por parte de la Directiva Marco del Agua de los caudales ecológicos como restricción previa a los sistemas de explotación y el cambio climático.

La necesidad de mantener caudales ecológicos en los cursos de agua hace que en las épocas en que su régimen natural reduce su caudal o lo anula hay que suministrar estos caudales desde los embalses existentes, pudiendo afectar esta circunstancia a las garantías de los otros usos, especialmente al regadío.

Por último el cambio climático traerá consigo tres consecuencias: menores precipitaciones y por tanto menos aportación de agua a los embalses, un incremento de la evapotranspiración de los cultivos y por tanto de sus necesidades de riego como consecuencia del calentamiento global y consecuente incremento de la temperatura y por último un aumento de los fenómenos extremos: inundaciones y sequías.

Concluí que al ser el agua un recurso imprescindible para el desarrollo extremeño debemos cuidarla y evitar que se la lleven mediante nuevos trasvases a otras regiones, que para mayor escarnio disponen de rentas superiores a las nuestras.


viernes, 19 de octubre de 2018


SIN GASÓLEO

Los episodios que ocurren un día sí y otro también con el tren de Extremadura están llegando a unos límites que rayan en el esperpento. En los tres días del puente del Pilar se han producido cuatro incidencias graves. Destaco dos de ellas.

La última barrabasada acontecida en nuestras líneas férreas ha sido que un convoy que tenía que llegar hasta Madrid se ha visto obligado a detenerse en Fuenlabrada al quedarse sin gasóleo la locomotora. Increíble, pero cierto.

Un día antes otro tren, según la fotografía que ilustra el incidente un Talgo, que de acuerdo con Renfe y los dirigentes extremeños iba a ser nuestra salvación, se ha quedado parado en mitad del campo entre las estaciones de Torrijos y Montearagón por una avería en la unidad motriz. Más de 100 pasajeros tirados durante horas sin explicaciones más allá de la consabida sobre que se había producido una avería, lo cual era evidente.

Dados estos frecuentes  incidentes hace tiempo que procuro usar lo menos posible el tren desde o hasta Cáceres que es la ciudad donde resido, aunque alguna vez por conveniencia de horario lo he utilizado en los últimos tiempos. Prefiero el servicio exprés de autobuses de Avanzabus (Auto Res) que es cómodo y bastante puntual.

Y es que el uso de los trenes que transitan por Extremadura se ha convertido en una aventura no exenta de riesgos. Retrasos notables es lo más liviano que le puede ocurrir al pasajero. En estos arriesgados viajes puede suceder de todo: frecuentes averías como la del Talgo en mitad del campo que dejan tirados a los viajeros, quienes para alcanzar el autobús que viene a rescatarles, el cual tarda dos horas en presentarse, han de peregrinar campo a través acarreando sus equipajes para alcanzar la salvación. En verano este espectáculo puede tener lugar con una temperatura de 40 ºC a la sombra. Ni les cuento los grados que hace al sol.

También se dan incendios en el convoy con salida apresurada de los viajeros y sus equipajes, averías en las puertas y en el aire acondicionado o paradas eternas por arrollamientos de personas. En fin un cúmulo de incidentes que afortunadamente hasta ahora no se han sustanciado en un accidente grave con víctimas.

Este calvario ferroviario lo venimos padeciendo los extremeños desde hace un montón de años, sin que nuestros políticos tomen alguna medida drástica para solucionar el problema. ¿A alguna lumbrera se le ha ocurrido la idea de que los diputados  socialistas ahora y lo populares antes, rompan en el Congreso la disciplina de voto hasta conseguir un trato digno a Extremadura? Pero no hay agallas. Se está muy bien en la poltrona.

A los extremeños se nos toma el pelo con los trenes y se escatiman inversiones de tal modo que en el primer semestre de 2018, sólo se ha ejecutado el 18 % de las cantidades previstas en la mejora de la línea férrea, sin que nadie diga esta boca es mía por parte de la Junta de Extremadura.

Al mismo tiempo el dialogante Pedro Sánchez además de 1.400 millones ya concedidos a los catalanes para infraestructuras, les regala otros 2.200 millones para que le aprueben unos presupuestos que le permitan seguir amarrado al sillón que mece Podemos.  Esta millonada la utilizarán los independentistas para continuar financiando el “procés” que acabara en la independencia de Cataluña si antes alguien con valentía no corta con la aplicación de la ley este movimiento ilegal y mete en el “talego” a los organizadores de antes y de ahora.

Esos fondos que se van a Cataluña, merced a la presión independentista, minorarán sin duda los que se deberían aplicar a las líneas ferroviarias de Extremadura, para conseguir que de una vez por todas dejemos de ser una isla incomunicada por tren. Que por cierto es el medio más energéticamente eficiente de todos. Ahora que estamos en la economía verde y circular que tanto les gusta a nuestros dirigentes debieran apelar a ella como una razón más para conseguirlo.

Pero los despropósitos de nuestro tren seguirán produciéndose. Si acaso la consejera del ramo y el presidente, que son buena gente a nivel personal, al día siguiente de los incidentes saldrán a la palestra amenazando con las penas del infierno a Renfe y a Adif. Y estos hasta cesarán a algún responsable intermedio como acaba de suceder. Pero no pasará de ahí. Al tercer día volverá a ocurrir una avería, incendio u otro descalabro. Como diría Julio Iglesias: la vida sigue igual.

Entretanto Extremadura continúa hundiéndose en la miseria disfrutando de la renta disponible per cápita más reducida de España, lo que se traduce en que más del 40 % de los extremeños se encuentra en riesgo de pobreza. Además tenemos la tasa de paro más alta del país y estamos perdiendo población a chorros. De esta diáspora forman parte nuestros jóvenes con talento que emigran para no volver por estos lares que les vieron nacer.

Sin industrialización a la vista, la única ocurrencia de la Junta de Extremadura es solicitar programas de empleo que son pan para hoy y hambre para mañana y que no resuelven el problema. En su lugar se habrían de exigir unas infraestructuras de comunicación ferroviaria suficientes que permitan desarrollar nuestra agricultura, favorecer la industrialización para crear puestos de trabajo y atraer turistas que visiten nuestra bella tierra.

Como en el último episodio ocurrido con el tren, Extremadura se ha quedado sin gasóleo. Y estamos parados.



viernes, 12 de octubre de 2018


A LA DERIVA

Me pareció un acierto la postura adoptada por el PSOE de Felipe González en la transición española iniciada con la Constitución de 1978. Optó por la reconciliación nacional, tras los avatares acontecidos en la guerra civil y en los casi 40 años posteriores de dictadura franquista.

Desde una posición pragmática de gran inteligencia los socialistas optaron por mirar hacia adelante y encarar el futuro en base a una libertad sin ira. Era lo procedente si se quería olvidar un pasado de revolución antidemocrática de izquierdas y alzamiento de militares rebeldes ante el caos existente que dio lugar a la guerra civil. Allí hubo culpables en los dos lados no sólo en el franquismo como se pretende hacer ver ahora.

De ello eran conscientes los dirigentes del PSOE en la transición y por eso eligieron una vía de reconciliación pacífica mirando a un futuro de progreso para España, cosa que se conseguiría a la postre.

Los españoles reconocieron esta inteligente postura y dieron su confianza a los socialistas de entonces permitiéndoles gobernar durante varias legislaturas. Con algunos errores y bastantes aciertos y en alternancia con gobiernos de centro y de derecha otorgaron a España un período de bonanza económica y social. Se destruiría el camino emprendido en 1978 con la tremenda crisis económica que se inició en 2007 y que ha causado daños irreparables en muchas capas sociales españolas y ha traído consigo la aparición en el panorama político de fuerzas populistas de corte radical de izquierdas financiadas desde el exterior.

La Ley de Memoria Histórica de Zapatero, es posible que sin pretenderlo, abrió de nuevo antiguas heridas, que parecían cerradas. Sólo tenía en mi opinión un aspecto positivo: con financiación estatal se debería haber acometido la recuperación de los restos de las víctimas (de los dos bandos) enterradas en fosas comunes, tapias de cementerios o cunetas de carreteras para entregarlos a sus familias a fin de darles una digna sepultura. Eso era justo y los populares no estuvieron por la labor en las etapas del gobierno de Rajoy. Un gran error.

La llegada de Pedro Sánchez con su equipo, en el que curiosamente hay pocos o ningún componente que vivieran la guerra civil y ni siquiera la inmediata posguerra, ha supuesto un nuevo enfoque de la Ley de Memoria Histórica. Pretenden llevar a cabo una revisión interesada de la historia para concluir que los republicanos de izquierda, anarquistas y comunistas eran los buenos y las derechas y los militares que se levantaron contra la barbarie consentida por los gobiernos de la II República y que vencieron en la contienda eran los malos.

En resumen quieren volver a las dos Españas de Antonio Machado. Mal asunto para el presidente del Gobierno si se presume de ser un estadista. Debería pararse a pensar por qué el régimen franquista fue reconocido por la práctica totalidad de los países integrados en la ONU.

La historia no va a permitir la falacia de pretender reescribirla. Hay un montón de historiadores imparciales que ya se han pronunciado sobre la guerra civil y han dejado las cosas bastante claras. Culpas en los dos bandos y desmanes en igual forma. Las guerras civiles y sus consecuencias posteriores son así. Una desgracia para todos.

La forma legítima pero anómala en que el nuevo PSOE ha accedido al poder ha supuesto el pacto con fuerzas de izquierda radical y con separatistas que buscan la ruptura de la unidad de España y que han impuesto a Pedro Sánchez sus condiciones para apoyarle. Y éste las está cumpliendo a rajatabla.

Las acciones que está llevando a cabo el gobierno de España del nuevo PSOE era difícil de imaginar que se produjeran. Pero están superando todo lo previsible.

El PSOE ha pasado de ser un partido constitucionalista, defensor de la unidad de España como había sido hasta ahora, a un nuevo PSOE guerracivilista y que apoya las actuaciones de los golpistas catalanes para romper España - ya hay tres o cuatro ministros y la delegada del gobierno en Cataluña que anuncian indulto y eso que todavía no hay sentencia - y si esto continúa así también darán su apoyo a futuros golpistas vascos.

Alguien con prestigio y ascendiente dentro del partido debería levantar la voz para advertir a directivos, militantes y simpatizantes sobre la deriva que lleva el actual gobierno del nuevo PSOE y que le ha hecho perder el norte. Este partido otrora socialdemócrata y de centro izquierda, defensor de la unidad territorial de España, que velaba por las clases medias y trabajadoras, las cuales le recompensaban con su voto, está deviniendo en un partido echado en brazos de Podemos y socio de golpistas y separatistas, al que no se le reconoce, prisionero de las exigencias de aquellos que le mantienen en un poder inestable que no ha ganado en las urnas.

La solución pasa por unas elecciones cuanto antes. Han de hablar los ciudadanos. Si estos están de acuerdo con la política que está siguiendo el partido volverán a dar el triunfo a los socialistas. Por eso no hay que tener miedo a las urnas. Son las que confirman si estás en el camino correcto o has cogido una senda equivocada. Por eso hay que convocar elecciones cuanto antes. Veremos si es así.

Jamás pensé que escribiría una entrada en mi blog con este contenido. Pero lo que está ocurriendo con el gobierno del PSOE de Pedro Sánchez me ha obligado a ello. Y bien que lo siento. Sobre todo por muchos buenos amigos socialistas que tengo y que espero no se molestarán si leen estos comentarios. 


viernes, 5 de octubre de 2018


EL CORREDOR MEDITERRÁNEO

Hace unos cuantos días se ha celebrado una reunión de empresarios y autoridades en Barcelona para impulsar la construcción del Corredor Mediterráneo un eje ferroviario transeuropeo de gran importancia para Europa y para España. A la reunión le ha precedido y seguido una intensa campaña mediática recabando el apoyo de los ciudadanos españoles a esta infraestructura.

El Corredor Mediterráneo une Algeciras con la frontera francesa y de ahí con el resto de Europa siguiendo el contorno de la costa mediterránea. Un eje económico de primera magnitud en el que se genera una buena parte del PIB español.

Hasta aquí todo correcto. Esta obra ha de apoyarse porque es importante para muchas comunidades autónomas: Andalucía, Murcia. Comunidad Valencia y Cataluña. Esta última región no consideró oportuno que estuviera presente en la reunión su presidente Quim Torra. Será que no quiere trato con las comunidades charnegas con vistas a una próxima independencia la cual si se consigue sería un gravísimo problema para el corredor ferroviario.

Pero España ha de buscar un equilibrio territorial si no quiere provocar un desequilibrio centrífugo hacia el Mediterráneo si las prioridades inversoras se dirigen constantemente hacia estos territorios como ha ocurrido históricamente.

El centro de España: Castilla y León, Castilla La Mancha, Extremadura sufre un proceso de despoblamiento que puede acabar en un desierto poblacional en esas regiones. Sólo Madrid se salva del problema. Y eso porque es la capital del reino.

Si se quiere evitar este desequilibrio poblacional, con la misma intensidad con la que se ha apostado por el Corredor Mediterráneo hay que hacerlo por la inmediata construcción del Eje Atlántico transeuropeo que uniría la frontera francesa con Portugal a través del País Vasco y Castilla y León con conexiones a Galicia, Asturias y Cantabria.

A este eje es al que habría que unir Andalucía Occidental (provincias de Sevilla y Huelva que tendrían que dar un gran rodeo por el Corredor Mediterráneo) y Extremadura reconstruyendo la vía férrea Ruta de la Plata, para enlazar en Salamanca con el Eje Atlántico y de ahí con Europa y con los puertos del norte de España: Santander, Gijón, Bilbao o Pasajes.

Para Extremadura y también para Andalucía Occidental sería el camino más corto para situar sus productos en Europa. Solo hay que verlo en un mapa. Analicemos distancias. Las he tomado de una publicación de ADIF.

Huelva (0) – Sevilla (108) – Mérida (317) – Plasencia (457) – Salamanca – Astorga  (814) – Gijón (1.005) Ruta a puertos del Norte.

Al Eje Atlántico: Huelva (0) – Sevilla (108) – Mérida (317) – Plasencia (457) – Salamanca (587) – Burgos (823) – Irún (1.052)

En lo que afecta a Extremadura:

Badajoz – Mérida –  Cáceres - Plasencia – Astorga – Gijón -  758 Km

Badajoz – Mérida – Plasencia – Salamanca – Burgos – Irún – 805 Km.

La alternativa por Madrid hacia Irún desde Extremadura sería de una mayor longitud en las dos posibilidades tanto por Cáceres como por Ciudad Real.

Badajoz – Mérida – Cáceres – Plasencia (Monfragüe) – Madrid – Irún  - 832 Km

Badajoz – Mérida – Ciudad Real – Madrid – Irún – 944 Km

La reconstrucción de la Ruta de la Plata condición indispensable para confluir con el Eje Atlántico en Salamanca es la mejor solución para Extremadura ya que es la de menor longitud vertebradora de la región que da salida a los productos hacia Europa y los puertos del norte. También a los del sur: Sevilla y Huelva.

Solamente había que habilitar el tramo Don Benito – Villanueva a Mérida (unos 60 Km) para asegurar la comunicación de las Vegas Altas con Europa, manteniendo vertebrada toda Extremadura y no sólo la provincia de Badajoz.

Si no se acomete esta solución la alternativa para Extremadura, porque vertebra la región es el corredor por Cáceres y Plasencia a Madrid y desde allí a Irún y Europa y no por Ciudad Real como en muchas ocasiones se vende desde la provincia de Badajoz.

Adif parece que propone viajeros por Cáceres y mercancías por Ciudad Real. Una vez más los productos del norte de Extremadura (Cáceres y Plasencia y sus comarcas) resultarán discriminados y esto es sencillamente intolerable. Esperemos que la Junta de Extremadura no apoye este dislate. Pero me temo lo peor. Si se adopta esta solución la provincia de Cáceres no debería consentirlo bajo ningún concepto. Aunque hubieran de tomarse medidas extremas. Que haberlas, haylas. Aunque habría que sopesar si los políticos que representan a la provincia están a la altura.

Hecha la reunión para promover el Corredor Mediterráneo todavía no he visto el menor movimiento en Extremadura reivindicando nuestra conexión con el Eje Atlántico que es lo importante.

Y es que tenemos lo que nos merecemos.