EL FORO DEL REGADÍO DE
EXTREMADURA
Organizado
por la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio de
la Junta de Extremadura, a través de la Secretaría de Desarrollo Rural y
Territorio, se celebró anteayer en Mérida el Foro del Regadío de Extremadura.
La
organización tuvo la amabilidad de invitarme como ponente en una mesa redonda
cuyo título era Planificación Sostenible de los Regadíos: cambio climático. Es
un honor y un placer que todavía se acuerden de un jubilado. Esto me permite
seguir con la mente activa las vicisitudes de la política del agua y de los
regadíos en los que trabajé durante 39 años.
Multitudinaria
participación de directivos de las Comunidades de Regantes, regantes, cargos
directivos y funcionarios de las administraciones y técnicos y representantes
de empresas privadas y públicas lo que daba fe del gran interés que había en el
sector del riego dada la problemática actual a la que tiene que hacer frente.
Transmitiré
a los lectores los que en mi opinión fueron los aspectos más importantes que se
trataron durante el Foro sin entrar en tecnicismos de difícil comprensión.
Una
primera y fundamental conclusión es que los regadíos son un sector
indispensable para asegurar el abastecimiento alimentario de los habitantes de
la tierra. En el año 2030 habitarán el planeta alrededor de 8.500 millones de
personas y se estima en casi 10.000 millones los que lo harán en el año 2050.
Asegurar su alimentación hace necesario que los regadíos, que por hectárea
producen 6 veces más que el secano, incrementen su producción unitaria ya que
habrá menos tierra y menos agua per cápita para conseguirlo. Esto exige un uso
todavía más eficiente del agua y un incremento de productividad ya que las
nuevas tierras de regadío estarán limitadas.
Por
su trascendencia fue patente la preocupación existente en el sector por la
sequía hidrológica que estamos padeciendo. Gracias al mejor uso del agua que se
ha hecho por los regantes, derivado del amplio proceso de modernización de los
regadíos llevado a cabo, hemos podido resistir en mejor situación los tres años
de sequía o escasez que llevamos padeciendo. En la cuenca del Guadiana hay agua
justo para la próxima campaña de riegos y utilizando la misma con el más
exquisito cuidado. En la del Tajo si no hay lluvias de última hora habrá que
reducir las dotaciones de riego y/o las superficies. Se estima en una reducción
del 35 % en los regadíos del Alagón y del 65 % en los del Rosarito y Borbollón.
El
inusitado incremento de los costes energéticos del riego acaecidos en el año
2008 como consecuencia de la eliminación de las tarifas especiales de riego R0
y R1 ha llevado a los regantes a tener que mejorar la eficiencia energética de
sus instalaciones para reducir la potencia y el consumo eléctrico todo lo
posible. En esa línea se está avanzando mucho así como en las formas de compra
de la energía por parte de las Comunidades de Regantes. En todo caso la energía
más barata es la que no se usa. De ahí los procesos de mejora de las
instalaciones de bombeo y del control de las redes que se han acometido para
ahorrarla.
De
igual modo se vislumbra una nueva vía de actuación como es la construcción por
las Comunidades de Regantes de instalaciones de energías renovables para
abastecer sus estaciones de bombeo. Pero existen dificultades por los peajes de
respaldo que hay que abonar. Esperemos que se desbloquee el problema.
Entretanto
el Gobierno debería arbitrar soluciones para adecuar el término de potencia a
las características específicas de los regadíos al menos en dos etapas, sin
penalización. Y reducir el IVA del 21 % al 10%. Revisando también los períodos
de aplicación del precio en el término
de energía.
El
cambio climático ya admitido por la práctica totalidad de la comunidad
científica es otro aspecto que preocupa al sector. Sus posibles consecuencias
para Extremadura se traducirán en una disminución de las lluvias, y por tanto
del agua disponible y un incremento del consumo de agua de los cultivos al elevarse
la temperatura e influir con otras
variables en el incremento del valor de la evapotranspiración. Estas
consideraciones y el aumento de la frecuencia de fenómenos extremos: lluvias
torrenciales y más sequías, hacen que el sector demande aumentos de las posibilidades
de regulación de agua con la construcción de las correspondientes
infraestructuras hidráulicas.
El
uso por parte de los regantes de la REDAREX (Red de Asesoramiento al Regante de
Extremadura) y de los datos de sus estaciones climáticas servirá para
determinar más exactamente las necesidades de agua de los cultivos y mejorar le
eficiencia de los regadíos.
El
sector está convencido de que haciendo las cosas bien se puede conseguir una
utilización del regadío compatible con el respeto al medio ambiente. Los
regantes son los primeros interesados en ello ya que viven y trabajan con el
suelo y el agua que son elementos que les interesa cuidar para asegurar su
futuro y el de sus hijos.
La
Junta de Extremadura y la Administración del Estado apuestan por los nuevos
regadíos llevados a cabo con una planificación adecuada y criterios de
viabilidad hidrológica, técnica, económica, social y ambiental. Creo que están
en el buen camino. Los regadíos son la base de nuestra industria
agroalimentaria, fijan población, crean empleo y generan renta.