viernes, 23 de febrero de 2018


EL FORO DEL REGADÍO DE EXTREMADURA

Organizado por la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio de la Junta de Extremadura, a través de la Secretaría de Desarrollo Rural y Territorio, se celebró anteayer en Mérida el Foro del Regadío de Extremadura.

La organización tuvo la amabilidad de invitarme como ponente en una mesa redonda cuyo título era Planificación Sostenible de los Regadíos: cambio climático. Es un honor y un placer que todavía se acuerden de un jubilado. Esto me permite seguir con la mente activa las vicisitudes de la política del agua y de los regadíos en los que trabajé durante 39 años.

Multitudinaria participación de directivos de las Comunidades de Regantes, regantes, cargos directivos y funcionarios de las administraciones y técnicos y representantes de empresas privadas y públicas lo que daba fe del gran interés que había en el sector del riego dada la problemática actual a la que tiene que hacer frente.

Transmitiré a los lectores los que en mi opinión fueron los aspectos más importantes que se trataron durante el Foro sin entrar en tecnicismos de difícil comprensión.

Una primera y fundamental conclusión es que los regadíos son un sector indispensable para asegurar el abastecimiento alimentario de los habitantes de la tierra. En el año 2030 habitarán el planeta alrededor de 8.500 millones de personas y se estima en casi 10.000 millones los que lo harán en el año 2050. Asegurar su alimentación hace necesario que los regadíos, que por hectárea producen 6 veces más que el secano, incrementen su producción unitaria ya que habrá menos tierra y menos agua per cápita para conseguirlo. Esto exige un uso todavía más eficiente del agua y un incremento de productividad ya que las nuevas tierras de regadío estarán limitadas.

Por su trascendencia fue patente la preocupación existente en el sector por la sequía hidrológica que estamos padeciendo. Gracias al mejor uso del agua que se ha hecho por los regantes, derivado del amplio proceso de modernización de los regadíos llevado a cabo, hemos podido resistir en mejor situación los tres años de sequía o escasez que llevamos padeciendo. En la cuenca del Guadiana hay agua justo para la próxima campaña de riegos y utilizando la misma con el más exquisito cuidado. En la del Tajo si no hay lluvias de última hora habrá que reducir las dotaciones de riego y/o las superficies. Se estima en una reducción del 35 % en los regadíos del Alagón y del 65 % en los del Rosarito y Borbollón.

El inusitado incremento de los costes energéticos del riego acaecidos en el año 2008 como consecuencia de la eliminación de las tarifas especiales de riego R0 y R1 ha llevado a los regantes a tener que mejorar la eficiencia energética de sus instalaciones para reducir la potencia y el consumo eléctrico todo lo posible. En esa línea se está avanzando mucho así como en las formas de compra de la energía por parte de las Comunidades de Regantes. En todo caso la energía más barata es la que no se usa. De ahí los procesos de mejora de las instalaciones de bombeo y del control de las redes que se han acometido para ahorrarla.

De igual modo se vislumbra una nueva vía de actuación como es la construcción por las Comunidades de Regantes de instalaciones de energías renovables para abastecer sus estaciones de bombeo. Pero existen dificultades por los peajes de respaldo que hay que abonar. Esperemos que se desbloquee el problema.

Entretanto el Gobierno debería arbitrar soluciones para adecuar el término de potencia a las características específicas de los regadíos al menos en dos etapas, sin penalización. Y reducir el IVA del 21 % al 10%. Revisando también los períodos de  aplicación del precio en el término de energía.

El cambio climático ya admitido por la práctica totalidad de la comunidad científica es otro aspecto que preocupa al sector. Sus posibles consecuencias para Extremadura se traducirán en una disminución de las lluvias, y por tanto del agua disponible y un incremento del consumo de agua de los cultivos al elevarse la temperatura e influir  con otras variables en el incremento del valor de la evapotranspiración. Estas consideraciones y el aumento de la frecuencia de fenómenos extremos: lluvias torrenciales y más sequías, hacen que el sector demande aumentos de las posibilidades de regulación de agua con la construcción de las correspondientes infraestructuras hidráulicas.

El uso por parte de los regantes de la REDAREX (Red de Asesoramiento al Regante de Extremadura) y de los datos de sus estaciones climáticas servirá para determinar más exactamente las necesidades de agua de los cultivos y mejorar le eficiencia de los regadíos.

El sector está convencido de que haciendo las cosas bien se puede conseguir una utilización del regadío compatible con el respeto al medio ambiente. Los regantes son los primeros interesados en ello ya que viven y trabajan con el suelo y el agua que son elementos que les interesa cuidar para asegurar su futuro y el de sus hijos.

La Junta de Extremadura y la Administración del Estado apuestan por los nuevos regadíos llevados a cabo con una planificación adecuada y criterios de viabilidad hidrológica, técnica, económica, social y ambiental. Creo que están en el buen camino. Los regadíos son la base de nuestra industria agroalimentaria, fijan población, crean empleo y generan renta.


viernes, 16 de febrero de 2018

MANOS UNIDAS: COMPARTE LO QUE IMPORTA.

Según un informe dado a conocer recientemente por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en el que han participado entidades tales como la FAO (Food and Agricultural Organization) su agencia especializada en agricultura y alimentación y la UNICEF (United Nations International Children's Emergency Fund) la agencia que cuida de la infancia, 815 millones de personas, el 11 % de la población mundial, pasan hambre.

Dentro de ese estrato de la población de la Tierra, unos 155 millones de niños menores de cinco años padecen desnutrición crónica (estatura demasiado baja para su edad), según el informe, mientras que 52 millones sufren de desnutrición aguda, lo que significa que su peso es demasiado bajo para su estatura.

El problema del hambre se concentra en los países subdesarrollados, especialmente en Asia y África y en menor medida en Latinoamérica.

La ONU intenta acabar con el problema del hambre en el mundo y mantiene el horizonte del año 2030 para alcanzar su objetivo. Veremos si se consigue, pero sería un logro extraordinario.

Es incomprensible que mientras el 11 % de la población mundial pasa hambre, en el primer mundo acabe en la basura el 30 % de los alimentos que utilizamos.

Manos Unidas es una ONG seglar de la Iglesia Católica española de ámbito nacional y delegaciones diocesanas cuyo fin es la lucha contra el hambre y la pobreza en el mundo. Su primera campaña la llevó a cabo en el año 1960 con lo que la actual del año 2018 representa el número 59 de las realizadas.

Manos Unidas trabaja en 60 países del mundo y su fin es la financiación de proyectos que tiendan a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones más desfavorecidas del planeta. Actúa en diversos proyectos de tipo social como abastecimiento de aguas, agricultura sostenible, escuelas, dispensarios y hospitales y centros sociales.

Sus fuentes de financiación provienen, en un 87,1 %, del ámbito privado y en un 12,9 % del sector público. Su fuerza reside en el voluntariado y en los socios colaboradores que en España ascienden a 85.000.

La delegación de Manos Unidas de Cáceres ha presentado su campaña 2018 bajo el lema “Comparte lo que importa” en un acto celebrado hace unos días en la ciudad.

A través de un video ha transmitido a los asistentes el espíritu de solidaridad que subyace en su lema “Comparte lo que importa”.

En el acto de presentación de la campaña que estuvo presidido por Don Francisco Cerro obispo de la diócesis de Coria – Cáceres, intervinieron además del prelado, el consiliario de la delegación de Manos Unidas en Cáceres, así como la presidenta de la delegación cacereña.

Participó como invitado especial Don José Rubio misionero comboniano que ha desarrollado su labor evangelizadora en la República del Congo. Dio a conocer las vicisitudes de su labor y los inconvenientes y problemas de toda índole que se dan en el tercer mundo, así como la situación y carencias de todo tipo que existen en un mundo en el que la pobreza es casi total.

En su alocución articuló una frase para la reflexión: mientras en el tercer mundo se aspira a tener exclusivamente lo que se necesita, en el primer mundo aspiramos a disponer de aquello que nos gusta. Aunque no lo necesitemos.

 Destacó la solidaridad y participación de Manos Unidas y su buen funcionamiento. De esta ONG los misioneros españoles presumen ante los de otras nacionalidades.

La presidenta dio cuenta de las actividades desarrolladas por la delegación de Manos Unidas en Cáceres y del proyecto que se acometerá de cara al año 2018.

El mismo lleva como título “Apoyo a la infancia en un entorno sostenible”. La actuación se ubica en África, en la República Islámica de Mauritania, en la ciudad de Rosso situada en el sur del país y dentro de ella en el barrio de Satara.

El proyecto se desarrollará en un complejo de escuela infantil y centro de recuperación y educación nutricional dirigido por las Hijas del Santo Corazón de María. Las actuaciones consistirán en la rehabilitación de un aula, demolición y construcción de otra aula nueva, renovación de los aseos, acondicionamiento del patio para evitar inundaciones del mismo, construcción de un cerramiento seguro, puesta en marcha de un huerto y compra de material y equipamiento para estimular el desarrollo emocional e intelectual de los niños y la concienciación ciudadana.

El presupuesto asciende a 38.374 € y tendrá 175 beneficiarios directos y 1.050 indirectos.

Para financiar el importe del proyecto es preciso que todos seamos solidarios. Aquellos que disponemos de casi todo se lo debemos a los que no tienen casi nada. Y por eso es de justicia colaborar generosamente con una ONG como Manos Unidas. A través de ella ayudaremos a los que más lo necesitan y les haremos un poco más felices.


viernes, 9 de febrero de 2018

LOS REGADÍOS DE TIERRA DE BARROS

Los regadíos de Tierra de Barros figuraban incluidos en el Plan Nacional de Regadíos Horizonte 2008 redactado y aprobado por el Ministerio de Agricultura entonces regido por el Partido Popular. También se recogían en este Plan Nacional los riegos de Monterrubio de la Serena y de Serena (Arroyo del Campo y Ortiga – Guadámez) todos ellos situados en Extremadura.

Desde el Servicio de Ordenación de Regadíos de la Junta de Extremadura y en los primeros años del siglo XXI ya se llevaron a cabo estudios que demostraban que los riegos previstos eran viables, que existían recursos hidráulicos para llevarlos a cabo acordes con la planificación hidrológica y que las tierras tenían potencial suficiente para ser regadas.

En los planes hidrológicos de la demarcación hidrográfica del Guadiana existe una reserva de recursos hídricos para estos riegos, que tenían una extensión de 17.500 ha, la cual se evaluó en unos 45 Hm3. El agua procede de los embalses de Alange y Villalba. La dotación de riego media asciende a 2.750 m3/ha.año. Posteriormente se ha ajustado la superficie a 15.000 ha.

Estos regadíos se han diseñado como riegos localizados de apoyo a los cultivos típicos de la zona: el viñedo y el olivar y también para otros cultivos leñosos. Y fueron acogidos con expectación por los agricultores que constituyeron una Comunidad de Regantes de acuerdo a la ley.

Técnicamente se trata de unos riegos modernos, con distribución por tubería de presión a las parcelas a partir de balsas de regulación a las que se eleva previamente el agua desde los embalses. Desde estas balsas se mantiene la presión en la red.

La distribución en parcela es por riego localizado de alta eficiencia en el que el agricultor decidirá los diferentes tipos según sus cultivos pero en los que la dotación media es reducida por tratarse de riegos de apoyo a los cultivos típicos de la zona.

La Junta de Extremadura está tratando de que la financiación de estos nuevos regadíos sea tripartita: un tercio del presupuesto aportado por los regantes, otro por la propia Junta de Extremadura y el tercio restante lo aportaría el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.

Dos tercios de la inversión están en principio asumidos por los agricultores y la Junta. El Ministerio parece que se niega a aportar su parte alegando una inviabilidad técnica del proyecto pero sin explicitar las razones de la misma. Las explicaciones dadas por el secretario general de Agricultura y Alimentación han sido muy poco convincentes que digamos.

Estos riegos tienen dos inconvenientes que explico. El primero es el coste energético que se ha visto sensiblemente incrementado cuando en julio del año 2008 se eliminaron las tarifas especiales de riego R0 y R1, alegando el Gobierno de Rodríguez Zapatero que la competencia entre las compañías eléctricas reduciría los costes energéticos por debajo de los que existían antes de eliminar dichas tarifas.

El resultado ha sido un inmenso engaño para los regantes. El término de potencia ha llegado a incrementarse en algunos casos en más del 1.000 % (han leído bien, mil por ciento). Con el incremento habido en el término de energía los costes energéticos de los riegos presurizados o con elevación previa se han más que duplicado.

No obstante, dados los tipos de cultivo existentes, los estudios de viabilidad siguen dando rentables los riegos de Barros a pesar del sensible aumento del coste energético sobre el que se previó en los estudios iniciales.  

El segundo inconveniente es un problema técnico. Es conveniente que haya una continuidad en las superficies a transformar para evitar costes de tubería muerta. Pero este es un problema soluble y que los técnicos supongo que habrán solventado ya.

El Ministerio ahora con todo en marcha – el Consejo de Gobierno extremeño acaba de aprobar el Plan General de Transformación de la zona -  quiere escurrir el bulto y no financiar estos riegos. Con la de riegos ilegales que se han permitido y se permiten, tanto con aguas superficiales como subterráneas mirando para otro lado, como ocurre en la cuenca alta del Guadiana o en Murcia, ahora resulta que los riegos de Extremadura no son técnicamente viables. ¡Qué casualidad¡

Quizás el Ministerio debiera centrar sus esfuerzos en ayudar a los regantes para que se reduzcan los costes energéticos de los riegos; de los de Barros y de todos los de España. Las eléctricas se están forrando sin que el Ministerio mueva un dedo para que disminuyan estos costes actuales y situarlos en los que había cuando estaban vigentes las tarifas especiales de riego R0 y R1. Hay soluciones perfectamente conocidas para conseguirlo y que no voy a explicitar aquí.

Una región como Extremadura necesita los regadíos como base de su industria agroalimentaria uno de los pilares de su economía aunque no sea el único y como  mecanismo de fijación de la población rural en el territorio, así como elemento generador de rentas.

Disponemos de agua regulada, aunque ahora estemos algo apretados por la sequía; en la planificación hidrológica hay recursos hídricos suficientes, los riegos son de alta eficiencia en el uso del agua y los agricultores que son los principales protagonistas están interesados. El Ministerio debería apoyar y financiar esta transformación para favorecer alguna vez a Extremadura. ¡Que ya va siendo hora¡


viernes, 2 de febrero de 2018

¿TREN DIGNO  O TREN INDIGNO?

El máximo representante de RENFE, empresa pública dependiente del Ministerio de Fomento ha visitado hace unos días Extremadura para examinar con la Consejera del ramo la situación del ferrocarril en la región. Y ha concedido una entrevista a un diario regional en la que ha soltado algunas perlas dignas de destacarse.

Yo comprendo que estos altos cargos nombrados a dedo se ven obligados a vender la moto a los ciudadanos y a hacerlos comulgar con ruedas de molino. Eso entra en el sueldo y forma parte de la tramoya del cargo.  

Pero estos dirigentes debían considerar cuando hacen manifestaciones públicas que a los ciudadanos en ningún caso han de tomarnos por tontos. Suponer como hacen ellos que somos idiotas, en mi modesta opinión es una falta de respeto a los contribuyentes que colaboran con sus impuestos, para que estos directivos de empresas públicas nombrados a dedo, perciban unos suculentos sueldos.  

El presidente de RENFE ha dicho una verdad como un templo en su entrevista: el problema ferroviario de Extremadura es histórico. Y es cierto. Sólo que hace 40 años las diferencias ferroviarias entre Extremadura y otras regiones eran bastante menores de las que existen ahora.

En su remembranza histórica repartió responsabilidades. Recordó que la vía férrea Ruta de la Plata la cerró el gobierno socialista de Felipe González en 1985 para viajeros y en 1995 para mercancías.

Añado yo que en Extremadura no se movió un solo dedo para evitarlo. El gobierno autonómico de Rodríguez Ibarra se tragó el sapo sin decir ni pío. No rompió cristales en esa ocasión. Probablemente porque el perjuicio afectaba principalmente a Plasencia la cuarta ciudad de Extremadura, pero que en asuntos administrativos suele quedar muy lejos de Mérida.

Ahora muchos años después la Junta sigue sin enterarse todavía de la importancia que tiene para Extremadura y no sólo para Plasencia el volver a reactivar esta línea con un nuevo trazado más moderno para enlazar con el eje atlántico transeuropeo.

El entrevistado presidente de RENFE se enzarzó en la discusión bizantina sobre si el  tren que tenemos en Extremadura es digno o indigno. Si viajara en él de vez en cuando, en lugar de venir a la región en coche y se dejara de usar estadísticas amañadas, llegaría rápidamente a la conclusión de que es un tren indigno de los ciudadanos extremeños.

Le adelanto el por qué: sencillamente porque no tiene el nivel de los que hay en el resto de regiones españolas: aquí no hay trenes AVE, ni Alvia, ni Altair, ni Avant ni un solo kilómetro de línea electrificada. Sólo existen los trenes diésel de media distancia R 598 con los convoyes más viejos de España desechados de otras líneas. De ahí el sinnúmero de averías e incidencias que se producen. Del estado de la infraestructura mejor no hablamos.

 El señor presidente de RENFE tiene la obligación de saber que los extremeños, aunque seamos la región más pobre y abandonada de España, pagamos al fisco los mismos impuestos, a igualdad de circunstancias, que los madrileños y catalanes por ejemplo. Y no tenemos los mismos servicios. Ni por asomo. Ya quisiéramos.

Así que lo que deberían hacer el Ministerio y RENFE en lugar de enviar mensajeros para tranquilizarnos y vendernos la burra de que el tren es digno, tal y como el presidente afirma en su entrevista, y de paso enredar con promesas incumplidas a los dirigentes autonómicos, es habilitar los presupuestos necesarios, e invertirlos claro está, todo ello con la mayor celeridad para que este despropósito de indigno ferrocarril que padecemos quede resuelto en el mínimo plazo posible.

Si el presidente de RENFE considera que el tren actual es digno para Extremadura, considerando el principio sustentado por la Constitución Española de que todos los ciudadanos españoles tenemos igual dignidad, le propongo que desde mañana mismo estos convoyes que circulan por Extremadura recorran las líneas Madrid – Sevilla o Madrid – Barcelona en lugar del AVE, ya que según su opinión serían igual de dignos. ¿O es qué los catalanes y sevillanos merecen un tren más digno que los extremeños? Pero no lo hará; si tomara esa decisión duraba en el cargo unos cinco minutos como mucho.

Como remate el jerarca viene a presionar a la Junta para que abone a RENFE o a ADIF la estupenda cifra de 4 millones de euros anuales por mantener las deficientes líneas férreas que no se cerraron y de las que “disfrutamos” los extremeños. Ahora parece que lo rebajará a 3 millones al hacerse el Estado cargo del tramo Mérida – Puertollano.

Parece que la Junta dadas las deficiencias de los servicios se negará a pagar nada. RENFE amenaza con el cierre de esas líneas calificadas de regionales: Plasencia – Cáceres – Mérida. Cáceres – Mérida – Zafra – Llerena y Cáceres – Valencia de Alcántara.

Y es que lo que ocurre en Extremadura no tiene nombre: somos cornudos y apaleados. Una pena. Y encima vienen destacados emisarios a decirnos en nuestra cara que tenemos un tren digno, tomándonos por idiotas. Y así años y años.