viernes, 26 de agosto de 2016

CAROLINA MARÍN: UNA JOVEN DE ORO

Lloraba en el pódium olímpico de Río de Janeiro, con su medalla de oro colgada al cuello mientras se interpretaba el himno nacional de España. Estaba emocionada al escuchar las notas de la Marcha Real. Sollozaba por el recuerdo de su tierra española, de su patria chica Huelva y de todos aquellos que la quieren y se alegran de su difícil y espectacular triunfo en un deporte minoritario en nuestro país: el bádminton.

Esta joven onubense con sólo 23 años ha alcanzado los máximos galardones en este deporte. Era campeona de Europa y del mundo. Ahora también es campeona olímpica. Todo un record.

Carolina Marín es un ejemplo para la juventud española. Con sacrificio, constancia y sana ambición de triunfo pueden alcanzarse grandes metas. Las medallas sólo son la culminación del trabajo. Pero para llegar a obtenerlas hay muchos años de sacrificio, de esfuerzos, de caer y levantarse, de perseverar en su preparación física y técnica. Son el premio a muchas horas de dedicación, cambiando el bádminton por el botellón o por el ocio improductivo en el que está sumida buena parte de nuestra juventud, probablemente porque algunos segmentos de la sociedad española han dejado de lado la educación en valores para dar prioridad al hedonismo y a la “dolce vita”.

Lo de Carolina ha sido una lucha contra viento y marea. Inopinadamente, cuatro meses antes de las Olimpiadas cariocas, su patrocinador le retiró su ayuda económica. Aceites Carbonell una marca pionera en España la dejaba sin su apoyo en el momento más inoportuno. Es comprensible que esta empresa tuviera sus razones para tomar esta decisión y allá ellos con ellas. Pero lo que es evidente es que se han equivocado. La repercusión mediática del triunfo olímpico de la onubense habría compensado con creces el esfuerzo económico a realizar por la aceitera andaluza.

Esta dificultad añadida da, si cabe, más valor aún al triunfo de Carolina. Porque se ha producido casi en exclusiva por su esfuerzo personal y el de su equipo de preparación enfrentados a una sensible reducción de ayudas externas. Y esto tiene un gran mérito. Ha sido la primera vez que una participante no asiática obtiene una medalla de oro olímpica en bádminton. Todo un acontecimiento histórico.

De igual modo es un ejemplo del triunfo de la mujer en las áreas del deporte. Al igual que están triunfando en la empresa, en la administración, en la política y en otras muchas facetas de la vida española. Ruth Beitia, las baloncestistas femeninas o el equipo de gimnasia rítmica, entre otros casos, también han obtenido medallas olímpicas de gran mérito que demuestran la irrupción imparable de las españolas en el deporte de competición.

Jóvenes como Carolina son los que hacen albergar esperanzas de que no todo esté perdido en España. Hay una buena parte de nuestra juventud que en otros campos distintos al deporte también se prepara y trabaja con denuedo para poder alcanzar altas metas en áreas como la ciencia o la tecnología. Aunque muchos de nuestros jóvenes han tenido que abandonar España contra su voluntad, ante la falta de perspectivas que les permitan desarrollar sus ideas y obtener un trabajo digno en función de su preparación.

Para evitar esta sangría los poderes públicos han de poner los medios para que este exilio de nuestras mejores inteligencias se detenga. Han de habilitarse los fondos necesarios para recuperar la investigación, la innovación y su aplicación a las diversas facetas de la actividad económica de todos los avances obtenidos. Será una inversión que dará sus frutos en cuanto se estabilice el proceso y las ideas pasen a hacerse realidades.

En tanto que un hatajo de descerebrados, en aras de una pretendida libertad de expresión - España debe ser el único país en que ocurre este fenómeno -  silba y abuchea el himno nacional cuando se interpreta, Carolina Marín en el pódium lloraba emocionaba al escuchar sus notas a muchos kilómetros de distancia de España recordando a su tierra y a su gente.

Esto demuestra que además de ante una excepcional deportista, estamos ante una gran patriota que lleva el nombre de España con orgullo y, en consecuencia, ante una  mujer de muchos quilates. Por eso he titulado este post, Carolina Marín: una joven de oro. No sólo por la medalla.


viernes, 19 de agosto de 2016

ANDALUCÍA

Es un territorio bellísimo. Bañado por las aguas de dos mares, el Mediterráneo y el Océano Atlántico, en él se ubica alguna de las montañas más elevadas de la España peninsular con nieves perpetuas en las cumbres del Veleta en Sierra Nevada.  Engloba llanos inmensos con tierras ubérrimas y ríos caudalosos. Sol en verano y una primavera eterna en algunos parajes.

Más de 87.000 Km2 de superficie es la extensión de Andalucía. Una tierra que al sur mira al continente africano al que casi toca con los dedos y al oeste linda con Portugal con el que comparte océano y extensas playas de arena blanca y fina, además del río Guadiana frontera entre el país luso y España.

Es la Comunidad Autónoma más poblada de nuestra nación. En ella viven más de 8,5 Millones de habitantes lo que da idea de su potencial demográfico.

Sus recursos naturales son muy notables. Abundantes y variados pescados en sus mares: sardina, boquerón, caballa, atún, acedía, pargo, corvina, choco y la exquisita gamba blanca, comercializados en lonjas de la importancia de Cádiz o Isla Cristina a cuyos puertos arriban barcos con variadas capturas que en fresco se sirven a los más afamados restaurantes de España o de la región y que además son la base de una importante industria conservera.

Una agricultura próspera y avanzada en la aplicación de modernas tecnologías que incluyen el cultivo bajo plástico en los invernaderos de Almería o en la fresa de Huelva. Más de 1 Millón de hectáreas de regadío que producen una gran variedad de cultivos: desde cítricos y frutales como melocotón, nectarina o ciruela y diversas variedades hortícolas hasta siembras más extensivas como el maíz, el girasol o el arroz pasando por especies industriales como el algodón.

Un inmenso olivar, parte de él cultivado en secano y otra parte bajo riego localizado, proporciona unos aceites de oliva virgen extra de primerísima calidad. Es muy difícil encontrar un mal aceite en la hostelería andaluza. Siempre te lo ofrecen de una calidad excelente.

Lo anterior junto a vinos muy específicos como los de Jerez, Montilla – Moriles o del Condado de Huelva completan un panorama agrícola de un gran nivel, de modo que la agricultura y la industria agroalimentaria asociada son un importante componente de la economía andaluza.

De igual modo una ganadería de porcino ibérico con productos de primor como el jamón de Jabugo o de vacuno retinto, conforman un sector agrario de primer orden que se completa con un buen número de ganaderías de toros de lidia que pastan sus campos y permiten un aprovechamiento ecológico de sus zonas adehesadas e incluso de ciertos parajes de marisma.

Su mar y sus extensas playas con un clima muy suave en la zona costera y paisajes de interior muy bellos como la Alpujarra, la Axarquía o la Sierras de Sevilla y Huelva junto a las nieves de Sierra Nevada proporcionan alicientes bastantes para que se desarrolle un pujante turismo, cada día de más alta calidad, por el excelente nivel que ofrecen sus hoteles, casas rurales y restaurantes.

El patrimonio monumental andaluz es inmenso. La Catedral de Sevilla y su Giralda, la Mezquita de Córdoba o la Alhambra y el Generalife en Granada son ejemplo de monumentos que están entre los más visitados del mundo. Pero hay muchos más distribuidos a lo largo y ancho de su geografía de paisajes deslumbrantes.

Los andaluces respetan y mantienen sus tradiciones. Sus medios de comunicación amparan y proporcionan una atención constante sobre aspectos tan tradicionales como la fiesta de los toros, tan denostada ahora en otras partes de España, o el flamenco y la copla que tienen su cuna en Andalucía.

Su Semana Santa es un exponente más de la conservación de las costumbres andaluzas. Una mezcla de arte y religiosidad de un pueblo que se aferra a sus creencias en la confianza de que después de esta vida exista otra en la que un Ser Superior compense las muchas desigualdades que se dan en nuestro periplo terrenal.

Empiezan a aparecer empresas punteras como la factoría de Airbus en Sevilla que fabrica componentes para dichos aviones lo que da idea de que también Andalucía puede llegar a ser una potencia industrial.

Hace unos años adquirí una vivienda para veraneo en las playas de Huelva. Es uno de los aciertos más importantes que he tenido en mi vida. Desde entonces aunque soy extremeño puede decirse que considero Andalucía como mi segunda patria chica. Es un privilegio poder disfrutar parte del año de su clima fantástico, de sus paisajes, de sus playas y sus mares y de sus gentes amables y acogedoras.

Por el potencial de sus recursos naturales y demográficos y por los avances de investigación en sus universidades y centros experimentales en Sevilla, Málaga, Granada o Córdoba, Andalucía además de una de las despensas de España, la otra sería mi tierra Extremadura, va por el buen camino para convertirse en una región puntera en el devenir español.

Terminadas mis vacaciones, vuelvo a las andadas. Espero contar con la amabilidad de vuestra lectura. Gracias.