viernes, 30 de julio de 2021

 

LOS PANTANOS SON APOLÍTICOS

Unidas Podemos en su sectario caminar propugna el abandono de la política de construcción de pantanos, por considerar que la misma tiene una connotación franquista ¡Qué cosas hay que escuchar y ver ¡

Antes de internarse por la senda del populismo y la demagogia barata como hace Podemos hay que preguntarse las razones por la que en España existe un elevado número de embalses, concepto mejor ajustado que el de pantano, que se han ido construyendo a lo largo del tiempo. Como ejemplo Proserpina y Cornalvo en Extremadura datan del tiempo de los romanos.  En el caso de nuestra región extremeña existe otra serie de presas muy antiguas: Esparragalejo, Vegas de Santa María, Hinojal, Araya, el Peral y Zalamea de la Serena entre otras.

Los primeros esbozos de lo que podría considerarse algo parecido a la planificación de los usos del agua en España podrían datarse a mediados del siglo XVIII, el siglo de la Ilustración, cuando el marqués de la Ensenada en el año 1751 redacta su Representación dirigida al rey Fernando VI.

En 1753 se diseña por Antonio de Ulloa un Proyecto General de Canales de Navegación y Riego para Castilla y León.

Transcurre el año de 1.902. Por Real Decreto de 25 de abril, ocupando la regencia la reina María Cristina, madre del rey Alfonso XIII, siendo ministro de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas el periodista Rafael Gasset y presidente del Gobierno José Canalejas, se promulga el Plan General de Canales de Riego y Pantanos (Plan Gasset), el cual está basado en las ideas del regeneracionista Joaquín Costa. 

En aquellos momentos el agua empieza a ser considerada como un elemento indispensable para el desarrollo y, como consecuencia, surge la necesidad de regularla, acumulándola en embalses que permitan tenerla disponible en todo momento. Hay que actuar así debido a lo irregulares que son las lluvias en una gran parte de España, la denominada España Seca, y también su distribución en el tiempo y en el espacio, consecuencia de los climas de tipo árido, semiárido o seco-subhúmedo que predominan en nuestro territorio.

El Plan Gasset se compone de una relación pormenorizada de 205 obras hidráulicas de embalse con sus posibles zonas regables asociadas, que se extienden a lo largo y ancho de nuestra nación.

El Plan Gasset experimenta sucesivas revisiones en los años 1906,1909,1916 y 1922. También en 1911 se promulga la Ley de Grandes Regadíos. Pero no es hasta el año 1933, en plena II República, cuando Manuel Lorenzo Pardo (1881-1963), insigne ingeniero de Caminos, apoyado por Indalecio Prieto, a la sazón ministro de Obras Públicas, redacta el Plan Nacional de Obras Hidráulicas. 

La razón de la imperiosa necesidad de construir embalses en España es de tipo climático. La irregular distribución de las precipitaciones hace necesaria e imprescindible la construcción de embalses con el fin de acumular agua en la época de lluvias para poder utilizarla en los diferentes usos en los períodos secos. Debido al clima, desde la época romana se han planificado y construido embalses en España en toda época y bajo diferentes signos políticos. Con Franco también se construyeron. Y muchos.

La dictadura franquista entre 1939 y 1978 aprovecha en gran parte la planificación de 1902 y 1933 para construir una importante cantidad de embalses (615) de mayor o menor capacidad, con el objetivo de asegurar el abastecimiento de agua de las poblaciones, e incrementar las superficies de riego para asegurar el abastecimiento alimentario del país. Entre 1939 y 1975, se transformaron y colonizaron casi 700.000 hectáreas por medio de las Confederaciones Hidrográficas, el Instituto Nacional de Colonización y el IRYDA, necesarias para asegurar la alimentación de los españoles y evitar las hambrunas que se padecieron en tiempos atrás. España salía de la devastación de la guerra civil y esa política era imprescindible. Tenía otro objetivo: colocar como colonos a braceros y yunteros que se encontraban en paro de modo casi permanente.

Gracias al incremento de regulación de agua a que dieron lugar los embalses llevados a cabo en la dictadura franquista, junto a los importantes embalses construidos por las administraciones democráticas posteriores (264) (entre otros la presa de La Serena con capacidad de 3.200 Hm3, el mayor embalse de España) se ha pasado de una regulación de la aportación de lluvia que en régimen natural sería del 9 % al 40 - 50 % que nos proporciona la importante red de embalses construidos en España en todas las épocas y que aseguran los usos actuales. Gracias a ella, comemos y bebemos los españoles y los turistas que nos visitan.

Concluimos que las presas y embalses no son franquistas ni tienen signo político. En todo caso, los que se construyeron durante el franquismo fueron fruto de la labor de funcionarios, ingenieros, técnicos, trabajadores y empresas constructoras de la época. Constituyeron una magnífica realización no de Franco, que hizo lo que le aconsejaron los expertos, sino del pueblo español, que con su trabajo logró recuperar España y convertirla en la octava potencia económica del mundo.

Y por los probables efectos del cambio climático será necesario seguir construyendo embalses, para defendernos de las lluvias torrenciales laminando sus avenidas, para acumular agua en los períodos lluviosos y utilizarla en los tiempos de sequía y para asegurar los caudales ecológicos precisos para alcanzar el buen estado de las masas de agua que propugna la Directiva Marco del Agua. Lógicamente será un menor número de ellos porque la regulación importante ya está hecha. La llevó a cabo el pueblo español en diferentes períodos de la historia de España.

Mi deseo de unas felices vacaciones a todos mis lectores con mi gratitud por el tiempo que dedican al blog. A primeros de septiembre, volveremos si Dios quiere y hablaremos del gobierno. Y de otros temas.

 

viernes, 23 de julio de 2021

 

INUNDACIONES ¿CÓMO NOS DEFENDEMOS DE ELLAS?

Parece que se van confirmando las estimaciones de los expertos respecto de los posibles efectos del cambio climático. Aseguran los modelos usados que una de las consecuencias del mismo es que aumentará la frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos: precipitaciones torrenciales y consecuentes inundaciones y también las sequías.

Las recientes riadas que han afectado principalmente a dos Lander alemanes y a parte del sur de Bélgica, con precipitaciones torrenciales que han llegado a los 200 l/m2 en 24 horas, causando más de 180 muertos y unos 1.300 desparecidos, parecen confirmar las tesis de los expertos sobre cambio climático. Se observa un incremento de frecuencia de estos fenómenos extremos que causan daños de gran importancia con pérdida de vidas humanas y considerables perjuicios materiales.

Esta situación obliga a buscar métodos de defensa ante estas nuevas e importantes inundaciones para evitar o aminorar los daños personales y materiales que pueden producirse. En España tenemos bastante experiencia con las DANAs (Depresión Atmosférica en Niveles Altos) o gotas frías que frecuentemente afectan de un modo especial a zonas mediterráneas españolas.

En mi opinión se debiera actuar en tres frentes: mitigar los efectos del cambio climático en general disminuyendo las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEIs); mejorar los mecanismos de evacuación y laminación de avenidas en los cauces abordando las obras hidráulicas necesarias ante la nueva situación y en tercer lugar delimitar las posibles zonas inundables utilizando períodos de retorno mayores para determinar las precipitaciones de diseño, prohibiendo nuevas construcciones permanentes en estas áreas y amortizando progresivamente las que existan actualmente.

Con la adopción de estos tres tipos de medidas es probable que lleguemos a dominar los efectos de las inundaciones producidas por las lluvias torrenciales y paliar los importantes daños que ocasionan.

Estas medidas conjuntas hay que acometerlas a la mayor brevedad. La disminución de emisiones de GEIs ya está en marcha con objetivos marcados en París para evitar que la temperatura se eleve más de 1,5 ºC lo que en opinión de los expertos aminoraría los efectos del cambio climático y nos situaría en un escenario favorable. Escenarios con elevaciones de la temperatura por encima de esa cifra provocarían efectos mucho más graves. Para conseguirlo hay puestas en marcha un sinnúmero de medidas que pretenden la descarbonización de la sociedad con horizontes en los años 2030 y 2050 de modo que se reduzcan las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de otros GEIs (metano, fluorocarbonados…etc.).

El segundo tipo de medidas a llevar a cabo es el control de las avenidas producidas por las lluvias torrenciales mediante nuevas obras de regulación, embalses bien diseñados que laminarían los efectos de aquellas y al tiempo acumularían agua para usarla en los períodos de sequía que los expertos estiman que traerá consigo el cambio climático y también asegurarían los caudales ecológicos necesarios para conseguir el buen estado de las masas de agua que propugna la Directiva Marco del Agua (DMA).

Se completaría la actuación con la ejecución de labores de limpieza y mantenimiento de los cauces de modo que su sección hidráulica se encuentre siempre expedita para evacuar el máximo de avenida posible y evitar o reducir los efectos perniciosos de la inundación. La ejecución de estas obras hidráulicas no gusta a las organizaciones ecologistas que prefieren que los ríos discurran en su estado natural con el riesgo que esto conlleva en el control de las avenidas y en los efectos de las inundaciones.

Como tercer tipo de actuación es conveniente delimitar zonas inundables correspondientes a valores de períodos de retorno más amplios, teniendo en cuenta las actuaciones anteriores descritas. El objetivo sería evitar o prohibir que se construyan instalaciones permanentes en ellas, especialmente viviendas o zonas habitadas de modo que se aminoren los daños personales y materiales. Esta actuación habría de ser completada con la progresiva eliminación de las construcciones existentes, aunque hubiera que dar plazos determinados de tiempo para hacerlo.

Habrá discusión sobre la ejecución de estas medidas, pero si queremos evitar catástrofes como la ocurrida en Alemania y Bélgica y también las acontecidas en España de las que tenemos tristes experiencias, la sociedad no puede quedarse de brazos cruzados, a la espera de un nuevo episodio de lluvias que vuelva a generar nuevos daños personales y materiales.

Dejar a los cursos de agua que funcionen en su estado natural facilita que las lluvias torrenciales vayan generando avenidas con zonas inundables cada vez de más extensión pues las secciones hidráulicas de los ríos y cursos de agua se van reduciendo al recibir sedimentos y por el crecimiento de árboles y arbustos en sus álveos, agravado por el hecho de no contar con obras hidráulicas que laminen las avenidas. Por mucho que les guste a las asociaciones ecologistas, esta manera de proceder no es eficaz para disminuir los efectos perniciosos de las lluvias torrenciales.  

Hay que tomar otros tipos de medida como las que antes he descrito.

 

 

viernes, 16 de julio de 2021

 

CONFORMISMO EXTREMEÑO

Si se analizan los índices macroeconómicos y sociales de Extremadura, uno se pregunta cómo es posible que en esta región exista tanto conformismo y resignación sobre la situación socioeconómica que se vive en ella.

La comunidad autónoma presenta los menores índices de PIB y de renta disponible “per cápita” de España muy lejos de la media nacional. La tasa de paro es de las más elevadas del ranking español y destaca sobremanera el elevado paro juvenil. De igual modo lleva unos años perdiendo población, del orden de 4.000 habitantes anuales, y muchas zonas se vacían, aunque este proceso sea algo más lento que en otras regiones de España.

Pues bien, a pesar de estos datos tan negativos, en Extremadura no se observan movimientos ciudadanos vigorosos que reivindiquen un cambio de rumbo ante esta situación tan desfavorable.

En la sociedad civil extremeña existen algunos movimientos como el Club Senior de Extremadura que propone soluciones para intentar salir del pozo en el que estamos, y también otros como Punto de Encuentro de la Sociedad Civil, Real Sociedad Económica de Amigos del País, Pensando Extremadura o Cuadernos para el debate y la acción, que plantean fórmulas para mejorar el panorama existente.

Pero la sociedad civil extremeña tiene una estructura muy débil y a pesar de los esfuerzos de algunos movimientos ciudadanos o “think tanks” regionales como los expuestos, la mayoría de los extremeños participan poco o nada de esta sociedad civil, que debiera ser la que marcara el paso a los políticos para buscar solución a la grave problemática que nos afecta.

Los movimientos ecologistas sí que están bien organizados y son escuchados por los políticos de turno que en gran parte siguen sus teorías de convertir Extremadura en un territorio con altos niveles de protección ambiental. Somos la región ambientalmente más protegida de España. Este excesivo blindaje proteccionista - cerca del 35 % de Extremadura goza de algún tipo de figura de protección y estamos en cabeza de hectáreas protegidas “per cápita” - no se traduce en una mejora de los datos macroeconómicos, ni de los niveles de desempleo, ni fija la población en el territorio. Y en mi opinión el seguir este modelo, que frena la industrialización, es una de las causas que nos abocan a nuestra precaria situación actual.

 Analicemos algunas posibles causas de este conformismo extremeño.  

Tenemos una región con un clima (Mediterráneo Subtropical, Papadakis 1980) relativamente suave, excepto en verano que es caluroso. El invierno no tiene temperaturas extremas excesivamente bajas y la primavera y el otoño son estaciones de clima suave. Tampoco hay una excesiva pluviometría, salvo en zonas montañosas, por lo que el clima poco agresivo es una de las causas que contribuye a que podamos disfrutar de una cierta calidad de vida en la región en sentido climatológico.  La reducida contaminación atmosférica existente mejora la situación.

Por otro lado, una buena parte de la población extremeña, recibe sus emolumentos del sector público: funcionarios, empleados de empresas públicas y también los jubilados. Una elevada garantía y seguridad en la percepción de sus retribuciones trae consigo que una buena parte de la población tenga a su alcance una razonable calidad de vida, si tenemos en cuenta que el nivel de precios en Extremadura está por debajo de la media nacional y de casi todas las comunidades autónomas de España.

Otra parte importante de la población recibe ayudas ligadas al antiguo PER ahora denominado AEPSA, prestaciones por desempleo - tenemos más de 100.000 parados en los diversos sectores - ayudas de renta básica o el IMV (Ingreso Mínimo Vital). Una mayoría de los perceptores de estas ayudas reside en pequeños o medianos núcleos de población y suele disponer de vivienda familiar en muchos casos heredada de sus padres y además muchos de ellos suelen ser propietarios de algún terreno, aunque sea de pequeña extensión, que le permite el cultivo de productos agrícolas para autoconsumo y el mantener algunos animales (gallinas, cerdos) que le suministran una parte de su alimentación. Esta situación les proporciona una vida de cierta calidad y las ayudas que perciben no son precisamente un acicate para que los desempleados busquen trabajo. Si además llevan a cabo algunos trabajos retribuidos en dudoso color, no hay un diferencial por lo que les merezca la pena buscar un empleo. Ni el sistema se lo exige.

De ahí las dificultades que tienen los empresarios para encontrar trabajadores en casi todos los sectores de la actividad económica a pesar de la elevada tasa de paro existente.

A todo lo anterior puede añadirse que, excepto en pueblos muy pequeños, la mayoría de los núcleos de población extremeños mantienen una cierta calidad en los servicios, aunque no sea la óptima. Disponen de centros de salud, casas de cultura, instalaciones deportivas, infraestructura digital suficiente y en general, una red de carreteras de las mejores de España (lo dice la Asociación Española de la Carretera) aunque pueda haber núcleos mal comunicados que constituyen una excepción.

Hay una masa importante de la población extremeña que se encuentra a gusto con su “statu quo” actual, ya que vive con una calidad de vida suficiente que genera un deseo de mantenerse en la situación en la que está. Y de ahí puede que nazca el conformismo social de la región.

Puede que también influyan razones históricas. No hubo en Extremadura una burguesía que aspirara a mejorar su situación e introducir la industrialización como ocurrió en otras regiones de España. Aquí además de tierra de frontera en la reconquista, hemos estado en manos de la nobleza, del clero, de las órdenes militares y de los terratenientes. Son poderes ultraconservadores que frenaron el progreso regional. Y esa rémora se nota en la sociedad extremeña.

En conclusión, en Extremadura se vive con una calidad de vida bastante notable, lo que puede justificar nuestro conformismo y la ausencia de lucha por mejorar nuestra situación. En Extremadura vivimos moderadamente bien. Los jóvenes son los que emigran en mayor medida. No hay sitio para ellos, ni puestos de trabajo adecuados. He hecho un recuento y el 75 % de los hijos de mis amigos y conocidos vive y trabaja fuera de Extremadura. Incluidas mis dos hijas.

viernes, 9 de julio de 2021

 

IMPRUDENCIAS MINISTERIALES

Lo de este gobierno de coalición entre el sanchismo ¿dónde se fue el PSOE de la transición? y Podemos no es precisamente un ejemplo de coordinación en sus actuaciones. El consejo de ministros semeja una jaula de grillos. En él cada ministro va a su aire diciendo lo que le viene en gana de cara sus intereses electorales y a lo que quieren oír sus seguidores, como si fuera un activista en lugar de un administrador de los intereses generales de España. Se da una permanente descoordinación que se traduce en continuas rectificaciones y dimes y diretes lo que termina en una falta de credibilidad del mismo.

Podía pensarse que la cosa era exclusiva de los ministros de Podemos, pero no son sólo ellos los que imprudentemente se meten una y otra vez en charcos que minan la credibilidad de este gobierno que está bajo mínimos.

No voy a relatar todas las imprudencias cometidas por los ministros sino solamente algunas de las que afectan al sector agrario que parece ser que está en el punto de mira de este gobierno. No son conscientes de la importancia estratégica de este sector para la economía nacional. Son un conjunto de ministros urbanitas que, salvo alguna excepción, no tienen ni repajolera idea de lo que es el sector agrario y de su importancia, para la economía y la vida de los españoles.

La vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica y el Reto Demográfico le tiene especial inquina al sector agrario.

La primera embestida, aunque esta afectara indirectamente al sector ha sido su política energética. Ha conseguido que tengamos los precios más altos tanto de la energía eléctrica como de los carburantes. El sector agrario está sufriendo elevados incrementos de precio de la energía que especialmente está afectando a los regadíos, que ven como día a día sus insumos energéticos crecen en coste mientras que los precios agrarios están estabilizados. Le obligan a modernizar sus regadíos para ahorrar agua, lo que supone un mayor uso de la energía y en pleno proceso de modernización del sector le ponen los precios de la energía por las nubes.

No contentos con lo anterior en los planes hidrológicos que el Ministerio ha redactado para el período 2022 – 2027 y que se encuentran en fase de exposición pública, hay una auténtica persecución a los regadíos españoles. Se elevan los caudales ecológicos lo que reducirá la garantía de las dotaciones de riego, se restringen las dotaciones a las zonas regables, aunque no se hayan modernizado todavía y se propone gravar con nuevos cánones ambientales el coste del agua lo que producirá el abandono de muchas explotaciones de riego por falta de rentabilidad. Parece que el Ministerio de marras está invadido por los ecologistas que lo único que les importa es el tema ambiental y a él subordinan todo lo demás incluidos los usos socioeconómicos como el regadío, lo que pondrá en riesgo nuestro abastecimiento alimentario.

A Luis Planas un ministro de Agricultura sensato, de quien dependen los regadíos, aunque no el agua, lo tienen relegado en un segundo término, fruto de la prepotencia de un ministerio sobre el otro.

En estos días el ministro de Consumo, Alberto Garzón, siguiendo la senda ecologista se ha sacado de la manga, sin contar con Luis Planas ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, competente en el sector ganadero y cárnico, una campaña sobre reducción del consumo de carne, en base a las emisiones de metano por los rumiantes y a las necesidades de agua para producir esa carne, que por otra parte es fuente de proteínas y de otros elementos necesarios en una alimentación equilibrada.

Usa los datos a su antojo, sin compararlos con las emisiones de otros sectores y sin matizar la procedencia del agua necesaria para producirlos. No es lo mismo el agua de lluvia, la denominada agua verde que constituye la mayor parte (90%) del agua necesaria para producir la carne, que el agua azul que correspondería al agua de riego, que sí podría ser objeto de discusión. Y no tiene en cuenta los esfuerzos investigadores para tratar de que nuevos tipos de alimentos del ganado reduzcan la emisión de metano.

Este hombre, urbanita del máximo nivel, no es consciente del daño que puede causar al sector ganadero primero y a la industria cárnica detrás. Varias organizaciones interprofesionales de la carne se han visto obligadas a remitir una carta abierta al ministro rebatiendo una tras otras sus equivocadas tesis y la bondad de sus datos.

Pedro Sánchez ha desautorizado de inmediato a su ministro, porque la indignación que ha levantado esta campaña en el sector agrario y en gran parte de la sociedad amenazaba con engullirlo a él por apoyarla.

Y para rematar, otra que tal baila, Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, se presenta en Extremadura diciendo que el problema del campo español y del extremeño es la precariedad laboral. Su desconocimiento del sector es de tal magnitud que no es consciente ni de la importancia del mismo ni de su problemática. Que no es precisamente la precariedad laboral sino la falta de rentabilidad por la estabilización de los precios agrarios y el incremento acelerado del coste de los insumos para los agricultores y ganaderos.

Así que esto es lo que hay. A ver si en la que parece próxima crisis ministerial empiezan a salir de este gobierno este hatajo de imprudentes.

viernes, 2 de julio de 2021

 

CAMBIOS BRUSCOS DE OPINIÓN

Yo defino a los chaqueteros como aquellos que siempre se arriman al sol que más calienta y son capaces de cambiar de opinión en tiempo récord para conseguirlo. Son como la “donna e mobile” del Rigoletto de Verdi. Mutan d’accento e di pensiero. Capaces en horas veinticuatro de decir una cosa o aceptar una teoría, a decir y aceptar todo lo contrario.

En el área de la economía, los empresarios que chaquetean suelen ser muy hábiles para detectar en donde habrá “pelas” para tratar de apañar todo lo posible. A ellos le importan un comino España y los españoles. Sólo les mueve su beneficio. Y les da igual cómo, cuándo y dónde. Sólo les importa el cuánto. Cuanto más se afane, mejor.

Son capaces en cortísimos espacios de tiempo, de mostrarse en contra de los indultos a los golpistas catalanes, a apoyarlos incondicionalmente siguiendo las directrices dictadas por el gobierno para salvar la cara a unos golpistas. Aunque ello implique denigrar y desprestigiar al poder judicial, revocando “de facto” una sentencia - dictada por el Tribunal Supremo, el máximo órgano judicial de España - que ha contado con todas las garantías procesales para los implicados.

Y de paso hundir el poco prestigio internacional que le queda a España, que tendrá muy difícil explicar ante países democráticos de Europa y de fuera de ella, lo que está ocurriendo en España con el tema de Cataluña. Y, además, proveerá de argumentos a los tribunales internacionales para que puedan rebatir la sentencia del principal órgano judicial español. Más desprestigio para los jueces y para España.

Los empresarios catalanes de Foment del Treball primero y la CEOE detrás en un giro copernicano se han tirado al ruedo apoyando los indultos. Garamendi ha hablado, cuando tenía que haber callado y luego ha matizado sin mucha convicción que digamos. Porque la CEOE en donde se ubican miles de empresas, la mayoría sin color político, no ha de tener opinión al respecto.

Y menos si esta opinión se genera para tratar de que algunos destacados empresarios se congracien con el poder a fin de pillar el máximo posible del maná que nos vendrá, aunque sea a gotas y con examen previo de resultados, procedente de Europa. Se han puesto al lado de las teorías de los que reparten el pastel. Apoyan los indultos porque lo piden los gobiernos de turno catalán y español. Si la teoría gubernamental fuese no concederlos como pregonaban en la campaña electoral, también apoyarían. El trinque está muy por delante de la coherencia, de la dignidad o de la ética.

Me sorprende el conformismo con el que se reciben estos indultos por algunos españoles no independentistas ya que son un insulto para todos nosotros. Todo el “procés” catalán ha sido una agresión y una afrenta al resto de España. Nos han calificado de ladrones porque dicen que España les roba, cuando los únicos ladrones de haberlos son ellos, y se han erigido en algo que recuerda mucho al racismo nazi como si la catalana fuese una sociedad superior. Están desterrando de Cataluña el español que es el idioma común, conculcando la ley y la Constitución. Claro que el incumplimiento de la normativa es la situación natural que hoy existe en Cataluña. Allí se pasan por el arco del triunfo las sentencias de los tribunales y las leyes.

Hay empresarios que han chaqueteado en cuánto han vislumbrado la cercana llegada de los Fondos Europeos Next Generation y sin el más mínimo rubor se han puesto incondicionalmente a las órdenes del repartidor. Les importa su interés particular y no el interés general de España. Intentan pillar todo lo que puedan. Y saben que es conveniente estar del lado del que reparte. Y el que reparte para seguir en el poder necesita del apoyo de los separatistas que gobiernan en Cataluña. Y por esa imperiosa necesidad Cataluña va a salir claramente beneficiada en el reparto. Ya se ha llevado la mitad de los Fondos del Covid 19.

Yo estoy perplejo por el silencio del resto de comunidades autónomas. No hay un frente de protesta contra este despropósito de beneficiar y mimar al separatismo catalán, en perjuicio del resto de España, exceptuando el País Vasco y Navarra que ya tienen su chollo fiscal. La sociedad española está adormecida, aborregada y teledirigida y aguanta lo que le echen. Subidas indiscriminadas de los costes de bienes básicos como la electricidad y los carburantes. Ni un solo movimiento de protesta. Conformismo y silencio salvo contadas excepciones. Cuando no apoyo como hacen estos empresarios chaqueteros buscando pillar todo lo que puedan de los Fondos Europeos.

Y mi perplejidad se acentúa porque este proceso es de suma 0. Lo que se lleve de más Cataluña, será a costa de quitárselo a otras comunidades autónomas. El chantaje permanente catalán y la necesidad de apoyos que necesita el gobierno para mantenerse en el poder, hará que, inexorablemente, un chorro de dinero fluya hacia Cataluña. No hace falta ser profeta para predecirlo. Ya hay signos evidentes de ello. 

¿Quiénes serán los paganos? Me temo que los de siempre. Comunidades autónomas de signo contrario al gobierno, léase Madrid principalmente, aunque aquí lo harán con cierta discreción porque de lo contrario Ayuso sacará mayoría absoluta dentro de dos años, y sobre todo las regiones más conformistas y con menos potencial político entre las que me temo se encontrará Extremadura, una vez más. Esperemos acontecimientos.