DIRIGENTES
EMPRESARIALES MANIFIESTAMENTE MEJORABLES
Los
empresarios españoles parece que últimamente no están muy acertados que digamos
en la elección de los dirigentes de sus organizaciones más representativas. Hay
ejemplos como el de Díaz Ferrán en la CEOE o el reelegido Arturo Fernández en
la CEIM que producen sonrojo. Pero hay otros que también lo producen, más abajo
lo verán.
Sería
muy conveniente que los directivos de esas organizaciones fueran un reflejo lo
más exacto posible de lo que es el conjunto de empresas y empresarios y no personajes
extremos, fuera de rango, que estoy seguro de que no son la representación de
lo que es y de lo que piensa la mayoría del colectivo empresarial. Si no fuese
así, apañados estábamos.
Parto
de dos premisas básicas: una que los empresarios y emprendedores españoles son
una de las locomotoras del desarrollo de nuestra nación, junto con los
trabajadores, no se olvide, y la otra que un emprendedor que arriesga su
capital o tiene ideas que otros no tienen, ha de ganar dinero y ser
adecuadamente retribuido. Pero todo ello dentro de un orden y de una normas
mínimas de ética y comportamiento.
Tuve
oportunidad de ver y oír por televisión las declaraciones efectuadas por Mónica
Oriol, Presidenta del Círculo de Empresarios y no salía de mi asombro al
escucharlas. Me parecía imposible lo que estaba oyendo por boca de una de las
principales dirigentes de los empresarios españoles.
Calificar
a los parados de parásitos como hizo ella es una falta de respeto, de
solidaridad y de caridad si se me apura, para con este colectivo. Esta
dirigente parece olvidar varias cosas: la primera que es una burda mentira que
los subsidios de desempleo españoles sean los más elevados del mundo mundial
(sic), la segunda es que parece que no se ha enterado de que más del 50% de los
parados no cobra subsidio de desempleo alguno.
No
dudo de que entre los desempleados, igual que entre los empresarios, habrá un
porcentaje que trate de defraudar y de engañar, por lo que deberían ser
perseguidos sin piedad. Pero culpar a un colectivo de que los subsidios invitan
al parasitismo social es cuando menos una frivolidad y una falta de respeto a quienes
lo están pasando muy mal y no paran de buscar trabajo día tras día sin
encontrarlo ¡Qué más quisieran ellos¡ Eso sin tener en cuenta los que han
tenido que irse de España en su busca.
La
alusión a los jóvenes es absolutamente desafortunada. Si parte de los jóvenes
no tienen formación y no saben hacer nada, según ella ¿por qué hay que
reducirles el sueldo, para que los exploten empresarios sin escrúpulos? En todo
caso habría que formarles previamente por parte del Estado y luego las empresas
contratarlos a un precio justo y con un salario mínimo fijado en las normas.
Tratar de disponer de mano de obra a precio de ganga parece propio de épocas
pretéritas, afortunadamente superadas y no de empresas modernas con una mínima
componente de responsabilidad social. Aunque parece que con las reformas
laborales vamos camino de la esclavitud pasando primero por el modelo chino o
indonesio.
Las
disculpas posteriores no son de recibo. Un dirigente tiene que saber
controlarse y medir mucho sus palabras pues representa a un colectivo y no a sí
mismo. Y si no se controla porque se le va la pinza, debe irse a su casa. Es
donde mejor está.