martes, 29 de abril de 2014

DIRIGENTES EMPRESARIALES MANIFIESTAMENTE MEJORABLES

Los empresarios españoles parece que últimamente no están muy acertados que digamos en la elección de los dirigentes de sus organizaciones más representativas. Hay ejemplos como el de Díaz Ferrán en la CEOE o el reelegido Arturo Fernández en la CEIM que producen sonrojo. Pero hay otros que también lo producen, más abajo lo verán.

Sería muy conveniente que los directivos de esas organizaciones fueran un reflejo lo más exacto posible de lo que es el conjunto de empresas y empresarios y no personajes extremos, fuera de rango, que estoy seguro de que no son la representación de lo que es y de lo que piensa la mayoría del colectivo empresarial. Si no fuese así, apañados estábamos.

Parto de dos premisas básicas: una que los empresarios y emprendedores españoles son una de las locomotoras del desarrollo de nuestra nación, junto con los trabajadores, no se olvide, y la otra que un emprendedor que arriesga su capital o tiene ideas que otros no tienen, ha de ganar dinero y ser adecuadamente retribuido. Pero todo ello dentro de un orden y de una normas mínimas de ética y comportamiento.

Tuve oportunidad de ver y oír por televisión las declaraciones efectuadas por Mónica Oriol, Presidenta del Círculo de Empresarios y no salía de mi asombro al escucharlas. Me parecía imposible lo que estaba oyendo por boca de una de las principales dirigentes de los empresarios españoles.

Calificar a los parados de parásitos como hizo ella es una falta de respeto, de solidaridad y de caridad si se me apura, para con este colectivo. Esta dirigente parece olvidar varias cosas: la primera que es una burda mentira que los subsidios de desempleo españoles sean los más elevados del mundo mundial (sic), la segunda es que parece que no se ha enterado de que más del 50% de los parados no cobra subsidio de desempleo alguno.

No dudo de que entre los desempleados, igual que entre los empresarios, habrá un porcentaje que trate de defraudar y de engañar, por lo que deberían ser perseguidos sin piedad. Pero culpar a un colectivo de que los subsidios invitan al parasitismo social es cuando menos una frivolidad y una falta de respeto a quienes lo están pasando muy mal y no paran de buscar trabajo día tras día sin encontrarlo ¡Qué más quisieran ellos¡ Eso sin tener en cuenta los que han tenido que irse de España en su busca.

La alusión a los jóvenes es absolutamente desafortunada. Si parte de los jóvenes no tienen formación y no saben hacer nada, según ella ¿por qué hay que reducirles el sueldo, para que los exploten empresarios sin escrúpulos? En todo caso habría que formarles previamente por parte del Estado y luego las empresas contratarlos a un precio justo y con un salario mínimo fijado en las normas. Tratar de disponer de mano de obra a precio de ganga parece propio de épocas pretéritas, afortunadamente superadas y no de empresas modernas con una mínima componente de responsabilidad social. Aunque parece que con las reformas laborales vamos camino de la esclavitud pasando primero por el modelo chino o indonesio.


Las disculpas posteriores no son de recibo. Un dirigente tiene que saber controlarse y medir mucho sus palabras pues representa a un colectivo y no a sí mismo. Y si no se controla porque se le va la pinza, debe irse a su casa. Es donde mejor está.

sábado, 26 de abril de 2014

¡ALBRICIAS¡ YA TENEMOS SOLUCIÓN PARA LA REGENERACIÓN POLÍTICA.

¡Albricias y albórbola¡ Ya hay solución para la regeneración política y para erradicar la corrupción que campa a sus anchas entre la clase política y que tiene a España hecha unos zorros.

Ustedes pensarán que el remedio radica en exigir a nuestros políticos un comportamiento intachable y ético en sus actuaciones que sirva como ejemplo al resto de los ciudadanos. Pues no, esta no parece ser la solución.

O tal vez el dedicarse en cuerpo y alma, con un calendario lectivo similar al del resto de trabajadores, a sus tareas legislativas para dar a luz medidas que resuelvan los problemas de los ciudadanos, razón por la que fueron elegidos. Pues tampoco es esto.

Podría ser la medicina adecuada articular un sistema normativo que impidiera o hiciera harto difícil la corrupción y que en caso de que ésta tuviera lugar, la ley arbitrara  mecanismos que impidieran que los políticos corruptos se fueran impunes como ocurre ahora. Tampoco esto sería el remedio.

Quizás la clave pudiera radicar en un cambio de la ley electoral de modo que el proceso se realice con listas abiertas, para que los ciudadanos podamos elegir a los mejores sean del partido que sean. Y de paso este modo de elección obligaría a los partidos a presentar en sus listas a los mejores y no a los mediocres amigos de quien manda en el partido. Pues ¡noor¡ que diría Chiquito de la Calzada. Tampoco esta es la solución del asunto.

El Sr. Pendás presidente del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, dependiente del Ministerio de Presidencia, citado como experto por la Comisión Constitucional del Congreso, para reflexionar sobre la regeneración democrática y la corrupción, ha dado con la piedra filosofal para solucionar el problema: Subirle ampliamente el sueldo a los políticos en activo y cuando abandonen la cosa pública facilitarles con alfombra roja el paso a la actividad privada. Y se ha quedado tan pancho. Más privilegios sobre los ya existentes para una clase privilegiada. ¡Ésa es la solución¡

En plena crisis, con casi 6 millones de parados y cerca del 60 % de paro juvenil, con más de 1,8 millones de hogares con todo sus miembros en paro, con el 29,9 % de niños sumidos en la pobreza, con los comedores sociales de Cáritas, Cruz Roja y otras ONGs llenos a rebosar, con la juventud emigrando en busca de un mundo mejor, con los salarios de la mayoría de los que tienen trabajo en claro descenso, con los pensionistas perdiendo poder adquisitivo en sus pensiones, en el colmo de la desfachatez y de la desvergüenza, este experto, político por cierto, en lugar de proponer la reducción de sueldos a nuestros próceres y así equipararse al resto de la población para repartir entre todos los costes de la crisis, considera que han de ser retribuidos con mayor largueza. ¡Qué falta de respeto al ciudadano¡

Y respecto a la calificación como experto de determinadas personas, recuerdo una anécdota de hace ya algunos años, cuando existía el servicio militar obligatorio. El hijo de una señora analfabeta residente en un pueblo, fue destinado a hacer la “mili” en Ceuta. Al cabo de tres o cuatro meses, la madre recibió carta del hijo. Como en otras ocasiones acudió de inmediato a casa de una vecina letrada para que le descifrara el contenido de la misiva. La vecina le reveló la noticia: María, tu hijo comunica que ha ascendido de soldado raso a cabo. Y a la madre sólo se le ocurrió exclamar ¡cómo estará Ceuta, para que mi Pepe haya llegado a cabo ¡ Si lo sabría ella. Pues eso.

jueves, 24 de abril de 2014

EL DESMESURADO INCREMENTO DE LA DEUDA PÚBLICA

La deuda pública española está experimentando unos elevados incrementos que no resulta lógico que se produzcan en un contexto económico de recortes públicos como el que actualmente está aconteciendo en nuestro país.

Veamos: en el año 2007 que puede considerarse el inicio de la crisis, el importe de la deuda pública española estaba en el 40,2 % del PIB (436.984 M€) y al final del segundo mandato de Zapatero alcanzó el 70,5 % del PIB (737.334 M€). El incremento medio en ese período de tiempo se situó en 75.087 M€ anuales.

 En los dos años de mandato de los populares la deuda pública se ha incrementado hasta alcanzar la cifra de 960.940 M€ (el 93,9 % del PIB) lo que supone un aumento de 223.606 M€ es decir 111.803 M€ de media anual. En el día de hoy la deuda pública está prácticamente en el 100 % del PIB (98,9 %) y no para de crecer.

Si el Gobierno ha llevado a cabo un montón de reformas: laboral, copago sanitario y recortes de personal y medios en los hospitales y centros asistenciales, recortes en educación y en ayuda a la dependencia, reducción de ayudas a desempleados, si además la inversión pública brilla por su ausencia ya que la licitación de obra pública tiene recortes de un 70 % y todo ello va acompañado de una sensible elevación de impuestos ¿por qué la deuda pública continúa su escalada? Lo razonable sería que se produjese un descenso o al menos una estabilización de la misma.

La prima de riesgo, que subió hasta más de 600 puntos en el mandato de Rajoy (2012) está ahora poco más o menos como la dejó Zapatero (en torno a 160). Si actualmente no creciera la deuda, los intereses a abonar serían bastante menores a los que hubo que pagar en 2012  con la prima de riesgo casi por las nubes, lo cual constituiría un gran alivio para las arcas públicas. Pero el aumento del importe de la deuda anula este posible respiro.

Hay dos factores que, a mi juicio, explican este aumento de la deuda pública. El primero es que a pesar de padecer una presión impositiva de las más elevadas de la UE, la recaudación no aumenta sino que por el contrario disminuye. Como ejemplo lo recaudado en 2013 por defraudación ha bajado en casi un 5 %. Por tanto parece que la persecución del fraude fiscal y de la economía sumergida brilla por su ausencia. Causas: la Agencia Tributaria ha experimentado sensibles reducciones en su personal de inspección, además de varios escándalos que la están desprestigiando. Y encima otorga amnistías fiscales para que los defraudadores se vayan de rositas pagando un 10 % de impuestos. Todo ello podría explicar la baja en la recaudación.

La otra razón es que las Administraciones Públicas siguen manteniendo una estructura de empresas públicas y organismos  inoperantes, que los nuevos gobernantes no han tenido a bien reducir y por tanto se mantienen elevados niveles de gasto superfluo. Reducen funcionarios e interinos al no cubrir vacantes por jubilación o fallecimiento, pero las empresas públicas en donde se perciben los sueldos más altos están prácticamente incólumes. Y se mantienen los gastos suntuarios sin reducirlos drásticamente que sería lo procedente y lo prometido. Como ejemplo analicen la parafernalia de políticos e invitados que acudieron a la final de la Copa del Rey en Valencia.

Nuestros gobernantes deberían adoptar medidas urgentes para revertir la situación actual. Se trata de reducir gastos innecesarios y aumentar la recaudación actuando sobre zonas privilegiadas: grandes fortunas, grandes empresas y defraudadores. Con lo ahorrado y la mejora en la recaudación habría que incrementar la inversión productiva para generar empleo, así como la investigación y la innovación para desarrollar nuevos bienes de consumo. Si no se hace así la burbuja de la deuda, como la inmobiliaria, puede estallar en algún momento. Y entonces, que Dios nos coja confesados.


domingo, 20 de abril de 2014

LA CRISIS TAMBIÉN AFECTA A NUESTRAS CARRETERAS

La crisis está afectando seriamente a nuestro patrimonio viario. Y es que la red de carreteras tanto nacional como autonómica y local es un patrimonio que debemos conservar y mantener.
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España, especialmente desde nuestra incorporación a la UE, ha realizado un considerable esfuerzo inversor para poder disponer de una infraestructura de carreteras digna de un país moderno y desarrollado. Esta red sirve de base a sectores como el transporte o el turismo imprescindibles para conseguir un desarrollo armónico del país.

Pero la crisis ha traído consigo drásticos recortes en las inversiones públicas en nuestra red viaria, pues no sólo se ha reducido casi a la mínima expresión la inversión en nuevas carreteras, sino, lo que es peor, la reducción ha afectado sensiblemente a las actuaciones de conservación de las existentes.

 El deterioro de nuestra red viaria de carreteras es patente y ya se ven tramos que se encuentran en condiciones muy precarias que ponen en riesgo la seguridad vial.  Y esto es muy grave. No sólo se está deteriorando el patrimonio viario, con el consiguiente coste posterior para reponerlo, sino que se está poniendo en peligro la seguridad de los usuarios.

Se observan tramos de carreteras de todo orden, desde las locales a las autovías, en los que el pavimento se encuentra muy degradado con fisuras, grietas y baches, deformaciones, discontinuidades por arreglos puntuales y señalización horizontal y vertical sin la reflectancia adecuada, que ponen en peligro la conducción. Y en este contexto en las carreteras de alta velocidad, la última normativa de tráfico permite incrementar la velocidad hasta los 130 km/h en algunos tramos. Entiendo que será sólo en aquellos que estén en adecuadas condiciones.

El trampantojo de la disminución del número de accidentes y/o de víctimas no debe llevarnos al error. El número de accidentes, víctimas o heridos graves en sí mismo no indica nada, si no se refiere a la intensidad del tráfico circulante. Estos accidentes o víctimas hay que referirlos a su número por vehículo.kilómetro (valor que se obtiene de los correspondientes aforos de tráfico) que es el índice que permitiría comparar todas las situaciones. Y este índice no se utiliza para el gran público. Es posible que lo utilicen los expertos. Pero no trasciende y se agarran a los valores absolutos y sólo a veces se relaciona con el parque de vehículos existente. Pero el parque de vehículos existentes no es el circulante. Y mucho menos en época de crisis.

Por eso a la par que el número de víctimas o de accidentes disminuyen para gozo de las autoridades de tráfico, las carreteras están cada vez peor, porque se han abandonado las labores de conservación y esto es algo que pagaremos a medio plazo, cuando tengamos que reponer mediante altos costes estas carreteras una vez que culmine su degradación y sea prácticamente imposible el tráfico.

Diversas asociaciones ya han dado la voz de alarma sobre este estado de cosas. La Asociación Española de la Carretera ha estimado en 6.200 Millones de Euros la inversión necesaria para revertir la situación. Y el Ministerio de Fomento solo destina menos de 900 Millones de Euros al año a la conservación de su red que necesita 2.000. Ya me dirán la que nos espera.


lunes, 14 de abril de 2014

LA SOLEDAD DEL JUEZ CASTRO

Siempre he sentido respeto por los profesionales honestos y dignos, que ejercen su oficio con rigor y seriedad y que no admiten componendas ni chanchullos.

El juez Castro me parece uno de ellos. Él está a lo suyo, o sea a cumplir con su obligación de aplicar las leyes con equidad e igualdad, para que en este desastre en que han convertido a España unos cuantos irresponsables y corruptos, podamos vislumbrar algo de dignidad y de esperanza.

Como era previsible, los poderes fácticos que manejan el país y sus medios de comunicación adictos, están tratando de ponérselo lo más difícil posible al juez por la imputación que ha hecho a una infanta de España. ¡A quién se le ocurre imputar a una infanta¡ Los núcleos de poder consideran que una infanta está por encima del bien y del mal, y no puede ser imputada y mucho menos sometida a juicio oral, porque pertenece, como ellos, a una casta de privilegiados. La casta real ha proporcionado a España personajes tan insignemente nefastos como Isabel II y Fernando VII entre otros y lleva en el machito viviendo del presupuesto desde principios del siglo XVIII, sin dar cuentas a nadie. Como el óbolo parece que les resulta insuficiente, están convencidos de que pueden hacer lo que les venga en gana para trincar más, protegidos por una banda de aprovechados que, a su vez, pretenden perpetuar las prebendas que reciben a cambio.

En el caso Nóos, el que afecta a la infanta, al juez Castro lo han dejado solo. Más solo que la una. Solo y desamparado. Y sin medios; el ordenador portátil del que dispone, no es oficial, es propiedad del magistrado. ¿Han visto su despacho? Pues véanlo: expedientes apilados en mesas y sillas al alcance de cualquiera, porque no hay archivos para custodiarlos. De vergüenza. Tercermundista.

Han salido en defensa de la imputada precisamente los que habrían de acusarla: el Abogado del Estado, la Agencia Tributaria, el Fiscal General y el Fiscal Anticorrupción de Palma. Hasta el presidente del Gobierno ha apostado por la niña ¡Increíble¡ Entre todos tratan de colocar al magistrado en la más absoluta soledad y aislamiento.

Pero a los miembros de esa cofradía se les escapa un detalle muy importante. Aunque pueda parecerlo, el juez Castro no está solo. Estamos con él millones de ciudadanos  que no tragamos con semejantes chanchullos. Millones de españoles que nos identificamos con su trabajo infatigable, con su rigor intelectual y jurídico, con su dignidad y profesionalidad, con su paciencia y con su humildad.

Por eso le pedimos que continúe haciendo su tarea y terminando con sosiego la instrucción del caso que está próxima a su fin. Que deseche presiones inadmisibles y que tome sus decisiones libremente. Indicios hay para el juicio oral, precisamente porque en la declaración de la imputada, hay cientos de noes que más parecen Nóos, de no sé, no me consta, no recuerdo, yo firmaba lo que me ponían delante, por la confianza en mi marido y porque el amor es ciego, oiga. En fin una estrategia de defensa, propia de un país en donde la igualdad ante la justicia brilla por su ausencia y en el que a los ciudadanos se les toma por idiotas, a la que únicamente puede dar credibilidad el hatajo de vividores que se ha propuesto liberar de su imputación a la infanta por segunda vez. ¿Lo conseguirán?


Y una reflexión final: si la infanta es inocente ¿por qué la mantienen al margen de los eventos de la casa real y evitan imágenes a su lado incluso en actos familiares?  

miércoles, 9 de abril de 2014

ESPE, FRENO Y MARCHA ATRÁS

Parece que Esperanza Aguirre empieza a recapacitar. Alguien la ha aconsejado, o tal vez ella misma ha asumido, que es mejor meter el freno y empezar a dar marcha atrás para que el incidente que supuso la imposición de una sanción por estacionar indebidamente en un carril bus de la Gran Vía madrileña, retorne al camino de la normalidad de donde lo sacó la ex presidenta madrileña con su bochornosa actitud durante y después de los hechos.

Y es que cuando un político actúa en la vida cotidiana está sometido a las mismas leyes y reglas que el resto de los ciudadanos, puesto que el oficio de político no da patente de corso para hacer uno lo que le venga en gana y encima pretender que los agentes de la autoridad aguanten carros y carretas y sus prepotentes ataques.

La conducta de Esperanza Aguirre tanto durante el desarrollo de los hechos como posteriormente a ellos ha sido impresentable pues es un personaje que se dedica a la cosa pública que, precisamente, ha de dar ejemplo de comportamiento cívico al resto de los ciudadanos. La verdad es que no ha practicado en demasía las virtudes cardinales: especialmente la prudencia y la templanza.

 Con su verborrea, característica de esta política tan facunda, ha entrado en emisoras de radio, televisiones y medios de comunicación escritos y digitales dando una versión interesada y parcial de los hechos y poniendo como hoja de perejil a los agentes que intervinieron, con perlas tales como que actuaron de forma prepotente y machista, que eran agentes de inmovilidad, que su objetivo era conseguir una foto para hacerse publicidad dada la fama de la conductora denunciada y como final del trayecto acusándolos de retención ilegal.

El paso del tiempo y la soledad en que la han dejado sus propios compañeros de partido, sólo ha tenido el apoyo de algunos turiferarios columnistas de los medios de comunicación adictos al régimen, entiendo que la han llevado a recapacitar y en la rueda de prensa llevada a cabo después de la reunión del Comité de Dirección del PP de Madrid, el tono ha sido mucho más comedido y se ha extrañado de que se le dé al incidente la importancia que se le ha dado. Cuando el escándalo lo ha montado ella solita y nadie más que ella. Aunque sea sexagenaria.

Bien está lo que bien acaba. Pero este incidente habría de servir de lección para que muchos políticos desciendan de su pedestal y consideren seriamente que ellos son ciudadanos normales, con los mismos derechos y deberes que los demás y que el hecho de resultar elegidos por períodos más o menos largos, no les da ningún plus adicional sobre el resto de los mortales. Así, tal vez, puedan empezar a comprender los problemas reales de los españoles y a estudiar soluciones para resolverlos. Que para eso son elegidos. Y no para montar un número de circo, que si lo hubiera protagonizado un ciudadano de a pie, seguro que hubiera dado con sus huesos en un calabozo municipal.

P.D. Esta entrada del blog completa la publicada el viernes 4 de abril de 2014.


lunes, 7 de abril de 2014

TREBLINKA: UNA PRUEBA MÁS DEL HOLOCAUSTO NAZI

Investigaciones arqueológicas llevadas a cabo recientemente en el campo de exterminio nazi de Treblinka, situado en Polonia a unos 100 km al noreste de Varsovia, en el que fueron asesinadas unas 900.000 personas, confirman, si es que no era ya evidente, el horrible holocausto que segó la vida de cerca de 6 millones de almas, la mayoría judías, pero también de adversarios políticos del partido hitleriano, prisioneros de guerra, gitanos y homosexuales, tras la puesta en marcha de la denominada “Endlosüng” o solución final, diseñada por Heydrich y Himmler y patrocinada por el Führer Adolf Hitler, cuyo objetivo primordial fue borrar a los judíos de la faz de la tierra.

Utilizando avanzados sistemas como GPS, LÍDAR, georradares, imágenes de satélite y otros modernos elementos de investigación, un grupo de arqueólogos de la Universidad británica de Sttafordshire ha concluido que debajo de la loma verde y el bosque en que los nazis, antes de abandonarlo, habían dejado transformado el campo de exterminio para ocultar sus horrores, se encuentran pruebas indiscutibles de la masacre perpetrada durante los años de 1942 y 1943 en los que Treblinka tuvo actividad. Numerosos restos humanos y de las estructuras de las cámaras de gas así lo acreditan.

Los descubrimientos de Treblinka vienen a corroborar lo evidenciado en otros campos de exterminio nazis tales como Auschwitz I y Auschwitz II – Birkenau, en donde fueron asesinadas alrededor de 1.100.000 personas, la mayoría de ellas gaseadas en las cuatro cámaras de gas principales de Birkenau y el resto muertas a causa de la deficiente alimentación y de enfermedades como la disentería o el tifus contraídas en los campos de trabajo anexos y transmitidas por las inhumanas condiciones en las que vivían los prisioneros hacinados en barracones comunitarios. Como puede apreciarse en la visita a estos dos campos de exterminio situados a 43 km al oeste de la ciudad polaca de Cracovia, aunque los nazis trataron de borrar las huellas, destruyendo las cámaras de gas en su huida, quedaron restos y pruebas irrefutables para confirmar el holocausto. Éste posteriormente fue negado por algunos interesados en que no se conocieran los crímenes de Hitler y de su brazo ejecutor: las Waffen – SS.

Treblinka fue uno más de los campos de exterminio que sirvieron a los nazis para llevar a cabo sus propósitos genocidas. Además de los campos citados, otros como Sobibor, Belzec, Majdanek y Chelmno en Polonia, Therensiestadt en la República Checa, Buchenwald en Alemania o Mauthaussen en Austria son ejemplos del infierno en el que los nazis convirtieron a buena parte de Europa durante la II Guerra Mundial.

Estos campos de exterminio, junto a los cuatro Einsaztgruppen, unidades móviles que actuaban en los frentes de guerra: Repúblicas Bálticas, Bielorrusia y Ucrania principalmente, fueron los medios utilizados para exterminar a la población judía y a un gran número de otros prisioneros y llenar de horror, sufrimiento y lágrimas, durante más de 6 años, a la vieja Europa.


Los recientes descubrimientos de Treblinka deben servir además de para confirmar el holocausto, para tener siempre presente que: “Los pueblos que olvidan su historia están condenadas a repetirla” tal y como reza la frase escrita en polaco e inglés que figura en la entrada al bloque 4 de Auschwitz I. 

viernes, 4 de abril de 2014

¿QUO VADIS, ESPERANZA?

¿Dónde vas, Esperanza? Esto debieron pensar los agentes de movilidad del Ayuntamiento madrileño, que multaban a la presidenta del PP regional y ex presidenta de la Comunidad de Madrid, además de exministra, Esperanza Aguirre, por aparcar indebidamente en un carril bus de la Gran Vía madrileña, en el que está prohibido el  estacionamiento como todo el mundo sabe y las normas de tráfico establecen, cuando una de las motocicletas de los agentes saltó por los aires impulsada por el vehículo conducido por la presidenta, que huía del lugar de autos.

La multa de 200 euros, debió poner excesivamente nerviosa a la prócer, pues como ella declaró pomposamente hace algún tiempo, con su(s) sueldo(s) no llegaba a fin de mes. La dichosa e inesperada multa le desequilibraba su exiguo presupuesto y encima estábamos en los primeros días del mes. En abril, con el pago de la sanción, no llegaba a fin del ciclo mensual, seguro. ¡Adiós a las compras y a alguna cenita con copas¡

Uno de los agentes había colocado su motocicleta delante del automóvil de la presidenta, como es norma precautoria para evitar la huida del multado. Y ésta en su estado de alteración y dado que tenía prisa (todos los que aparcan mal en un carril bus para sacar dinero de un cajero suelen tener prisa) se llevó por delante la moto y se dirigió, ya más tranquila, a su domicilio.

Un primo de mi madre, traumatólogo y hombre con gran sentido del humor, me decía que lo malo no es meter la pata, sino removerla una vez metida, en lugar de sacarla lo más rápido posible para tratar de disimular nuestra torpeza.

Y la presidenta, en vez de reconocer inmediatamente su error, pedir disculpas porque todos cometemos errores y abonar la multa, aunque ello le impidiera llegar a fin de mes en buenas condiciones económicas, se ha dedicado a tratar de justificarse, a poner en entredicho la profesionalidad de los agentes y a decir que tenía prisa, como si el resto de los mortales conductores aparcados en un carril bus y multados, no la tuviera.


Los políticos no están acostumbrados a estas minucias de pedir disculpas, no digo ya de dimitir porque esos son palabras mayores en este país y aquí sólo dimiten algunos “mindundis”. Y están totalmente equivocados. Si Esperanza en un ejercicio de humildad hubiera pedido inmediatas disculpas, habría encontrado la comprensión y la solidaridad de los ciudadanos y el incidente habría quedado en una mera anécdota. ¿Saben por qué? Pues porque casi todos hemos aparcado en un carril bus para sacar dinero de un cajero alguna vez en la vida. Y la mayoría tampoco llegamos a fin de mes. Eso sí, no se nos ocurriría arrollar con el coche a los agentes de la autoridad. Se nos caería el pelo ¿o, no? como diría su jefe político, Don Mariano.

martes, 1 de abril de 2014

DERECHOS DE REUNIÓN Y DE MANIFESTACIÓN

El artículo 21 de nuestra Carta Magna regula el derecho de reunión y de manifestación en el supuesto del ejercicio pacífico de los mismos. Para la reunión no se necesita autorización y en el caso de reunión en lugares de tránsito público y manifestación es necesario dar comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público con peligro para personas y bienes.

El artículo 55 de dicha norma establece que los derechos del artículo 21 sólo podrán ser suspendidos cuando se declare el estado de excepción o de sitio.

Está claro que nuestra Constitución protege los derechos de reunión y manifestación que tienen el carácter de derechos fundamentales de los ciudadanos. Y esto es así porque España se define como un estado democrático de derecho.

Hasta aquí todo bien. El problema surge cuando se llega a la realidad del ejercicio de este derecho, que como fija la norma ha de ser pacífico.

En los últimos tiempos y dada la política de austeridad y de recortes propiciada por el Gobierno, que afecta sensiblemente a derechos ciudadanos tales como la salud, la educación, la protección social, la vivienda y el trabajo que estaban hasta ahora relativamente bien consolidados en la sociedad española, los ciudadanos se manifiestan cada vez con mayor frecuencia y por diferentes causas y razones. Estas manifestaciones, de acuerdo con declaraciones de dirigentes del Ministerio del Interior, son en un altísimo porcentaje pacíficas. Se registran incidentes, según ellos, en menos del 1 % de los casos.

Pues bien, en base a estos mínimos incidentes se ha pergeñado por el Gobierno una ley de Seguridad Ciudadana que recuerda mucho a las leyes franquistas y que ya ha recibido el varapalo del poder judicial, que encuentra en el borrador del proyecto de ley indicios claros de ilegalidad constitucional.

Y es que en lugar de reprimir a los ciudadanos, que se manifiestan pacíficamente casi siempre, lo que han de hacer nuestros gobernantes es escucharles, analizar sus peticiones y buscar soluciones a sus problemas, que por cierto son gravísimos. El resolver la situación de crisis y recomponer esos derechos, habría de ser preocupación prioritaria de nuestros dirigentes y no el reprimir manifestaciones con leyes retrógradas que recuerda tiempos pretéritos de ingrato recuerdo.


Y aunque se tenga mayoría absoluta, legítimamente conseguida en las urnas, esto no da derecho a rehuir la opinión de la oposición y de los ciudadanos. La mayoría absoluta no es una patente de corso, para que el partido que la consiga haga de su capa un sayo y aplique inexorablemente el rodillo. Debe escuchar a los manifestantes. Que por algo se manifiestan. Y no se olvide que la mayoría absoluta de la que dispone el partido gobernante actual, en número de votos no representa ni el 25 % de la población total de España. Busquen resultados electorales, hagan números y lo comprobarán.