domingo, 31 de mayo de 2015

LAS CAUSAS DE UNA DERROTA

Suele admitirse en política que las elecciones no las ganan los aspirantes sino que las pierden los partidos que gobiernan. Este aserto parece que se ha cumplido una vez más en el caso de Extremadura. Con la salvedad de que Vara ha hecho una travesía del desierto bastante digna y políticamente acertada. La moción de censura, que fue un éxito aunque resultase derrotada, constituyó el punto de inflexión. ¿Habría tenido algo que ver el ex presidente Ibarra en la adopción de esta estrategia parlamentaria?  
                      
 Hay causas de tipo formal que pueden explicar los últimos resultados electorales en Extremadura. Un acto de entronización como si fuera un “Imperator” romano; un cambio de nombre de la Junta de Extremadura innecesario a todas luces que dio lugar a un elevado coste económico para las instituciones; venganzas sectarias contra altos cargos de la anterior administración socialista; unos viajes a Canarias jamás explicados con claridad; los premios Ceres, junto a los “números” protagonizados por  Woody Allen, Andy y Lucas y Pablo Alborán; o un video ridículo en contra de los andaluces, todo ello enmarcado en una legislatura cocinada desde el marketing más descarado que lo único que vendía era ineficacia de la administración disfrazada de grandes logros,  utilizando como altavoz unos medios de comunicación manipulados -  el diario Hoy y la cadena SER se revelarían como las principales excepciones -  serían algunos ejemplos de ese tipo de causas.

Pero, en mi opinión, las razones de la derrota de Monago son mucho más profundas, y parten del hecho de que a lo largo de la legislatura este “gobierno de los mejores” nunca cayó en la cuenta del daño que hacía a una gran parte del pueblo extremeño con sus decisiones de gobierno y con sus recortes indiscriminados, deslumbrado por el poder y por la parafernalia oficial.

Porque cuando se pasa de las musas al teatro y se analizan datos reales de fuentes fidedignas como el INE, a pesar de posibles “cocinas” favorables, se suele obtener una aproximación bastante cercana a la realidad de los hechos que contrasta con la ficción en la que se han movido estos políticos.

Examinemos los datos de Extremadura en la legislatura que se acaba y veremos la realidad de la situación y en consecuencia las verdaderas causas de la derrota popular.

A final de 2014, último dato disponible, Extremadura tenía una población de 1.078.400 habitantes, 12.400 pobladores menos que al inicio de la legislatura. Es decir una reducción de población del 1,13 %.

El número de desempleados según la última EPA (único índice válido en la UE para medir el paro) ascendía a 151.800, 35.300 más que los que había cuando comenzó el mandato de los populares. Esto representa un 30,3 %  de incremento sobre el número de parados que dejó Fernández Vara.

En cuanto a ocupados había 354.800, 29.700 menos que al inicio de mandato. Es decir la población ocupada había disminuido un 7,72 %.

El PIB, medido en la base 2008, en 2010 se modificó para hacerlo más favorable, ha decrecido en 262 Millones de Euros.es decir un 1,52 %. Si se deflacta el PIB y se mide a precios de mercado la cosa sería mucho peor.

El PIB per cápita se ha reducido de 15.869 € a 15.752 € o sea 117 € en el período. En porcentaje un 0,73 %.

La deuda pública ha pasado de 1.821 M€ al comienzo de la legislatura a 3.092 M€ al final de 2014. Se ha incrementado en 1.271 M€, o sea un 69,8 %. Y eso que se ha recortado a diestro y siniestro. ¿Para qué se ha utilizado el importe desmesurado de este aumento de la deuda?

El déficit a final de 2014 era del 2,44 % muy lejos del 1 % que era el objetivo. Esto representaba 421 M€ de diferencia.

La renta “per cápita” de Extremadura es la más baja de España, alcanzando solamente un 65 % de la media de las regiones de la UE. La divergencia con la media comunitaria se ha acrecentado sensiblemente en esta legislatura pues había estado en el 72 %. Se han perdido siete puntos.

Más del 30 % de los extremeños están en el ámbito de la pobreza cuando la media de España es del 22 %.

Estas y no otras son las causas reales de la derrota de los populares. Y si se piensa fríamente el pueblo extremeño ha sido bastante indulgente con este gobierno lo cual puede ser explicado por el grado de clientelismo creado o, tal vez, por la resignación que es una característica tradicional de los extremeños.



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