jueves, 14 de mayo de 2015

INCONTINENCIA VERBAL

Nos encontramos en pleno período electoral y es época propicia para que nuestros políticos ya de por si habladores, den lecciones magistrales de lo que significa la facundia, la locuacidad y la charlatanería, necesarias para transmitir al electorado una panoplia de ocurrencias, de las que la mayor parte de las veces no se han medido ni sus consecuencias ni su coste.

Y es que pasarse 15 días, más los de la campaña preelectoral, largando mensajes al personal sin repetirse mucho, la repetición continuada puede llegar a ser la muerte de un político menos en el caso de Rajoy, hace que muchas veces la incontinencia verbal, fruto del fragor electoral y del subidón que proporcionan las ovaciones de las masas seguidoras, que son las que asisten a los mítines, pueda no tener límites.

Viene todo esto a cuento de una frase pronunciada por el líder de Ciudadanos, Ciutadans para los catalanes y “Ciudatans” para Floriano, Albert Rivera, que me ha dejado patidifuso, confuso y hundido en la miseria dada mi edad ya provecta.

Yo tenía el concepto de que este joven líder era una persona sensata, equilibrada y con opiniones de peso, aunque en muchos de sus planteamientos no esté de acuerdo.

Pues bien hace un par de días pronunció una frase lapidaria que quedará para la historia de los despropósitos y además creo que le va a restar algunos votos. Ya veremos cuantos.

Aseguró solemnemente que la regeneración política, de la que está tan necesitada España, sólo podían llevarla a cabo gentes nacidas en la democracia. Pongamos 1978 fecha de aprobación de la Constitución vigente la que marca tan fausto momento. O sea que tan sólo los que tengan 37 años o menos están imbuidos de la capacidad innata de regenerar el vigente desastre español.

Es decir que al resto de los españoles muchos de los cuales se tragaron casi 40 años de don Francisco, que trabajaron de sol a sol para sacar a este país de la miseria en la que estaba, que coadyuvaron con su apoyo a darnos un período democrático como el que hemos disfrutado desde la promulgación de la nueva Carta Magna, que por cierto le permite a este joven líder presentarse a unas elecciones y poder pronunciar discursos que contengan insensateces como la dicha, se le niega la capacidad de llevar a cabo la regeneración del país. Sólo por el hecho de su edad, sin más. No se tiene en cuenta ni la formación, ni la experiencia, ni la visión de la sociedad que se pueda tener, ni nada de nada. Sólo los años. Jubilación democrática para todos los nacidos antes del 78. ¡Qué fuerte, tío¡

Ya puesto podría haber añadido que dada la incompetencia para ser elegidos, cuestión que se desprende de la literalidad de sus palabras, exoneraba a esa parte de la población de pagar impuestos, por ejemplo. Y dejar el país sobre los hombros de los de menos de 37 años.

Sólo me queda un consuelo, mis dos hijas nacidas en democracia sí que tendrán la capacidad y la posibilidad de contribuir a la regeneración de España. Menos da una piedra. Si no son los padres serán los hijos.

Este hombre debería despedir de inmediato a sus asesores, me cuesta asumir que este despropósito sea de su exclusiva cosecha, y corregir, sin pausa, semejante dislate que se lo han colado en el frenesí de una campaña electoral que se caracteriza, ya que hay tanto partido en liza, por aplicar el conocido principio de ver “quien mea más lejos”.

De verdad que siento esta tropezón de Albert Rivera, porque ha demostrado en Cataluña un cuajo admirable frente a los despropósitos catalanistas y eso tiene mucho mérito.

En una ocasión le oí decir a mi tío Antonio que era traumatólogo y un filósofo de la vida, que lo malo de meter la pata no es introducirla, sino moverla cuando la tienes dentro. Así que el líder de Ciudadanos debería proceder a rectificar cuanto antes. Puesto que rectificar es de sabios. Y todos podemos meter la pata. Pero hay que sacarla  rápidamente. Ya lo decía mi tío que sabía del asunto. ¡Sácala Albert¡ La pata, claro.


2 comentarios:

  1. Ese es uno los grandes dramas de España: los imbéciles. La misma idiotez que dice este advenedizo, es lo que se hace en las empresas; si tienes más de 55 años ya no sirves para nada. Y este pollo es quien nos quiere gobernar. Lo llevamos claro.

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  2. El comentario anterior lo ha publicado Angel Sánchez Sánchez-Mora. No sé por qué razón ha salido otro nombre.

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