INCONTINENCIA VERBAL
Nos
encontramos en pleno período electoral y es época propicia para que nuestros
políticos ya de por si habladores, den lecciones magistrales de lo que
significa la facundia, la locuacidad y la charlatanería, necesarias para transmitir
al electorado una panoplia de ocurrencias, de las que la mayor parte de las
veces no se han medido ni sus consecuencias ni su coste.
Y
es que pasarse 15 días, más los de la campaña preelectoral, largando mensajes
al personal sin repetirse mucho, la repetición continuada puede llegar a ser la
muerte de un político menos en el caso de Rajoy, hace que muchas veces la
incontinencia verbal, fruto del fragor electoral y del subidón que proporcionan
las ovaciones de las masas seguidoras, que son las que asisten a los mítines,
pueda no tener límites.
Viene
todo esto a cuento de una frase pronunciada por el líder de Ciudadanos,
Ciutadans para los catalanes y “Ciudatans” para Floriano, Albert Rivera, que me
ha dejado patidifuso, confuso y hundido en la miseria dada mi edad ya provecta.
Yo
tenía el concepto de que este joven líder era una persona sensata, equilibrada
y con opiniones de peso, aunque en muchos de sus planteamientos no esté de
acuerdo.
Pues
bien hace un par de días pronunció una frase lapidaria que quedará para la
historia de los despropósitos y además creo que le va a restar algunos votos.
Ya veremos cuantos.
Aseguró
solemnemente que la regeneración política, de la que está tan necesitada
España, sólo podían llevarla a cabo gentes nacidas en la democracia. Pongamos
1978 fecha de aprobación de la Constitución vigente la que marca tan fausto
momento. O sea que tan sólo los que tengan 37 años o menos están imbuidos de la
capacidad innata de regenerar el vigente desastre español.
Es
decir que al resto de los españoles muchos de los cuales se tragaron casi 40 años
de don Francisco, que trabajaron de sol a sol para sacar a este país de la
miseria en la que estaba, que coadyuvaron con su apoyo a darnos un período
democrático como el que hemos disfrutado desde la promulgación de la nueva
Carta Magna, que por cierto le permite a este joven líder presentarse a unas
elecciones y poder pronunciar discursos que contengan insensateces como la
dicha, se le niega la capacidad de llevar a cabo la regeneración del país. Sólo
por el hecho de su edad, sin más. No se tiene en cuenta ni la formación, ni la
experiencia, ni la visión de la sociedad que se pueda tener, ni nada de nada.
Sólo los años. Jubilación democrática para todos los nacidos antes del 78. ¡Qué
fuerte, tío¡
Ya
puesto podría haber añadido que dada la incompetencia para ser elegidos,
cuestión que se desprende de la literalidad de sus palabras, exoneraba a esa
parte de la población de pagar impuestos, por ejemplo. Y dejar el país sobre
los hombros de los de menos de 37 años.
Sólo
me queda un consuelo, mis dos hijas nacidas en democracia sí que tendrán la
capacidad y la posibilidad de contribuir a la regeneración de España. Menos da
una piedra. Si no son los padres serán los hijos.
Este
hombre debería despedir de inmediato a sus asesores, me cuesta asumir que este
despropósito sea de su exclusiva cosecha, y corregir, sin pausa, semejante
dislate que se lo han colado en el frenesí de una campaña electoral que se
caracteriza, ya que hay tanto partido en liza, por aplicar el conocido
principio de ver “quien mea más lejos”.
De
verdad que siento esta tropezón de Albert Rivera, porque ha demostrado en
Cataluña un cuajo admirable frente a los despropósitos catalanistas y eso tiene
mucho mérito.
En
una ocasión le oí decir a mi tío Antonio que era traumatólogo y un filósofo de
la vida, que lo malo de meter la pata no es introducirla, sino moverla cuando
la tienes dentro. Así que el líder de Ciudadanos debería proceder a rectificar
cuanto antes. Puesto que rectificar es de sabios. Y todos podemos meter la
pata. Pero hay que sacarla rápidamente.
Ya lo decía mi tío que sabía del asunto. ¡Sácala Albert¡ La pata, claro.
Ese es uno los grandes dramas de España: los imbéciles. La misma idiotez que dice este advenedizo, es lo que se hace en las empresas; si tienes más de 55 años ya no sirves para nada. Y este pollo es quien nos quiere gobernar. Lo llevamos claro.
ResponderEliminarEl comentario anterior lo ha publicado Angel Sánchez Sánchez-Mora. No sé por qué razón ha salido otro nombre.
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