lunes, 30 de marzo de 2015

¡QUÉ ENVIDIA¡

 El desgraciado accidente/incidente del avión de la compañía Germanwings acaecido en los Alpes franceses ha despertado un inusitado interés en los medios de comunicación y también en los ciudadanos de los diversos países concernidos.

Las circunstancias que rodean una catástrofe aérea en la que se produce un elevado número de fallecimientos suele concitar la atención general por la desgracia que supone para unos familiares a los que coge desprevenidos y a los que golpea sin misericordia.

Lo que más ha llamado la atención de todo este triste episodio, ha sido la perfecta organización pilotada por los políticos franceses para con los medios materiales y personales disponibles, dar una respuesta rápida, eficiente y mesurada a un accidente de la gravedad de éste.

Los políticos galos con Hollande a la cabeza y Valls detrás, han estado presentes en los momentos justos para que el operativo quedase perfectamente organizado. Sin protagonismos para hacerse la foto oportunista, ni la utilización espuria de los medios de comunicación, han dado una respuesta rápida y precisa al grave incidente producido, poniendo en marcha, con gran presteza, una serie de medios de todo tipo demostrando la perfecta organización que tienen. ¡ Chapeau ¡

Después de la rápida creación de un gabinete de crisis en el que se adoptaron las primeras decisiones para desplegar de manera inmediata los medios de búsqueda, salvamento e identificación precisos y de una posterior fugaz visita a la zona próxima al siniestro los políticos han abandonado la escena para dejar que fueran los técnicos y expertos en las diferentes ramas, los que se ocuparan de dar cumplida respuesta a la tragedia y velar porque los familiares de las víctimas tuvieran una puntual información y recibieran atenciones de todo tipo.

Da gusto ver el despliegue tan profesional y eficiente del que han hecho gala los franceses en unas circunstancias muy difíciles dadas las características del accidente y la compleja orografía de la zona en la que se ha producido, la cual presenta un complicado acceso. Prácticamente las actuaciones sólo han podido llevarse a cabo mediante el uso de helicópteros, utilizándose los precisos para dar una ágil respuesta al problema. Con eficiencia y sin alharacas ni fuegos artificiales. Lo justo para cumplir con eficacia la misión encomendada.

Francia ha dado una lección a toda Europa de cómo se organizan y utilizan los servicios de emergencia en una catástrofe como la de los Alpes franceses. Ha rozado la perfección.

La información facilitada por el fiscal de Marsella encargado del caso, un experto independiente y no un político, ha sido un modelo de seriedad, precisión y transparencia. Primero notificando a las familias la situación y después poniendo en conocimiento de los medios de comunicación todo lo que se podía informar con datos contrastados, y por último contestando con rotundidad y claridad a todas sus preguntas.

El comportamiento de los políticos opositores ha sido ejemplar cerrando filas para que todo el dispositivo funcionase correctamente y sin poner palos en las ruedas porque estaba en juego el prestigio de Francia. Y eso para los galos son palabras mayores. Como debe ser. A esa postura en España la llamamos “chauvinismo”. Podíamos tomar buena nota.

Así que visto el panorama he sentido una sana envidia de la actuación francesa. Aquí en España no hubiera ocurrido lo mismo. Salvando al personal técnico que puede que esté a la altura del francés, se hubiera producido la injerencia de los políticos en el proceso. Los tirios para hacerse la foto pensando en arrancar unos cuantos votos usando una tragedia y los troyanos criticando lo hecho por lo tirios para buscar otro puñado de votos.

Y la cuestión principal que consiste en una correcta atención a los familiares de las víctimas y un dispositivo eficaz para el rescate e identificación de las mismas hubiera quedado en un segundo plano.

Por eso el título de esta entrada: ¡Qué envidia sana me han producido los franceses¡

Feliz Semana Santa. Hasta el próximo martes.

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