AL PERRO FLACO…
Acabo
de tener acceso a una información que me llena de tristeza y de indignación. La
eurodiputada alemana del CDU, el partido de Angela Merkel, Ingeborg Grassle, está redactando un informe cuyo fin es
recortar drásticamente la ayuda que la UE concede anualmente a los refugiados
saharauis que sobreviven en condiciones infrahumanas en el desierto argelino
próximo a Tinduf.
La sanción que pretende aplicar es consecuencia
de unos supuestos fraudes que un informe de la OLAF, la oficina antifraude de
la UE, detectó en el año 2007 y que ha permanecido guardado en un cajón durante
8 años sin que nadie ni comisarios, ni eurodiputados le hiciera el menor caso.
De lo que puede inferirse que los hechos fraudulentos no deberían ser tan
graves.
El informe de la eurodiputada se presentará a
finales de marzo y propone una importante reducción de las ayudas a la
población refugiada en la hamada argelina, cuyo importe actual asciende a 10 M€
anuales.
Cuando visité entre 2001 y 2003 los campos
saharauis en el desierto cercano a la ciudad argelina de Tinduf, con el objeto
de poner en marcha un proyecto de huertos bajo riego auspiciado por la Junta de
Extremadura, se estimaba el número de refugiados que habitaban los campos en unos
200.000. O sea que la extraordinaria ayuda que suministra la UE representaría
para ese nivel de población unos 50 € por refugiado y año. Es decir 4,16 € por
persona y mes. Como puede deducirse es una cantidad que si no se recorta de
inmediato, la economía europea sin duda alguna se tambaleará.
Las razones que se aducen en el informe de la
parlamentaria alemana, por cierto demócrata ¿cristiana?, para proceder a los
drásticos recortes son dos: una que el número de refugiados se estima en menos
de la mitad de los 200.000 que inicialmente hubo, o sea que ahora o cuando se
hizo el informe de la OLAF habría tan sólo 91.000 saharauis en los campos. La
reducción tan numerosa de la población, si es cierta que se ha producido que lo
dudo, traería consigo que la ayuda anual subiría hasta 110 € al año por
refugiado, 9,15 € al mes, o lo que es lo mismo 0,3 € al día. Esta exigua
cantidad aunque para nosotros pueda parecer una fruslería para los saharauis es muy importante dada la
penosa situación en la que se encuentran.
El otro
gravísimo pecado cometido es que algunos productos, entre ellos harina con los
distintivos de la UE se habrían detectado en mercados de países próximos como Mali
o Mauritania. En fin lo de siempre.
Esta alemana tan cartesiana ella, debería
haberse preguntado por qué razón los saharauis se encuentran hoy día y desde
hace casi 40 años refugiados en un desierto de Argelia, un país que no es el
suyo. Habría que explicarle, seguro que no lo sabe, que este pueblo fue
expulsado de su tierra, el Sahara Occidental una colonia española, debido a la
invasión de su territorio por parte de Marruecos consentida por una actuación
vergonzosa e indecente de España que todavía no ha pagado su deuda con los
saharauis, así como por la ONU, por los
Estados Unidos gendarmes del mundo y fagocitadores de sus recursos naturales
(fosfatos, petróleo, pesca), por la UE y
por los países amiguetes de Marruecos como Francia que también participa
activamente en el despojo, por la Santa Madre Iglesia y por todo bicho viviente,
puesto que estamos consintiendo, sin mover un músculo, el genocidio a cámara
lenta de un pueblo noble y valiente que se consume en las ardientes arenas del
desierto.
Tal vez esta prócer del Parlamento Europeo que
se levanta de sueldo unos 10.000 € mensuales más canonjías, debería darse una
vuelta por los campos de refugiados aunque fuera sólo de unos pocos días,
preferiblemente entre junio y octubre, para analizar la situación con
detenimiento, escuchar a aquellas gentes, dormir en sus jaimas, comer sus
alimentos y conocer sus extremas condiciones de vida. Estoy seguro que después
de la visita regresaría a su casa avergonzada para romper en trozos muy pequeñitos
el dichoso informe y continuar embolsándose los 10.000 € del ala.
Y mejor todavía, esta exigente y rígida
eurodiputada, debería dirigir sus ímprobos esfuerzos a confeccionar un
detallado informe sobre la situación de paro, pobreza y desigualdad que afecta
a una gran parte del territorio europeo y buscar soluciones para sus
habitantes. De paso podría hacer otro sobre la corrupción que campa por la
vieja Europa y que hace que los ricos sean cada día más ricos y los pobres más
pobres.
Tal vez así justificaría mejor el alto salario
que percibe.
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