sábado, 14 de marzo de 2015

AL PERRO FLACO…

Acabo de tener acceso a una información que me llena de tristeza y de indignación. La eurodiputada alemana del CDU, el partido de Angela Merkel, Ingeborg Grassle, está redactando un informe cuyo fin es recortar drásticamente la ayuda que la UE concede anualmente a los refugiados saharauis que sobreviven en condiciones infrahumanas en el desierto argelino próximo a Tinduf.

La sanción que pretende aplicar es consecuencia de unos supuestos fraudes que un informe de la OLAF, la oficina antifraude de la UE, detectó en el año 2007 y que ha permanecido guardado en un cajón durante 8 años sin que nadie ni comisarios, ni eurodiputados le hiciera el menor caso. De lo que puede inferirse que los hechos fraudulentos no deberían ser tan graves.

El informe de la eurodiputada se presentará a finales de marzo y propone una importante reducción de las ayudas a la población refugiada en la hamada argelina, cuyo importe actual asciende a 10 M€ anuales.

Cuando visité entre 2001 y 2003 los campos saharauis en el desierto cercano a la ciudad argelina de Tinduf, con el objeto de poner en marcha un proyecto de huertos bajo riego auspiciado por la Junta de Extremadura, se estimaba el número de refugiados que habitaban los campos en unos 200.000. O sea que la extraordinaria ayuda que suministra la UE representaría para ese nivel de población unos 50 € por refugiado y año. Es decir 4,16 € por persona y mes. Como puede deducirse es una cantidad que si no se recorta de inmediato, la economía europea sin duda alguna se tambaleará.

Las razones que se aducen en el informe de la parlamentaria alemana, por cierto demócrata ¿cristiana?, para proceder a los drásticos recortes son dos: una que el número de refugiados se estima en menos de la mitad de los 200.000 que inicialmente hubo, o sea que ahora o cuando se hizo el informe de la OLAF habría tan sólo 91.000 saharauis en los campos. La reducción tan numerosa de la población, si es cierta que se ha producido que lo dudo, traería consigo que la ayuda anual subiría hasta 110 € al año por refugiado, 9,15 € al mes, o lo que es lo mismo 0,3 € al día. Esta exigua cantidad aunque para nosotros pueda parecer una fruslería  para los saharauis es muy importante dada la penosa situación en la que se encuentran.

 El otro gravísimo pecado cometido es que algunos productos, entre ellos harina con los distintivos de la UE se habrían detectado en mercados de países próximos como Mali o Mauritania. En fin lo de siempre.

Esta alemana tan cartesiana ella, debería haberse preguntado por qué razón los saharauis se encuentran hoy día y desde hace casi 40 años refugiados en un desierto de Argelia, un país que no es el suyo. Habría que explicarle, seguro que no lo sabe, que este pueblo fue expulsado de su tierra, el Sahara Occidental una colonia española, debido a la invasión de su territorio por parte de Marruecos consentida por una actuación vergonzosa e indecente de España que todavía no ha pagado su deuda con los saharauis,  así como por la ONU, por los Estados Unidos gendarmes del mundo y fagocitadores de sus recursos naturales (fosfatos, petróleo, pesca),  por la UE y por los países amiguetes de Marruecos como Francia que también participa activamente en el despojo, por la Santa Madre Iglesia y por todo bicho viviente, puesto que estamos consintiendo, sin mover un músculo, el genocidio a cámara lenta de un pueblo noble y valiente que se consume en las ardientes arenas del desierto.

Tal vez esta prócer del Parlamento Europeo que se levanta de sueldo unos 10.000 € mensuales más canonjías, debería darse una vuelta por los campos de refugiados aunque fuera sólo de unos pocos días, preferiblemente entre junio y octubre, para analizar la situación con detenimiento, escuchar a aquellas gentes, dormir en sus jaimas, comer sus alimentos y conocer sus extremas condiciones de vida. Estoy seguro que después de la visita regresaría a su casa avergonzada para romper en trozos muy pequeñitos el dichoso informe y continuar embolsándose los 10.000 € del ala.

Y mejor todavía, esta exigente y rígida eurodiputada, debería dirigir sus ímprobos esfuerzos a confeccionar un detallado informe sobre la situación de paro, pobreza y desigualdad que afecta a una gran parte del territorio europeo y buscar soluciones para sus habitantes. De paso podría hacer otro sobre la corrupción que campa por la vieja Europa y que hace que los ricos sean cada día más ricos y los pobres más pobres.

Tal vez así justificaría mejor el alto salario que percibe.


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