martes, 3 de febrero de 2015

¡OJO AL TTIP¡

El TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership) en español: Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión, es un tratado que pretenden suscribir los Estados Unidos de América (USA) y la Unión Europea (UE), con el objetivo de incrementar las potencialidades existentes en cuanto al comercio y la inversión entre estos dos potentes bloques económicos y constituir un mercado con 800 millones de consumidores previa la eliminación de barreras arancelarias y la armonización de la normativa reguladora.

El tratado lo negocia por parte europea la Comisión de la UE y el inicio de las conversaciones tuvo lugar el 13 de febrero de 2013, con Obama como presidente americano y Van Rompuy y Durao Barroso al frente de los europeos.

Las negociaciones transcurren con una total opacidad y los ciudadanos de la UE estamos absolutamente al margen de ellas, pues no hay información ni transparencia alguna sobre su contenido y eso que las consecuencias del tratado podrían afectar gravemente a derechos ciudadanos. Sólo se conocen, gota a gota, algunos principios inspiradores del tratado pero ningún detalle de los trabajos.

Se prevé que a pesar de la importancia que previsiblemente han de contener sus disposiciones, los ciudadanos europeos no tendremos acceso a un referéndum para  ratificar el TTIP. Se aprobará primero en el Parlamento Europeo y después se refrendará en los parlamentos nacionales de los países miembros. Una vez más se hurtará a los pueblos de la UE la posibilidad de decidir directamente ante un asunto  tan trascendental para sus intereses.

Y es que detrás de esté tratado está, una vez más, la larga mano de las multinacionales y de los poderosos que, con las teorías neoliberales de la preponderancia de los mercados, pasan por encima de las personas pisoteando sus derechos en aras de conseguir los máximos beneficios.

El tratado lleva implícita la aplicación de teorías que terminan con la pérdida de poder de los Estados y consagran la privatización de la justicia internacional, ya que las discrepancias se resolverán ante tribunales arbitrales privados ante los que pueden ser demandados los propios Estados que quedarán prácticamente indefensos.

La introducción en el tratado de normativas neoliberales muy aplicadas por los americanos puede poner en peligro conquistas sociales en cuanto a derechos laborales suscritos por los países de la UE pero no por USA o afectar a la seguridad alimentaria al permitir, por ejemplo, la importación de productos transgénicos que hoy día no están autorizados en Europa.

El trampantojo, para intentar colárselo a los ciudadanos de los respectivos bloques es que con la aplicación del tratado se crearán miles de puestos de trabajo. No se dice de qué tipo serían, ni dónde, ni cómo, ni siquiera se demuestra la certeza de su creación  sobre los que existen en la actualidad.

Una vez más parece que primarán los intereses de los mercados sobre los de las personas a uno y otro lado del Atlántico. El poder omnímodo de compañías multinacionales que manejan los mercados de materias primas, los productos industriales y los servicios tecnológicos se impondrá sobre los derechos y libertades de los pueblos y reducirá al mínimo el peso de los gobiernos de los Estados, que son sobre los que en última instancia pueden decidir los ciudadanos con sus votos.

Mientras se cuece en el horno el TTIP, hay países con gobiernos de corte liberal como España en donde se están tomando decisiones para allanar el camino a su futura aprobación. Ejemplos: la ley mordaza una ley represiva que devuelve España a tiempos franquistas junto a la modificación del Código Penal, que están poniendo las bases para cercenar derechos como los de manifestación y opinión y reprimir posibles protestas.

Da la impresión que todo se está preparando con el máximo cuidado, para que una vez cerrado se imponga el Tratado por la vía de la manipulación política y la utilización de los medios de comunicación dependientes de los poderes financieros, a unos ciudadanos indefensos que apechugarán con las consecuencias. Como siempre.

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