sábado, 28 de febrero de 2015

JUVENTUD Y SOBERBIA

Definitivamente Pablo Iglesias se lo ha creído. O le han hecho que se lo crea una serie de corifeos que le han salido a última hora. Que a saber lo que buscarán.

El líder de PODEMOS sin pasar por las urnas nacionales ni autonómicas, su único bagaje consolidado son 5 eurodiputados conseguidos en las últimas elecciones al Parlamento Europeo, ya ha dictaminado que la oposición es él y nadie más que él. Porque lo dicen él y algunas encuestas, no todas. Las urnas quedan a un lado. Parece que lo que importan son unos sondeos cuyas muestras no superan los 2.000 entrevistados en una población de 46 millones de españoles.

Varios medios de comunicación afines a su causa, ya se han apuntado algunos al carro no crean, han jaleado la aseveración de este joven líder y lo han elevado al pódium como jefe de la oposición sin pasar por las urnas. Iglesias en un ejercicio de soberbia ha aceptado el nombramiento y se ha puesto a ejercerlo abandonando incluso sus obligaciones de eurodiputado en Bruselas por las que percibe un suculento sueldo.

Para escenificar que es el jefe de la oposición, ha montado un mitin alternativo al debate sobre el estado de la nación en el Círculo de Bellas Artes. Los medios que le apoyan han destacado que el recinto estaba lleno (unas 500 personas) y que había colas en la puerta. A la misma hora Pedro Sánchez presentaba a Gabilondo en un pabellón madrileño a rebosar (unas 1.500 personas) y con un buen número de ciudadanos sin poder acceder al recinto.

Y qué méritos aporta Iglesias para erigirse en jefe de la oposición. Pues la verdad es que más bien pocos. Salvo el de ser capaz de identificar el estado de indignación y cabreo de los españoles y aprovecharse de él. Claro que se lo han puesto muy fácil los partidos clásicos especialmente el gobernante. PODEMOS se limita a recoger la desafección ciudadana contra unos políticos y unas instituciones que no han sabido estar a la altura de las circunstancias. Experiencia de gobierno y gestión de la cosa pública nula. Cero patatero que diría Aznar.

Pero qué ofrece este hombre para que los españoles debamos creer en él y en su partido como alternativa. Pues la verdad es que pocas cosas y además poco claras, ya que cada día que pasa cambian de opinión.

Empezaron muy fuertes con propuestas de izquierda radical que es de donde proceden sus líderes. Luego se identificaron con Syriza en Grecia pero por los resultados obtenidos en la negociación con la UE parece que ya no son tan solidarios con esta formación. Hace tiempo que se dieron cuenta de que en España, esto no es Grecia, con el radicalismo de izquierdas no iban muy lejos y comenzaron a moverse hacia la derecha de modo que han rebasado los postulados de la socialdemocracia y ya el centro se les empieza a quedar a la izquierda. Aunque ellos no quieren ni oír hablar de izquierdas y de derechas. Esos son conceptos viejos. No les interesan. De momento.

Hablan de arriba y abajo. Se sobreentiende que se refieren a los ricos, los de arriba y a los pobres, los de abajo. Pero van a tener que cambiar pronto el discurso pues algunos de sus dirigentes ya se van situando arriba. A base de suculentos cobros por consultorías internacionales y pingües sueldos de eurodiputados van a tener bastante difícil de explicar a los de abajo, por qué ellos están ya arriba.  Todavía no han tocado pelo de gobierno y ya se van situando en el estrato superior. Alumnos aventajados que son. Se nota su procedencia universitaria.

Y es que juventud y soberbia no es una buena mezcla,  sobre todo cuando todavía no se han hecho los suficientes méritos de buen gobierno como es el caso de Iglesias. Pero se lo han puesto y se lo siguen poniendo tan fácil.

Por contra hay otro joven que viene arreando con su partido. Me refiero a Albert Rivera y a Ciudadanos. Ya ha demostrado en Cataluña, territorio hostil por cierto, lo que es un líder sólido defendiendo en el Parlamento catalán posiciones de buen español. Y además es humilde. Puede que éste sí que triunfe. Ya veremos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario