POR LA CUESTA
ABAJO. ¿HABRÁ REMEDIO?
En
el palmarés de Rodríguez Zapatero figura el haber sido responsable de la
derrota electoral más clamorosa sufrida por el PSOE en la nueva democracia. Su
torpeza y la de su equipo para detectar la crisis y adelantarse a ella y la
posterior huida hacia soluciones liberales y “austericidas”, muy lejos todas
del ideario socialista, fueron la causa del estrepitoso fracaso electoral del
partido.
Los
votantes dieron la espalda a los socialistas porque ni él ni sus ministros fueron
capaces de encontrar soluciones acertadas para resolver los problemas que la
crisis causó a la ciudadanía y de ahí su fracaso electoral inapelable.
Pues
bien, Zapatero en lugar de retirarse a sus cuarteles de invierno, léase Consejo
de Estado, en donde percibe un suculento sueldo por hacer más bien poco, y
mejor que no haga nada pues los resultados de sus actuaciones ya los conocemos,
ahora se dedica a ningunear al nuevo secretario general Pedro Sánchez que es el
legítimo representante del socialismo, votado hace tan sólo seis meses en unas
elecciones primarias democráticas entre los militantes del partido.
En
compañía de otro “artista” del caciqueo manchego y del mangoneo, Bono, se han reunido sin previo conocimiento y a espaldas de la dirección del partido
socialista, con la fuerza emergente PODEMOS. Han tratado de que la reunión fuese “secreta”.
Como
estas reuniones “secretas” al final se terminan sabiendo, cuando se descubre el
pastel el ínclito Zapatero asegura que en la cita se han tratado temas
personales y no de tipo político. Da la impresión de que este hombre sigue
considerando a los ciudadanos como una manada de necios, cuando debería ser
consciente de que no lo son, porque si lo fueran lo habrían seguido votando y
sin embargo lo dejaron en la estacada.
En
una anterior entrada de este blog anticipé que si los pesos pesados del partido
no cerraban filas en torno al nuevo secretario general de cara a los próximos comicios
electorales, el futuro de la formación socialista sería muy parecido al del
PASOK griego. El final del camino abocaría a que el partido pasase de ser
alternativa de gobierno a convertirse en la tercera o cuarta fuerza política de
España.
Parece
que el transcurso de los acontecimientos me puede dar la razón. Las actuaciones
de muchos de los pesos pesados del partido: Zapatero, Bono, Susana Díaz e
incluso Felipe González máximo referente del mismo, no apoyando con claridad al
nuevo secretario general y cerrando
filas con él, parece que culminarán en el suicidio político del socialismo español.
Van despeñándose por la cuesta abajo.
Una
cosa es que el secretario general y su ejecutiva puedan haber cometido
equivocaciones, como así de hecho ha ocurrido, cosa que puede criticarse y
corregirse en los órganos internos del partido y otra muy distinta es la cama
que le están haciendo a Pedro Sánchez. Y eso que lleva sólo seis meses. Esta
situación es previsible que culmine en un descalabro electoral en las próximas
elecciones. Si algo castigan los electores es la división interna de los
partidos. El razonamiento es simple: difícilmente un partido que no es capaz de
gobernarse a sí mismo, podrá gobernar con éxito un país.
Tal
vez quede tiempo todavía para solucionar el estropicio, frenar la caída y tomar
un nuevo derrotero antes de los comicios electorales de marzo y mayo de 2015. Los
barones territoriales, que se examinan en primavera incluida Susana Díaz,
deberían primero exigir lealtad a los pesos pesados del partido y después ser
ellos mismos leales y cerrar filas con Pedro Sánchez corrigiendo posibles
errores pero manteniendo la unión. Ir con el partido dividido pasará factura en
los territorios. Y la factura puede durar varias legislaturas.
Y
sin demora habría que dar a conocer al electorado un programa para gobernar
España claro, realista y socialmente comprometido con los trabajadores y la
clase media, empezando por perseguir la corrupción e incrementar la
transparencia y la participación ciudadana. Y olvidarse de una vez del PP y de
PODEMOS, para dedicarse a explicar con detalle al ciudadano dicho programa.
Muchas veces los caballos que salen de atrás terminan ganando la carrera.
Claro
que si se quieren cargar al secretario general, unos malos resultados en las
autonómicas y locales pueden ser la puntilla para él. Luego vendrían las
generales. Pero me temo que para entonces el socialismo español tal y como lo
conocimos estaría en las últimas.
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