martes, 27 de enero de 2015

POR LA CUESTA ABAJO. ¿HABRÁ REMEDIO?

En el palmarés de Rodríguez Zapatero figura el haber sido responsable de la derrota electoral más clamorosa sufrida por el PSOE en la nueva democracia. Su torpeza y la de su equipo para detectar la crisis y adelantarse a ella y la posterior huida hacia soluciones liberales y “austericidas”, muy lejos todas del ideario socialista, fueron la causa del estrepitoso fracaso electoral del partido.

Los votantes dieron la espalda a los socialistas porque ni él ni sus ministros fueron capaces de encontrar soluciones acertadas para resolver los problemas que la crisis causó a la ciudadanía y de ahí su fracaso electoral inapelable.

Pues bien, Zapatero en lugar de retirarse a sus cuarteles de invierno, léase Consejo de Estado, en donde percibe un suculento sueldo por hacer más bien poco, y mejor que no haga nada pues los resultados de sus actuaciones ya los conocemos, ahora se dedica a ningunear al nuevo secretario general Pedro Sánchez que es el legítimo representante del socialismo, votado hace tan sólo seis meses en unas elecciones primarias democráticas entre los militantes del partido.

En compañía de otro “artista” del caciqueo manchego y del mangoneo, Bono, se han reunido sin previo conocimiento y a espaldas de la dirección del partido socialista, con la fuerza emergente PODEMOS.  Han tratado de que la reunión fuese “secreta”.

Como estas reuniones “secretas” al final se terminan sabiendo, cuando se descubre el pastel el ínclito Zapatero asegura que en la cita se han tratado temas personales y no de tipo político. Da la impresión de que este hombre sigue considerando a los ciudadanos como una manada de necios, cuando debería ser consciente de que no lo son, porque si lo fueran lo habrían seguido votando y sin embargo lo dejaron en la estacada.

En una anterior entrada de este blog anticipé que si los pesos pesados del partido no cerraban filas en torno al nuevo secretario general de cara a los próximos comicios electorales, el futuro de la formación socialista sería muy parecido al del PASOK griego. El final del camino abocaría a que el partido pasase de ser alternativa de gobierno a convertirse en la tercera o cuarta fuerza política de España.

Parece que el transcurso de los acontecimientos me puede dar la razón. Las actuaciones de muchos de los pesos pesados del partido: Zapatero, Bono, Susana Díaz e incluso Felipe González máximo referente del mismo, no apoyando con claridad al nuevo secretario general  y cerrando filas con él, parece que culminarán en el suicidio político del socialismo español. Van despeñándose por la cuesta abajo.

Una cosa es que el secretario general y su ejecutiva puedan haber cometido equivocaciones, como así de hecho ha ocurrido, cosa que puede criticarse y corregirse en los órganos internos del partido y otra muy distinta es la cama que le están haciendo a Pedro Sánchez. Y eso que lleva sólo seis meses. Esta situación es previsible que culmine en un descalabro electoral en las próximas elecciones. Si algo castigan los electores es la división interna de los partidos. El razonamiento es simple: difícilmente un partido que no es capaz de gobernarse a sí mismo, podrá gobernar con éxito un país.

Tal vez quede tiempo todavía para solucionar el estropicio, frenar la caída y tomar un nuevo derrotero antes de los comicios electorales de marzo y mayo de 2015. Los barones territoriales, que se examinan en primavera incluida Susana Díaz, deberían primero exigir lealtad a los pesos pesados del partido y después ser ellos mismos leales y cerrar filas con Pedro Sánchez corrigiendo posibles errores pero manteniendo la unión. Ir con el partido dividido pasará factura en los territorios. Y la factura puede durar varias legislaturas.

Y sin demora habría que dar a conocer al electorado un programa para gobernar España claro, realista y socialmente comprometido con los trabajadores y la clase media, empezando por perseguir la corrupción e incrementar la transparencia y la participación ciudadana. Y olvidarse de una vez del PP y de PODEMOS, para dedicarse a explicar con detalle al ciudadano dicho programa. Muchas veces los caballos que salen de atrás terminan ganando la carrera.

Claro que si se quieren cargar al secretario general, unos malos resultados en las autonómicas y locales pueden ser la puntilla para él. Luego vendrían las generales. Pero me temo que para entonces el socialismo español tal y como lo conocimos estaría en las últimas.


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