CATALUÑA: ESTREPITOSO
FRACASO VENDIDO COMO UN TRIUNFO
El
esperpento vivido el 9-N en Cataluña ha terminado en lo que la mayoría de
personas imparciales esperaban. Un rotundo fracaso que además ha constituido
una tomadura de pelo al pueblo catalán. Analicemos algunos datos para
demostrarlo.
Según
los independentistas organizadores del evento, ya que no hay censo oficial, ni
interventores, ni mecanismo alguno de control imparcial del mismo, la
estimación de participación asciende a 2.250.000 personas, número que habrá que
dar por bueno pues es de imposible comprobación. Dado que el censo de posibles
votantes mayores de 16 años, es de 6.228.531 electores (dato del INE), el
porcentaje de participación ha sido del ¡36,12
%¡
Menudo
éxito después de tres años de presión agobiante sobre la población catalana
llevada a cabo por los medios de comunicación propiedad de la Generalitat,
ejemplo paradigmático TV3, y de otros muchos medios afines que comen de su
mano. Además de que todo el aparato de la administración autonómica ha sido
puesto íntegramente al servicio del proceso de secesión catalanista. Sin
reparar en gastos.
Según
las mismas fuentes secesionistas han votado sí a la independencia el 80,72 % de
los participantes que han depositado su voto en la urna, o sea 1.816.200
votantes lo que representa un ¡29,15 %¡
del censo electoral. Es decir que los organizadores pretenden que se le otorgue
la independencia a Cataluña con el 29 % de votos favorables. Si lo referimos a
la población total de Cataluña, 7.571.000 habitantes los votos a favor de la
independencia representarían el ¡23,98 %¡
de la misma. Es decir que menos de la cuarta parte de la población intenta
imponer su idea independentista al resto. Y a esto lo llaman democracia los
patrocinadores de la ruptura con España.
Las
consecuencias que pueden extraerse del análisis de los datos anteriores son
varias.
Una
de ellas es que los catalanes, afortunadamente, siguen siendo una población en
la que predomina el “seny”, o sea el sentido común y la mayoría no ha caído en
la trampa secesionista que les tendían Más y el “ayatollah” Jonqueras y se han
quedado en su casa a verlas venir.
Otra
es que por mucho que los independentistas pretendan apuntarse como un éxito
esta pantomima acontecida en Cataluña, la realidad es que ha constituido un
rotundo descalabro. Ellos pueden vender en sus medios de comunicación lo que
quieran. La realidad ahí está. Los números son incuestionables. Pero se lo
apuntan como un triunfo indiscutible. El que no se consuela es porque no
quiere.
La
tercera es que la imagen que ha dado Cataluña en este proceso es la de una
república bananera en la que las leyes no se cumplen, que se interpretan según interesa
a una minoría y que la administración malversa y dilapida fondos públicos para
financiar una farsa que no tiene ningún valor legal ni democrático. Y eso con
una comunidad autónoma endeudada hasta las trancas y cuyos bonos de deuda están
en el nivel de bonos basura.
He
comprobado, no sin cierta sorpresa, que algunos medios nacionales presentan los
resultados como un éxito para los separatistas catalanes. ¿Los habrán analizado
con rigor? Debe de ser que esperaban una catástrofe aún mayor o que quieren
persuadir a Rajoy para que se ponga a negociar con los secesionistas.
En
resumen lo ocurrido en Cataluña, en mi opinión claro, ha sido un fracaso total
ya que la población catalana en su inmensa mayoría no está por la independencia,
por lo que los muñidores de la misma deberían presentar su inmediata dimisión
por el estrepitoso fiasco de la convocatoria.
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