lunes, 7 de abril de 2014

TREBLINKA: UNA PRUEBA MÁS DEL HOLOCAUSTO NAZI

Investigaciones arqueológicas llevadas a cabo recientemente en el campo de exterminio nazi de Treblinka, situado en Polonia a unos 100 km al noreste de Varsovia, en el que fueron asesinadas unas 900.000 personas, confirman, si es que no era ya evidente, el horrible holocausto que segó la vida de cerca de 6 millones de almas, la mayoría judías, pero también de adversarios políticos del partido hitleriano, prisioneros de guerra, gitanos y homosexuales, tras la puesta en marcha de la denominada “Endlosüng” o solución final, diseñada por Heydrich y Himmler y patrocinada por el Führer Adolf Hitler, cuyo objetivo primordial fue borrar a los judíos de la faz de la tierra.

Utilizando avanzados sistemas como GPS, LÍDAR, georradares, imágenes de satélite y otros modernos elementos de investigación, un grupo de arqueólogos de la Universidad británica de Sttafordshire ha concluido que debajo de la loma verde y el bosque en que los nazis, antes de abandonarlo, habían dejado transformado el campo de exterminio para ocultar sus horrores, se encuentran pruebas indiscutibles de la masacre perpetrada durante los años de 1942 y 1943 en los que Treblinka tuvo actividad. Numerosos restos humanos y de las estructuras de las cámaras de gas así lo acreditan.

Los descubrimientos de Treblinka vienen a corroborar lo evidenciado en otros campos de exterminio nazis tales como Auschwitz I y Auschwitz II – Birkenau, en donde fueron asesinadas alrededor de 1.100.000 personas, la mayoría de ellas gaseadas en las cuatro cámaras de gas principales de Birkenau y el resto muertas a causa de la deficiente alimentación y de enfermedades como la disentería o el tifus contraídas en los campos de trabajo anexos y transmitidas por las inhumanas condiciones en las que vivían los prisioneros hacinados en barracones comunitarios. Como puede apreciarse en la visita a estos dos campos de exterminio situados a 43 km al oeste de la ciudad polaca de Cracovia, aunque los nazis trataron de borrar las huellas, destruyendo las cámaras de gas en su huida, quedaron restos y pruebas irrefutables para confirmar el holocausto. Éste posteriormente fue negado por algunos interesados en que no se conocieran los crímenes de Hitler y de su brazo ejecutor: las Waffen – SS.

Treblinka fue uno más de los campos de exterminio que sirvieron a los nazis para llevar a cabo sus propósitos genocidas. Además de los campos citados, otros como Sobibor, Belzec, Majdanek y Chelmno en Polonia, Therensiestadt en la República Checa, Buchenwald en Alemania o Mauthaussen en Austria son ejemplos del infierno en el que los nazis convirtieron a buena parte de Europa durante la II Guerra Mundial.

Estos campos de exterminio, junto a los cuatro Einsaztgruppen, unidades móviles que actuaban en los frentes de guerra: Repúblicas Bálticas, Bielorrusia y Ucrania principalmente, fueron los medios utilizados para exterminar a la población judía y a un gran número de otros prisioneros y llenar de horror, sufrimiento y lágrimas, durante más de 6 años, a la vieja Europa.


Los recientes descubrimientos de Treblinka deben servir además de para confirmar el holocausto, para tener siempre presente que: “Los pueblos que olvidan su historia están condenadas a repetirla” tal y como reza la frase escrita en polaco e inglés que figura en la entrada al bloque 4 de Auschwitz I. 

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