TREBLINKA: UNA PRUEBA
MÁS DEL HOLOCAUSTO NAZI
Investigaciones
arqueológicas llevadas a cabo recientemente en el campo de exterminio nazi de
Treblinka, situado en Polonia a unos 100 km al noreste de Varsovia, en el que
fueron asesinadas unas 900.000 personas, confirman, si es que no era ya
evidente, el horrible holocausto que segó la vida de cerca de 6 millones de almas,
la mayoría judías, pero también de adversarios políticos del partido hitleriano,
prisioneros de guerra, gitanos y homosexuales, tras la puesta en marcha de la
denominada “Endlosüng” o solución final, diseñada por Heydrich y Himmler y
patrocinada por el Führer Adolf Hitler, cuyo objetivo primordial fue borrar a
los judíos de la faz de la tierra.
Utilizando
avanzados sistemas como GPS, LÍDAR, georradares, imágenes de satélite y otros
modernos elementos de investigación, un grupo de arqueólogos de la Universidad británica
de Sttafordshire ha concluido que debajo de la loma verde y el bosque en que
los nazis, antes de abandonarlo, habían dejado transformado el campo de
exterminio para ocultar sus horrores, se encuentran pruebas indiscutibles de la
masacre perpetrada durante los años de 1942 y 1943 en los que Treblinka tuvo
actividad. Numerosos restos humanos y de las estructuras de las cámaras de gas
así lo acreditan.
Los
descubrimientos de Treblinka vienen a corroborar lo evidenciado en otros campos
de exterminio nazis tales como Auschwitz I y Auschwitz II – Birkenau, en donde
fueron asesinadas alrededor de 1.100.000 personas, la mayoría de ellas gaseadas
en las cuatro cámaras de gas principales de Birkenau y el resto muertas a causa
de la deficiente alimentación y de enfermedades como la disentería o el tifus
contraídas en los campos de trabajo anexos y transmitidas por las inhumanas condiciones
en las que vivían los prisioneros hacinados en barracones comunitarios. Como
puede apreciarse en la visita a estos dos campos de exterminio situados a 43 km
al oeste de la ciudad polaca de Cracovia, aunque los nazis trataron de borrar
las huellas, destruyendo las cámaras de gas en su huida, quedaron restos y
pruebas irrefutables para confirmar el holocausto. Éste posteriormente fue
negado por algunos interesados en que no se conocieran los crímenes de Hitler y
de su brazo ejecutor: las Waffen – SS.
Treblinka
fue uno más de los campos de exterminio que sirvieron a los nazis para llevar a
cabo sus propósitos genocidas. Además de los campos citados, otros como
Sobibor, Belzec, Majdanek y Chelmno en Polonia, Therensiestadt en la República
Checa, Buchenwald en Alemania o Mauthaussen en Austria son ejemplos del
infierno en el que los nazis convirtieron a buena parte de Europa durante la II
Guerra Mundial.
Estos
campos de exterminio, junto a los cuatro Einsaztgruppen, unidades móviles que
actuaban en los frentes de guerra: Repúblicas Bálticas, Bielorrusia y Ucrania
principalmente, fueron los medios utilizados para exterminar a la población
judía y a un gran número de otros prisioneros y llenar de horror, sufrimiento y
lágrimas, durante más de 6 años, a la vieja Europa.
Los
recientes descubrimientos de Treblinka deben servir además de para confirmar el
holocausto, para tener siempre presente que: “Los pueblos que olvidan su
historia están condenadas a repetirla” tal y como reza la frase escrita en
polaco e inglés que figura en la entrada al bloque 4 de Auschwitz I.
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