LA CRISIS
TAMBIÉN AFECTA A NUESTRAS CARRETERAS
La
crisis está afectando seriamente a nuestro patrimonio viario. Y es que la red
de carreteras tanto nacional como autonómica y local es un patrimonio que
debemos conservar y mantener.
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España,
especialmente desde nuestra incorporación a la UE, ha realizado un considerable
esfuerzo inversor para poder disponer de una infraestructura de carreteras
digna de un país moderno y desarrollado. Esta red sirve de base a sectores como el transporte o el turismo
imprescindibles para conseguir un desarrollo armónico del país.
Pero
la crisis ha traído consigo drásticos recortes en las inversiones públicas en
nuestra red viaria, pues no sólo se ha reducido casi a la mínima expresión la
inversión en nuevas carreteras, sino, lo que es peor, la reducción ha afectado
sensiblemente a las actuaciones de conservación de las existentes.
El deterioro de nuestra red viaria de
carreteras es patente y ya se ven tramos que se encuentran en condiciones muy
precarias que ponen en riesgo la seguridad vial. Y esto es muy grave. No sólo se está
deteriorando el patrimonio viario, con el consiguiente coste posterior para
reponerlo, sino que se está poniendo en peligro la seguridad de los usuarios.
Se
observan tramos de carreteras de todo orden, desde las locales a las autovías,
en los que el pavimento se encuentra muy degradado con fisuras, grietas y
baches, deformaciones, discontinuidades por arreglos puntuales y señalización
horizontal y vertical sin la reflectancia adecuada, que ponen en peligro la
conducción. Y en este contexto en las carreteras de alta velocidad, la última
normativa de tráfico permite incrementar la velocidad hasta los 130 km/h en
algunos tramos. Entiendo que será sólo en aquellos que estén en adecuadas condiciones.
El
trampantojo de la disminución del número de accidentes y/o de víctimas no debe
llevarnos al error. El número de accidentes, víctimas o heridos graves en sí mismo no
indica nada, si no se refiere a la intensidad del tráfico circulante. Estos
accidentes o víctimas hay que referirlos a su número por
vehículo.kilómetro (valor que se obtiene de los correspondientes aforos de
tráfico) que es el índice que permitiría comparar todas las situaciones. Y este
índice no se utiliza para el gran público. Es posible que lo utilicen los
expertos. Pero no trasciende y se agarran a los valores absolutos y sólo a
veces se relaciona con el parque de vehículos existente. Pero el parque de
vehículos existentes no es el circulante. Y mucho menos en época de crisis.
Por
eso a la par que el número de víctimas o de accidentes disminuyen para gozo de
las autoridades de tráfico, las carreteras están cada vez peor, porque se han
abandonado las labores de conservación y esto es algo que pagaremos a medio
plazo, cuando tengamos que reponer mediante altos costes estas carreteras una
vez que culmine su degradación y sea prácticamente imposible el tráfico.
Diversas
asociaciones ya han dado la voz de alarma sobre este estado de cosas. La
Asociación Española de la Carretera ha estimado en 6.200 Millones de Euros la
inversión necesaria para revertir la situación. Y el Ministerio de Fomento solo
destina menos de 900 Millones de Euros al año a la conservación de su red que
necesita 2.000. Ya me dirán la que nos espera.
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