domingo, 20 de abril de 2014

LA CRISIS TAMBIÉN AFECTA A NUESTRAS CARRETERAS

La crisis está afectando seriamente a nuestro patrimonio viario. Y es que la red de carreteras tanto nacional como autonómica y local es un patrimonio que debemos conservar y mantener.
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España, especialmente desde nuestra incorporación a la UE, ha realizado un considerable esfuerzo inversor para poder disponer de una infraestructura de carreteras digna de un país moderno y desarrollado. Esta red sirve de base a sectores como el transporte o el turismo imprescindibles para conseguir un desarrollo armónico del país.

Pero la crisis ha traído consigo drásticos recortes en las inversiones públicas en nuestra red viaria, pues no sólo se ha reducido casi a la mínima expresión la inversión en nuevas carreteras, sino, lo que es peor, la reducción ha afectado sensiblemente a las actuaciones de conservación de las existentes.

 El deterioro de nuestra red viaria de carreteras es patente y ya se ven tramos que se encuentran en condiciones muy precarias que ponen en riesgo la seguridad vial.  Y esto es muy grave. No sólo se está deteriorando el patrimonio viario, con el consiguiente coste posterior para reponerlo, sino que se está poniendo en peligro la seguridad de los usuarios.

Se observan tramos de carreteras de todo orden, desde las locales a las autovías, en los que el pavimento se encuentra muy degradado con fisuras, grietas y baches, deformaciones, discontinuidades por arreglos puntuales y señalización horizontal y vertical sin la reflectancia adecuada, que ponen en peligro la conducción. Y en este contexto en las carreteras de alta velocidad, la última normativa de tráfico permite incrementar la velocidad hasta los 130 km/h en algunos tramos. Entiendo que será sólo en aquellos que estén en adecuadas condiciones.

El trampantojo de la disminución del número de accidentes y/o de víctimas no debe llevarnos al error. El número de accidentes, víctimas o heridos graves en sí mismo no indica nada, si no se refiere a la intensidad del tráfico circulante. Estos accidentes o víctimas hay que referirlos a su número por vehículo.kilómetro (valor que se obtiene de los correspondientes aforos de tráfico) que es el índice que permitiría comparar todas las situaciones. Y este índice no se utiliza para el gran público. Es posible que lo utilicen los expertos. Pero no trasciende y se agarran a los valores absolutos y sólo a veces se relaciona con el parque de vehículos existente. Pero el parque de vehículos existentes no es el circulante. Y mucho menos en época de crisis.

Por eso a la par que el número de víctimas o de accidentes disminuyen para gozo de las autoridades de tráfico, las carreteras están cada vez peor, porque se han abandonado las labores de conservación y esto es algo que pagaremos a medio plazo, cuando tengamos que reponer mediante altos costes estas carreteras una vez que culmine su degradación y sea prácticamente imposible el tráfico.

Diversas asociaciones ya han dado la voz de alarma sobre este estado de cosas. La Asociación Española de la Carretera ha estimado en 6.200 Millones de Euros la inversión necesaria para revertir la situación. Y el Ministerio de Fomento solo destina menos de 900 Millones de Euros al año a la conservación de su red que necesita 2.000. Ya me dirán la que nos espera.


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