viernes, 26 de junio de 2015

MANGONEOS DE MONTORO

Las actuaciones del ministro de Hacienda son ciertamente inefables. Está instalado de continuo en la polémica y cuando se le critica actúa con el mayor descaro para defender numantinamente unas posturas  insostenibles.

En su puesto de mando, desde el que domina las vidas y haciendas de casi todos los españoles - hay un núcleo de privilegiados que goza de inmunidad fiscal y ahí el ministro no entra -  hace y deshace a su antojo, amenaza a grupos de profesionales con las penas del infierno fiscal: artistas, periodistas, algunos empresarios y al público en general, léase en este último caso los restos de la casi extinta clase media y los trabajadores.

En algunos casos como el de Monedero ha utilizado torticera e ilegalmente información fiscal confidencial. Claro que como el de Podemos iba de tan puro y tan casto, a lo mejor se ha merecido el revolcón sufrido pese a que se hayan empleado malas artes de manera injustificable.

Las últimas actuaciones del señor ministro son de las que hacen época. Durante el último año y especialmente a lo largo de las campañas preelectoral y electoral, ha consentido a las comunidades autónomas, la mayor parte de ellas gobernadas por el PP, toda clase de excesos en gastos superfluos con vistas a arañar unos votos que se les escapaban a manos llenas dada las consecuencias negativas para la mayor parte de la población de las equivocadas políticas de austeridad aplicadas.

De este modo ha consentido que se generaran unos aumentos de deuda e incumplimientos de déficits nunca vistos. Incluso se ha puesto en marcha el FLA (Fondo de Liquidez Autonómica) para poder pagar las múltiples trampas generadas a causa de la gestión inepta de los gobernantes de la mayoría de las autonomías españolas.

No bien se conocieron los resultados de las elecciones muy desfavorables para los populares, en los que se adivinaba una considerable pérdida de poder local y autonómico, ya amenazó a través de los medios de comunicación advirtiendo de que a las nuevas corporaciones no les iba a pasar una y les aplicaría la legislación vigente, cosa que no había hecho con las gobernadas por su partido. Equidad que se llama.

El ministro, que es un clásico, aplica en sus actuaciones un dicho administrativo que se comenta mucho entre los funcionarios de colmillo retorcido y que reza así: al amigo el favor, al enemigo por el culo (con perdón) y al resto de la gente la legislación vigente.

Bueno pues no contento con todo esto y todavía sin constituir los nuevos gobiernos autonómicos ya ha amenazado a tres comunidades autónomas, que tienen retrasos en el pago a proveedores, con cerrarles el grifo de la financiación. Curiosamente las tres autonomías están gobernadas por el PP todavía. Son: Comunidad Valenciana, Extremadura y Aragón. Dentro de unos días pasarán a otras manos como resultado de la voluntad de los electores.

En el caso de Extremadura el “gobierno de los mejores” del PP ha dejado la región hecha unos zorros. Una de sus gracias es que ha aumentado el paro en más de 35.000 personas durante la legislatura.

En materia de financiación los conmilitones del ministro, que han desgobernado durante estos últimos 4 años el territorio extremeño, han incrementado la deuda pública en 1.271 Millones de €, es decir un 69,8 % de la que había al comienzo de la legislatura, y todo ello después de haber recortado a diestro y siniestro. El déficit lo han dejado en el 2,44 % muy lejos del 1 % que era el objetivo. Esto representaba 421 Millones de € de diferencia.

A todo esto habrá que añadir el cúmulo de nuevos contratos que están adjudicando a sus amiguetes durante el período de gobierno en funciones. Una auditoría externa e imparcial se impone para quedar meridianamente clara la situación que deja el gobierno que se va.

Pues bien después de la devastación de la hacienda pública extremeña llevada a cabo por Monago y sus adláteres con la bendición de Montoro, viene éste amenazando al nuevo gobierno de Fernández Vara con cerrar el grifo de la financiación. Esta intimidación es una desvergüenza sectaria y una afrenta al pueblo extremeño.

El nuevo gobernante socialista ya ha contestado adecuadamente a Montoro. Le ha asegurado al ministro que no hará más recortes en gastos sociales que puedan perjudicar al pueblo extremeño. Y ha advertido que se irá a su casa si desde Madrid no le dejan hacer la política votada mayoritariamente por los extremeños.

Ahí yerra Fernández Vara. El que debe irse a su casa cuanto antes es el ministro. No nos lo merecemos.






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