¿POR LA SENDA DEL PASOK GRIEGO ?
El
PSOE parece que quisiera transitar por un camino similar al que recorrió el PASOK
griego. El final del trayecto, como es sabido, desembocaría en la conversión del
partido que más tiempo ha gobernado en España desde el comienzo de la
transición, si no he calculado mal, 22 años, en la tercera o tal vez cuarta
fuerza política española.
Las
críticas públicas de algun@s líderes socialistas contra el nuevo secretario general
recientemente elegido, que irradian al exterior una imagen de división interna,
si no se corrigen de inmediato, es altamente probable que condicionen
negativamente las expectativas de gobierno de los socialistas tanto en el
ámbito local y autonómico como en el nacional.
Desde
que Rodríguez Zapatero perdiera clamorosamente las elecciones generales en noviembre
de 2011 - debido a su desacertado manejo de la crisis y al abandono de su
ideario socialista, asumiendo las políticas “austericidas” de Ángela Merkel,
posiblemente chantajeado con la negativa perspectiva de un rescate europeo - el
partido socialista no ha sido capaz de retornar a sus orígenes de modo que sus
propuestas se diferencien nítidamente de las políticas liberales de los
populares.
Durante la travesía del desierto se optó, acertadamente,
por llevar a cabo un proceso de elecciones primarias para designar a un nuevo
secretario general. Pedro Sánchez resultó elegido en las mismas de una manera
clara y democrática.
A
partir de su nueva responsabilidad el secretario general socialista ha cometido
algunos errores e improvisaciones, fruto quizá de su inexperiencia y de la de
su ejecutiva, pero en general está llevando al partido a una posición de centro
izquierda, que en un ejercicio de “travestismo político” quiere ocupar a toda
costa PODEMOS que empezó en la extrema izquierda radical y ya se proclama
socialdemócrata buscando votos más centrados.
Pedro
Sánchez está tratando de recuperar las señas de identidad del socialismo
español que fueron las que le permitieron ser un partido fuerte en el contexto
político nacional y le llevaron al gobierno de España. El mero hecho de que
Rajoy asegure que el PSOE con Rubalcaba estaba mejor, certifica el acierto del
nuevo líder socialista. En esto no miente el presidente del Gobierno: estaba
mejor pero para sus intereses y los de su partido.
Aunque,
sorprendentemente, el secretario general se está encontrando con resistencias
internas que son injustificables. Por ejemplo, Susana Díaz, que apoyó su
candidatura en las primarias, y que no se sabe a qué juega ahora si a Andalucía
o a España - debería aclarase de una vez por todas y dejarse de símiles
ferroviarios - con su ambigüedad está minando la confianza en el nuevo líder al
que no arropa claramente. Esta situación de discrepancias y división interna
que debería sustanciarse dentro de los órganos del partido y no en los medios
de comunicación como hace ella, puede conducir a un descalabro electoral
mayúsculo.
El
líder socialista tiene una difícil papeleta, ya que ha de hacer frente al mismo
tiempo al PP y a PODEMOS partido al que se pueden desviar muchos votos
socialistas desencantados, así como a los episodios de corrupción que salpican
al partido, especialmente en Andalucía, que no estaban resueltos cuando él
llegó.
Asimismo en los asuntos fundamentales de
Estado parece que va por el buen camino: apoyo a la unidad nacional, modificación
y modernización de la Constitución y tratamiento del problema catalán, asunto
este último muy complejo, así como también en la nueva redacción del artículo
135 de la Carta Magna para asegurar que, además del equilibrio presupuestario y
el pago de la deuda y sus intereses, se garantizan al mismo nivel los derechos
sociales básicos de los españoles. Este es un planteamiento que se corresponde con el ADN de los
socialistas.
También
ha sido honesto indicando que se presentará a las primarias para poder aspirar
a ser el jefe de gobierno y ha animado a otros compañeros a que puedan hacerlo.
Los que estén dispuestos deberían dar el paso adelante y no pretender estar en
misa y repicando.
El
argumento, esgrimido desde la federación socialista andaluza, de que primero
están las elecciones locales y autonómicas y luego ya se verá si se apoya a
Pedro Sánchez para las generales en función de los resultados obtenidos, es una
trampa saducea. Si no se cierran filas ahora, los resultados de los comicios de
mayo pueden ser muy negativos. Y peores serán luego los de las generales. Para
él o para otros aspirantes; incluida Susana Díaz o algún otro tapad@.
Los
barones autonómicos y locales también habrían de mostrar su apoyo y
manifestarse al respecto. Muchos de ellos, por ejemplo Fernández Vara en
Extremadura, están llevando a cabo una encomiable labor. No han de perder de
vista que se juegan los resultados de las elecciones en sus territorios. Y
también el futuro del partido.
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