LA CRUDA REALIDAD DEL DESEMPLEO
Un
análisis pormenorizado de los últimos datos del desempleo en España arroja como
resultado que unas 840.000 personas trabajan 1 hora a la semana y otras 400.000
lo hacen como máximo 10 horas semanales. En ambos casos estas personas figuran
como si fueran ocupados con igual importancia que un trabajador que curre sus
40 horas semanales y tenga un contrato indefinido. Cuentan exactamente lo mismo
de cara a los datos del desempleo.
La
realidad que se deriva de este hecho es que ahora el trabajo de los ocupados
supone 4 millones de horas menos que antes.
Para
que los datos del paro fueran veraces y no se engañara al ciudadano habría de
crearse la figura del “ocupado tipo” que es aquel que trabaja 40 horas semanales
y sería el “standard” para medir el grado de empleo.
Si
se aplicara el baremo anterior a los datos de empleo arriba mencionados, en
lugar de 840.000 ocupados que trabajan 1 hora semanal habría que contabilizar realmente
21.000, 40 veces menos, y en relación con los 400.000 que trabajan 10 horas a
la semana los empleados reales serían 100.000, cuatro veces menos. En resumen
lo que realmente ocurriría es que habría 1.119.000 parados más de los que se
contabilizan.
Claro
que si se hiciera esta cuenta, que yo creo que es la real, al Gobierno se le
caerían los palos del sombrajo y se le vendría abajo toda su teoría de que
estamos creando empleo y que cuando se termine la legislatura habrá menos
parados que cuando ellos llegaron. Midiendo como ellos lo hacen se obtiene el
éxito seguro Y todo eso sin contar la disminución de la población activa por
traslado a otros países.
Si
se observa la calidad del empleo desde el punto de vista de la remuneración,
aparte del descenso salarial generalizado que ha experimentado la mayoría de
los trabajadores ocupados, nos encontramos con que lo que se está creando es un
tipo de empleo que es incapaz de mantener una vida digna, pues con la
remuneración que se percibe por 10 y mucho menos por 1 hora de trabajo semanal
es imposible sostener a una familia.
De
ahí que el 14 % de los trabajadores con empleo se encuentra sumido en la
pobreza, debido a su reducida remuneración, según datos que aportan
organizaciones tan poco sospechosas como Cáritas, refrendado por otro estudio
de CC.OO.
Y
para completar el panorama de trampantojos que se nos ofrecen, en las
afiliaciones a la Seguridad Social se da la paradoja de que si una persona
trabaja en uno o más sitios figura una o más veces como inscrito. Ya me dirán
el tongo y la inexactitud de las cifras de alistados a la misma.
Estas
realidades justifican la discrepancia que hay entre la situación oficial de
“raíces vigorosas” que pregona Rajoy y la situación auténtica de los
trabajadores y desempleados. Hay 2.600.000 parados de larga duración que no
perciben ya ningún tipo de prestación de desempleo y además para otro 14 % de
los ocupados su remuneración es tan reducida que se encuentran sumidos en la
pobreza. Son trabajadores pobres.
Así
que por muchos esfuerzos propagandísticos que haga el Gobierno sobre
crecimiento y mejora de nuestra economía, la realidad en la que se encuentra la
población desmiente un día tras otro las ensoñaciones gubernamentales.
Esperemos
que haya mejoría de verdad. Cuanto antes.
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