ÉBOLA: LOS
PROFESIONALES TOMAN LAS RIENDAS
Tras
una semana de despropósitos en la gestión de la crisis del virus de la
enfermedad del ébola han quedado meridianamente claras dos cosas: la
incompetencia de algunos políticos como Ana Mato y la indecencia de otros como
el consejero de Sanidad de Madrid.
De
la primera porque tiene una falta absoluta de conocimientos y de experiencia
para dirigir la gestión de un tema tan complicado, se puede decir que es una
inepta pero en este caso ha sido decente y al segundo porque ha tratado de
quitarse sus responsabilidades culpando a la auxiliar infectada Teresa Romero
de una manera despiadada y mendaz, se le puede calificar de indecente porque
además es profesional médico. Ambos deberían a estas horas haber presentado su
dimisión o haber sido destituidos. Pero España es así.
Decisiones
clave a adoptar desde el principio de la crisis dada su gravedad, se han
asumido una semana después de que se produjera la primera infección y tres semanas
más tarde de que tuviera lugar la repatriación del primer misionero
posteriormente fallecido.
Y
es que con las cosas de comer no se juega. La creación de un comité técnico
asesor formado por expertos en el tema: médicos, virólogos, bioquímicos o
enfermeros ha dado un giro de 180 grados a la manera de gestionar la crisis y
de resolver el asunto. Y aunque dicho comité está presidido por la
Vicepresidenta, que de medicina sabe más bien poco, pero que es mucho más lista
que la ministra, fíjense si lo será que la primera semana se esfumó, las
decisiones las toman expertos que saben de esta enfermedad, de su gravedad y de
los posibles medios para atajarla.
De
inmediato aquellos protocolos que Ana Mato daba por estupendos, han sido
revisados a fondo para mejorarlos y soslayar sus importantes lagunas, la
formación se ha incrementado así como los medios técnicos e incluso se han
acometido ciertas obras en el hospital Carlos III para que el proceso de ponerse
y quitarse los trajes de seguridad, se haga en mejores condiciones que en el
antro en el que se llevaba a cabo.
Ahora
la información la proporcionan personas preparadas y no políticos de tres al
cuarto, que lo único que buscan es el voto y su supervivencia en la vida muelle
y que con su cinismo y mendacidad están dispuestos a distorsionar la realidad
para sacarle rédito electoral.
Ayer
vi en televisión la información facilitada por dos médicos jóvenes que atienden
a Teresa Romero los cuáles me transmitieron tranquilidad y confianza, lo que
permite asegurar, que a pesar de la clase política tan deplorable de la que disfrutamos,
España tiene profesionales de muy alta cualificación en los que se puede
confiar.
Gracias
a ellos la situación parece controlada y con un poco de suerte y la aplicación
de conocimientos científicos adecuados, la crisis se pueda dar por terminada
con consecuencias mínimas y mantener la tensión y la preparación por si futuros
episodios de infección tuvieran lugar.
Pero
si eso ocurriera, que los políticos se dediquen a hacer política y los técnicos
y los profesionales a lo suyo. Zapatero a tus zapatos.
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