PEDRO SANCHEZ TENDRÁ QUE ARRIESGAR

Si el nuevo Secretario General del PSOE quiere conseguir que su partido empiece a remontar en las encuestas, se mantenga como el referente de las fuerzas políticas de izquierda y llegue a ser alternativa de gobierno, va a tener que caminar por sendas de alto riesgo. Porque si no lo hace así se verá atrapado en el concepto de “casta política”  difundido con gran inteligencia por Podemos, formación a la que esta idea tan simplista le está dando abundantes frutos.

El partido ha de abordar su regeneración ética y para ello tiene que perseguir implacablemente todos los casos de corrupción que le afectan y tomar decisiones drásticas e intrépidas especialmente en relación con los escándalos de los ERE y los Cursos de Formación, expulsando sin contemplaciones a todos los implicados y a aquellos que lo consintieron. Sin excepciones. Aunque sean o hayan sido santones del partido. Y por descontado habilitar los medios precisos para que estos hechos no vuelvan a repetirse.

Ha de propugnar una actuación clara de desmantelamiento de todos los privilegios que ostentan los políticos, eliminándolos y haciendo que la política se convierta en un ejercicio de servicio a la sociedad y no de enriquecimiento. Limitación de sueldos fijando un máximo en relación con el SMI, eliminación de cualquier tipo de ventaja en la jubilación, y supresión de aforamientos serían pasos muy importantes en este sentido. Y exigir austeridad total en las instituciones y en los comportamientos.

También ha de desautorizar inexorablemente, lo ha hecho aunque tímidamente, a algún miembro de la vieja guardia. Me refiero a las insólitas declaraciones de Felipe González que considera que Jordi Pujol no es un corrupto, cuando su propio partido le ha quitado hasta el despacho y todos los honores concedidos en su día. Estas manifestaciones absurdas o interesadas, hacen mucho daño a la credibilidad del PSOE y parecen querer justificar corruptelas acaecidas durante muchos años, alguno con él como Jefe del Gobierno y que no se investigaron. Él sabrá por qué.

Otra cuestión a acometer es que hay que explicar con claridad lo que es el PSOE y donde está situado y mantener el mismo discurso en todo el territorio. El PSOE ha de defender a los trabajadores y a las clases medias castigadas por la crisis, mediante la adopción de un programa electoral que establezca una fiscalidad progresiva y equitativa, pero de verdad no sobre el papel, con medidas concretas de persecución del fraude fiscal; una apuesta por la igualdad entre los ciudadanos y una aguerrida defensa de lo público. Aquí se enmarcarían políticas de inversión pública productiva para generar empleo, acompañadas de una apuesta decidida por la investigación, el desarrollo y la innovación que permita aumentar el bagaje tecnológico de España para poder competir con otros países en igualdad de condiciones y generar empleo especialmente para nuestros jóvenes. La protección de los que están en exclusión social y de nuestros jubilados manteniendo el poder adquisitivo de las pensiones serían líneas de actuación prioritaria.

Además tiene que intervenir en los oligopolios de la energía y de los combustibles para poner en su sitio a la cuadrilla de mangantes que está expoliando a los españoles, de modo que los precios máximos sean fijados por el Estado. Aquí chocará con el gran capital y con los bancos, pero no se vislumbra otro camino.

Y en materia territorial tiene que mantener su concepto de unidad nacional, pero perseverar en la búsqueda de soluciones a los problemas catalán y vasco que están ahí aunque Rajoy parece que no los quiere ver.

 Por cierto, ¿las cabezas pensantes del partido son incapaces de encontrar argumentos para desmontar el mantra de la herencia socialista, al que continuamente aluden los populares? 

Para conseguir todo lo anterior Pedro Sánchez va a tener que dar muchos “palos” y eliminar muchas canonjías dentro y fuera del partido. De su juventud, sensatez y preparación dependen en gran parte los resultados. Pero también de asumir riesgos. Que no serán menores. Y ha de hacerse cuanto antes, porque el tiempo se agota. Y además hay que explicarlo con claridad a los ciudadanos y convencerlos. Pero no hay otra alternativa porque muchos españoles estamos hartos. Y por eso existe y triunfa, de momento, Podemos. Que por cierto vende mucho humo y mucha utopía, o sea proyectos irrealizables, que se están creyendo muchos españoles de buena fe, ya que están indignados y creo que su ofuscación les impide ver la realidad.