ESPE ¿
DELINCUENTE ?
El
diccionario de la RAE (Real Academia Española) define la palabra delincuente
como “que delinque “y el verbo delinquir como “cometer delito”. De acuerdo con
estas acepciones, delincuente es aquel o aquella que comete delito.
La
Audiencia Provincial de Madrid ha dictado un auto en el cual establece que el
episodio protagonizado por Esperanza Aguirre, lideresa actual del PP de Madrid,
relativo al aparcamiento indebido de su vehículo y a su posterior huida en la
Gran Vía madrileña, presenta indicios suficientes para que su instrucción judicial
se lleve a cabo como delito y no como falta.
En
los momentos siguientes al incidente, que terminó con la persecución de los
agentes a la caza y captura del coche de la lideresa, quien huyó hasta su
domicilio después de arrollar a una motocicleta municipal, “Espe” a través de
numerosos medios de comunicación, en una reacción plena de soberbia y de una
falta absoluta de inteligencia, arremetió contra los agentes denunciantes
calificándolos de machistas, de agentes de inmovilidad y de mentirosos al negar
el contenido del atestado levantado por ellos en referencia a dicho incidente.
Más
tarde cuando alguien le hizo ver el craso error cometido, Esperanza Aguirre reculó
y empezó a pedir disculpas y sobre todo a hacerse la víctima utilizando
argumentos tan poco convincentes, como que
es sexagenaria.
Un
buen número de políticos olvidan que son personajes públicos y por ello han de
tener siempre un comportamiento ejemplar e intachable, e imbuidos de una soberbia
y una prepotencia irracionales piensan que por el hecho de ostentar un cargo
público están por encima del bien y del mal, pueden hacer lo que les venga en
gana y la ley no reza para ellos sino para el resto de los ciudadanos. Están
convencidos de que pertenecen a una casta superior de privilegiados a los que
los ciudadanos y también los agentes de la autoridad les deben sumisión y
genuflexión, hagan lo que hagan.
Probablemente
esta soberbia provenga del hecho de que durante una gran parte del tiempo viven
en un entorno de adulación sin límites llevada a cabo por todos aquellos
turiferarios del poder que pretenden la obtención de prebendas y favores de
estos políticos. Como en general, y por desgracia, el nivel de formación y
cultura y también el “cursus honorum” de muchos de nuestros políticos deja
mucho que desear y es bastante endeble, terminan creyéndoselo y convencidos de
que son seres superiores al resto de los mortales. Se consideran intocables y
por eso mantienen comportamientos parecidos a los de la ex presidenta de la
Comunidad de Madrid.
Afortunadamente,
eso sí muy poco a poco, en España se está empezando a poner a los políticos en
su sitio y a perderles el miedo, y por ello muchos jueces y tribunales les
aplican la ley como se haría con cualquier hijo de vecino. Y eso que en el caso
que nos ocupa los agentes de la autoridad actuantes fueron bastantes
comprensivos. Si lo que hizo Espe lo realiza un españolito de a pie, va seguro
al cuartelillo y de allí al calabozo por algunas horas. Hasta aclarar el
asunto.
Veremos
en que queda todo al final. Pero si el juzgado estima que hay delito, como ha
ocurrido recientemente en casos parecidos, aunque en otros parece ser que se ha
sentenciado lo contrario, a Espe le pueden caer entre seis meses y un año de
prisión. Que no cumpliría porque no tiene antecedentes. Pero que sería un aviso
a navegantes para el resto de los políticos que se tentarían la ropa antes de
cometer actos de prepotencia como el de la lideresa. En todo caso se la condene
como delito o como falta es muy probable que sea el final de su carrera
política. Un final poco ejemplar. Pero la vida es así. Y en política hay que
ser humilde. Porque el que se humilla será ensalzado. Como predicó Jesús y
recogen los evangelios.
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