miércoles, 10 de septiembre de 2014

ESPE ¿ DELINCUENTE ?

El diccionario de la RAE (Real Academia Española) define la palabra delincuente como “que delinque “y el verbo delinquir como “cometer delito”. De acuerdo con estas acepciones, delincuente es aquel o aquella que comete delito.

La Audiencia Provincial de Madrid ha dictado un auto en el cual establece que el episodio protagonizado por Esperanza Aguirre, lideresa actual del PP de Madrid, relativo al aparcamiento indebido de su vehículo y a su posterior huida en la Gran Vía madrileña, presenta indicios suficientes para que su instrucción judicial se lleve a cabo como delito y no como falta.

En los momentos siguientes al incidente, que terminó con la persecución de los agentes a la caza y captura del coche de la lideresa, quien huyó hasta su domicilio después de arrollar a una motocicleta municipal, “Espe” a través de numerosos medios de comunicación, en una reacción plena de soberbia y de una falta absoluta de inteligencia, arremetió contra los agentes denunciantes calificándolos de machistas, de agentes de inmovilidad y de mentirosos al negar el contenido del atestado levantado por ellos en referencia a dicho incidente.

Más tarde cuando alguien le hizo ver el craso error cometido, Esperanza Aguirre reculó y empezó a pedir disculpas y sobre todo a hacerse la víctima utilizando argumentos tan poco convincentes,  como que es sexagenaria.

Un buen número de políticos olvidan que son personajes públicos y por ello han de tener siempre un comportamiento ejemplar e intachable, e imbuidos de una soberbia y una prepotencia irracionales piensan que por el hecho de ostentar un cargo público están por encima del bien y del mal, pueden hacer lo que les venga en gana y la ley no reza para ellos sino para el resto de los ciudadanos. Están convencidos de que pertenecen a una casta superior de privilegiados a los que los ciudadanos y también los agentes de la autoridad les deben sumisión y genuflexión, hagan lo que hagan.

Probablemente esta soberbia provenga del hecho de que durante una gran parte del tiempo viven en un entorno de adulación sin límites llevada a cabo por todos aquellos turiferarios del poder que pretenden la obtención de prebendas y favores de estos políticos. Como en general, y por desgracia, el nivel de formación y cultura y también el “cursus honorum” de muchos de nuestros políticos deja mucho que desear y es bastante endeble, terminan creyéndoselo y convencidos de que son seres superiores al resto de los mortales. Se consideran intocables y por eso mantienen comportamientos parecidos a los de la ex presidenta de la Comunidad de Madrid.

Afortunadamente, eso sí muy poco a poco, en España se está empezando a poner a los políticos en su sitio y a perderles el miedo, y por ello muchos jueces y tribunales les aplican la ley como se haría con cualquier hijo de vecino. Y eso que en el caso que nos ocupa los agentes de la autoridad actuantes fueron bastantes comprensivos. Si lo que hizo Espe lo realiza un españolito de a pie, va seguro al cuartelillo y de allí al calabozo por algunas horas. Hasta aclarar el asunto.


Veremos en que queda todo al final. Pero si el juzgado estima que hay delito, como ha ocurrido recientemente en casos parecidos, aunque en otros parece ser que se ha sentenciado lo contrario, a Espe le pueden caer entre seis meses y un año de prisión. Que no cumpliría porque no tiene antecedentes. Pero que sería un aviso a navegantes para el resto de los políticos que se tentarían la ropa antes de cometer actos de prepotencia como el de la lideresa. En todo caso se la condene como delito o como falta es muy probable que sea el final de su carrera política. Un final poco ejemplar. Pero la vida es así. Y en política hay que ser humilde. Porque el que se humilla será ensalzado. Como predicó Jesús y recogen los evangelios.

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