¿SE HA EQUIVOCADO PEDRO SÁNCHEZ?

Los medios de comunicación españoles que actúan al dictado de la derecha y sorprendentemente algún otro más  ¿independiente? como El País, no han tardado ni tres días en tirar a degüello al futuro secretario general electo del PSOE, Pedro Sánchez. La excusa ha sido la orden dada por éste a los eurodiputados socialistas españoles para que emitieran su voto en contra de la investidura del conservador Juncker como presidente de la Comisión Europea.

Argumentan estos turiferarios del poder, que la posición del futuro secretario general socialista es coincidente con la de la extrema derecha europea representada por la francesa Le Pen y por el inglés Nigel Farage que tampoco apoyaron la investidura. Como ven el razonamiento es de lo más pedestre y tiene poco fuste y recorrido. Tampoco votaron a favor los laboristas ingleses y eso no quiere decir que sostengan las posiciones de la extrema derecha. Es perfectamente compatible no apoyar esta investidura y no estar de acuerdo ni con la extrema derecha, ni con la extrema izquierda.

Lo que ha ocurrido en la Comisión Europea es un trasunto de lo que pasa en Alemania en donde hay un pacto de los conservadores de Merkel con los socialdemócratas de Schulz para gobernar allí, el cual se ha repetido en la Comisión. Y esto se quiera o no es un enjuague. La derecha no es lo mismo que la izquierda o si me apuran que el centro izquierda que es donde estimo se sitúa Pedro Sánchez.

Durante su campaña a la elección como secretario general del PSOE, Sánchez siempre propugnó su oposición a la elección de Juncker y en este sentido ha actuado de un modo coherente. Lo mismo deben pensar los muchos militantes socialistas que votaron sus propuestas. Pero es que además los otros dos candidatos Madina y Pérez Tapias propugnaban lo mismo. Habría que deducir, con las cautelas precisas, que ese era también el pensamiento de todos los militantes socialistas que han votado en la elección de secretario general. Y son prácticamente los dos tercios del censo. Resumiendo que la militancia socialista no apoyaba la investidura de Juncker.

Yo creo que la posición de Pedro Sánchez ha sido coherente con lo que ha mantenido durante la campaña y esto en principio es importante. Los pactos tactistas como los que se han hecho en la UE o en Alemania tienden a confundir la derecha con la izquierda y esto no es bueno. Esos pactos sólo son justificables en situaciones de emergencia nacional.

La derecha y la izquierda no son la misma cosa. Es imposible cohonestar las políticas ultraliberales de la derecha con las políticas socialdemócratas. Y esto hay que ponerlo de manifiesto ante los electores. Si no se hace así los votantes entenderán que da lo mismo, que esto es una casta que lo único que quiere es su supervivencia y que, en consecuencia, lo mejor es abstenerse o votar a Podemos que sí marca diferencias.

Es posible que a Pedro Sánchez alguien pueda criticarle esta orden porque existieran anteriores compromisos con otros socialistas europeos y en este sentido pudiera haberse equivocado. Pero ha defendido su posición con coherencia. Y además el voto negativo no ha afectado al resultado que se habría convenido previamente. Con lo cual han quedado a salvo los objetivos previstos en ese hipotético compromiso.

A partir de ahora habrá que definir posiciones. A España y al PSOE le interesan políticas socialdemócratas que traten de restaurar las heridas causadas por políticas antisociales como las aplicadas por Rajoy y los conservadores europeos. Y en la medida que esas políticas de corte social puedan ser llevadas a cabo por Juncker, los eurodiputados socialistas españoles habrán de apoyarlas. Pero eso es una cosa y otra muy distinta entregarle a Juncker, de salida, un cheque en blanco.

Así que, en mi opinión, Pedro Sánchez ha sido coherente y ha acertado. Pues ha marcado posiciones. A partir de ahora deberá estar muy atento para no errar. Tendrá que hilar muy fino. Pero la izquierda no es igual que la derecha. Y esa diferencia hay que hacerla patente ante los electores. Para que cada cual se identifique con lo que se acerque más a sus ideales y vote en consecuencia. Y al que Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.