miércoles, 9 de julio de 2014

DON ALFREDO

Esta entrada del blog es un modesto homenaje de un seguidor del Real Madrid al mejor jugador de la historia del club.

La verdad es que no sé por qué razones soy seguidor del Real Madrid desde niño. Yo tenía desde pequeño pasión por esos colores y por ese equipo de modo que hasta mi cepillo de dientes y el vaso complementario eran blancos.

La primera vez que acudí al Estadio Santiago Bernabéu, más conocido entonces como Chamartín, fue de la mano de mi padre, gran aficionado al fútbol. Asistimos a un torneo denominado Copa Latina, en junio de 1957, en el que participaban junto al equipo anfitrión, el Benfica portugués, el Milán italiano y el Saint Etienne francés. Eran los campeones de sus respectivas ligas nacionales los equipos que disputaban esta Copa.

El Madrid había goleado al Milán por 5-1 en la semifinal y jugaba la final contra el Benfica, que se había desecho del Saint Etienne galo. En la final contra el equipo luso, en aquel tiempo uno de los equipos punteros de Europa, en el que militaban grandes estrellas como Coluna o el delantero centro Aguas, Don Alfredo, Alfredo Di Stéfano, el mejor jugador que ha tenido el Real Madrid en su historia, sólo se le acerca Cristiano Ronaldo otro fuera de serie, hizo un partido genial.

Sus galopadas por todo el campo hacían vibrar a las gradas blancas. En un momento dado y a unos cuarenta metros de la portería rival enganchó una volea a la media vuelta que se coló por la escuadra del portero luso, Bastos, un gran guardameta. Este fantástico gol dio el triunfo a los madridistas en la final. Fue el gol más espectacular que he visto en mi vida. Un golazo de un superdotado.

Desde entonces seguí a Di Stéfano en sus actuaciones en directo, por radio o por la televisión que ya empezaba a generalizarse y sus Copas de Europa de las que ganó cinco.

Cuando abandonó el Madrid, después de algunas diferencias con Don Santiago, otro crack y otro carácter como Don Alfredo, el Madrid se había transformado de un equipo ramplón cuando él llegó, en el mejor equipo de Europa cuando se fue.

Di Stéfano fue la levadura que consiguió este cambio de mentalidad en el club y en sus futbolistas. Hizo jugar como los ángeles a Kopa, Rial, Gento incluso a Pancho Puskas, un goleador nato. E inculcó una mentalidad ganadora al equipo. Alguien que procedía del otro lado del Atlántico consiguió el milagro.

El Madrid tuvo el gran acierto de no dejar escapar a Don Alfredo y reintegrarlo al club como entrenador primero y más tarde como presidente de honor. Y es que este genial jugador había sido la palanca que había levantado al Real Madrid a lo más alto. Y se merecía el puesto de presidente honorífico de la institución. Más que nadie.

Su carácter irónico, socarrón y dicharachero de fácil verbo y muchas veces políticamente incorrecto, le creó una aureola de respeto a sus opiniones y juicios que fueron la mayor parte de las veces acertados.


Y es que un hombre que argumenta que: “un solo jugador no es mejor que todos los otros juntos” aparte de una persona humilde, es un genio. Descanse en paz. 

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