viernes, 4 de diciembre de 2015

PODEMOS: LO QUE VA DE AYER A HOY

Una de las frases más populares del inefable Groucho Marx sentenciaba: Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros. Pues bien PODEMOS no ha dejado de aplicar este modo de actuación desde sus orígenes.

Si se analizan los cambios sobrevenidos en un plazo de alrededor de un año en el ideario político de PODEMOS, uno no puede menos de sentirse perplejo porque son transformaciones de un gran calado que sólo pueden explicarse desde un electoralismo puro y duro.

Si se compara aquello que propugnaba esta formación en el no tan lejano 15 M con lo que defiende ahora, se puede comprender que estén abandonando el partido muchos de sus seguidores originarios y que surjan discrepancias de fondo entre algunos dirigentes, aunque el caudillismo de Iglesias trate de taparlas.

De un partido asambleario cuyas decisiones se tomaban por votación popular se ha pasado a un partido absolutamente jerarquizado, en el que el líder domina con mano férrea el aparato creado a su imagen y semejanza. Del partido inicial nacido en las concentraciones de la Puerta del Sol y en las mareas, sólo se mantiene incólume la coleta del líder.

Si uno compara la posición política inicial de PODEMOS que era la correspondiente a una izquierda radical, laica, antimilitarista, con sus ojos puestos en regímenes totalitarios como Venezuela, luchadores infatigables contra los desahucios, que propugnaban el impago de la deuda pública, la jubilación a los 60 años o menos, una renta básica para todo bicho viviente, la eliminación de la casta y los privilegios de los políticos y de los partidos, la lucha infatigable contra la corrupción y cuyo ejemplo más paradigmático era Syriza en Grecia, con los actuales planteamientos, comprobará que se ha pasado sin solución de continuidad a posiciones contradictorias con las inicialmente mantenidas.

Ya no queda prácticamente nada de aquellos principios novedosos que encandilaron a parte de los ciudadanos azotados por la crisis y a los que los partidos del bipartidismo no fueron capaces de solucionar adecuadamente sus problemas.

Estos drásticos cambios de postura son cuando menos un engaño a su electorado primigenio que defendía todo lo contrario a lo que ahora parece defender esta formación.
PODEMOS se ha convertido en un partido acomodaticio, uno más de la casta tan denostada por ellos, que ha dejado su ideología para buscar el voto a toda costa y el poder como único objetivo y que utiliza todos los medios incluso el de abjurar de sus principios con tal de ascender en las encuestas.

Los desahucios ya no son tan urgentes ni prioritarios. Ada Colau en Barcelona asegura “que hace lo que puede” y está siendo criticada por la Plataforma de la que ella fue líder principal. Y es que una cosa es predicar y otra es dar trigo.

Iglesias se ha hecho seguidor acérrimo del papa Francisco con tal de pillar votos entre los católicos acongojados por la crisis y que siguen inmersos en ella. Eso supone una cierta identificación con la Iglesia Católica tan denostada por ellos por su orígenes anticlericales y laicos.

A Syriza ya ni se la nombra y eso que era el modelo a seguir en España por PODEMOS. A Tsipras no le quedó más remedio que tragarse el sapo de vender sus principios para ser rescatado por la UE, haciendo todo lo contrario de lo que decía y prometía a los griegos que le votaron de buena fe.

Se mantiene lo de las puertas giratorias pero ya con menos énfasis. Esto de las puertas giratorias ya lo utilizaron Errejón y Monedero en una versión distinta y más suave. Se aprovecharon de su condición de profesores universitarios para hacer trabajos presuntamente incompatibles.

Las jubilaciones ya no serán a los 60 años o menos. La cosa cambia y ya hablan de 65 años. Lo mismo que hay ahora.

Y en el colmo del travestismo político fichan al JEMAD de Zapatero, que fue la cúspide de los militares españoles en su momento. Menos mal que son pacifistas, que si no. Todo esto aderezado con la incorporación de algunos magistrados - a alguno de ellos la fiscalía le está buscando las vueltas por algún asunto rarillo -  que da la impresión que quieren aprovechar la ocasión para salir en la foto. Lo de estos jueces también podría considerarse como puertas giratorias.

Y es que un partido para ser creíble ha de ser congruente con sus principios ideológicos y no estarlos cambiando continuamente con el objetivo de obtener el poder al precio que sea. Un partido de izquierda radical no puede, de la noche a la mañana, cambiar su piel de lobo por la de cordero para pasar por ser un partido de centro.

En resumen que PODEMOS ha sustituido a Karl Marx por Groucho Marx. Veremos en las urnas cuáles son los resultados de la permuta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario