TODOS GANAN,
NINGUNO PIERDE.
Lo
más sorprendente de un proceso electoral es que todos los partidos aseguran que
han salido victoriosos en los comicios. Es asombrosa esta facilidad para
proclamarse vencedor. Hay un dicho que sentencia: la victoria tiene múltiples
padres, mientras que la derrota es huérfana.
Terminadas
las recientes elecciones generales los jerarcas del PP están muy contentos
porque han ganado. Y es una verdad incuestionable. En un balcón de Génova
botaban de alegría. La realidad es que en la batalla electoral han perdido más
de 3.651.000 votos, 63 escaños y un 15,91 % de los sufragios obtenidos en 2011.
Es el peor resultado de los populares desde 1989. Su victoria puede calificarse
como pírrica. Con la composición
resultante del Congreso van a tener muy difícil poder formar un gobierno
estable. Como consuelo tiene mayoría absoluta en el Senado lo que le da
posibilidad de bloqueo de modificaciones constitucionales. Las tropelías que
durante cuatro años ha cometido esta formación contra la clase media y contra
los trabajadores con sus reformas fiscal y laboral, así como la corrupción
ampliamente extendida en su seno le han pasado una factura muy cara.
Al
PSOE le ha ocurrido algo parecido pero más suave. Ha salvado los muebles y
obtenido el segundo lugar pero a costa de perder más de 1.327.000 votos, 20 escaños
y el 6,75 % de los sufragios obtenidos en 2011. Es el peor resultado de la
historia socialista. Pues bien su líder sostiene que ha hecho historia. Será
que tenía pensado perder todavía más. También le será prácticamente imposible
formar un gobierno coherente con fuerzas de izquierda. Un pacto con PODEMOS
puede ser de alto riesgo para el PSOE. La corrupción andaluza y la falta de
apoyos explícitos a Pedro Sánchez por parte de destacados socialistas, junto a unos
asesores nefastos ¿dónde los habrán buscado?, han traído estos lodos. Por
cierto Susana Díaz ha sufrido un severo correctivo en Andalucía cediendo 3
escaños. Por lo tanto menos ínfulas. Los socialistas habrían de reflexionar
seriamente sobre estos resultados y su desastrosa posición en Madrid y
Cataluña.
A
Izquierda Unida le ha pasado tres cuartos de lo mismo. Ha perdido más de 762.000
votos, 9 escaños y un 3,25 % de los sufragios. No podrá formar grupo parlamentario
propio. Sólo tiene una atenuante: sus escaños son los más caros del mercado:
más de 450.000 votos cada uno. Debería revisarse la ley electoral.
UPyD
injustamente, ha desaparecido del mapa político. Los ciudadanos no han valorado
su decidida lucha contra la corrupción y su transparencia. Un protagonismo
desmesurado de su fundadora puede que haya traído esta catástrofe. Una pena.
Y
ahora vamos con los nuevos. PODEMOS con su marca individual ha fracasado en
toda la línea aunque ellos lo venderán como un éxito. Bajo la piel de cordero
de su líder han logrado 3.181.952 votos (por encima de 300.000 menos que
Ciudadanos) traducidos en 42 escaños y el 12,7 % de los sufragios. Si se les
suman los obtenidos en sus coaliciones hábilmente diseñadas en Galicia,
Cataluña y País Vasco sumarían 69 escaños, bastante lejos del PSOE al que
pretendían desbancar. No lo han logrado ni en votos ni en escaños. Con la
desfachatez y la prepotencia que le caracterizan su líder se vendía en la noche
electoral como el artífice del cambio. ¡Que Dios nos asista¡ Este líder iba para
jefe de gobierno y ha quedado en tercer lugar, y eso teniendo en cuenta las
coaliciones que se ha sacado de la manga, pero se proclama vencedor absoluto.
Mucho ojo porque su objetivo puede ser que haya nuevas elecciones. De ahí las
líneas rojas que le ha puesto al PSOE para hacer que el pacto entre estas
formaciones sea imposible.
Y
por último Ciudadanos ha sido víctima de su bisoñez. Llevaba una campaña
bastante bien enfocada con gente joven y centrada: Rivera, Arrimadas, Begoña
Villacís o Garicano que parecen valores sólidos. Algunas meteduras de pata en
la última semana de campaña han echado por tierra parcialmente lo que podía
haber sido un éxito notable. Me imagino que habrán sacado consecuencias de
ello. Pero son un partido con ciertas posibilidades. Sus más de 3.500.000 votos
(más de 300.000 votos que la marca PODEMOS) y sus 40 escaños que corresponden a
un voto del 13,93 % así lo atestiguan.
Los
partidos nacionalistas ERC, PNV o el nuevo de Más han perdido protagonismo y su
actuación puede que ya no sea decisiva, aunque con el batiburrillo que hay y
los posibles pactos, lo mismo en alguna combinación pueden ser necesarios.
Pero
insisto lo que más me ha sorprendido es que todos se consideran ganadores. Así
da gusto. De victoria en victoria hasta la derrota final.
Feliz Navidad y gracias
por dedicarme parte de vuestro tiempo. Volveré en 2016.
Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dices sobre las últimas elecciones.
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