CAMINANDO HACIA
ATRÁS
¿Quo
Vadis, Hispania? Pues caminando para atrás,
retrocediendo hacia mediados del siglo XX. Hacia allí nos conduce la mayoría absoluta del
PP, que además de generar una gran desigualdad en la riqueza, nunca vista en
los tiempos de nuestra juvenil democracia, está prostituyendo a ésta en sus
principios democráticos en plena juventud.
Los
datos que son irrefutables, a pesar del interesado optimismo de nuestros gobernantes,
son claramente negativos. Es inaudito y llega al colmo del cinismo que presuman
de sus logros, asegurando además que estamos en la buena dirección.
Han conseguido que en el tiempo transcurrido
de esta legislatura el número de desempleados (según la EPA, único indicador
homologado en Europa) haya pasado de 5,273 Millones en diciembre de 2011 a
5,896 en el final de 2013. O sea 623.000 parados más. La tasa de desempleo ha
subido del 22,85 % al 26,03 %. El número de afiliados a la Seguridad Social ha
decrecido en 1.049.000 cotizantes y el número de hogares con todos sus miembros
en paro se ha incrementado en 257.000.
Una
de las consecuencias ha sido que la ratio de la riqueza entre el 20 % de los
que más tienen y el 20 % de los que menos poseen ha pasado de 5,5 en 2008 a 7,2
en 2013. En el resto de nuestro entorno europeo su valor está entre 4,3 y 5,5.
Hasta Portugal está mejor. Todas las naciones han mantenido o han disminuido el
montante de esta ratio. Menos nosotros. Se deduce que la crisis en España, como
siempre, ha favorecido a los poderosos. Otra consecuencia es que más de 3
millones de españoles están en la pobreza absoluta.
Y
para colmo en un escenario de recortes sin cuento: sanidad, educación,
pensiones y atenciones sociales, la deuda pública ha aumentado desde el 72 %
del PIB en diciembre de 2011 hasta casi el 95 % del PIB en diciembre de 2013.
Un 23 % de incremento en sólo dos años, el cual resulta insólito e
inexplicable. ¿Seguro que esta dirección es la adecuada?
Si
analizamos la evolución de nuestra calidad democrática el camino recorrido nos
conduce, decididamente, hacia la involución. Una reforma laboral con pérdida de
derechos fundamentales de los trabajadores y notable reducción de sus salarios,
destrucción de la clase media, una ley del aborto retrógrada y clerical que hasta
conspicuos dirigentes del PP la contestan y como remate una ley de seguridad
ciudadana, que aparte de innecesaria, pues la violencia en las manifestaciones
ciudadanas es mínima como indican las estadísticas, recuerda mucho los tiempos
del franquismo. Todo esto aderezado de una manipulación intolerable de los
órganos directivos del poder judicial y de la mayoría de los medios de
comunicación, con el objetivo primordial de salvar la cara a los corruptos y como
final un adoctrinamiento, que recuerda el nacional catolicismo, implícito en la
ley de educación del inefable Wert.
Como
puede deducirse caminamos hacia la pobreza económica y democrática. Y no se ve
indicador claro de que esto pueda cambiar a corto plazo. En las próximas
elecciones los españoles tendrán que expresar lo que piensan de todo esto. Ya
veremos lo que pasa.
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