lunes, 3 de febrero de 2014

CAMINANDO HACIA ATRÁS

¿Quo Vadis, Hispania?  Pues caminando para atrás, retrocediendo hacia mediados del siglo XX.  Hacia allí nos conduce la mayoría absoluta del PP, que además de generar una gran desigualdad en la riqueza, nunca vista en los tiempos de nuestra juvenil democracia, está prostituyendo a ésta en sus principios democráticos en plena juventud.

Los datos que son irrefutables, a pesar del interesado optimismo de nuestros gobernantes, son claramente negativos. Es inaudito y llega al colmo del cinismo que presuman de sus logros, asegurando además que estamos en la buena dirección.

 Han conseguido que en el tiempo transcurrido de esta legislatura el número de desempleados (según la EPA, único indicador homologado en Europa) haya pasado de 5,273 Millones en diciembre de 2011 a 5,896 en el final de 2013. O sea 623.000 parados más. La tasa de desempleo ha subido del 22,85 % al 26,03 %. El número de afiliados a la Seguridad Social ha decrecido en 1.049.000 cotizantes y el número de hogares con todos sus miembros en paro se ha incrementado en 257.000.  

Una de las consecuencias ha sido que la ratio de la riqueza entre el 20 % de los que más tienen y el 20 % de los que menos poseen ha pasado de 5,5 en 2008 a 7,2 en 2013. En el resto de nuestro entorno europeo su valor está entre 4,3 y 5,5. Hasta Portugal está mejor. Todas las naciones han mantenido o han disminuido el montante de esta ratio. Menos nosotros. Se deduce que la crisis en España, como siempre, ha favorecido a los poderosos. Otra consecuencia es que más de 3 millones de españoles están en la pobreza absoluta.

Y para colmo en un escenario de recortes sin cuento: sanidad, educación, pensiones y atenciones sociales, la deuda pública ha aumentado desde el 72 % del PIB en diciembre de 2011 hasta casi el 95 % del PIB en diciembre de 2013. Un 23 % de incremento en sólo dos años, el cual resulta insólito e inexplicable. ¿Seguro que esta dirección es la adecuada?

Si analizamos la evolución de nuestra calidad democrática el camino recorrido nos conduce, decididamente, hacia la involución. Una reforma laboral con pérdida de derechos fundamentales de los trabajadores y notable reducción de sus salarios, destrucción de la clase media, una ley del aborto retrógrada y clerical que hasta conspicuos dirigentes del PP la contestan y como remate una ley de seguridad ciudadana, que aparte de innecesaria, pues la violencia en las manifestaciones ciudadanas es mínima como indican las estadísticas, recuerda mucho los tiempos del franquismo. Todo esto aderezado de una manipulación intolerable de los órganos directivos del poder judicial y de la mayoría de los medios de comunicación, con el objetivo primordial de salvar la cara a los corruptos y como final un adoctrinamiento, que recuerda el nacional catolicismo, implícito en la ley de educación del inefable Wert.


Como puede deducirse caminamos hacia la pobreza económica y democrática. Y no se ve indicador claro de que esto pueda cambiar a corto plazo. En las próximas elecciones los españoles tendrán que expresar lo que piensan de todo esto. Ya veremos lo que pasa.

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