EL TARIFAZO
ELÉCTRICO EN LOS REGADÍOS
La
publicación de la Orden ITC 1857/2008 de 26 de junio (BOE de 28 de junio de 2008)
supuso la liberalización del mercado eléctrico en los regadíos y la
desaparición, a partir de su entrada en vigor, de las tarifas especiales para
riegos agrícolas (R0, R1, R2 y R3) vigentes hasta entonces.
En contra de las promesas de la Administración de
que se producirían bajadas en las tarifas eléctricas como consecuencia del proceso
de la liberalización, la realidad ha supuesto unos desmesurados incrementos en
los precios de la energía eléctrica en nuestros regadíos.
Como ejemplo en la tarifa 6.1 el importe del Término
de Potencia ha experimentado un incremento del 1.255 % entre 2007 en que
estaban vigentes las tarifas especiales de riego y el 2013. Para las tarifas
6.2 y 6.3 estos incrementos han sido del 707 y del 627 % respectivamente. Con
los aumentos de coste que ha experimentado el Término de Energía, la realidad
es que la tarifa eléctrica del riego ha aumentado al menos en un 80 %.
Todo esto ha producido que el margen de rentabilidad
de las explotaciones de riego cuando estos son presurizados o por gravedad con
elevación previa, se haya reducido drásticamente de modo que muchas de ellas
están dejando de ser viables.
La Administración y especialmente el Ministerio de
Industria, artífice del disparate eléctrico que padecemos, están haciendo oídos
sordos a las justas peticiones de los regantes de que se busquen soluciones,
que las hay, para reducir el importe de las tarifas. Ante esta actitud de
sordera permanente, la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE)
ha convocado para el día 26 de febrero concentraciones en las Delegaciones del
Gobierno donde se ubican las Confederaciones Hidrográficas y en otras con regadíos
importantes.
El Gobierno debería ser consciente de la necesidad incuestionable
del regadío para nuestra nación. Sin él se vería seriamente en entredicho
nuestro abastecimiento alimentario que en cualquier país es considerado un tema
estratégico, así como nuestro sector exterior, pues nuestras exportaciones
agroalimentarias son unas de los más importantes en la configuración de
nuestras ventas exteriores.
Hay soluciones que pasan por tener en cuenta las
especificidades eléctricas del regadío, que sólo utiliza la potencia durante 6
o 7 meses, con lo que se podían hacer contratos temporales sin penalización,
adaptar la potencia pues de esos meses en sólo dos de ellos se utiliza la
potencia máxima, bajar el IVA al 10 % porque la tarifa eléctrica ya está
gravada con un impuesto eléctrico y considerar como P6 el consumo en julio (mes
de máximo consumo).
Y si no que se vuelvan a poner en marcha las tarifas
especiales de riego, que por algo existían. Los regantes fueron engañados con
su desaparición y no se merecen este maltrato, que les ha llevado a
manifestarse, cosa que suelen hacer sólo en ocasiones excepcionales. Y esta es
una de ellas.
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