lunes, 17 de febrero de 2014

LA HUELLA HÍDRICA: UN NUEVO CONCEPTO SOBRE EL USO DEL AGUA

La huella hídrica (water footprint) concepto de reciente introducción en los ámbitos científicos relacionados con el agua, puede llegar a convertirse en una nueva vía de concienciación ciudadana respecto de su consumo, además de revelarse como un elemento válido de comparación respecto de su uso, entre países, regiones y también entre personas. 

El término huella hídrica, fue acuñado por primera vez en el año 2002 por Arjen Hoekstra. La huella hídrica la definió Hoekstra como el volumen de agua necesario para la obtención de los productos y servicios consumidos por los habitantes de un país (o de una región o por una persona). Relacionado con este concepto y necesario para poder obtener su valor, está el de agua virtual (virtual water) introducido por Allan en 1993, que se define como el volumen de agua necesario para obtener un producto o facilitar un servicio determinado. En resumen la huella hídrica sería un sumatorio de aguas virtuales al nivel que se establezca (país, región o individuo).

En el ámbito de un país, la huella hídrica se obtiene sumando, con su signo, los valores de la Huella Hídrica Interna y de la Huella Hídrica Externa. La primera comprendería la adición del volumen de agua necesario para obtener los productos agrícolas, el que demandan los usos industriales y el correspondiente a los usos domésticos, de la que se deduciría el agua virtual exportada a otros países. La segunda reflejaría el balance entre el agua importada del exterior por el país (productos agrícolas, industriales o servicios) y la reexportada por éste una vez importada.

Examinemos algunos valores destacados de la huella hídrica. Su cuantía a nivel mundial se estima en 7.450 Gm3 por año, lo que supone un valor medio de 1.240 m3 por persona y año. En Estados Unidos, el país del mundo con mayor huella hídrica,  alcanza los 2.480 m3 por persona y año. En los países del sur de Europa su valor oscila entre 2.300 y 2.400 m3 por habitante y año. Se da una correlación positiva entre el valor de la huella hídrica y el PIB de un país, debido al mayor nivel de consumo de productos y servicios de una nación desarrollada.

Veamos datos del agua virtual de algunos productos: 1 Kg. de maíz necesita 900 l de agua para su producción, 1 Kg. de carne de vacuno 16.000 l de agua, 1 l de leche 1.000 l de agua, 1 hoja de papel A4 (80 g/m2) 10 l. Una taza de café o un vaso de vino de (125 ml) necesitan 140 l y 120 l. de agua respectivamente para su obtención.


La conclusión más importante a obtener en relación con este nuevo concepto, es que deberíamos tratar de reducir el valor de nuestra huella hídrica todo lo posible, dado que el agua es un recurso limitado y muchas veces escaso. Por ello hemos de concienciarnos, todos los ciudadanos, de la necesidad de realizar un consumo racional y eficiente del agua en todos los usos y momentos de nuestra vida, con objeto de disminuir todo lo posible el montante de nuestra huella hídrica o lo que es igual el de nuestro consumo de agua.  

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