PLASENCIA
Y LA ALTA VELOCIDAD
En
la época de mi adolescencia, hace ya muchos años, por mi ciudad natal, se
cantaba una canción popular que decía así: Plasencia ya no es Plasencia, que es
una gran población, tiene obispo y “toa” la h…. y hasta coche a la estación
(del ferrocarril.)
Por
lo visto el presidente Vara no es de la opinión de que Plasencia sea una gran
población como decía la canción. Según sus desafortunadas palabras el nuevo
Alvia no parará en Plasencia porque la alta velocidad no puede parar en todos
los pueblos. Para el presidente de la Junta, la cuarta ciudad de Extremadura en
número de habitantes y sus comarcas son un pueblo.
Plasencia
hoy día es una ciudad espléndida de 40.000 habitantes ubicada en una posición
estratégica, en el cruce de las autovías A 66 y EX A1, y es el centro de un
territorio formado por comarcas de una gran riqueza, como los valles del Jerte,
Ambroz, Alagón, La Vera, Campo Arañuelo, Las Hurdes y sierra de Gata, siendo la
capital natural de este “hinterland” tan importante del norte de Cáceres.
Cometiendo
un gravísimo error puesto que rompía la vertebración ferroviaria entre el norte
y el sur sin pasar por Madrid, el gobierno de España, en 1985 suprimió el
servicio de viajeros y en 1995 el de mercancías en la vía férrea Ruta de la
Plata en el tramo comprendido entre Plasencia y Astorga, desmantelándose posteriormente
esta infraestructura.
La
estación de Plasencia – Ciudad ubicada en el casco urbano quedó, a partir de
entonces, en un fondo de saco pues para acceder a ella hay que desviarse de la
vía principal a Madrid y Cáceres mediante un “by pass” que lleva desde
Monfragüe a Plasencia y desde aquí retorna a la línea principal hacia Mirabel.
Cuando
se proyectó la Línea de Alta Velocidad de Extremadura, que inicialmente iba a
ser la del AVE Madrid – Lisboa, en las estaciones que quedaban en fondo de saco
como la de Plasencia, se proyectaron unas nuevas ubicaciones en la línea de
alta velocidad, que posteriormente y sin dar explicaciones se han suprimido,
procediéndose a un acondicionamiento de las antiguas.
La
nueva estación de Plasencia en la línea de alta velocidad, creo que iba situada
en el paraje de Fuentidueñas - Retortillo, a unos 9 km del centro de la ciudad
y en las proximidades del cruce de las autovías A66 y EX A1, y se uniría por un
servicio de autobuses o lanzaderas con el centro urbano.
Esta
ubicación nueva evitaría la pérdida de tiempo que para los nuevos trenes Alvia
S-730 que darán servicio a la línea Madrid – Badajoz supondría la entrada en el
fondo de saco de la estación antigua de Plasencia. Este tiempo adicional se
estima que sería alrededor de 30 minutos, lo que supondría un sensible retraso
para los convoyes. Precisamente la ventaja de los trenes de alta velocidad, es
la reducción de tiempos.
Hace
unos días fue inaugurado a bombo y platillo, con la presencia de la ministra de
Transporte y otras autoridades, el tramo Plasencia – Badajoz, servido por
trenes Alvia, que partieron de la capital placentina. A partir del 19 de julio,
sólo se proporcionará un servicio por sentido a Madrid mediante estos trenes. Y
este convoy de altas prestaciones resulta que no entrará en Plasencia – Ciudad.
Parará en Monfragüe: un apeadero en medio del campo sin condiciones para los
viajeros. De modo que los usuarios placentinos han de trasladarse a dicha
estación en autobús si quieren abordar el Alvia.
Sí
que habrá algunos servicios desde Plasencia – Ciudad, pero se prestará mediante
convoyes Intercity o de Media Distancia que ya circulaban con anterioridad y
que tantos quebraderos de cabeza han dado a los viajeros placentinos y
extremeños. No decían que disponían de 14 convoyes Alvia ¿dónde están los doce
que faltan?
Así
que Plasencia ha quedado excluida del servicio directo de los trenes Alvia.
Como es natural y después de la parafernalia desplegada en el viaje inaugural
que tuvo origen en la ciudad del Jerte, esta circunstancia ha causado la justa
indignación de los placentinos y comarcanos que ven como la ciudad queda fuera
de la alta velocidad y aislada de un transporte ferroviario moderno. Supongo
que en Mérida con estación en fondo de saco como Plasencia tampoco entrará el
Alvia. ¿O,sí?
Algunos
expertos opinan y yo también, que la solución para los viajeros placentinos
pasa por retomar y construir con la mayor urgencia la estación prevista en la
línea de alta velocidad, que quedaría unida con la ciudad del Jerte por un buen
servicio de autobuses o lanzaderas en su caso. Y podía aprovecharse dada su
proximidad a las autovías antes descritas para diseñar una plataforma logística
con suelo industrial abundante que serviría para una gran parte del norte
extremeño. Esta estación nueva daría servicio también a ciudades como Coria,
Moraleja, Hervás o Jaraíz de la Vera y a las comarcas de los valles del Jerte,
Ambroz y Alagón, Sierra de Gata y Hurdes.
En
Tarragona por poner un ejemplo, la estación del AVE de la línea Madrid –
Barcelona denominada Camp de Tarragona, se ubica a 12 km de la capital y
también da servicio a la ciudad de Reus, que se encuentra a una distancia
parecida de la estación.
Creo que esta nueva estación sería la mejor solución
y el Ayuntamiento de Plasencia y los placentinos deberían reflexionar
seriamente esta cuestión y exigir al Gobierno de España la implementación con
la mayor urgencia de esta terminal nueva, dotada de todos los avances de
seguridad y comodidad para el viajero, que estaba prevista en los proyectos
iniciales.
Y
mantener la variante de que lo servicios directos de alta velocidad desde
Plasencia hacia Madrid o Sevilla puedan salir de la estación existente en el
centro de la ciudad que sería más viable todavía en una futura apertura del
ferrocarril del Corredor Oeste Ruta de la Plata.
Plasencia
y sus comarcas, en general muy abandonadas del poder oficial, se merecen un
tren digno de verdad y no un despropósito como lo que acaban de inaugurar.
Un
viaje me hace adelantar la publicación de esta semana del viernes que es lo
habitual al miércoles. La importancia del tema también tiene algo que ver en
este adelanto.
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